Dios Húmedo [Libre]

-Dire que el clima que esta en la ciudad en este momento es de mi gusto, llueve mas no torrencialmente, es como una ligera llovizna agradable con un gran sol elevado en el cielo, no negare que el clima es frío pero, a decir verdad el sol y la humedad se compensan, ademas de que soy un hombre que puede lidiar a la perfección con este clima, no es nada comparado con los climas fríos de mi natal Alemania, allá si era insoportable, y aun así nunca me afecto mucho, como decía mi padre: Soy un hombre de sangre caliente.-

-Termine mis clases hace un par de horas, tuve que darle asesorías de química a unos alumnos del instituto, pero por suerte no se alargo mucho, ahora tenía tiempo para mí, el caminar bajo la lluvia para mi es un agasajo, el agua ya había humedecido mi cabellera y mis bata de laboratorio, algunas gotas resbalan por mis mejillas pero siendo sinceros es un gusto, eh gozado de este pasatiempo desde niño, por suerte es tan difícil que me enferme como el hecho de que un cerdo vuele.-

-El monumento a la ciudad es un lugar regularmente incomodo para mí, soy el tipo de hombre que odia las multitudes y el ruido, suerte para mí que la llovizna ahuyenta a los cobardes que no se atreven a mojarse y deja para mi el sitio con marcada soledad, solo algunos adolescentes o raros que como yo, gozan de la humedad otorgada por la condensación del aire atmosférico. Me siento en una de las bancas ligeramente humedecidas, un árbol le cubre parcialmente así que tiene algo de sequedad, reposo mi anatomía en ella y me pongo mis audífonos aprueba de agua y los conecto a mi celular con las mismas características, y así pongo una música para mi placer, si soy sinceros me gusta sentarme a ver a la gente pasar y con la mirada perdida empiezo a imaginar miles de historias ilógicas que después van a parar a mis cuadernos, no hay gente, como anteriormente dije, pero las gotas caer desde un soleado y húmedo cielo me hacen imaginar hilos de conclusiones y retazos de historias que sinceramente son geniales-

Iba corriendo lo más rápido que le permitían sus piernas, ya se le había hecho tarde y sinceramente no creía llegar a su clase en la universidad pero en fin, nada perdía con tratar, así que lo mejor era apresurarse para ver si, milagrosamente, llegaba a tiempo. No había sido en parte su propia culpa el hecho de que se le hiciera tarde, su plan de “Pasar por un café e ir a la universidad” había sido completamente frustrado cuando se encontró sorpresivamente a uno de los amigos de su padre, realmente no esperaba toparse a nadie conocido en la ciudad, y al cual no tuvo más remedio que atender con la mayor cortesía posible tratando de responder de manera sutil a las preguntas ¿Por qué tu padre ya no habla de ti? ¿Por qué dejaste la administración? ¿Por qué decidiste irte tan lejos? o cosas similares que realmente le fastidiaba responder, ya que si bien su relación con su padre era… mala, eso no implicaba el hecho de iba a desprestigiarlo o hablar mal de él frente a sus conocidos.

En fin, eso le pasaba por decidir hacer una escala antes de ir a la universidad, ahora lo realmente importante era tomar el camino más corto para llegar. Sin embargo no se percató que debido a las prisas había tomado otra ruta hacia otra zona de la ciudad, y no fue hasta que una llovizna se cernió sobre él y a lo lejos vislumbró el monumento a la ciudad cuando se percató de su error; el joven resopló con molestia, dejando de correr para pasar a un caminar más tranquilo, permitiendo sin mucha importancia que el agua le mojara un poco, después de todo no era como si cayese una tormenta y en realidad comenzaba a agradarle ese clima.

Cerró los ojos mientras caminaba para después dejarse caer pesadamente en una de las bancas que ahí estaban, botando su mochila a un lado sin percatarse de quien estaba a su lado - ya no tiene caso, adiós a su clase de anatomía del día hoy- murmuró con resignación pasando sus manos por entre su húmedo cabello.

