¿Es un trago o es mi número lo que deseas? [Libre]

Las noches se me pasaban rapidísimo. Pero no sabía si era porque tenía el trabajo de medio tiempo o porque la escuela me succionaba todo lo bueno de la vida.

Por si las dudas... Mi trabajo: ser bartender del bar de la Ciudad Esmeralda. Edad: 20 años. Escolaridad: Cursando la Universidad.


Suspiré pesadamente, estaba un poco aburrido por el asunto. Hacía un rato que no había clientes en el establecimiento, a pesar de que recientemente estábamos en los primeros días de enero. Tal vez ésta calma se debía a que la gente estaba gastada por los regalos, o porque seguían de vacaciones. Quién sabe. Igual estaba aburrido. No hacía más que limpiar la barra con un pequeño pañuelo previamente húmedo con un líquido que "eliminaría las bacterías y obtendría un olor de frescura", decía la propaganda.

Volví a suspirar, deseaba ver acción en el bar, estaba súmamente aburrido y sinceramente no podía dejar de pensar que tal vez tendría que cortar mi cabello, o arreglarlo para llamar más la atención. Quizá tendría que salir para que las chicas quisieran conocerme y así, por supuesto, que obtendría uno que otro cliente. Y uno que otro número.

Entonces solté mi cabello, que antes se hallaba justo en una coleta. En fin, lo solté y dejé que los mechones color blanco de mi cabello hicieran el efecto correcto. "Prestenme mucha atención, soy un narcisista y un apasionado. Deseo tener clientes y sexo si ustedes lo desean, chicas lindas" era la imagen que daba a notar, aunandole los brazos extendidos y esa sonrisa coqueta que tanto me gustaba mostrar frente a mi hermoso público.

Entro al bar, como de pronto cualquier cliente hubiera hecho, pero en realidad estaba ahí por que la agencia de empleo lo había mandado a ese bar a cubrir la vacante de mesero, en su antigua ciudad ya había trabajado en uno, en el cual una vez los guardias de seguridad casi lo sacan a patadas al no creerle que tenia la noble edad de 19 años, o en esas épocas, 18, lo que lo hacia mayor de edad pero solo se le burlaban en la cara al ver su de... ¿Quince-añero? Todas las mañana se veía al espejo y se preguntaba si realmente era así, no dudo en mostrarles su identificación pero casi se la rompen en la cara diciendo que era falsa.

Al menos en ese bar le habían creído con su credencial y la certificación de la agencia de empleo, había empezado de malhumor a tan tempranas horas de la noche, ¿era su culpa tener un rostro de estudiante de preparatoria? Maldición, obviamente no ¡Era un estudiante de Artes plásticas! ¡Iba a una maldita universidad! agarro su carpeta contra su pecho y observo el lugar con el ceño fruncido, no era ni muy espacioso ni muy concurrido, perfecto para aliviar algunas penas con alcohol o celebrar con amigos, pero estaba básicamente solo, solo estaba el barman limpiando y ya, nadie mas. Así que observo unas escaleras que llevaban al segundo piso y pensó que ahí estaría el dueño, ya habían llamado para notificarle que empezaría a trabajar hoy pero le parecía mejor presentarse oficialmente.

Entonces se giro sobre sus talones y decidió primero hablar con el barman.

-Disculpe, soy Kisuke Ren y vengo de la agencia de empleo para cubrir el puesto de mesero- Saludo formalmente e inclino un poco la cabeza para demostrar respeto- ¿esta el propietrario arriba?

Así que mi técnica ¿había funcionado?

-Que demon... -no pude terminar una de mis frases preferidas. ¿Un menor de edad? Joder, pensé que de verdad, en ésta ocasión me despedirían por haber dejado entrar a un menor pero al momento me respondí (sí, entre un conflicto mental) que no importaba, quería clientes y éste parecía ser uno hasta que...

Regreso a mi posición anterior, sí, aquella donde me encontraba limpiando la barra una y otra y otra vez. Escucho sus palabras. Así que... éste era el nuevo mesero. Vaya, pareciera ser muy joven. ¿Acaso el jefe estaba ciego cuando lo contrató o es que... hizo algún tipo de "trato"?

En fin, me quedo viéndolo, no de forma arrogante como hubiera acostumbrado hacer sino mas bien, observándole, cada gesto, cada palabra, hasta que decide saludarme y hacer esa seña, ese gesto denotando su respeto. Mas me hace una pregunta a la que tengo que contestar con una ligera negación con mi cabeza y una muy clara con mis palabras-: No, justo ahora el único presente soy yo, Ren-san. -inhalé aire y después lo dejé salir en un suspiro- Soy Shin Natsume, y como veras, soy el bartender de aquí...

