Despejando la mente ~libre~

¿un problema? la verdad no sabía si llamarlo así o no, estaba huyendo, huyendo de todo lo que implicaba aquel mundo que sentía que no tenía absolutamente nada que ver con él, huía de aquellos que se llamaban sus amigos y sin embargo no estaba del todo seguro de que lo fueran, huía de su presente y su pasado el cual desconocía, pero principalmente huía de un futuro que no deseaba.

Dejó que lo despeinara aunque no por eso dejó de dedicarle una mirada que indicaba claramente su molestia.

-no estoy seguro de ello, creo que solo estoy huyendo...

Suspiró pesadamente ante aquello, el frío parecía calar aun más a cada momento que pasaba, así que inconscientemente se acercaba cada vez un poco más al cuerpo ajeno, buscando un poco de aquel calor que momentos antes le brindaba.

Dejé de despeinar su cabello pues me había dado cuenta de su mirada y creanme, lo que menos deseaba era que Miharu se molestara conmigo aún si yo tenía la culpa de ese sentimiento.

-¿Huyendo? ¿Y de quién? -de nuevo pronuncié palabras que había pensado, pero para mi infortunio salieron automáticamente.

Su suspiro me hizo pensar en que debía liberarse de un peso que presuntamente traía encima. ¿Qué sería? No puedo dejar de pensar en el porqué de tu huida y eso hace que la cabeza me de vueltas, pero sigo sin entender porqué... porqué me interesa tanto. No es como si fuera una mujer, una con curvas que la hacen ver extremadamente sexy y ¡ah! qué tal esos grandes pechos que me invitan a succionarlos y a...

No, no. A ver, estemos claros. Mi único interés ahora lo tiene Miharu. Nada más.

Se encogió de hombros levemente, ya que ni siquiera él estaba seguro de a que o quien le estaba huyendo.

-no lo sé, solo quise huir, no lo soporté más...

A veces pensaba en su tía, en que quizá debía estar preocupada, aunque a veces también sentía como si fuera mejor para ella, al menos ahora ya no debía cargar con él como una molestia, si bien era cierto que le ayudaba en el pequeño restaurante que tenían, a la larga se sentiría como un estorbo.

-quizá este huyendo de mi mismo...

Escuché sus palabras atento y realmente no pude creerlo por más de que repetí éstas mismas varias veces en mi cabeza.

"Huír de mi mismo...". ¿Por qué? ¿Por qué justamente tenía que ser eso? ¿Huír? No.. tenía que haber otra razón... él no podía estar en ésta ciudad por la misma razón que yo. Era inaceptable. No tenía ni 18 años. ¿A dónde se supone que iría? O mejor dicho ¿qué razón sería la suficiente para que tuviese que escapar? ¿De sí mismo? No.. no podía creerlo.

Entonces mi parte irracional estaba haciéndose de mí.

Detuve mi paso, y en un movimiento de brazo y muñeca lo atraje a mí. Le abracé con fuerza, incluso podría asegurar que lo estaba sofocando. Pero no podía aguantar esa idea. No. Él... Miharu... -Miru... no estás solo. Estarás conmigo. -ni siquiera yo comprendía el significado de mis palabras, simplemente las estaba pronunciando como si estuviera hipnotizado por alguien que quisiera jugarmelas de malas. -Estás... conmigo... -mis palabras se veían envueltas en tonos susurrantes, como si fuese un secreto que únicamente él podría conocer.

Apenas si logró reaccionar cuando Shin le envolvió una vez más entre sus brazos, por un momento y de cierta manera se sentía bien la calidez del cuerpo ajeno, sin embargo también sentía que le asfixiaba, sentía que su pecho era apretado con tal fuerza que no lograba tomar el aire suficiente, tosió dejando salir el aire que había guardado momentos antes en su pecho, dando leves golpecillos a los brazos ajenos.

-c...calma...