-Sentí un estridente movimiento en la banca, la llovizna cómoda y agradable seguía cayendo sobre de mi y la ciudad en general. Había cerrado mis ojos con la intención de que me imaginación tomase control sobre todos mis pensamientos, había cosas que tenía que pensar, había cosas que no quería pensar, había cosas que era raro pensar, había cosas en mi mente que era normal que estuviese allí, como si tuviesen su lugar reservado.-

-Traigo los audífonos, pero eso no me hace insensible, sentí un peso muerto que sacudió un poco la banca, y después el choque de una tela húmeda y rugosa (probablemente de una mochila) que me rozó el brazo, aunque un primera instancia mi imaginación me hizo pensar que esa rugosidad fue por escamas de una víbora (tengo serios problemas con mi imaginación) abrí los ojos y mire la mochila, desalojando mis miedos y después vi al sujeto que era el dueño de aquello que me rozo. Un hombre de mayor estatura que yo y de tez más obscura, pero bueno yo soy realmente pálido. Estaba mojado al igual que yo, la lluvia había marcado con suaves gotas su rostro, sus ropas estaban húmedas, por no decir empapadas, pero lo peculiar era que su expresión estaba realmente contaminada por la frustración. Pude notar que sus labios se movieron, pero como tengo los audífonos y no tengo la asombrosa habilidad de leer los labios...no entendí, solo logre comprender la palabra "Clase" y es por que esa palabra esta en el top ten de mi vocabulario. Me quite uno de los audífonos, interrumpiendo la hermosa canción de "The beast" cantada por "Smile", raro nombre.-

-Le mire y me acerque un poco, no es normal que yo sea entrometido pero el clima, la soledad o que se yo me hizo acercarme.-

-"Oye...¿Estas bien?"- le mire atento con mis ojos amarillentos con toques verdosos, algo así como mieles.

Se pasó las manos por el cabello una vez más, medio acomodándoselo mientras soltaba un largo suspiro resignado, no le gustaba perder clases, se consideraba siempre una persona sumamente responsable y más en ese aspecto pues era algo que realmente le gustaba, no era un adicto al estudio o algo similar, simplemente sabía cómo mantener bien equilibrada su vida y sus prioridades, además el hecho de que amase lo que estudiaba también ayudaba a que realmente se preocupara bastante, pero en fin supuso que era solo una clase, aunque llegase ya se encontraba todo mojado y dudaba que el profesor le dejara pasar, así que la única opción que le quedaba era asegurarse de llamar a alguno de sus compañeros para saber lo que habían visto, Ya no tenía caso ser frustrando por eso.

Mori dio un respingo cuando escuchó una voz a su lado, tan distraído estaba en sus cosas que no se fijó que había otra persona sentada en la banca en la que el se había dejado caer, miró al hombre que era de menor estatura que el pero que tenia ciertos toques de experiencia, por lo que supuso que era alguien mayor que él, le tomó un momento analizar la situación y convertir ese sonido en palabras que tuvieran sentido y es que por unos segundos se perdió en la mirada del hombre, le parecía algo curiosa eso era todo.

Finalmente, se relajó un poco y su rostro mostro un gesto más cordial y apacible mientras que alejaba un poco la mochila del cuerpo del chico, y es que casi, casi se la había arrojado encima -Perdona no te vi- se disculpó de manera gentil preguntándose qué tan frustrado se veía para que una persona extraña le preguntara su estado -Si, estoy bien, de nuevo disculpa, perdí una clase importante en la universidad y por las prisas y la frustración no noté que alguien más estaba aquí, además con la lluvia supuse que el lugar estaría vacio- se explico y se estiró un poco desentumiendo su cuerpo antes de mirar de nueva cuenta al chico.

-¿Te asusté o algo similar?- le cuestionó curioso mirándolo ahora con más atención, en especial por su vestimenta -¿Eres estudiante de ciencias o algo así?- agregó haciendo obvia referencia a la bata.

