Late (Priv. Byakuran)

Byakuran soltó una gran carcajada ante el reclamo de su novio, le resultaba bastante divertido ver como se ponía celoso hasta de la pizza –Oh vamos es que la pizza es deliciosa, todo el mundo ama como base dos cosas, la pizza y su auto- se explicó y era cierto, el peliblanco amaba su auto con locura, la pizza y los dulces, y claro también quería a Nerox pero era otra clase de afecto uno muchísimo más importante obvio, aunque eso no dejaba de lado su afecto y devoción por las otras cosas. El chico apenas y había tomado su rebanada y comenzado a comerla cuando vio con sorpresa como su novio no comía, más bien devoraba la rebanada, se quedó atónito viendo cómo iba por el segundo relamiéndose los labios, vaya esa parte sí que no la conocía.

- ¡Oye! No es justo- se quejó terminando su primera pieza para tomar otra rebanada, sonrió, ambos estaban actuando como si no fueran más que dos críos, Byakuran se encontró sintiéndose tan feliz, tan estúpidamente feliz que por poco y pensó que estaba soñando, ¿Cómo era posible que una simple persona lo hiciera tan feliz? Demonios era una tontería, una maravillosa tontería. Siguió con la tercera rebanada tras tomar un poco de vino, cabe mencionar que, a pesar de lo juguetón del momento, en ningún momento perdió la elegancia, ni siquiera después de haber arremangado la camisa y desabrochado sus primeros botones, el dueño del local se limitaba a verlos con una sonrisa, al igual que un par de comensales más.

El mayor soltó una risa al ver como Nerox se había manchado el mentón con algo de salsa –Jajaja eres un desastre, espera-  se inclinó suavemente hacia él y lamió la mancha para después robarle un beso en los labios, al mismo tiempo que le quitaba un trozo de pizza de las manos -¡Mío!- le dijo burlón comiendo con deleite la pieza “robada”. Lo dejaría ganar su pequeña competencia, estaba descubriendo que comenzaba a adorar hacer al otro chico sonreír, lo miró por un momento mientras esperaba el puchero que el otro seguramente haría y le sonrió alargando su mano para despeinarlo mientras recargaba su cabeza en la otra sin dejar de mirarlo –En verdad me gustas- le soltó así, sin nada que viniera al caso, solo le nació decírselo.

Byakuran solo atinó a sonreír por la vergüenza del chico, le encantaban todas y cada una de sus facetas, si, incluso aquellas en las que el otro era molesto, o berrinchudo, o lloraba sin que el peliblanco supiera porque o cómo manejar el llanto. Quizá de eso se trataba estar con alguien, de considerar incluso los “defectos” como una excepción a la regla solo por ser parte de esa persona. Sonrió de nuevo, Byakuran comenzó a creer que iban a dolerle las mejillas de tanto sonreír, todo lo acontecido en el teatro era como si nunca hubiese pasado, no entendía exactamente porque, Nerox era parte principal de su felicidad claro, pero quizá fuera también la tranquilidad de estar en casa después de tanto trabajo, tal vez fuera el ambiente de la pizzería, poder estar con personas importantes para él sin preocuparse ni por un segundo sobre las cosas malas que pudiesen acontecer. Si alguien lo viera lo más probable es que le costase reconocerlo, ya que si bien Byakuran siempre sonreía y actuaba infantil y afable, casi nunca lo hacía tan abierta y sinceramente como ahora. Estaba feliz, estúpidamente feliz y por primera vez con eso tuvo más que suficiente.

El dueño del local veía oculto tras la barra como aquel niño de cabello blanco se había convertido en un buen muchacho y suspirando con alivio mientras veía a la pareja jugar y pelear por los trozos de pizza, pidió en silencio que ambos siguieran juntos y agradeció que aquél chico extravagante hubiese llegado a la vida del peliblanco, pues le era muy fácil notar que Byakuran estaba enloquecido por él y viceversa. Por lo cual esperaba que ambos encontraran la más grande de las dichas juntos.

