Una lectura entretenida [Privado~Miharu]

Mensajes : 341 Fecha de inscripción : 08/04/2012

Era temprano en la mañana, las nubes cubrían el cielo que comenzaba lentamente a iluminarse por la próxima salida del sol, con una chaqueta ligera en tono café claro y unos jeans oscuros, Byakuran caminaba despreocupado, la sonrisa en su rostro como de costumbre y sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, caminaba de forma un poquito exagerada, como si estuviese a punto de salir corriendo o bailando, con los ojos cerrados confiando de su capacidad para no caerse o colisionar con algún árbol, andaba tarareando una melódica canción que hacia un perfecto acorde con sus pasos juguetones y su expresion animada.

El peliblanco había salido a dar una larga y tardada caminata por el bosque para abrir apetito y estirarse un poco, bajo su brazo llevaba un libro encuadernado hermosamente en un color negro con letras plateadas, de tamaño medio, el titulo y lomo de este quedaban ocultos a la vista de quien le observase, su plan era también sentarse en algún lugar tranquilo a leer durante algunos momentos, le fascinaba disfrutar de una buena lectura y más aun “perdido” en la inmensidad de un bosque que motivaba la imaginación para adentrase aun más en las historias escritas entre las páginas de los libros.

El joven siguió su camino hasta que un tenue sonido llamó su atención, se detuvo y sin abrir los ojos esperó a que aquel ruido se repitiera, sucedió, ladeando la cabeza en gesto curioso y abriendo los ojos, sonrió al tiempo que dirigía su vista hasta una de las ramas de los aboles, en ella se encontraba un nido hecho con esmero del cual provenía el ruido, Byakuran subió al árbol con agilidad apoyándose en el tronco y en las ramas hasta lograr sentarse junto al nido, con una gran sonrisa en labios observó a los dos polluelos que se encontraban ahí piando de hambre -Sería una pena que mamá pájaro regresara y encontrara a sus amados pollitos desnucados en suelo ¿Verdad? – murmuró con un leve toque de perversidad mientras sujetaba a una de las aves por el ala, sacándola de su cómodo lecho de ramitas y hojas dispuesto a tirarla al vacio, el pequeño animal se revolvía con desespero luchando por regresar a la seguridad de su nido, chillando y moviendo su ala libre, pues si bien ambas estaban cubiertas de plumas, aun les faltaba algún tiempo para poder aprender a volar. El chico sonrió balanceando muy levemente al pájaro, asustándolo un poco más -Adiós-- dijo y sin más soltó a la emplumada cría, la cual intentó batir las alas para elevarse sin éxito, piando aterrorizada hasta caer con firmeza contra una superficie dura….. un zapato.

Byakuran comenzó a reír animado mientras la avechucha temblaba luchando por mantener el equilibro, con un suave movimiento, el peliblanco la lanzó por el aire para hacerla caer delicadamente entre sus manos -Para ser uno de tus primeros enfrentamientos con el mundo no salió nada mal Pá~ja~ro- dijo guiñando un ojo y dejando con cuidado al animal dentro de su nido nuevamente, quien al instante se alejó lo mas que pudo del joven sintiéndose aliviada de estar de vuelta en casa -Bueno creo que este es un buen lugar para leer así que me acomodaré en otra rama, un gusto conocerlos pequeños- finalizó sonriendo con ternura mientras se cambiaba de rama a una un poco más ancha y resistente, recargó su espalda en el tronco, alargó las piernas y se dispuso tranquilamente y sin más consternaciones a comenzar su lectura

Mensajes : 711 Fecha de inscripción : 04/12/2011

Aquel día se había despertado temprano por la mañana cuando escuchó el pillido de unos pequeños pajarillos, abrió los ojos encontrándose en el bosque, había salido a caminar la noche anterior, terminando entre árboles, no había sido una noche del todo agradable, su espalda dolía y su cuerpo estaba frío y entumido, por suerte había llevado una sudadera, aunque con la baja temperatura de la noche no había sido de mucha ayuda, abrió la botella de agua que llevaba consigo para enjuagar su boca, manos y rostro para poder despertar bien, nuevamente había terminado por dormir al aire libre, últimamente aquello se le estaba volviendo una manía, salir a caminar y si le gustaba la vista o el lugar se quedaba a dormir ahí mismo.

-mnnhhh... debería dejar de hacer esto...

Susurró para si mismo a la par que trataba de darse un poco de calor a sus manos, las cuales apenas si sentía, y sumando al hecho de que su ropa estaba húmeda por el rocío nocturno no ayudaba demasiado. Comenzó a caminar en la que creía era la dirección hacía la salida del bosque, tambaleaba un poco, y supuso que se acercaba a las afueras del lugar porque comenzó a escuchar la voz de alguien, aunque al llegar a un punto cercano para ver a esa persona se dio cuenta que primero que nada aun seguía en medio de ningún lado y en segundo lugar, esa persona hablaba sola... bueno, no sola, sino con... unos pajarillos, alcanzó a ver como jugueteaba con uno como si fuese un pequeño balón, le mira indiferentemente, hasta que termina dejándolos en el mismo nido.