Susurró tratando de que le soltara, aunque sin saber porque al escuchar las palabras ajenas le hizo sentir extraño... distinto, como si con esas simples palabras olvidara en cierta medida la asfixia que había estado sufriendo, primero que nada la manera en que le llamó "miru" era algo... lindo, aunque no quisiera admitirlo y finalmente, sentir que había alguien con él.... alguien que no quisiera obligarlo a ser lo que no era, alguien que no le dijera "debes estudiar", o "¿porque huiste? ¡debes regresar!"

-No voy a soltarte. No voy a dejarte ir. -pronunciaba una y otra vez, pues sentía que si lo hacía, él se perdería, terminaría como un papel al cual uno expone al fuego: se convertiría en cenizas en cuestión de segundos.

Aunque ésto no fuese a suceder, así de malas me las jugaba mi mente. Y nadie puede culparme, de verdad que no deseaba que eso le sucediera. Tenía miedo por él, no por mí, si no que era su seguridad la que ahora me preocupaba. Aún si apenas habíamos hablado poco, estaba dentro de mí el deseo de querer tomarlo entre mis brazos y formar un tipo de escudo que lo protegiera de cualquier cosa o persona que quisiera lastimarlo.

Sin embargo, al hacer ésto, como predije, estaba sofocándolo, por lo que aminoré mi fuerza y terminé sólo por rodearlo con mis brazos. La diferencia de altura era mucho, de menos le sacaba una cabeza por lo que incliné un poco mi torso y besé las ebras de las que se componía su cabello castaño ¿o era negro? No estaba seguro, la noche también me las hacía de malas.

Sintió el abrazo aflojarse y terminó por que las manos que momentos antes daban leves golpecillos para que le soltase se aferraran una vez más al torso ajeno, era apenas un agarre débil, se sentía seguro y por una fracción de segundo se sintió realmente querido por el beso que había dejado en su cabello, sin embargo, su mente despertó bruscamente seguido del beso.

-n...no

Pasó sus manos al pecho ajeno y le empujó un poco, rompiendo aquel abrazo, su mirada estaba baja, por un lado se encontraba levemente sonrojado, sin embargo por otro lado sentía que no debía seguir así, estaba bajando la guardia demasiado, sin darse cuenta lo estaba dejando entrar.

-Yo... lo siento. -me dísculpe aún si estaba seguro de que no había cometido nada malo. Pero como pensé en unos momentos anteriores, él parecía no disfrutar de mi compañía.

Si fuera una mujer sería todo lo contrario, estaría pegada a mí y andaría con sus "kya, kya, kya" y demás. Ugh. Totalmente insoportable. No me gusta la gente que sólo te juzga por el físico, y creanme, hay un montón de éstas. Sin embargo, no es tema que me agrade tocar, así que desechemoslo.

-No volverá a suceder. -dije un poco serio. Volví a meter mis manos en las bolsas de mi sudadera y empecé a caminar, fingí: me comporté como si no me hubiese importado ni tantito de su estado, o del porqué de esa "ruptura". Probablemente era mucho mejor mantener un perfil bajo y solamente acompañarlo a su casa. Nada más.

Sintió el viento colarse por todos lados y abrazarlo cruelmente en cuanto Shin se alejó completamente de él, un escalofrío recorrió su cuerpo, recordandole su soledad, no era la clase de persona que iría detrás de alguien pidiendo que le abracen de nuevo.

-no importa...

Susurró dejando así que el otro tampoco notara que a él le había afectado el hecho de romper el abrazo, finalmente se abrazó a si mismo, de esa manera se sentía al menos un poco más cálido aunque seguía sintiendo el frío de la soledad.

-el hostal no queda muy lejos...

Dijo una vez que salieran del parque.

Caminé en silencio, a su lado. Necesitaba recapitular todo lo que había sucedido en tan sólo unos minutos.

"¿Por qué?" Tal pregunta no dejaba de rondar por mi mente. ¿Por qué ésto? ¿Por qué lo otro? Simplemente era un caos, por lo que mi habla se vió afectado. Me veía serio y me sentía un poco incómodo ya que no estaba acostumbrado a guardar silencio durante tanto tiempo, sobretodo si estaba sumergido en ideas que nada más quemaban mi cerebro.