Había notado que el bartender se veía algo contrariado en cuanto supo quien le estaba hablando, alcanzo a escuchar que iba a soltar un "Que demonios" pero no lo finalizo, de por si se encontraba de mal humor el que el tipo lo mirara tan raro hizo que frunciera mas el ceño del que lo llevaba al entrar, pero tampoco era que quisiera saber el motivo de su sorpresa, después de todo lo suponía y tenia pensado espetar de un momento a otro su edad, prefería quedarse tranquilo, presentarse y subir a ver al propietario para empezar a trabajar oficialmente, pero no, según el sujeto de extraños cabellos grises, el dueño del aviso no estaba, lo que lo hizo suspirar. Ahora que haría, se sentía fastidiado de coger transporte a esas horas de la noches, una hora pico que hacia que cualquier medio de transporte fuera un encuentro con sudorosos empleados de oficina cansados de trabaja esparciéndose como bichos por todo el metro, parado de bus y ni hablar de los taxis que iban a estar mas ocupado que nunca, así que, se decidió entablar algo de conversación y tomarse un trago.

-Es un gusto, entonces, estoy en tus manos- esta vez dobló su espalda completamente y después de suspirar de nuevo agrego- así que no esta...Bueno, no importa- lo observó un poco más de cerca, era un hombre bastante musculoso comparado con él, que con trotar y hacer ejercicio no tenia nada de nada que se ponía fornido.- ¿vas al gimnasio?- Preguntó de la nada, mientras se sentaba al frente del bar.

-Joh~ Así que estás en mis manos, Ren-san -contesté inmediatamente en un tono de picardía a mi interlocutor. Realmente sus palabras podrían malinterpretarse con facilidad, aún así, éste chico parecía no darse cuenta. En fin, me pasé la mano por el cabello, acomodando un mechón que parecía luchar en contra mía y nublarme la vista. Sí. Tenía que ir a por un corte dentro de poco tiempo.

Pero es cuando entonces, me veo interrumpido de mis pensamientos, por sus palabras, o mejor dicho, por su pregunta que a primera instancia no hizo mas que sacarme una carcajada. Éste chico era algo corto ¿o era absolutamente todo lo contrario? Quién sabe.

-Hahahahahaha ¿pero qué dices? -dije entre risas- No soy un chico "inflado". Mi cuerpo, justo ahora, está formado como tal por los golpes de potentes máquinas de matar. -ahhh... digamos que agregué algo "de más" a mi curriculum, sin embargo no fue para apantallar o fanfarronear, sino que me gustaba jugar con las palabras, confundir a mis acompañantes. Tal vez así sería un poco más interesante.

Terminé de reirme, no había mucho chiste que digamos, además el eco de mi voz grave y de adulto resonaba en mis oídos. Agh. Desagradable. -Ya... ¿por qué lo preguntas?

no presto atención a su comentario, por que en realidad no lo entendió mucho, de nuevo, las palabras de los pocos amigos que tubo en su ciudad natal recordando le lo "despistado" que era lo atormentaban, de un momento a otro su interlocutor se echo a reír, lo que lo sorprendió bastante ya que pensaba no era una pregunta tan extraña,o bueno, ahora que lo reconsideraba si era bastante rarito que preguntaran algo así.

Escucho su confesión sobre las "maquinas asesinas" y abrió un poco los ojos, no sorprendido, si no más bien interesado- por nada, no me prestes atención, ni yo mismo me fijo en los que digo- dijo negando con los brazos- ¿Me pondrías servir una cerveza fría? por favor, así puedo tomar algo y de pronto me hablas un poco acerca de esas amenazantes maquinas, trabajar en un bar te debe hacer meter en problemas seguido- empozo a girar su cuerpo con la silla en la que estaba sentado, como un niño impaciente.- a pesar de estar solo, se ve un lugar agradable.

-Lo tendré en cuenta para la próxima pregunta que me hagas. -agregué a su primer comentario. Sí. Posiblemente éste chico era un tanto corto. Pero ¿y qué? Eso lo hacía ingenuo y siendo sinceros eso me llamaba la atención. Tal vez más de lo normal.

-Claro. Ahora mismo. -le sonreí de medio lado antes de agacharme un poco, tan sólo para recoger un vaso limpio y un tanto grande, de cristal, que el líquido, la cerveza, ocuparía en su totalidad sin derramar ni una sola gota. En fin, tomé una cerveza y le dí una mirada, para después mostrarla ante sí y destaparla justo bajo mi mirada, para que se fijara en que no hubiera ninguna trampa, además de que era un cierto tipo de "espectáculo" porque yo la movía de aquí para allá entre mis manos, como si fuese un juguete, y yo fuese un niño contento. Totalmente salido de la realidad.

Pero bueno, ya que estuve satisfecho con mi forma de "entretener", serví la cerveza en el vaso de cristal, teniendo el cuidado de que la espuma no subiera, como buen bartender. -Aquí tienes. -extendí el brazo y coloqué la enmienda sobre la barra, justo enfrente del chico de ojos castaños que se hacía llamar Kisuke Ren.