-Creo que no podría decir lo mismo de parte de ellos....

Comentó finalmente ante las últimas palabras que había alcanzado a escuchar de parte del joven de pelo blanco; seguía abrazándose a si mismo tratando de darse un poco de calor, mientras veía al otro acomodarse para comenzar a leer, no le molestaría más, simplemente ese había sido un comentario que había nacido sin pensarlo.

Mensajes : 341 Fecha de inscripción : 08/04/2012

Byakuran sonrió por el comentario escuchado, sin despegar ni un segundo su vista de su muy apreciado libro, estaba entretenido y casi no había escuchado al chico llegar, bueno sabía que era un chico por el tono voz pero aun no se había dignado a mirarlo -Quizá, aunque es una pena sinceramente, se pierden de una persona terriblemente agradable- mencionó tranquilo, como si nada hubiese pasado y si, con un poco de ego en su voz, el cual sonaba simplemente juguetón y agradable, cambió la pagina de forma cuidadosa y suspiró, estaba a punto de terminar un capítulo más de su libro y justo ahora se veía “Molestado” por un desconocido, y vamos tampoco era que le importase demasiado pero le resultaba curioso como cuando quería relajarse y disfrutar de unos momentos a solas, algo, o alguien este caso, se interponía, al contrario de cuando buscaba compañía, en fin così è la vita (así es la vida).

Finalmente y tras marcar la hoja en la que se había quedado, el joven de cabello blanco apartó la mirada de las paginas e inclinó levemente el rostro para poder posar sus ojos en el joven que se encontraba en el suelo, realizó un rápido análisis de este, quien para su gusto se veía por demás desalineado, de apariencia perdida y con una expresión cansada e indiferente reflejada a la perfección en sus ojos verdes Aaah mira que tienes unos ojos peculiares- exclamó con una sonrisa alegre y casi tierna al tiempo que se acomodaba para poder balancear las piernas un poco permitiendo de esa manera que la sangre circula y no le causara un entumecimiento o un calambre -Había visto muchos ojos verdes pero no unos tan opacos y te van de maravilla mencionó ladeando un poco la cabeza.

-Voy a bajar- informó como si en verdad fuera necesario o como si al hacerlo le estuviese esperando una muy dichosa bienvenida, sujetó su libro mirándolo por unos segundos y después al chico, sonrió, "confiaria" un poco en el menor -Más vale que tengas buenos reflejos, atrapa esto- dijo riendo al tiempo que le lanzaba su libro en cuya portada se leía “Cumbres Borrascosas” para enseguida saltar del árbol cayendo al suelo con algo de fuerza pero sin herirse -¡Perfecto!- dijo levantando los brazos en señal de triunfo y después rió -Las presentaciones son primero así que comienza tu ¿Quién eres? y ¿Qué haces aquí?- cuestionó mirándolo con leve interés ya que para su gusto el chico parecía un pequeño animal del bosque que recien habia despertado tras un larga noche fuera de la madriguera.

Mensajes : 711 Fecha de inscripción : 04/12/2011

Estaba dispuesto a irse después de aquella breve interrupción a la lectura ajena, aunque el joven decidió continuar con la charla, la cual repentinamente se vio envuelta en torno a sus ojos, era cierto, sus ojos no solían ser muy brillantes, en general no se veía mucha alegría en ellos, aunque repentinamente el joven hizo mención de sus reflejos y antes de saber muy bien que pasaba se encontraba atrapando un libro con ambas manos, si, por suerte tenía buenos reflejos o ese libro le hubiese dado de lleno en la cara.

Finalmente una vez que el chico estuvo abajo le vio claramente, era más alto que él (aunque la mayoría de las personas eran más altos que él), era un joven atractivo, con una sonrisa que a cualquiera podría causar escalofríos, en especial por el hecho de que parecía ser que en ningún momento abandonaba sus labios, igualmente, su mirada tenía "algo" que hacía sentir raro, no podía definir el sentimiento que transmitía, pero a pesar de todo, presentía que no era algo bueno.

-Miharu Rokujo... y sobre mis asuntos aquí.... digamos que tuve una larga noche... seguramente en este momento debo verme como un animal más de este bosque...

Le tendió el libro con una mano mientras que con la otra se dedicó a semi arreglarse el cabello, se imaginaba como debía verse en ese momento y seguramente esa no era su mejor cara.

-¿y tu eres?