La cena continuó entre risas, sin darse cuenta ambos ya se habían terminado la pizza y toda un botella y media más de vino entre juegos y peleas. Byakuran dio un último trago a su copa de vino dejándola finalmente vacía y después se limpio los labios con una servilleta en un gesto elegante, se estiró un poco y dejó a un costado, los platos y demás trastes para que el jovencito mesero se los llevara, cosa que no tardó en suceder. Prácticamente se habían quedado solos, así que el ambiente estaba tranquilo, con las mangas de su camisa dobladas hasta sus codos y un par de botones de su cuello desabrochados, el  peliblanco soltó un suspiro de tranquilidad al tiempo que el señor Marcello traía consigo una taza de humeante café para él, si, era algo extraño después de la pizza y el vino pero en verdad que necesitaba esa taza de café para digestión y para el postre claro está. Byakuran agradeció amable

–Iba a traerte lo de siempre pero no estaba seguro de si il tuo ragazzo le gustase algo diferente- habló el hombre refiriéndose al postre, el peliblanco asintió con la cabeza, generalmente él pedía un tiramisú, pues le gustaba el sabor del licor de café aunque si mal no recordaba su novio no era muy adepto a la bebida, quizá un pastel de chocolate o una tarta de fresas vendrían excelentes, a decir verdad a Byakuran casi todos los postres le venían bien. Miró a Nerox  para preguntarle que deseaba y rió al ver que su novio tenía las mejillas ligeramente rosas quizá por los efectos del vino.

-Jajaja Nerox ¿Aun quieres el postre? - le preguntó pues no sabía si el chico solo estaba ligeramente mareado o ebrio y algo le decía que en dado caso de que fuera la segunda darle azúcar no iba a ser una muy buena idea.

Marcello enarcó una ceja al ver al chico tratando de darle alcance y con discreción se movió un poco hacía él para que lo lograra con más facilidad, lo vio primero sorprendido y después con bastante diversión al tiempo que soltaba una gran y sonora carcajada que llamó la atención incluso de un par de chicas que acaban de ingresar al local, le dio unos golpes a Nerox en la espalda con cariñosa fuerza – e molto bouno Nerox- le respondió  y siguió diciéndole sarta de cosas en Italiano intentando que el otro lo entendiera o las repitiera, ayudándose con gestos de sus manos o señalando algunas cosas, palabras amables, cada una de ellas, y alguno que otro consejo para saber manejar al chico.  Byakuran se dedicó a mirarlos con resignación mientras bebía más de su taza de café, sabía que una vez que el hombre agarraba carrera era particularmente difícil detener su charla, el peliblanco analizó que frente a él tenía a dos de las personas que más le importaban en la vida entera y aprovechó el momento de distracción de ambos para sacar su teléfono y tomarles una fotografía en donde un sonrojado Nerox salía riendo a un lado de un igualmente feliz Marcello. Un momento bello, una de las pocas fotografías que tendría en su teléfono.

Distraído estaba viendo la foto cuando escuchó que el hombre comenzaba a contarle una historia vergonzosa y aunque sabía que Nerox no iba a enterarse de mucho no pudo evitar detener con prisa el rumbo de la conversación - Creo que ya es suficiente por hoy- dijo en tono conciliador llamando así la atención de ambos, el joven mesero había llegado justo para retirar la botella de vino y las copas vacías, el dueño del local recobró la compostura más no perdió el gesto amable – Un pedazo de tarta de chocolate y por favor la casa lo invita- habló y antes de tener una negativa ya se había ido para atender a las recién llegadas, Byakuran suspiró, miró a su novio y le sonrió - Eres un desastre ¿Lo sabías?- le dijo por quien sabe qué vez durante la velada y le apartó un par de mechones de la frente al tiempo que el mesero traía el aclamado postre, una generosa porción de tarta de cuatro chocolates, la cual se veía tan deliciosa que al peliblanco se le iluminaron los ojos.