-Sí... últimamente no ha habido mucha actividad por aquí en el bar. -dí un suspiro, extrañaba escuchar al montón de ejecutivos o recién salidos de la universidad, a las chicas hermosas y con piernas bien torneadas pidiéndome mi número o incluso, aquellas más atrevidas, robándome un beso. Ah. Sí. El bar en sí mismo era un lugar maravilloso. Sin embargo, me obligué a regresar a la realidad para agregar-: Y dime, Kisuke Ren-san ¿acaso no eres muy joven para estar bebiendo y trabajando en un bar? -mi tono era el de un chico curioso pero tranquilo, observador pero discreto.

Observaba cada movimiento como un niño de pre-escolar viendo su primer truco de magia, pensaba en cosas como "wow que ágil" o "que genial" cuando el pequeño numero termino, miro con cuidado como subía la espuma de una de sus bebidas favoritas y cuando pensó que se regaría por la perfectamente limpia barra, se detuvo. Cuando el bartender le dio el vaso solo contesto con un sonrisa y le dio un largo trago a su cerveza, tenia sed.

El chico parecía extrañar viejas épocas y solo contesto- debió ser divertido- y entonces tragó un poco más rápido de su cerveza, dejándola un poco mas abajo de la mitad, seguía tomando tranquilo hasta que una de las frases que mas había escuchado en toda su vida resonó en sus oídos, la típica "¿No eres muy joven para tal cosa?"

Bufó y miró hacia otra parte, visiblemente molesto, se controló para no pararse y gritar que tenia 19 años, respiro profundo y suspiro, tomando varias veces de su vaso.

-No se por que me sorprende, siempre es igual- dejo el vaso sobre la mesa y se cruzo de brazos, como niño haciendo un puchero- No soy muy joven para hacer esto, soy universitario y me voy a licenciar en artes plásticas, vivo solo y no soy un niño superdotado, tengo 19 años, aun que me digan que tengo 16 o por ahí, sabes, un día un desgraciado en el metro me dijo que una NIÑA tan tierna no podía estar sola, solo por que tenia una gorra y la capota del saco puesta me confundió ¡Me parece injusto, me niego a creer que me veo tan pequeño!- dio un puño contra la barra, calmándose un poco por que ya se estaba sulfurando un poco, recordando a ese viejo pervertido y susurro, pero aun lo suficiente para que su acompañante lo escuchara- ¿de verdad, de verdad verdad que me veo pequeño?

Sinceramente, me costó mucho trabajo no reírme o carcajearme cuando lo vi bufar, parecía molesto, pero fuera de eso, podría darme cuenta de que no era la primera vez que le decían lo que yo había pronunciado hacia algunos momentos. Así que me dije a mi mismo que seguramente lo molestaban bastante por verse "más joven de lo que era" o porque simplemente estaba chaparrito. Aunque eso está un tanto en duda, porque joder, yo no estoy tan bajo como desearía.

Sus palabras me lo confirmaron. "Siempre es igual" dijo. Y ahora hacía un puchero que ah~ lo hicieron verse tan lindo. Por supuesto no ayudó mucho a su molestia, de verdad parecía menor.

En fin, él mismo me confiesa que está en la Universidad, más específico en la zona de Artes Plásticas y bien, "Ahora sé donde encontrarte" pensé. Pero... precisamente, con sus palabras, me golpea mentalmente. Así que un bastardo lo había confundido con una niña. ¡Qué bastardo más ciego! Podrá parecer más joven pero a leguas se ve que es un chico.

-Hey, tranquilo... -lo dije tanto para él como para mí. De cierta forma también me sentía indignado. Y es que yo- Conozco el sentimiento. -dí un ligero suspiro, pensándome la respuesta que le daría a su pregunta. Aunque planeaba decirle la verdad ¿no estaría nada malo decirla de una forma sutil, no? -Bueno pues... yo no soy el mejor crítico ¿sabes? Eso de verse menor viene importando muy poco. Aunque si así lo prefieres, eso de "verse más joven" quiere decir que eres un chico atractivo. -le sonreí de medio lado, incluso le mostré parte de mi dentadura. Quería que se sintiera con la confianza de ser escuchado.

Sus palabras o hicieron tranquilizarse un poco, entonces sonrió como no solía hacerlo y entonces tomo otro poco de su bebida. Hasta que escuchó la ultima palabra, ese "atractivo" lo emocionó mucho y abrió los ojos grandes y brillaban de emoción.

-¿Atractivo? es la primera vez que me lo dicen, siempre suelen decirme que soy bonito o tierno, hasta en el instituto, recuerdo que una niña dijo que era violable- recordó eso y apoyo su mentón en su mano- entonces, supongo que verse joven no es tan malo, en realidad nunca lo pensé que lo fuera, si no que siempre me mete en problemas- suspiró, siempre terminaba siendo acosado por tipos raros, le daban escalofríos recordar a algunos que se atrevieron a meterle la mano debajo de la camisa o algo parecido, menos mal sabia defenderse y siempre terminaban con la nariz rota

- malditos pervertidos- soltó de la nada y se sonrojo y entonces miro al peli blanco y negó con la cara y las manos- No me pongas atención ¡por favor olvida lo que dije! etto ¡Ah! Natsume-san ¿cuanto años tienes?