- vi que se quedó ensimismado viéndome pensé en dos posibilidades, o soy muy genial o estoy realmente feo, bueno, cualquiera que hubiera sido el chico más joven que yo al parecer. Agarró su mochila y la apartó haciendo una afirmación que me pareció cotidiana.- Descuida, no es como que este muy alto como para ser notado a distancia y con distracción - . lo intenté calmar y lo seguí viendo. Su explicación fue escuchada con atención por mi. Era universitario, me pregunte de que carrera, pero antes de yo poderle preguntar él me hizo una pregunta a mi. Sonreí y me llevé una mano a la nuca recubierta de cabellos humedecidos por la lluvia, enseñe uno de mis colmillos largos por cuestiones de la genética de mi familia.- am no, tenía los ojos cerrados y sentí que la tela de tu mochila se sentía igual a la de una boa, pero, al ver que solo era una mochila me relajé, así que no te preocupes hombre, es normal tener un mal día debes en cuando, además la lluvia no suele ser de mucha ayuda para los estudiantes responsables... para los holgazanes sí..- sonreí y saqué la lengua, era extrañamente amable, probablemente algunas peculiaridades de mi persona han mejorado con el paso de los años.

¿ Estudiante?..- me señale a mi mismo, tengo la bata húmeda al igual que toda mi persona, las gotas resbalan de mi cabellera. - Parezco pero no es así, soy profesor en la universidad, enseño bioquímica a todas las carreras que lleven la materia como es medicina, veterinaria, químico farmacobiologo. - yo se que soy demasiado joven para ser profesor, pero, una vez en clase pocos se preguntaban mi edad o dudaban de mis capacidades, muchos creían que solo era un treitañero traga años y para ser sincero no me molesta. Le sonreí amplio, me revolví en la banca y recargue la espalda en ella viendo hacia el horizonte desolado con gotas de lluvia cayendo por doquier y un sol que no se resignaba a ocultarse, me sentí como el sol y la lluvia al mismo tiempo. - ¿De qué carrera eres? por cierto no me he presentado, soy Sedras Kenshin...- le extendí la mano- un gusto.

Algo tiene este chico que me da confianza para hablar, tiene como el semblante amigable y tranquilo, como si fuese difícil de perturbar, claro, a excepción de perder una clase que pareció frustrarlo enormemente, si hubiera sido alumno universitario por más tiempo me habría gustado ser como él. Responsable, la verdad yo fui un asco de estudiante desde que entre a la secundaria, y como universitario solo estuve poco tiempo así que no gocé esa vida como estudiante, aunque sinceramente me supongo que con los años he empeorado.

La manera tan amable en la que el otro chico le hablaba no se la esperaba, no después de haberle lanzado su mochila tan bruscamente pero le agradó que no se lo tomara con demasiada molestia y que incluso se tomara el tiempo para responderle sus preguntas. Mori sonrió muy levemente y de forma apenas perceptible tras oír lo de la boa - Tienes una mente bastante activa como para hacer tal comparación- dijo de buen humor mientras seguía escuchando, asintiendo con la cabeza al oír lo de la lluvia, sin duda le había sido un fastidio pero ahora se sentía menos mal y desesperado.

Se sorprendió al oír que era profesor, tenía pinta de ser alguien joven, algo muy poco común en los profesores y menos aun en los que impartían una materia como la bioquímica, era algo laborioso y se necesitaba de experiencia y de talento para eso, por lo cual era lógica su sorpresa al saber que impartía tal materia, pero claro no lo juzgó, al contrario le pareció bastante bueno que siendo tan joven hubiese llegado tan lejos, eso sin duda seria una motivación para cualquier estudiante - Mucho gusto Profesor Sedras, yo soy Takashi Morinozuka- respondió a la presentación de manera amable y algo curioso por la apariencia del chico, pero aun sentía que era demasiado pronto como para preguntar al respecto, así que solo se limito a lo mas básico.