- -Solo medio pedazo ¿Deacuerdo? - advirtió y cortó el postre dejándole con deliberación el trozo más pequeño al chico, esperando no se diera cuenta de ello - Y bien señor ebrio ¿Cómo planea que volvamos al auto? dudo que puedas caminar en tu estado sin caerte, lo mejor será ir de vuelta a casa ¿O quieres hacer algo más? no sé ¿Ir a correr por ahí? ¿Saltar desnudo al lago? tu dilo y lo haremos- bromeó un poco aprovechándose del estado del menor. Se llevo una cucharada de pastel a la boca e hizo un gesto de enorme satisfacción -¡Delicioso!-

Byakuran soltó una risa ante los pucheros del menor y se quedó observándolo mientras comían el pastel  - Eres todo un gatito mareado- le dijo con un deje de ternura y después bebió de su café.

Asintió con la cabeza por la sabia decisión de ir a casa, aunque a decir verdad la idea de estar  en el lago no se le hacia mala, claro no en plena noche y en pleno invierno pero quizá podría ser divertido hacer alguna locura así, además podía imaginarse con nitidez el cuerpo tibio de Nerox chocar contra el suyo, sus piernas enredadas en su cadera mientras que rodeados por agua fría unían sus cuerpos nuevamente. Se deleitó con la imagen en su mente y se le erizó la piel de solo imaginar la sensación.  Lo tendría en mente para otra ocasión.  Ahora que lo pensaba agradecía secretamente que el otro en medio de alguno de sus berrinches nunca le hubiera puesto una condena de abstinencia ya que sin duda enloquecería. Nerox era en muchos sentidos su perdición y especificamente en las cuestiones íntimas tenía muchos puntos a su favor. ¿Quien lo diría? El siempre controlador Byakuran Millefiore  ahora se encontraba en conflicto por culpa de un mocoso.

Buscó centrar su mente y levantó  la mano haciendo un suave gesto para que el muchacho camarero le llevase la cuenta al tiempo en que el otro tarareaba algo sobre su amor al pastel cosa que le sacó otra carcajada y una negativa con la cabeza - No hay de que gatito, es un gusto cenar juntos- agregó amable y recibió de manos del mesero la cuenta en la cual se le descontaba el café y el postre, el peliblanco le dirigió a Marcello una mirada de negación  pero el hombre la devolvió aún más intensa dándole a entender que la cuenta se quedaría así. En esas estaba cuando notó a su novio levantarse y tambalear hasta él, se apresuró a sujetarlo por la cintura para evitar que cayera y recibió gustoso el beso, suave y apasionado. Lo respondió con afecto y seguridad, saboreando en los labios ajenos no solo el ya característico  sabor que poseía, sino también el dulzor del vino y el chocolate, todo junto hacia que los labios de Nerox se le antojarán aún más deliciosos, le mordió el labio con suavidad y se quedó sin aliento al oír semejante declaración.

Byakuran miró a los ojos de su novio buscando en ellos ese deje de broma por las palabras mencionadas, pero en las orbes de su pareja no encontró ningún ápice de juego. Sintió su corazón saltarse un latido y después desbocarse con fuerza dentro su pecho. Jamás había sentido algo como eso. No era la primera vez que alguien le hacia una declaración semejante, claro no con las mismas palabras ni en los mismos términos, pero ya en una ocasión alguien le había casi jurado devoción y él con fría crueldad se burló dejando atrás el alma rota de una persona. Apartó un poco a Nerox ¿Porqué ahora era diferente? La respuesta no tardó en acudir a su mente " Porque eres idiota" se dijo a si mismo.

Miró de nuevo a los ojos de Nerox y sus palabras sonaron con fuerza en su mente, se levantó con brusquedad y lo atrajo a su cuerpo en un posesivo abrazo. Un repentino miedo se apoderó de él, había caído en cuenta de  lo fuertes que eran los sentimientos de su novio, más aún, le golpeó la realidad de que tan fuertes eran los propios hacia el chico y tuvo miedo, no a los sentimientos ni a atarse a alguien, no, por primera vez tuvo miedo de perderlo, de no ser suficiente para él, de que quizá solo fuera un cascarón vacío y que el otro al darse cuenta lo dejara sin remedio. Temió perderlo por culpa de su empleo, si alguien peligroso se enteraba de lo atado que estaba con él podrían hacerle daño y eso no se lo perdonaría jamás. Tuvo miedo incluso de que el otro cometiera una locura solo por él.