Así que, al juzgar por esa mirada, mi trabajo había estado bien cumplido. Me creyó por completo, y bueno, no es que fuera una mentira. Éste recien conocido era muy atractivo, según yo lo veía. Además tenía unos gestos particularmente muy lindos y divertidos.

Aunque también era un tanto bipolar... de la nada dijo un "Malditos pervertidos", y al segundo después estaba disculpándose conmigo. Sinceramente, no hice otra cosa que soltar una carcajada. De verdad era divertido verlo.

Pero... quizá yo no era tan bueno después de todo. Mi mano se movió como poseída por algo, y alcanzó el mentón del chico menor frente a mí. Me acerqué deliberadamente a él, y lo obligué a verme a los ojos, como si con ello pudiese responder su pregunta tan bien intencionada. -Soy un poco mayor que tú... tengo 20 años, Ren-san. -bajé mi tono de voz y lo hice un poco más grave. Otros hubiesen pensado que estaba coqueteándole pero no, sólo era una muestra de qué tan atrevido era yo.

[>_< ah, disculpa.. Ren es el nombre?]

[Si, Ren es su nombre n__n]


Sintió la gran mano de su interlocutor tomarle el mentón, suave pero con un movimiento firme, se quedo viéndolo a los ojos y se sonrojo un poco por la situación, intento mirar para otro lado pero la verdad le dio curiosidad ver que quería a si que se la sostuvo, hasta que el peli-blanco contestó la pregunta que había echo.

-¿Entonces también vas a la universidad?- Pudo decirlo, fue un alivio para el que su voz no temblara tanto y que tartamudeara muy poco, pero se fijo en el extraño pelo que le había llamado la atención y como un reflejo llevo unos cuantos mechones que caían en la frente de su recién "amigo" y amenazaban con molestarle la vista, detrás de su oreja- Natsume-san, debería ir a cortarse el pelo, o si no lo dejara trabajar, ademas ¡es malo para la vista!-

Sonrió suavemente retiró la mano en su mentón y con las suyas la llevo a la barra y dio bebió de nuevo de su cerveza.

-Como siempre tan refrescante-

Eso fue un rechazo.

Bien. Lo soportaría. Después de todo ésto se volvía interesante porque -¿Acaso estás preocupado por mí, Ren-san? -por supuesto que mis intenciones y mi pregunta parecían otras, pero de nuevo, simplemente soy un coqueto. No es como si me interesase para "eso". Me gusta llamar la atención de la gente que se parece (dísculpa por el prejuicio) a Kisuke Ren.

-Aham. Estoy estudiando Cinematografía y Comunicación. -comenté algo energético. La verdad es que no era tan bueno para eso de hacer películas, documentales o lo que fuera. Para lo que sí era bueno, tenía que ver con gente. Sí, eso mismo. Sabía manejar a la gente demasiado bien. Pero éste secreto no deberá de ser revelado, ¿está bien, querido lector?

-¿Deberé de tomar eso como un cumplido? -arquée una ceja, un poco orgulloso por lo que escuchaba. Así que le gustaba la bebida que le había servido o bien, era un -¿Acaso eres fanático de la cerveza? -me crucé de brazos, incrédulo.

Podría ser que si estaba preocupado, o su sentido de colaboración siempre salia a flote, ni el mismo sabia y no era que le preocupara averiguarlo, esos debates internos suyos eran muy comunes.

Así que estudiaba cinematografía, Ren se sorprendió un poco, no sabia por que pero no lo veía en un puesto así, bueno no era que él personalmente se viera como un pintor pero tal vez lo imaginaba en algo de trabajo más... ¿ Físico?


- ¿Hum? no es que sea alcohólico ni nada, pero si me gusta mucho la cerveza, desde pequeño mi madre siempre tenia una caja y de joven empece a tomar, antes de que mi padre nos abandonara, siempre le reclamaba el tomar mucha cerveza, ya que a él no le gustaba, tal vez tome la costumbre para no parecerme a él, siempre que tengo la oportunidad me tomo una- suspiró- Pero esta cerveza esta deliciosa, una de las mejores que he probado-

-Bueno, tampoco era como si te estuviese llamando alcoholico. -respondí casi después de que el escuché. Así que ese era su pasado. ¿Cómo es que me lo revelaba tan fácilmente? Es decir ¿acaso encontró la confianza en mi persona? Oh, vamos, yo no soy el mejor para hacer eso.

-De nuevo, gracias por el cumplido. -agaché un poco la cabeza, estaba tomando halagos y cumplidos que probablemente no eran dirigidos hacia mí, pero verán, soy un tanto orgulloso y según yo, según mi humilde (mentira, arrogante) opinión, me estaba diciendo que yo era un bartender muy bueno que hacía de una cerveza normal una deliciosa, casi adictiva.