- Estudio veterinaria, no lo había visto antes y creo que lo recordaría de ser así, no busco ofenderte pero eres llamativo, así que me temo que usted no es el profesor que me imparte bioquímica, lo cual es una pena, no me gusta criticar mucho a los demás ni meterme en sus asuntos pero mi profesor actual de la materia es realmente malo, lo único que hace es llegar a dormirse al salón así que hemos tenido gran avance en lo que va del curso- comentó tranquilo sobre su experiencia, bioquímica era una de las materias que más peso tenia y para ser sinceros una que se le dificultaba bastante así que estar varado sin hacer nada clase no le era de mucha ayuda.

- Si me permite preguntar ¿Cuántos años tiene? no creo que muchos más yo realmente, además hay algo que sin duda alguna llama la atención en usted aunque supongo... bueno me da la impresión de que está acostumbrado a que le miren- finalizó afablemente, le gustaba entablar una conversación con otra persona y ahora en su día que había iniciado algo mal, era aun mejor platicar con el chico.

- Sonreí cuando me hablo sobre de el maestro que se quedaba dormido cual anciano que era sobre de la mesa. Por supuesto los alumnos se sentirían frustrados, sobre todo aquellos a los cuales tales ciencias se les dificultaban. Aunque me dijo que era veterinario, debido a horarios y todo ese tipo de cosas, habíamos un par al menos de maestros diferentes que impartíamos mis amadas ciencias químicas. Takashi parecía uno de esos desafortunados que cayeron en manos de un maestro poco dedicado, aunque el lucía como un alumno esplendido.
Mi parte de maestro salió.
Él lo provocó.
Pero antes de yo articular palabra, cual fue mi desconcierto sobre mi edad, y esa aseveración acerca de que debo de estar acostumbrado a ser visto, negarlo sería una tontería, pero aceptarlo como si ser visto fuese algo que disfruto también sería una mentira.
Dio una profunda respiración y me gire para verlo con una sonrisa de medio lado en mi semblante despreocupado.

Tengo 22 años de edad. Y pues si lo dices por la bata rara y mi baja estatura pues creo que si, debo de estar acostumbrado a que me vean Takashi.
Lo raro llama la atención - susurré para él como si fuese un secreto, llevé mi diestra y acomodé los cabellos mojados que se desacomodaban presas del peso del agua.
El aire esta contaminado con el suave aroma de la lluvia, es exquisito, la lluvia siempre me ha parecido tan bella como la química misma. Por un momento me quedé perdido en ese pensamiento hasta que reaccione recordando algo.
La distracción es uno de mis grandes pecados.
Es mi gran don.
Pero volviendo, metí la mano a mi bolsillo diestro de la bata blanca, que parece más una gabardina gótica, y extraje una tarjeta de presentación en color de fondo negro y letras en blanco.
El dibujo de un matraz que parecía cocido a la tarjeta estaba en la parte superior, a su lado con letras grandes está mi nombre. "Sedras Kenshin Kaoru", debajo de ello esta la leyenda de "maestro particular", más abajo estaba mi número de celular junto con mi correo electrónico y facebook.
Se lo entregue y le miré hasta coqueto, pero sin intenciones de esa índole, sólo es una parte inherente en mi.

Si tienes problemas con la materia no dudes en llamarme , Takashi, con gusto te ayudo, se de que maestro hablas, tiene tan poco amor por sus estudiantes como por su mujer-me entero de cosas que no debería debes en cuando, regularmente soy serio, llamativo pero serio, callado y alguien que se queda en la parte final observando todo detenidamente.
Sin decir palabra alguna de lo que sabe, guardando para mi como un tesoro egoísta.- Así que se te dificulta cualquier materia de química, biología o cualquiera de ellas puedo ayudarte, incluso con técnicas de laboratorio y diagnostico.- sonreí y le deje la tarjeta.-

oie. ¿Te gusta ir a la universidad?, ¿Es divertida la vida de alumno?...- pregunté recargándome nuevamente en la banca y viendo un arco iris que se formaba en la distancia. Me agrada la compañía de este caballero.