Pero en fin, pronto salimos del parque y empezamos a andar sobre un camino normal. Me dí cuenta de la presencia de varias parejitas que iban rumbo al parque, contrarias a nuestra dirección. Estaban de cariñosos y me pregunté a mi mismo por qué yo no podría estar así con éste niño.

Vaya, qué alucinaciones las mías...

-Ésto de la navidad... me da un poco de envidia. -murmuré para mi mismo, y no esperé que el menor me escuchase.

Siguió caminando en silencio, tratando de no pensar demasiado en lo que había pasado momentos antes, más bien trataba de concentrarse en las cosas que debía hacer esa noche y al día siguiente, sin embargo el comentario ajeno, le sorprendió un poco.

-¿Envidia?

Podía imaginar que alguien dijera que odiaba la navidad, o que la amaba, o que simplemente le era indiferente, pero no imaginaba que hubiera alguien que sintiera envidia, es decir ¿de qué podría sentir envidia?

-¿y se puede saber exactamente a "qué" le tienes envidia?

Suponía que debía tratarse de algo en especifico y no simplemente a la navidad en general.

Por curiosidad o por tener un buen oído, quién sabe. Pero mi comentario llegó a él, y no tuve más remedio que responderle.

Voltée a verle y le sonreí de medio lado, después regresé mi vista hacia enfrente, mientras continuábamos caminando: -Ahhh... pues, verás.. Hace unos años todavía pasaba la Navidad con mis hermanas, y era divertido. Ellas cantaban y preparaban la comida mientras yo adornaba nuestra casa... -los recuerdos invadieron mi visión, incluso podía escucharlas reír y cantar, pero todo se esfumó cuando: -Pero ya no vivo con ellas. -dije algo seco. Esa era mi dura realidad y tenía que aprender a lidiar con ello- A eso le tengo envidia. Poder pasar la navidad con las personas que verdaderamente amas es... -detuve mi paso y voltée a verle, con esa expresión de preocupación.

Más que otra cosa ¿él habría podido festejar la navidad con su familia? Se le veía solo... ¿cómo es que no se sentía mal? ...Yo realmente...

Quería poder decir que entendía el sentimiento de Shin, sin embargo no era del todo así, él nunca había pasado una navidad en forma, generalmente su tía dormía temprano ese día y él simplemente veía televisión o estaba en internet, fuera de eso... no recordaba haber pasado ninguna navidad con sus padres... en realidad ni siquiera recordaba el rostro de sus padres, y de no ser por una foto que tenía junto a ellos, no los recordaría en lo más mínimo.

-supongo que... si, esa es una razón para sentir envidia...

Le hubiera gustado decir algo más amable, o darle un poco de ánimos al mayor, sin embargo no tenía palabras para hacerlo, ni siquiera tenía un hogar al cual invitarlo a pasar una navidad "en familia"... a esas alturas no sabía que era más triste, haberlo vivido y perderle o no haberlo vivido nunca.

-¿Acaso tú...? -dejé la pregunta incompleta. Tenía un no-sé-qué de preguntarle (no, no era miedo) y de escuchar su respuesta de ser así. No quería lastimarlo haciendole recordar cosas tristes o dolorosas.

Se me ocurrió algo. Si él y yo íbamos a estar solos ¿por qué no?

Volví a acercarme a él y me agaché un poco para estar a su altura. Sonreí amplio e incluso dejé mi mano derecha reposar en su hombro izquierdo -Si no crees que soy molesto para cuando lleguemos a dónde te estás hospedando... y si todavía tienes ganas de verme... ¿Te gustaría que pasasemos la navidad juntos? -me erguí, la idea me avergonzó un poco por lo que llevé mi zurda detrás de mi nuca, pareciendo el inocente chico que no era- Ah... digo, sólo si quieres.

-no, no recuerdo nunca haber pasado una navidad en familia...