¿Ya ven? Qué bonito distorsiono la realidad.

-Esto de beber alcohol más que una adicción debería de ser un gusto, un caprichito que nos damos ¿no crees? -observé el resto de cerveza que quedaba dentro de la cristalería. Vaya. Sí que le había dado un buen trago por lo que ofrecí de nuevo mis servicios:- Y dime ¿quieres que te sirva otra después de esa? -señalé con la mirada el líquido, pero después la redigirí hacia mi interlocutor, mi cliente. -Claro, si aún gustas hacerme compañía ésta noche. -extendí los brazos, reluciendo el hecho de que éramos los únicos presentes ahora. Sí. Tal vez conocerlo, aunque fuese un poco, me sacaría de la monotonía.

Miro hacia ambos lados, se había olvidado que estaban ellos dos solos y que tenia que hablar con el dueño para ver que horario tendria y coordinarlo con la universidad. "Mierda" entono en su mente y volvió a la realidad.

-Bueno, con tal de que no permitas que me ponga ebrio, esta bien- le entrego la copa y suspiro- a veces no se detenerme-añadió y empezó (de nuevo) a girar la silla inquieto- me gusta la cerveza, pero de pequeño me obligaba a beberla, ya no, ahora es simplemente por que me trae recuerdos que, aun que no quiera, tengo que tener presentes.


No podía evitar tararear y pensar en como de pequeño, era cerrado a todo y solo se encerraba a tomar cualquier cosa que encontrara, whisky, Ron, aguardiente, vino y una consola.-Natsume-san ¿pasas mucho tiempo solo? debe ser aburrido estar aquí y no tener clientes, aun que si el jefe no anda por aquí, puedes tomar una siesta relajante sin que te lo descuenten del sueldo, te regañen o lleguen a despedirte.

Tomé la cristalería ahora vacía y me dispuse a servir una nueva cerveza, utilizando el truco que antes había hecho. Todo para, al menos, darle un espectáculo a mi único cliente.

-Descuida, no dejaré que te marches de aquí ebrio, simplemente es un trago ¿te parece? -le sonreí ampliamente, así que después de haber hecho mi "truco", le servía la cerveza con cuidado y ponía la cristalería ahora llena, frente a su rostro, en la barra.

-Oh, ¿cómo es eso? ¿te obligaban de pequeño a tomarla? ¿quién? -pregunté algo curioso, moviendo la cabeza para quitar los mechones de mi flequillo de mis ojos. Constantemente me repetía que tenía que ir a cortarme el cabello rápido o después no habría remedio, ¡oh! ¿sería acaso ese el motivo por el que yo no tenía clientes? Carajo, tenía que mejorar mi aspecto.

-¿Eh? Nah... éste trabajo es de medio tiempo. Por la mañana voy a la Universidad. Me relajo en la tarde y vengo en la noche a dar mis servicios. Realmente no puedo quejarme porque ya me acomodé al horario. -le sonreí de medio lado, con confianza y quizá un poco de familiaridad- ¿Y tú? ¿Podrás soportar mis acosadora mirada cuando trabajes aquí? -reí por lo bajo, por supuesto era mentira, pero disfrutaba ver los sonrojos en los rostros cuando yo decía algo sin verdadera intención.

Hizo su magia sirviendo le la copa de nuevo, seguía pensando que era muy bueno en lo que hacia.

-Amigos, mi mismo para lucir genial, mi persona importante, habían demasiadas cosas por la que me forzaba a tomarla pero también fue mi culpa por caer en el juego del adolescente estúpido que creer que ser "genial" es dañar su cuerpo y tener ilusiones de por hacer "cosas de grandes"fuera visto así, cuando en realidad solo mostraba lo inmaduro- lo dijo muy natural, sin mostrar ninguna emoción en su rostro, como hablando del clima, después de todo así era para el.

Rió nervioso y se sonrojo- ¿me vas a acosar con la mirada? bueno, con tal de que me dejes dormir mientras me acostumbro al horario y no hagas nada raro mientras lo hago, supongo que podre aguantarlo- aun un poco teñido de rojo ladeo la cabeza sonriendo.

-Oh, ya veo... -solté un suspiro- Creo que todos hemos pasado por eso alguna vez así que no te sientas mal por ello ¿vale? -le sonreí de miedo lado, no quería ni imaginarme las cosas que había vivido siendo más joven, bueno, es decir, aún lo era, pero digamos que la edad de 12 - 16 años es muy extraña. Uno hace cada estupidez que ni se imaginan.