No es que realmente le interesara, pero además de ser una muestra de cortesía, tampoco quería quedarse sin saber el nombre del peliblanco una vez que el mismo se había presentado.

Mensajes : 341 Fecha de inscripción : 08/04/2012

Sujetó su libro con una sonrisa al encontrarlo sano y salvo, bueno que el chico no lo había dejado caer, lo miró de nuevo esta vez con un poco mas de atención y sonrió mientras se acercaba mas y le tocaba los brazos, como lo sospechaba, el chico tenia la ropa húmeda y ahora que lo veía más de cerca, también era de muchísimo menor estatura que él, rió un poquito sin dejar de mirando, sonriendo por la reacción de leve desconfianza que pareció detectar en él, si, le gustaba a veces causar esas reacciones en la gente, no sabía del todo porque, pero así era. En fin esas cosas se podrían dejar para después, de momento se concentraría en recordar el nombre del menor -Miharu Rokujo repitió como si quisiera grabarlo en su memoria pero en realidad lo analizaba a fondo tratando de saber si ya había oído o leído tal nombre en algún sitio, pero no, no le resultaba familiar así que el joven estaba “a salvo.”

-Tienes un nombre muy lindo a ver…. déjame mirarte bien- mencionó mientras caminaba rodeándolo analizando cada detalle del chico y esta vez si guardándolo en su memoria, el peliblanco se paro frente a él y junto su rostro hasta hacer que ambas narices se rozaran levemente, mirándolo directamente a los ojos por un buen rato para al final separarse -Y te va a la perfección- finalizó y dio un lago suspiro, el joven había “pasado” su “examen” preeliminar así que todo iría bien.

-Ven conmigo caminemos un poco mientras me voy presentando- sugirió y comenzó a caminar suponiendo que el menor se colocaría a su lado, el joven rebusco ansiosamente entre los bolsillos de su chaqueta hasta finalmente dar con dos pequeñas piezas de chocolate en forma de conejito y envueltas en un papel azul claro brillante, le extendió una a Miharu -Cómelo, no me importa si te gusta o no, tu cómelo, te dará algo de energía además esta delicioso y si lo desprecias me sentiré terriblemente ofendido- dijo jugando un poquito y desenvolviendo su propio chocolate -Mi nombre es Byakuran Millefiore y tengo exactamente diecinueve años no tiene mucho tiempo que llegué a la ciudad así que dudo que nos hayamos visto pero es un placer conocerte- se presentó con una sonrisa para enseguida morder el chocolate y emitir una expresión de gusto.

-Ya que al parecer pasaste toda la noche aquí solo, me gustaría saber la razón- comentó mirándolo con curiosidad.

Mensajes : 711 Fecha de inscripción : 04/12/2011

La manera en la que el albino se dirigía a él era un tanto perturbadora, sin embargo trató de mantenerse estoico en todo momento, como si aquello no le importara, a pesar de que verle caminar a su alrededor le hacía ponerse un tanto incómodo, estaba siendo estudiado de pies a cabeza y... siendo honestos, eso jamás le había pasado, finalmente el otro había dado el veredicto sobre su nombre... le iba "a la perfección" lo cual le hizo sonreír cínicamente, era un comentario ligeramente bobo a su parecer, pero... no comentaría nada al respecto.

Sin saber muy bien como terminó caminando a lado del otro por en medio del bosque, a decir verdad cualquier persona con un poco de sentido común ya hubiese salido corriendo y huiría de la situación, sin embargo, él no era como cualquier persona, siempre llevaba sus actos hasta el final, o al menos hasta que la situación se volviera insoportable, pero por ahora... bueno, podía continuar con aquella caminata.

-Millefiore... ese apellido no suena de por aquí, ¿de donde vienes?

Tomó el chocolate que el joven le tendía y comenzó a abrirlo guardando la envoltura en su bolsillo para así no tirarla al suelo, acto seguido dio una mordida al mismo, dulce por la mañana... no era precisamente su idea de un "desayuno" pero era lo que había.... ¿la razón? la razón por la que se encontraba en el bosque era algo extraña, aunque a su parecer era algo a lo que estaba habituado, no tenía a donde volver, así que simplemente decidió permanecer ahí....

-¿así que... piensas que soy lindo, no? Eso no me sucede muy a menudo, además pienso yo que mi apellido es algo... tosco.

Sin embargo aun no hablaría sobre ello, prefería cambiar la conversación hacía el punto anterior, su nombre, tampoco es que le gustara que le dijeran cosas lindas, o le adularan, sino que prefería hablar de su desacuerdo al respecto, en lugar de hablar acerca de como no tenía familia, ni hogar... en especial estando en medio del bosque, sin nadie que pudiera ayudarle en caso de que "algo" pasara.