Subió sus manos a las mejillas del chico y lo miró fijamente - No, jamás digas eso, no quiero que te arranques el corazón Nerox, sé que eres mío tanto como yo soy de ti- le dijo y después tomó sus manos y las besó suavemente -  Y menos aún quiero que ensucies tus manos con sangre por mi causa, no puedo condenarte a esa carga,  prométemelo,  prométeme que sin importar que pueda sucederme, jamás  harás algo como eso- se inclinó a besarlo.

La respuesta no llegó a escucharse pues el dueño de la pizzería  se acercó a interrumpir sin querer, Byakuran le dirigió una última mirada de angustia a Nerox y después retomo su semblante normal, sonrojandose un poco ante las frases subidas de tono que el hombre les decía. Rio un poco y pagó la cuenta para después excusarse e ir al baño a mojarse un poco el rostro, encargando el cuidado de Nerox al hombre.

- Es un buen muchacho y te ama aunque el aún no se haya dado cuenta, cuídense, ambos- le dijo amable Marcello a Nerox y le besó ambas mejillas antes de soltar otra carcajada y esperar al peliblanco para finalmente despedirse de ambos chicos exigiendo que no se olvidaran de la familia y que fueran a visitarlo pronto, así como deseándoles un camino a casa seguro.

Byakuran sonrió y abrazó a Nerox por la cintura para ayudarle al equilibrio, una gran sonrisa cubría su rostro y toda preocupación parecía haberse esfumado - Bien gatito cantor, en marcha al auto- le dijo y finalmente salieron a la calle en donde el frío comenzaba a ser  bastante, preocupado de que Nerox se enfermara lo cubrió lo mejor que pudo con su cuerpo - Espero que no se te haya olvidado lo del concierto con final feliz eh - le recordó riendo mientras se balanceaba suavemente de un lado a otro debido al movimiento alegre que Nerox ebrio llevaba al caminar. Un poco más y llegarían al estacionamiento.

-Si, si, si ¡Yey!- le dijo dándole un poco el avión a Nerox que al parecer salir al aire no le había hecho bien que digamos así que de momento su prioridad era llegar al auto. No lo diría pero si, con certeza había pasado una noche muy divertida a pesar que no había tenido el mejor de los comienzos. Es más, no podía recordar la última vez en que sinceramente la había pasado tan bien con alguien. Si claro, Nerox lo sacaba de quicio y le costaba mucho comprenderlo. Justo cuando creía que ya lo había entendido salía con algo extravagante y de nuevo parecía que se le escapaba de sus dedos. Sin embargo le parecía increíble cómo podía hacer pequeñas excepciones a la regla y quererlo a pesar de todo. Podría ser bastante hiperactivo pero incluso el chico sabía cuando comenzaba a excederse ¿No?

Estaban a una vuelta de esquina para llegar a la calle de la casa cultura cuando sintió un tirón en su ropa -¡Cuidado!- advirtió y apenas tuvo tiempo de coordinar sus pies para no caer y de rodear la cintura de Nerox con un brazo buscando que el otro no fuera a dar directo al suelo, aunque para su sorpresa, habían terminado aprisionados en un espacio entre dos paredes, una especie de calleja oculta en donde cabían los dos justamente, el peliblanco se sorprendió, habían pasado por ahí antes y no la había visto, se giró hacía un lado y pudo ver de reojo la acera de la calle aunque ellos quedaban perfectamente ocultos entre las sombras de la calleja, curioso, sin duda alguna curioso, iba recordar ese lugar por si alguna vez tenía que ocultarse de algo. Iba a murmurar un “¿Estás bien?” cuando sintió la cálida lengua de su pareja pasarse por sus labios, dio un respingo y lo miró casi incrédulo -¡¿Qué?!- preguntó aun confundido pero lo único que tuvo como respuesta fue un choque de caderas, se mordió los labios ¡¿Pero quién rayos se creía este mocoso?! Quiso apartarse pero el espacio era reducido y estaban acorralados entre las paredes, más específicamente tenía a Nerox acorralado contra su cuerpo, con una chispa reluciendo en sus ojos, mitad por las ganas y mitad por el alcohol, jadeó.