Era verdad que el chico con quien estaba platicando era joven, bastante como para ser un profesor de la universidad, teniendo en cuenta que el esquema siempre era de hombres mayores de 36 años. Le pareció interesante saber cuáles eran las reacciones de sus alumnos ¿Se sentirían en mas confianza al ser alguien tan joven? o quizá fuera que se sintieran intimidados. Lo evidente era que el chico realmente sabía de su profesión, daba esa impresión y Mori estuvo casi seguro de que no solo era una simple impresión, si no que era la realidad, por lo cual le agradeció enormemente que le diera una de sus tarjetas, eso le seria de muchísima ayuda, así que aunque mínimamente sonrió, una diminuta sonrisa que apenas y lo parecía.

-Muchas gracias en verdad, organizare mi agenda para asegurarme de poder tener lecciones privadas contigo es algo que me interesa mucho porque odio estar estacando en el mismo sitio- mencionó de muy buen animo. Sedras llegaba como caído del cielo o algo similar.

Takashi se sintió más relajado, así que se acomodó mejor en la banca relajando sus músculos y estirando las piernas tras guardar claro la tarjeta en un sitio donde no se perdiera. Se sorprendió un poco por la pregunta pues normalmente no es algo que le preguntasen a menudo y seguramente su respuesta no iba ser la más normal ya que la gran mayoría de los estudiantes eran un poco desobligados, por no decir bastante.

-En realidad si me gusta mucho ir a la universidad, aunque no diría que es muy divertido, la mayoría de las veces es casi una utopia tener vida social y te conviertes en zombie escolar que camina de un lado para otro pensando en todos los deberes que tienes que hacer, pero si quitamos eso y te centras en tus amigos las fiestas y en una vida en la que prácticamente te mandas tu solo y haces de tu vida lo que se te dé la gana, si, en bastante divertido, aunque no las resacas del día siguiente- se expresó bromeando un poco.

Miró hacia donde se estaba formando el arcoíris, era un fenómeno esplendido que le gustaba mucho ver, era lo bueno de esta llovizna, y también era a su punto de vista como un aprendizaje, de que a pesar de que las cosas vayan mal siempre hay algo, por más pequeño que sea que podrá hacer cambiar tu día. -¿Qué me dices tú? debe ser complicado ser maestro, tener paciencia y eso, además eso de planear clases y calificar debe ser un lio también me imagino, como maestro ¿Cómo te describes?-

Después de escucharlo sobre lo que haría un alumno de universidad esbozo una suave sonrisa en mis labios, pues no creo adecuado mencionárselo a él, pero yo fui incapaz de gozar esa vida por decisión propia claro está, unas serie de sucesos que me impidieron ser universitario pero que al final me habían traído hasta el punto de ser yo el que les imparte clases a los universitarios a los cuales no puedo entender de todo…nunca estuve en sus zapatos.
Pero eso es tan secreto como el hecho de muchas cosas más sobre de mí, nadie de mis alumnos sabe que estudie hasta la preparatoria, y Takashi no será la excepción.

Hmnnnnn, pues la verdad no es tanta joda como parece, y ni me preguntes cómo pero al final descubrí que para lo único que tengo paciencia es para con los niños y para dar clases.- hablaba mirando al horizonte y esporádicamente entre algunas frases a verlo a él.- Es como raro, no es tan difícil ser maestro como parece. Y pues al tipo de maestro que soy….- llevé una mano a mi barbilla poniéndome a pensar detenidamente en la respuesta que otorgaría.
Trate de ponerme en los zapatos de mis alumnos, los visualice y de ahí tomé palabra y voz para esclarecer la duda de Takashi.