Sabía que a eso se refería con esa pregunta inconclusa y lo mejor era resolverle la duda, no es que quisiera inspirar lástima, sino que como recordar algo que sucedió si ni siquiera estaba seguro de haberlo vivido, había una fotografía que comprobaba que así había sido, pero a pesar de tenerla en sus manos y verla fijamente, jamás podía recordar nada.

Le sorprendió la pregunta ajena un poco, pasar la navidad juntos... sonaba algo... lindo, no pudo evitar sonreír un poco, sería la primera vez que viviría una navidad realmente acompañado.

-suena bien, por ahora solo falta ver sino me desespero de ti

Por supuesto lo decía en broma.

-Vamos, no soy tan mal chico ¿o sí? -quería creer que no, deseaba escuchar de sus labios que era alguien bueno, para tratar de convencerme a mi mismo.

Si tan sólo pudiese librarme de todas aquellas muertes... tal vez así podría dormir bien en la noche. Mi consciencia no "pesaría" tanto y yo podría ser por fin libre. Sin embargo, un recien conocido (nótese que no dije desconocido) podía darme esa libertad. Simplemente era un comentario. Pese a ésto en ese justo momento sentí como si al decirme eso, de verdad me liberara de algo, aún si fuera un mentira. Pero vamos, no nos metamos en temas que no. Esos temas deberían de tener una etiqueta de "no abrirse hasta nuevo aviso" o "hasta que usted sea más fuerte". Y tal cual.

-Entonces sigamos. -me tomé la libertad de ahora rodear su pequeño cuerpo con mi brazo derecho para que caminara a mi lado. Realmente me sorprendí de dos cosas: primero, que estaba helado, el poco calor que le había brindado parecía haberse desvanecido así tal cual; y segundo, me gustaba el gesto. Éste chico, Miharu, parecía acoplarse perfecto a mis brazos, a mi cuerpo. -¿Te parece si jugamos a algo? Para conocernos mejor. -aligeré mi paso, haciéndolo un poco más corto para que fuesemos de forma tranquila, como si el tiempo no estuviera apresurándonos.

No tenía razón para pensar que Shin fuera malo, la pregunta le hizo sonreír un poco, en un inicio pudo decir que era malo a manera de juego, pero no lo haría, no podía, ya que antes de dar su respuesta se encontró una vez más entre sus brazos, era apenas un débil abrazo rodeandole a la altura de los hombros, pero una vez más se sintió... diferente.

-Shin...

Alzó la mirada hacía el otro para poderlo ver mejor desde el ángulo en el que se encontraba ahora.

-no eres malo, creo que eres un buen chico...

Sus palabras eran sinceras y esto se podía ver en su mirada, por un momento una luz mercurial le cegó, obligandole a cerrar los ojos, en ese momento solo se podía sentir en medio del abrazo ajeno y se dio cuenta que no solo era algo diferente, sino que era algo que quizá... quizá muy en el fondo, le gustaba.

-Ehh... no me respondiste... -evadí su comentario. Había dicho justamente lo que mi mente deseaba escuchar. Terrible. Simplemente terrible. Pero en fin...

-Entonces tú empieza... son preguntas y respuestas. Por lo que te cedo el derecho de preguntarme lo que quieras. -giré un poco el rostro para verle y dedicarle una sonrisa, una que le brindara confianza y que cualquier cosa que tuviese duda, o tuviese en mente, iba a ser respondida con absoluta verdad. No tendría porqué mentirle a éste punto ¿no?

-Anda, prometo decir la verdad.. sea lo que sea. -acaricié un poco su hombro, frotandolo contra mi mano que yacía en una temperatura normal.

-ok, ok, ¿entonces puedo preguntar lo que yo quiera?

Sabía que podía hacerlo, pero aún así estaba pensando en cual sería una buena pregunta para hacerle al mayor.

-Mejor empieza tu, no sé que clase de preguntas debo de hacer, no soy muy afín a hacer esta clase de juegos

Se pegó un poco más al cuerpo ajeno, dejándose abrigar con su calor, era verdaderamente reconfortante, cerró los ojos una vez más y todo se sentía tan bien, hasta de pronto terminó por tropezar, ya casi podía sentir el dolor de su cuerpo golpeando el asfalto, al igual que el sentimiento de vértigo en su estomago.