- Ey espera ¿Aquí? estás loco estamos en… tks…- su discurso quedó cortado ¡No era de piedra maldita sea! y su novio seguía provocándolo con esa voz y esos roces después de no haber intimado por tanto tiempo. En realidad no le preocupaba que los descubrieran, seguramente los envidiarían, y menos aun si lo que hacían era correcto o no, por favor el menos que nadie se preocupaba tanto por esas cuestiones, lo que lo confundía era de nuevo esa capacidad que tenía su chico para descolocarlo completamente y justo ahora todo su control estaba volando sin escalas directo al demonio.

Su cuerpo, como es lógico no tardo en responder a los roces seductores de Nerox - Demonios Nerox… estas ebrio, no sabes lo que haces- le dijo con el poco control que le quedaba. Frunció el ceño por ese “Mi baby” que le recordó lo sucedido en el teatro y todas esas miradas de lascivia que otros le habían dirigido, gruñó molesto y de paso excitado, lo miró de nuevo y sus defensas cayeron aun más - Omite el baby- le dijo con la voz rasposa, con un tono agresivo, posesivo, y se inclinó para besar sus labios con ferocidad, succionándolos con pasión y presionando con su lengua para abrirse paso a la cavidad del menor, la cual no dudo en atacar una vez que le hubieron dado acceso, bajó lamiendo por el cuello y depositó una mordida en tal sitio -Te dije que ibas a olvidar como caminar ¿No? así que tomemos esto como un calentamiento en lugar de un final- le jadeó al oído y mordió el lóbulo de la oreja del chico, mientras que una su mano se colaba dentro del pantalón de su pareja y la otra subía despacio para acariciarle la piel bajo la playera.

Byakuran sonrió satisfecho al ver la sorpresa de Nerox, era una pequeña victoria a su bolsillo, nadie lo provocaba y después salía invicto del asunto, le agradó poder sacar un poco de su sitio a su novio ya que por lo general las situaciones eran al contrario. Siguió besándolo con ganas hasta que el otro se apartó para jadear su nombre al oído, demonios vaya que lo excitaba oírlo, era consciente que lo había extrañado pero hasta ahora caía en cuenta de cuánto había echado de menos el contacto intimo con él, y debía admitirlo, le excitaba a sobremanera todo el asunto de que pudieran descubrirlos. No podía hacer mucho, debido al espacio tan reducido pero no estaba nada mal para empezar. Soltó un carcajada y apartó sus mano del torso del chico -¿Qué espere? tú fuiste el que inició con esto, no me pidas que me detenga, porque de primera no me apetece- le dijo con severidad - Y de segunda no creo que quieras caminar con esto sin arreglar finalizó y metió su mano ahora en la ropa interior del chico apretando directamente su miembro endurecido.

Comenzó a masturbarlo con suavidad a la espera de oír sus gemidos, se estremeció al sentir el cálido aliento de Nerox chocar contra la piel de su cuello, él mismo estaba muy excitado, aunque intentaba controlarse lo mejor que podía, ya que aunque quería poseerlo ahí mismo, era plenamente consciente de que podía herirlo, no quería ser tan brusco, al menos no por ahora, ya una vez encaminados las posibilidades serían muchas, además que también quería hacerlo esperar un poco, una pequeña venganza por todas las veces en que lo había “Agarrado de bajada”. Byakuran se  apartó lo más que tenía permitido y tras sonreírle se agachó frente a él para levantarle la playera y depositar pequeños besos en su vientre, sus manos hábiles se encargaban ya de hacer espacio y mover en la medida de lo posible la estorbosa tela del pantalón y así bajar un poco los bóxers de su novio, solo lo suficiente para tener acceso directo a su entrepierna, rió suavemente al ver cómo un poco de liquido comenzaba a escurrir - Creo que hoy estas un poco acelerado ¿Verdad?- se burló, quizá también se debiera a los efectos del vino que Nerox estaba más excitado de normal y contra eso no iba a quejarse.