-Pues soy uno estricto, aún así comprensivo, demando mucho pero es lo mismo que entrego y enseño, me esmero hasta el punto que comprendan netamente los temas, busco que profundicen y haya una verdadera comprensión. Me explico.- muletilla mía que suelo usar mucho cuando doy clases.
Cuando hablo suelo usar mucho mis manos, este caso no es la excepción, mis manos secundan mis palabras y tratan de darme a entender mejor. – Por ejemplo tú que llevas bioquímica me supongo que has visto o veras la glucolisis, el ciclo metabólico que sigue la glucosa en los mamíferos, la oxidación de la glucosa hasta piruvato, por ejemplo en cualquier libro de bioquímica te viene paso por paso como sucede cada cosa, las enzimas implicadas en los procesos y hasta los movimientos de los carbonos, ¿Para qué te enseñaría y te haría memorizar algo que viene en los libros?, más bien en ese aspecto debo enseñarte a usar los libros, a ellos no se les olvida. .- dije sonriendo y haciendo un movimiento despreciativo con la mano- PERO…..- grite entusiasmado- lo que te debo de enseñar es a entender por qué los mamíferos usamos ese ciclo, porque se convierte de una conformación a otra, justificarte por que una enzima actúa y por qué no, dejarte claro por qué se usa cada ruta, como se regulan y que efectos hay de cada compuesto, dejarte claro las enfermedades que se sucinta por mutaciones genéticas o de enzimas, y claro está que al final seas capaz de razonarlo todo tu mismo, ese es mi ideal como profesor, que haya una profunda comprensión de las cosas en mis alumnos, por eso soy estricto pero a la vez consciente de que cada alumno es peculiar, así como cada compuesto química es único, y cada genoma es peculiar. Es difícil considerar todas las variables propias de la individualidad personal, aún así las tomo en cuenta lo más que puedo, quiero que cada alumno aprenda y de lo mejor de sí. . – termine mi monologo con una sonrisa sincera que le dedique, al final, me di cuenta que le había soltado una letanía, abrí los ojos con sorpresa sonrojándome levemente-

A…Y…yo, sorry, ya te solté la liturgia según san sedras(?).- llevé mi mano a mi nuca y me la rasque sumamente apenado, yo había dicho algo profundo que siento con un desconocido.- hmmn … gomen, te hice escucharme…- - vi al horizonte tapando mi rostro levemente teñido con mi cabello, mi fleco gracias a dios es largo y me cubre bien.-

¿Por qué escogiste veterinaria?, claro si quieres contestar-.- hablé sin verle unos instantes para después girar el rostro, clavar mi mirar en sus orbes y sonreírle ególatra-

Lo miró con sorpresa mientras le hablaba, el chico le caía bien, además se notaba que apreciaba su trabajo cosa que también era muy buena -Es bueno que seas un maestro de ese tipo, estricto pero que se preocupa por sus alumnos, te explicas muy bien, tienes facilidad de palabra y logras que las personas que están a tu alrededor y, o, escuchándote te presten mucha, tal es mi caso, tenemos apenas algunos minutos de conocernos y me tienes aquí , atento a cada una de las palabras que salen tu boca- le comentó con una sonrisa, mínima, pero sonrisa a fin de cuentas. Siguió escuchando, los ejemplos que les daba y manera en la que le decía que los libros ya lo sabían y que no solo era cuestión de conocer el procedimiento de un ciclo si no el porqué de este y su uso, y además no solo saber por saberlo, bien se podían saber muchísimas cosas pero no servían absolutamente de nada si estas no eran comprendidas. Su interés creció un poco más mientras sus ojos se desviaban a las manos del chico, era curioso como ellas parecían respaldarle las palabras, se imaginó que además de ser buen profesor también era una persona muy hiperactiva, al menos de primera impresión.

Mori, rió suavemente ante el gesto apenando del maestro, mientras negaba con la cabeza -Fue agradable escucharte, es bueno encontrar a alguien que sabe de lo que habla, mucha gente solo dice palabras por decir y por impresionar, además ahora estoy seguro de que me animaré a buscarte y tener alguna clase contigo, sería sumamente útil, trataré de cambiarme de maestro si es posible, aunque a este punto del semestre será algo muy complicado- dijo y suspiró algo desanimado pero no dejo que esa sensación lo invadiera.