Iba a hacer la pregunta cuando de pronto mi acompañante tropezó, entonces lo tomé rápidamente de un brazo y evité su caida. Apliqué un poco de fuerza y lo atraje de nuevo hacia mí, pero ahora lo rodeé con los dos brazos, deteniendo el paso por supuesto.

-Hey, ¿estás bien? -pregunté. Me preocupé por su "desliz" si así podía vérsele. ¿Acaso no iba viendo el camino? Y de ser así ¿por qué no lo estaba viendo? ¿se sentía mal? -¿Miharu...? -se separó tan sólo un poco, para poder tocar su frente con una mano y revisar la temperatura, no, todo parecía normal...

Voltée a ver el suelo, para revisar si no había algún bache o algo extraño que pudiese propiciar su caida. No. Tampoco. Entonces ¿qué? ¿qué había sucedido?


[e_e gomen, me están saliendo ultra cortitos porque no me siento tanto como Shin xD]

Esperaba sentir el duro concreto golpeándole, sin embargo se llevó una gran sorpresa al sentirse envuelto una vez más en los brazos ajenos, no pudo evitar que sus mejillas se encendieran, dándole un color rojizo a su rostro, estaba en verdad avergonzado por ello.

-e...estoy bien...

No sabía que más decir, estaba avergonzado y sentía su corazón latir rápidamente, no sabía si le causaba más pena el hecho de haber tropezado con nada o el que Shin estuviera preocupado por el y que incluso le hubiese revisado hasta la temperatura, definitivamente todo aquello era... extraño, demasiado y a pesar de que normalmente a esas alturas ya hubiese huido lejos de los brazos de un desconocido en ese momento estaba tan cómodo, era tan cálido, nuevamente cerró los ojos, dejándose envolver por el cuerpo ajeno.

[te entiendo, no te preocupes xD]

-¿Seguro? -quise confirmar, estaba preocupado de verdad, sobretodo porque ¡oh! Espera... ¿qué fue eso? ¿Un sonrojo? ¿Se sonrojó porque... le abracé? -Miharu... -susurré un tanto sorprendido, de cierta forma se le veía tan lindo con los ojos cerrados y pegado a mí, aceptando ese cabrazo, ese confort, ese abrigo y protección.

-Tú... -mis elocuencias empezaban, me sentía... ¿cómo explicarlo? No sé, no tengo idea, sólo sé que verlo sonrojado encendió un "algo" dentro de mí. Entonces, y sin poder controlarme, me incliné un poco, tomé su mentón y lo alcé un poco para que no me costara tanto el ... espera... ¿besarle? -Yo realmente... -acorté la distancia entre ambos rostros y señores, estuve a punto de besarle.

Incluso respiré a propósito sobre sus labios. Mi aliento seguro era cálido (xD y sabor menta por si acaso). Sin embargo, noté que era un cambio repentino por lo que sólo subí un poco el rostro, y apunté a su frente, donde deposité un beso... uno que tenía la intención de tocar sus labios.

Joder. Me odio por aprovecharme.

Escuchaba la voz ajena resonando en su mente con suavidad, era extraño todo lo que estaba pasando, no se sentía ser el mismo en ese momento, un escalofrío recorrió su espalda en cuanto sintió la mano ajena alzando su mentón, pudo sentir el aliento ajeno acariciando suavemente su rostro, estaba a punto de entregar... su primer beso y no le incomodaba, por un momento inclusive se sintió feliz de que así fuera.

Todo su mundo parecía dar vueltas sin embargo al sentir como los labios ajenos se desviaban completamente a su frente, al instante sus ojos se abrieron en sorpresa.... definitivamente no pudo evitarlo por esta vez y bajó la mirada al instante... se sentía mal consigo mismo, por un momento bajó su guardia completamente...

-fui... un tonto...