Entonces ví su sonrojo. Y me ví complacido con su risita nerviosa. Sí, definitivamente yo era un total provocador y muchas de las cosas o reacciones de la gente eran a causa mía. Sinceramente me sentía complacido por no decir satisfecho. -Por supuesto, creo que éstos días no viene mucha gente por eso de que pasó la Navidad y eso, ya sabes, hacen gastos innecesarios. -dí un ligero suspiro, recordaba los tiempos en que estaba lleno, ya fuera gente de negocios, parejitas, una bolita de amigos, lo que fuera... me gustaba ver a la gente feliz y sorprendida con mi acto. Pero éstos eran tiempos díficiles. Después de la Navidad y año nuevo, la gente estaba gastada y esa era una terrible realiadd.

-En fin... creo que te acompañaré con una. Veo a tu cerveza un poco sola y no puedo permitir eso. -así que me agaché un poco, para sacar otra cerveza del contenedor que se encontraba justo detrás de la barra donde yo servía. Ésta vez no hice ningún truco o algo parecido, ya que a mi me gustaba beber la cerveza desde la botella. Así era más delicioso.

La destapé y la puse en la barra, y la choqué muy suavemente con su vaso lleno -Salud. -la tomé por la "panza" y le dí un sorvo. El líquido humectó mi garganta con el sabor exquisito de la cebada. Ah. Delicioso.

-No me siento mal por eso, de echo creo que es una experiencia que me hace más fuerte, ¿No estaras intentando confortarme? no te preocupes, estoy bien-Sonrió animadamente mientras su compañero tomaba de la botella, entonces con un susurro a penas entendible dijo -entonces, Salud- y volvió a tocar de su copa.

Reposo su cabeza en su mano izquierda quien a su vez reposaba en la barra, entonces miró curioso al bartender, y se dijo en sus ojos, en todo ese tiempo no se había fijado y se sorprendió, abriendo una poco su boca y ojos- Natsume-san no me había fijado pero tiene los ojos rojos, son muy bonitos-

Se sonrojó ¿que demonios andaba diciendo? ya andaba de nuevo diciendo cosas sin sentido, debería auto-convencerse de pensar cuatro veces lo que iba a decir, para dar... ¿Ideas erróneas?


-Digo, tienes un físico bastante llamativo, nunca había visto ese tipo de pelo, bueno el color como tal si, pero en ancianos, por los alrededores de 80 años, lo que es normal pero a tu edad no es normal ¿sufres de alguna enfermedad? o ¿naciste así? por que si fue de esa manera te debieron molestar cuando pequeño-

-Hey, deja el formalismo.. soy Shin, puedes llamarme así, además, seremos compañeros de trabajo. -le dije después de haber pasado el trago de la cerveza y haberla dejado en la barra, allí, acompañada del vasito que pertenecía a Ren.

-Aunque gracias... supongo... digo, es que... el rojo no es un color normal así que muchas personas que asustan al verlos. -argumenté. Realmente no estaba muy seguro de mis atractivos cuando me decían algo como "bonito" o "lindo". A mi me gustaba escuchar algo como "eres guapo", o "increíblemente sexy". Sentía que había diferencia así que...

Esperen un momento. ¿Eso fue otro sonrojo? Joh~ ... recuperé mi confianza con tan sólo una reacción suya.

Aunque vuelve a "apagarme" cuando me dice que el color de mi cabello sólo lo tienen los ancianos- Anda, comiste perico. -hice alusión a que de pronto hablaba mucho, es decir, se volvía elocuente. Sin embargo, negué con la cabeza, desechando cualquiera de sus suposiciones. Todas. -No... A ver, si no mal recuerdo... el orden de respuestas sería éste: No sufro de ninguna enfermedad, así nací, soy un maestro en artes marciales así que supe defenderme desde niño. -una sonrisa amplia envolvió mi rostro, así que volví a enseñarle mi dentadura blanca. No era molesto, por supuesto que no, pero estaba dándome cuenta de que al parecer yo era el punto de atención y eso no era justo.

-Aunque me guste ser elogiado, tú deberías de tener aquí más credito, Ren-san. -hice un mohín con la mano, explicando mi "teoría"-: Tu cabello negro es exquisito, se ve adorable. Tus ojos castaños parecen hacer contraste con tu piel blanca y... disculpa mi atrevimiento, pero tus sonrojos son bastante hermosos. -terminé guiñándole el ojo, para que no se sintiera incómodo con mis impresiones, después de todo... tal vez, podría llegar a ser mi amigo, más que un compañero de trabajo.

Se sonrojo de nuevo (ya se estaba haciendo costumbre, pensó) y meditó que contestar, por primera vez en su vida- pues, supongo que si pero si los separamos y los miramos solos, no son muy llamativos, son comunes- Tomó del vaso un poco cabizbajo, avergonzado por el comentario.

-Hum, pregunto por que me caes bien y es bueno saber sobre las persona que compartes- no le gustaba hablar mucho, pero menos le gusta andar des actualizado- ¿eres maestro de artes marciales? debe ser muy agotador.-

Haber, memoria ven a él. Pensaba y cuando por fin recordo chasqueo los dedos triunfante.