Hubo unos momentos de silencio, tranquilo y cómodo, solo fue un muy corto periodo de tiempo en el que aprovecho para mirar al cielo y pensar en cosas que olvidaría pronto, hasta que la voz del profesor le habló -Claro que quiero contestar- le dijo amable, le gustaba hablar acerca de lo que estudiaba -Fue una decisión difícilmente sencilla, sé que suena como una tontería pero me costó un poco finalmente animarme y decidir qué hacer con vida, más que nada porque de mi familia soy el único que optó por este lado, por cosas mas de ciencia y salud, cosa que obviamente no fue del agrado de mis padres principalmente, inicié estudiando administración y después me pasé a derecho peor lo odié, desde pequeño me han gustado los animales, ayudarlos, llevaba de toda clase a casa, ranas, conejos una vez llevé una tarántula y mi madre casi le da un infarto- platicó un poco, fluidamente y riendo al recordar cosas de su infancia.

- Al final me puse a investigar y descubrí que podía estudiar veterinaria, chequé el plan de estudios, las prácticas de campo y similares y bueno, lógicamente quedé completamente fascinado, así que discutí con mis padres y decidí irme por mi propio camino, quise estudiar esto porque bueno, es algo que me gusta, y no solo por “cuidar y ayudar animalitos” como muchos responderían, sino porque hay mucho mas allá, aprender funcionamiento de sistemas, adaptación animal, etología, hay mucho que explorar y tanto que aprender que bueno, fue como redescubrir un mundo, en el que hay mucho ver- le dijo emocionado perdiéndose un momento para después mirarlo -Es extraño como puede gustarte algo que a todos los demás les parece una locura ¿No?-

Spoiler:

Le escuché aquella elaborada explicación que mezclaba pasiones y protocolos de los progenitores. ¿Cuántas veces hacemos eso los padres? ¿Cuántas veces al año, al día o en nuestra vida peleamos contra los hijos porque hacen las cosas diferente a nosotros?. Deberían estar orgullosos las padres que los hijos no sigan al pie de la letra nuestros pasos, o al menos en la gran mayoría, la vida no es la misma, el destino no es el mismo, y los hijos (aunque muchos padres y madres me quieran matar) no son una extensión nuestra, son seres autónomos que vienen de nosotros pero no son nosotros, así como el cloro y el sodio forman el cloruro de sodio, el cloruro de sodio no se parece ni al cloro ni al sodio aunque viene de ellos. ¿Entienden la paradójica realidad? Todo es y no es y sin embargo, esta.

Le miré mientras hablaba, el perfil de su quijada y su nariz, incluido entre ellos su cabello que aunque aún húmedo se movía un poco por el efecto de su discurso lleno de sonrisas tenues. Realmente por el aspecto que parece tener el chico no luce como alguien que despilfarre sonrisas o entregue esos coquetos ojos animosos que a mí me parece ver que tiene, es contagiosa ese pequeño atisbo de alegría y plenitud, sinceramente, de las cosas que más disfruto ver en los demás, es un verdadero amor por lo que hacen, y Takashi lo tiene, eso me encanta.

Jajajaja, lo que a lo demás les parezca locura, no lo es realmente, es que la gente tiene operado el cerebro en muchas cosas. - le dije sonriendo y me señalé las sienes.- Me parece perfecto lo que quieres hacer, de hecho la veterinaria tiene muchas puertas en la investigación, no sólo la zoología, sino también en genética y sistemas, de hecho hay muchas especias sin descubrir, y muchas cosas que no entendemos acerca de la evolución de las especies, Darwin dio una buena base, pero inconclusa y los biólogos y veterinarios son los mejores para explicar…- le sonreí honestamente y le palmeé el hombro con camaradería científica.- Claro hombre si te gusta esa rama, porque hay un festín de cosas que ver en este mundo…- le presioné el hombre y después regresé mi mano a mi regazo.

Sabes yo amo a los conejos, son mi animal favorito, después del tigre claro está, son como los polos opuestos, la fiereza del tigre, y la agilidad de un conejo, el tigre victimario y el conejo que usualmente es una víctima… dicen que los animales que nos gustan reflejan un poco de nosotros, ¿Qué animales son tus favoritos?.

Le miré con enorme curiosidad, acomodándome los cabellos hacia atrás para dejar despejados mis ojos y verlo directamente, con pasión y una gran sonrisa.