No esperó una respuesta y de inmediato cubrió con su boca el glande del chico dando una succión al tiempo que sus manos se hacían cargo de acariciar el largo de su entrepierna así como sus testículos, mordió suavemente miembro, buscando excitarlo aun más de ser posible y subió la mirada para pode ver sus reacciones, no quería perderse de ninguna de ellas. Tan solo se tomó unos segundos para mirar de reojo hacia la entrada de la calleja para asegurarse de que nadie pudiese descubrirlos.

Byakuran rió un poco y suavemente contra la entrepierna del menor, siguió lamiendo y succionando, asegurándose de pasar por todo el largo y de no dejar desatendidos los testículos del chico. Lo mordió un poco, no muy fuerte y se apartó tan solo un poco para poder mirarlo. La visión era perfecta, Nerox agitado, con los ojos cerrados y mordiéndose los labios en un intento inútil de no gemir tan alto. Demonios su novio lo excitaba sin si quiera darse cuenta de ello. Y era cierto, como por ejemplo usando se ponía esas malditas playeras cortas y ligeras que dejaban al descubierto su vientre y parte de su hombro y cuello. A veces en verdad pensaba que el chico lo que secretamente quería era matarlo o algo, pues constantemente ponía a prueba su capacidad de controlarse.

-¿No? Pero no parece molestarte mucho lo hago- le dijo "inocentemente", había apartado su boca pero sus manos seguían acariciándolo, sonrío al oírlo medio quejarse en medio de un gemido, apretó la punta de su miembro para evitar que terminara y le dio un par de lamidas y succiones más. Notó el temblor de las piernas del chico y  los dedos de Nerox clavarse con fuerza en sus hombros también, esa era otra de las cosas que le gustaban, sentir como el otro le rasguñaba casi inconscientemente la piel, por lo general Byakuran era el encargado de dejar marcas en la piel de su novio pero no era el único, varias veces al despertarse y mirarse al espejo no solo se había topado con las cicatrices que tenía en sus omóplatos, sino también con la espalda arañada por culpa de Nerox.

Finalmente y al ver que el otro ya no podía resistir mucho, volvió a meter la entrepierna del mejor a su boca, dando una fuerte succión y pasando sus dientes por el largo mientras la metía y sacaba de su boca. Tras unos momentos sintió palpitar el miembro de Nerox contra sus labios y después el sabor de su esencia, la cual tragó sin problema alguno, se relamió los labios y se puso de pie lentamente no sin antes depositar un pa de besos en el vientre de su novio. Frente a frente le sonrió y lo sujetó ponía cadera ayudándolo a sostenerse un poco -Mmmm...parece que hemos solucionado parte del problema pero...- con algo de brusquedad lo hizo girarse de cara a la pared y pegó sus caderas a su cuerpo, moviéndose un poco contra su trasero y haciéndole notar lo excitado que estaba bajo su propia ropa. Se inclinó a su cuello y le dio una pequeña mordida.

-Quizá debería hacerte mío aquí, justo ahora ¿No crees? le susurró y al instante empujó su pelvis contra el trasero de su novio, de forma firme como si se tratase de una embestida fuerte, sonrió y le dio un beso en la mejilla -Pero creo que eso sería un doble premio para ti, además ya jugamos demasiado con nuestra suerte- agregó repitiendo el mismo movimiento para después apartarse suavemente, lógicamente no le divertía tener una erección bajo los pantalones pero se veía capaz de soportar un poco más. Así que se apartó y despacio le acomodó los bóxers y el pantalón a su novio no sin antes darle una deliberada caricia a su trasero.

Después, de nuevo frente a frente le sonrió de medio lado y lo empujó para salir de la calleja, lo abrazo de espaldas lo la cintura apegandose a él, en primera eso le permitía ocultar su excitación que obviamente se notaba y en segunda le divertía provocar a Nerox quien lógicamente también podía sentirlo mientras caminaban.