- 3 años, estuve entrenando algo de kick boxing, tenia clase los viernes y los domingos, aunque a veces me las pasaba para vagar por ahí, nunca he sido muy entusiasta en cuanto a ejercicio, prefiero sentarme debajo de un árbol.-

-¿Sabes? ...muchas veces de nada sirve que sea atractivo o sexy, o como quieras decirle. A veces es mejor encontrarte con personas que tienen una mente ágil y que su carácter les permite levantarse aunque se hayan caido un montón de veces. -argumenté, no dándole la razón y al mismo tiempo animándole un poco. Hasta ahora no se me había hecho un chico malo así que no veía algo "extraño" o "malo" con respecto a él.

-A mí también me caes bien, Ren-san -sonreí amplio, incluso le mostré mi dentadura blanca. Pero como dije, el niño parece haber comido perico así que respondí a otra de sus preguntas con un-: Nah. Una vez que te acostumbras es bastante sencillo. -elevé un poco mi brazo, y lo flexioné para que viera que no había problema con mi cuerpo.- Tal vez tenga un par de raspones pero nada fuera de lo normal. -aseguré.

Pasaron acaso un par de segundos cuando volvió a hablar, y es ahora que me cuenta que pasó unos años practicando Kick-Boxing. Pero argumenta, entonces, que prefiere perder el tiempo por allí que hacer ejercicio. Bueno. Todos nosotros tenemos diferentes gustos así que no importaba mucho.- Al menos lo practicaste... aunque seguramente lo dejaste porque no era tu pasión. ¿No es así? -tomé de nuevo la botella que contenía la cerveza y le dí otro pequeño trago para humectarme la garganta. -La cosa es encontrar que es lo que nos apasiona... y por lo que veo ya lo encontraste ¿no? ...Si mal no recuerdo estudias Artes Plásticas.

-Pues en realidad tenia otras prioridades en ese momento, tal vez vuelva a estudiarlo mas tarde pero ahora entre mis clases y el trabajo, horas necesarias de sueño, no tengo mucho tiempo libre- él pensaba igual ¿para que seguir con algo que no te apasiona? en realidad si le gustaba pero sus obligaciones sentimentales auto-impuestas, no podía ir a la ligera con su tiempo, en esa época y ahora.-


Artes, claro que le encantaba, era encantadora la forma como se transformaban las cosas para estilizarse de una forma realidad cambiante para los ojos del que la admiraba

-Si, el arte me encanta, es simplemente embriagador- esta vez solo tomo y vio su contenido amarillo moverse en pequeñas ondas dentro de el- Cada vez que pinto o dibujo, siento que nada nunca fue tan malo.

-¿Ya ves? has encontrado tu pasión... -miré hacia el techo, sus palabras tocaron mi corazón de alguna forma; sí, en ocasiones me había sentido bien al estar entrenando, simplemente por el hecho de poder hacerlo, es decir, tenía ambas piernas y brazos en perfecto estado, mi cuerpo estaba bien formado y me alimentaba bien, no tenía inconvenientes con mi vista o cosas así... es decir, entendía el sentimiento.

-Creo que yo también puedo decir eso cuando entreno... es decir... soy capaz de hacerlo y eso ya es un milagro. -no quería sonar un tipo reflexivo pero sí, tal vez lo que nos falta a la mayoría de las personas es ser agradecidos con lo que tenemos a la mano, con el hecho de que no dependamos de otro para movernos, para ver, para sentir.

-Pero bueno, como sea... dime ¿quieres hacer fondo? Te veo con pocas ganas de tomar. -le reté, sí, eso era: un reto. Y como tal, puse las reglas (implícitas)-: quien termine primero su cerveza... ganará algún tipo de premio. ¿Te parece? -las comisuras de mis labios se curvaron formando una amplia sonrisa, una que lo invitaba y lo incitaba a participar en mi pequeño juego. Por supuesto, le daba "carta blanca", es decir, no me negaría ante cualquier cosa que pidiera, y por tanto, exigía lo mismo. -Claro, con una nueva cerveza para que estemos iguales. -hice una pequeña pausa, dándole el tiempo para pensar en ello, pero tal vez no lo suficiente-: ¿Qué dices?

-Tener posibilidades para hacer lo que te gusta... Es realmente maravilloso- Esa calidez, si, eran de las pocas veces en que sientes que debes estar agradecidos por todo y por todos, porque como ya había mencionado, no todo era tan malo, y menos (en su caso) con pincel mano y tal vez una bebida frente a un paisaje.


¿Un reto? a quien venia a desafiar, Ren era un chico muy competitivo y aceptaba cualquier reto que le sonara interesante y ese le esta empezando a agradar- ¿Un tipo de premio? si así no pienso perder, Shin-san- Entrego su copa y levanto el mentón, orgulloso de perder rara vez, seria interesante- ¡Claro te acepto! no me gusta perder y tampoco me dejare vencer fácil- Se cruzo digno sonriendo ya triunfante, lucharía lo necesario aunque fuera en un reto sin importancia.