Susurró para si mismo se sentía molesto y sin más lo separó de su cuerpo, en ese momento el frío abrigando su cuerpo se sintió tal como se sentía internamente.

-No... yo... -no volví a abrazarlo o a rodearlo con mis brazos. Según yo lo estaba "protegiendo" porque no quería que pensase que era un maldito aprovechado pero ahora recapitulando, parecía que Miharu también quería que lo besara. Maldita sea. Entonces sí me hubiera aprovechado. Sin embargo, creo que hasta este punto cualquiera sabe que el hubiera no existe por lo que no podía hacer más que arrepentirme de no haberle robado un beso.

-Lo siento. -pronuncié por fin. Fuí honesto, desde el principio, no quería que se hiciera una mala idea de mí, y ya que no deseaba lastimarlo por nada del mundo pues éste chico parece frágil ante cualquier cosa que yo haga, no empezaría con mentiras: -No sabía si era tu primer beso... no deseo que pienses en mí como alguien que se aprovecha de la situación. -agaché un poco la cabeza, de verdad que lo sentía, y deseaba disculparme de veras, no por compromiso u otra cosa, era que simplemente los malentendidos no me venían bien. Levanté la cabeza de nuevo, y observé su rostro pues la curiosidad de saber su malestar estaba matándome: -¿No sería tu primer beso... o sí?

Escuchó las palabras ajenas, sin embargo no quería entenderlo del todo, no era romántico en lo más minímo pero le había gustado la manera en la que estuvo a punto de entregarse, y entonces solo podía maldecir la inexistencia del hubiera, aunque su mente no dejaba de reprocharselo, "si,hubiera sido mi primer beso y deseaba que tu lo robaras grandisimo idiota" su mente no dejaba de gritarle eso una y otra vez al mayor, sin embargo su rostro lucía tan solo un poco perturbado, no sabía como explicarse, ni siquiera podía explicarse a si mismo lo que había experimentado hace unos momentos, no entendía la repentina necesidad de sentir un abrazo o un beso, además provenientes de un extraño.

-no importa.... Primero, segundo, último... No importa....

Sin más comenzó a caminar en la dirección que llevaban momentos antes, deseaba despejarse, olvidarse de tontas ideas, olvidarse de besos y abrazos y recordar el porque estaba mejor solor así nadie lo lastimarías ni saldría lastimado.

Me quedé un momento sopesando las palabras de éste chico que parecía desconcertarme a cada instante, con cada respuesta a mis estúpidas preguntas.

Confiró mi teoría, sí quería un beso y su actitud, quizá acorde al "rechazo" que sintió estaban adecuadas. No podía quejarme. Yo mismo la embarré totalmente pero justo ahora estaba dándome dos opciones (quizá sin darse cuenta): caminar en su dirección e ir tras él, o bien quedarme allí parado en la soledad.

-No. Ésto no puede terminar así. -"terminar" repetía en mi mente, de hecho ni siquiera había empezado pero igual no iba a dejar así las cosas, no me iba a quedar de brazos cruzados mientras se iba, posiblemente refunfuñando. No. Caminé rápido, y gracias a mis piernas largas le dí alcance de inmediato. -¡Hey, Miru! -dije de nuevo el nombre cortito que le había puesto. -¡Espera! -me ví un tanto desesperado por arreglar las cosas; la única idea que se me vino a la mente para poder detenerlo fue el abrazarlo.

Mis brazos largos se vieron en la tarea de cometer mi pensamiento. Lo abracé de nuevo, pero ésta vez con algo de fuerza, impidiéndole caminar, o incluso moverse entre mis brazos. Sin embargo él se encontraba de espaldas mío: -Cálmate. -le ordené utilizando ese tono serio. -Los hombres no huyen, enfrentan la situación. -bien, quizá no fue el mejor comentario pero era algo de menos; continué: -Escucha... deseaba besar tus labios... deseaba hacerlos míos pero... no puedes decir que somos completos conocidos... apenas te conozco... estaba respetándote. Respetando tus deseos.