-Volvamos al auto antes de que se te ocurra hacerlo contra una farola en la vía pública- bromeó y así juntos comenzaron a caminar de vuelta al estacionamiento de la casa de cultura que ya solo estaba a un par de calles más.

 El peliblanco soltó una risita suave al ver la reacción de su novio, debía admitir que a pesar de la incomodidad de sus pantalones, le agradaba en demasía volver a tener el control de la situación y llevarle ventaja a su chico. Como esperaba, no tardaron demasiado en llegar a su destino, el lugar estaba prácticamente desierto, Byakuran miró a lo lejos su auto y después buscó en el mostrador al chico encargado aunque no parecía haber nadie ya por ahí, le restó importancia, en realidad prefería que no hubiera nadie así  no recibiría miraditas  inquisitivas sobre porque habían tardado tanto, ya bastante con el drama que habían provocado dentro de la casa de cultura.

Byakuran tomó sus llaves y se dirigió a su auto, apartandose un poco de Nerox, sonrió al ver a su bebe, su choche era una de sus grandes pasiones, lo cuidaba en exceso y gustaba de presumirlo el doble. Rápidamente lo escaneó con la mirada, si descubría un solo rayón, por mínimo que este fuera, todo el recinto iba a arder en llamas hasta encontrar al responsable, oh y también iba a revisar el kilometraje, pues le había pasado en una ocasión, con otro de sus autos, que a los muchachitos del vallet parking se les ocurrió dar un par de vueltas ¡Con su auto! Ugh cuando se dio cuenta estuvo a nada de querer matarlos. Pero afortunadamente, ahora, todo parecía estar en orden, con el click de un botón desactivó los seguros, sonrió una última vez más antes de acercarse a la puerta del conductor

- Sube Nerox iremos a...- no pudo terminar de hablar cuando su pareja ya se había adelantado a él, metiéndose en la parte de atrás, lo miró con expresión confundida  y al oír la respuesta casi se le va el alma a los pies, ¿Era enserio? ¿En verdad quería que lo hicieran en el auto? SU auto. De nueva cuenta le sorprendía lo fácil que su novio podía idearse planes para salirse con la suya. No le molestaba en realidad que el otro no pudiese controlar sus ganas, el estaba a punto también y tampoco le molestaba que lo hicieran en el coche, no al menos en todo el sentido de la palabra, en realidad le parecía bastante sexy, lo que le sorprendía era que jamás lo había considerado como opción, no cuando casi nadie se subía a su bebe, no cuando prácticamente había un reglamento para subir a su auto, sin bebidas o alimentos, sin cigarros, una vez corrió a una chica que era su conquista de turno por atreverse a maquillar dentro y soltar un polvo rosado manchando sus asientos.

Su auto era su vida y ahora tenía a un chico medio ebrio y sin playera mirándolo con sugestión y prácticamente  arrastrandolo dentro, su novio señoras y señores, ni mas ni menos más ni menos.

- Oye Nerox espera un poco.. - pidió aunque en menos de un segundo ya se encontraba siendo desvestido por el otro, apenas y y tuvo tiempo para empujarse a ambos dentro y cerrar la puerta, sus llaves al igual que su camisa cayeron al suelo,  y eran apenas iluminados por la luz que se filtraba de las lámparas del estacionamiento, Byakuran gimió cuando tuvo a Nerox atacando su cuello y sus hombros y agradeció enormemente tener los vidrios entintados para no pudieran verlos.

Sin poderlo resistir más cedió ante los caprichos del otro, vamos que estaba extremadamente excitado y el ver al menor, ansioso y semi desnudo no le ayudaba en nada. Rápidamente le acarició la piel del torso a sus anchas, iniciando desde las caderas del chico y subiendo por su vientre hasta sus pezones los cuales pellizcó un poco con sus dedos.

Se empujó un poco y se acomodó de manera en que pudiera tener a Nerox sentado sobre él, la situación era tan erótica que de ser posible se excitó aún más y lo notó a él también algo excitado, no tardó en atacar su boca, besándolo con desesperación, enredando sus le vías en una danza húmeda y cálida, succionando y mordiendo sus labios -ah...demonios Nerox...- le gimió roncamente en el oído mientras que sus manos ya buscaban arrancarle el pantalón el cual le parecía inútil y muy estorboso.