Aceptó. Bien. Entonces era hora de poner los límites, ya que no deseo que me vean como un tipo de abusivo (no por ahora).

-A ver... entonces, si yo te gano, quiero que tengas una cita conmigo. Y no, no tiene nada de malo salir con un chico. Así que no quiero escuchar pretextos. -arquée una ceja y me crucé de brazos, eso de "es que los dos somos chicos" era un pretexto que ya me tenía bastante harto. En la actualidad uno puede tener las preferencias que desee y justo en ésta Ciudad, para mi buena suerte, no tenía ningún tipo de discriminación por ello. Simplemente era libre. Encantadoramente libre.

-Así que dime, ¿tú que pides de premio? -me agaché en lo que lo escuchaba decir su respuesta, buscando otro par de cervezas sin abrir. De nuevo, no hice ningún truco ya que éste reto consistía en tomarsela desde la botella, como dije, para estar iguales. De no ser así, yo tendría una ventaja muuuuy grande. Y nah, eso de jugar sucio no era lo mío. No necesitaba utilizar ese tipo de trucos para demostrar que era un maldito alcoholico con dotes de "aguante". -Aquí están. -puse ambas botellas con el líquido frío y amarillezco sobre la barra, y las destapé apenas con el uso de mi pulgar friccionándola boquilla. Bueno, sí, éste era otro truco. Las tapas salieron volando y fueron a dar a quién-sabe-dónde.

Entre tanto, una tenue sonrisa acompañada de una risita malintencionada no resistieron más y brotaron de mis labios. Sí. Me divertía ¿y qué? ...como dije, estaba vivo y lo aprovecharía al máximo pues nada ni nadie me ataban y me quitaban mi libertad. Era libre de hacer y deshacer cuanto quisiera.


[>_< No te vayan a regañar, por fis alarga un poquitín tus post >_____<]

[Sorry D: juraba haber escrito más, el sueño y me trollea]


Se sonrojo a más no poder ¿Una... Cita? él no iba a citas, nunca y menos con alguien a quien acababa de conocer ese mismo día. Pero que carajo, ya había aceptado el reto y, seria el apocalipsis total para su orgullo, impenetrable, el retirar lo ya dicho, de nuevo en problemas por bocaza, bueno no seria un problema si ganaba, lo que igualmente planeaba hacer pero ahora con mas empeño, estaban sus ganas de perder y su verguenza de no ir a una cita, eso era suficiente para destruir mar y tierra.

- Hum, no me retractare, entonces supongo que si gano, este fin de semana, si tienes tiempo me entrenaras en tu dojo ¿Bien?- Balbuceo un poco al principio por los nervios pero rápidamente se recupero, volviéndolo a ver serio con los brazos cruzados.

Hacer un poco de ejercicio no estaría mal, y le aburría correr o jugar por ahí persiguiendo a una pelota, si, le agradaba la idea de entrenar un poco para sacar algo de musculo. Ademas,

Hey, antes de que me juzguen... ¡ahh! ¡Qué más dá! En cualquiera de los dos casos salía ganando. Cita o entrenarlo, para mi sería un muy bueno entretenimiento.

-Anda, no necesitas cruzarte de brazos para parecer rudo. -bromée con el hecho que tenía justo enfrente mío. ¿Qué clase de reacción era esa? ¿Estaba avergonzado, acaso, por salir conmigo? ¿O de plano ya sabía que iba a perder? Porque hey, seamos realistas, jamás me dejaré vencer en algo que es mi materia. Y sí, soy un jodido presumido.

-Empecemos entonces. -con la diestra tomé una de las dos cervezas que estaban en la barra y la levanté un poco, en señal de brindis. -A la cuenta de tres, iniciamos ¿OK? -esperé a que de igual forma tomara su bebida para estar "iguales". Por otra parte me relamí los labios, ya podía saborear la cerveza y la victoria. Estaba completamente decidido a ganar. -Tres... dos... ¡uno! -y así es como dí inicio a la competencia.

¿Ganaré o perderé? Quién sabe, como dije, igual ninguno de los dos premios suena mala idea.

-No es para lucir rudo, es para dar y recibir confianza, me han acostumbrado a hacerlo.- Siempre se lo habían inculcado de niño, emana la energía que quieres recibir y esas eran de las pocas cosas que recordaba de las clases en orientación después de que le encontrar alguna botella o con aliento a alcohol, por que Dios lo libro, de algún día llegar borracho.


al escuchar el "uno" levanto lo mas rápido que pudo la botella y tomo de ella como si no hubiera mañana, no se tomo siquiera el tiempo de respirar, en dado momento cerro lo ojos y ya cuando tenia casi completamente vacía la botella, en un tiempo record personal, los abrió y finalmente acabo, así que bajo rápidamente la botella pero aun sin tocar la barra, el sonido hueco de la botella acompañante cayendo sobre la barra antes que la suya le hizo abrir los ojos como platos.

Había perdido, por poco, pero al fin y al cabo, había perdido.