Apenas dió unos pasos lejos del otro cuando sintió que el chico iba detrás de él, lo cual no comprendía ¿porqué querría ir a por él? No había ningún lazo entre ellos, sin embargo el abrazo en el que se vió repentinamente envuelto y lo que decía Dhin, sumado al hecho de que estuvieron a punto de copartir un beso le hizo sentir extraño, parecían algo más, aunque el mismo Shin lo decía, no podían siquiera considerarse conocidos.

-lo sé... No deseo dar mi primer beso a cualquiera...

Aquello era cierto, aunque era dificil que el otro le creyera siendo que momentos antes estuvieron apunto de compartir, no diría una cursería como amor a primera vista o siquiera mencionaría el hecho de que podría ser una muy afortunada coincidencia, solo sería un extraño suceso que no podía explicarse.

-supongo que deb agradecer no hcerlo, en lugar de molestarme, después de todo quizá un beso lo hubiera arruinado todo, lp mejor sería calmarse y ser solo amigos...

-Es sólo que deseo que nos conozcamos más ¿te gustaría eso? Así bien decidirías si darme la oportunidad de ser tu primer beso. -dejé de aplicar fuerza y sólo lo estreché entre mis brazos, de verdad que mis intenciones no eran malas, en éste caso, mucho menos porque era extremadamente menor que yo y bueno, eso podría crearme problemas. Digo, no es que sea el tipo de 20 años más maduro, pero quizá la gente me vería extraño si tonteo con un chico de 16 ¿no?

-Anda... vamos al hostal, todavía falta un poco para llegar. -me separé de él apenas, y sonreí ampliamente para que cuando voltease pudiese percatar de ésta sonrisa llena de emoción que no podía ocultar.

Quizá había cometido un error, sí, pero si tenía todavía alguna oportunidad de remediarlo, bien pues, actuaría con tal de ser así.

Era cierto que todo saldría mejor si se conocían más a fondo antes de intentar algo más, lo entendía así que no había manera de que se sintiera molesto, aunque definitivamente seguía sintiendose un poco extraño respecto a toda la situación, una vez que Shin le soltó volteo a verle notando la sonrisa del chico, no pudo evitar sonreirse igualmente, aunque la suya fuera una sonrisa sarcastica.

-esta bien, entiendo y no falta mucho para llegar al hostal.

Se fijo bien en el camino y estaban a tan solo un par de calles del lugar, entonces aquel paseo juntos terminaría, no es que quisiera "atesorar" el tiempo y pasar mucho más tiempo juntos, sino que en realidad era triste saber que nadie te esperaba en "casa".

-y.... ¿Volveremos a vernos, no?

¡Ah! Joder, no faltaba mucho. Entonces nuestro camino estaba terminándose, acortándose a cada paso dado. Qué maldita frustración me venía de un segundo a otro. ¡Ah! Pero entonces escucho que dice aquello... simplemente éste niño no sabe más que encenderme, apagarme y volverme a encender ¿cierto? -¿Recuerdas que te dije que te volvería a ver siempre y cuando tú lo desearas así? -pronuncié un poco feliz, esperanzado de que recordara.

-Aunque si gustas, esta vez podría invitarte a mi casa... o a tomar algo... no sé... ¿a dónde te gustaría ir? -vamos, no me culpen, ya estaba haciendo planes y ni siquiera estaba seguro de si el menor me acompañaría en ese viaje. Ni siquiera estaba seguro de si yo... si yo le atraía de menos. Voltée a verle y de nuevo le sonreí. No entendía porqué, pero me daban muchas ganas de expresarle y de hacerle llegar mis sentimientos, mi emoción, mi alegría.

Pese a ésto, había una vocesita dentro de mí, quiero llamarle conciencia, que me estaba frenando y me decía que dejara de hacer ese tipo de gestos. Nunca sabes cuando alguien va a traicionarte, y por supuesto, los peores casos han sido cuando has estado débil y/o has bajado la guardia. La escuchaba y parecía regañarme e incluso insultarme. Pero decidí que no, que no le haría caso, no en ésta ocasión.