Besó su cuello y después lo mordió dejando una marca en la zona para después inclinarse y envolver con sus labios y su lengua uno de los pezones de su novio. Si alguien le hubiera dicho que un día terminaría enrollandose con un chico en la parte de atrás de su auto lo tiraría por loco pero ahora y precisamente con Nerox, lo único que pasaba por su mente era hacerlo suyo lo más pronto que pudiese.

-Mas te vale terminar lo que iniciaste gatito o juro que durante un mes no tendrás el placer ni si quiera de recibir un roce mío- le advirtió antes de besarlo de nuevo.

No dejaba de sorprenderle la manera en que Nerox naturalmente lo provocaba ¿El chico era consiente acaso de ello? A veces parecía que sí y otras todo se daba tan simple que Byakuran se encontraba prendido de Nerox cada vez con más intensidad. Los besos siguieron uno tras otro y con la ansiedad en aumento. El espacio reducido de su auto era ventaja y una desventaja al mismo tiempo, pero se la ingeniaron para que la ropa finalmente dejara de estorbarles lo cual resultó ser un verdadero alivio, sonrió al ver la desesperación de su novio y gimió ahogadamente cuando sus entrepiernas se rozaron, no pudo evitar reír ante las palabras del chico - Eres un pervertido de primera - le espetó, aunque la verdad él también deseaba tenerlo así, solo para él.

Byakuran se acomodó mejor para motivar la fricción de sus entrepiernas y con una de sus manos se encargó de acariciar ambos miembros de manera suave para incrementar las sensaciones, jadeó al ver a Nerox lamer sus dedos de esa forma - Tks.. eres tan… - no encontraba las palabras para describirlo así que simplemente lo atrajo aún más contra su cuerpo para besarlo con ganas, metiendo su lengua y enredándola con la de él en un beso cargado de excitación. Se separó solo para besar cerca del oído de Nerox

- Mi auto tiene los vidrios entintados si, pero te aseguro que podrán oír tus gemidos así que contrólalos que esos solo nos pertenecen a ambos -le advirtió juguetonamente, en realidad le tenía sin cuidado si los escuchaban a o no, pero le pareció un reto divertido dada la situación tan desenfrenada en la que estaban.

Hizo que el chico lo sujetara por los hombros, iba a necesitar un punto de apoyo, el peliblanco acarició la cabeza de Nerox, enredando sus dedos en el cabello que cubría su frente y sujetándolos con firmeza mientras que con su mano libre, sujetó la cintura de su novio impulsándolo un poco hacia arriba para poder acomodarse, le sonrió con malicia mientras rozaba por apenas unos momentos la punta de su miembro contra su entrada antes de penetrarlo de golpe, besándolo al mismo tiempo para acallar ambos gemidos.

Sintió de inmediato el calor estrecho del interior de Nerox y se preguntó cómo demonios había podido resistir tanto tiempo sin hacerle amor, porque esa era otra cosa, podría coquetear con algunos chicos o cosas similares, pero desde que su relación con el chico se había vuelto seria, le era fiel en todos los aspectos. Así que se había mantenido a raya de intimar con otras personas, ya fueran hombres o mujeres, no le parecía correcto de primera y de segunda no creía que ninguno de ellos fuera tan bueno como Nerox.

Byakuran le concedió al chico un par de segundos para adaptarse a sentirlo dentro, su entrada había sido brusca así que esperó unos momentos que utilizó para besar y morderle el cuello - Recuérdalo si gimes demasiado alto, me detendré y tendrás que aguantar hasta lo que te hare en casa - amenazó con juego mientras que finalmente comenzaba a empujar sus caderas para embestirlo de manera firme - Mghm… delicioso… no sabes cuánto necesitaba sentirte asi - le gimió con voz ronca directo a su oído

- Nerox… Nerox… -No podía evitar nombrarlo, cada fibra de su ser estaba enloqueciendo y quería saciarse de él mientras que se encargaba de que las embestidas fueran cada vez más rápidas.