Mensajes : 341 Fecha de inscripción : 08/04/2012

El chico sonrió animado mientras seguía la caminata con calma, estaba seguro que le haría bien al menor caminar puesto que su sangre comenzaría a circular mejor y así el entumecimiento, que le pareció notar hacia unos momentos, desaparecería pronto, de vez en vez miraba a Miharu de reojo, observando cada una de sus facciones, atendiendo a su forma de andar y hablar, podía saber que en cierto manera el pequeño de los ojos verdes se encontraba incomodo, pero para su fortuna no era demasiado ya que sin preguntar o dudar, lo había seguido para caminar y hasta ahora no se había separado ni dado señal de querer irse pronto, quizá justo y como él, Miharu no tenia de momento nada mejor o más oportuno para hacer.

Byakuran soltó un largo suspiro y sacó de entre sus ropas otro chocolate, a veces él mismo se sorprendía sobre la gran cantidad de dulces que podía traer consigo y comer durante un día, no se acomplejaba mucho al respecto, pero a veces y aunque sonara ególatra su propia persona le resultaba en extremo fascinante. -Vengo de aquí y de allá, de un lugar lejano, de uno cercano y sin destino definido aun.- se expresó de forma casi poética y con una sonrisa para después reír abiertamente -Jajaja pero tu observación es acertada, provengo nativamente de la bella Italia- respondió sin más, con simpleza y fluidez.

Escuchó al chico y su interés por él se agudizó un poco más, le mentía, corrección, lo evadía, suponía que el chico tendría sus razones para no responder su pregunta, todos ocultamos cosas, todos tenemos secretos que no son tan fáciles de compartir y menos aun con un completo… bueno casi completo desconocido, Byakuran sonrió ampliamente -Pienso que eres lindo- afirmó - ¿Acaso tú no te consideras lindo o atractivo?- preguntó pero no le dejó tiempo para contestar, el peli blanco se detuvo de pronto y con calma se colocó frente al chico para sujetarlo de los hombros, con dulce firmeza, sin herirlo y sin provocar que se sintiera amenazado, lo miró de nuevo a los ojos, le gustaban esos ojos, tan diferentes a los demás en muchas maneras -Ese es el punto Miharu, tu nombre es lindo y tu apellido es tosco, juntos hacen que todo embone perfectamente, así como tu- hizo una pausa de unos segundos, pensando un poco sus siguientes palabras para poder darse a entender

-Eres físicamente lindo y algo me dice que también es así tu personalidad, sin embargo la forma en la que evitas ciertos temas, tu manera de andar y ese “look” desinteresado denotan también una persona severa, tosca, como si usaras eso para ocultarte de algo, ambas cosas de tu persona y de tu carácter están combinadas maravillosamente, no hay más de una que de otra, me parece de primera impresión que casi están equilibradas- Byakuran se inclinó suavemente, en un movimiento ligero y elegante hasta alcanzar el oído del menor -Y eso Miharu Rokujo me atrae, me gusta y te hace aun más encantador de lo que crees- le susurró con suavidad y casi con deleite rozando al hablar un poco sus labios en la piel del otro para después apartarse con una cálida sonrisa y seguir con la caminata.

-En fin… tengo hambre y supongo que tu también ¿Por qué no buscamos donde desayunar decentemente? aun estando la mitad del bosque algo debemos encontrar- mencionó girándose para mirar a Miharu, esperando paciente a que se acercara a él.

Mensajes : 711 Fecha de inscripción : 04/12/2011

Poco a poco se comenzaba a sentir un poco más relajado y con menos frío, justo en ese momento hacía una nota mental, sobre no volver a dormir en el bosque, a no ser que fuese muy bien abrigado, aunque dejó de pensar en ello una vez que el chico volvió a hablar, así que era italiano... bueno, si bien el apellido le había sonado algo "europeo" no había podido identificarlo como italiano en un inicio, aunque justo ahora que el chico lo había asegurado, comenzaba a parecerle obvio.

-Italia, la bella ciudad de arte y mafia...

Comentó en un susurro como si fuera un poco más para si mismo que para su acompañante, aunque al final de cuentas, el rumbo de conversación que había elegido no parecía más seguro que el anterior.

-siendo honesto, no, no me considero alguien "lindo" sino simplemente "agradable a la vista"

Trató de debatir un poco al respecto, aunque la afirmación del otro sobre su nombre y apellido en conjunto con su personalidad y físico le hacía ser una "maravillosa combinación" era algo difícil de asimilar a primera instancia, nunca le habían dicho algo como aquello, con tanto fervor y siendo que recién se conocían, trató firmemente de mantenerse indiferente ante las palabras ajenas, aunque debía admitir que por dentro no se encontraba tan estoico como aparentaba estarlo por fuera, sin embargo cuando le dijo que le atraía.... un sonrojo apareció en sus mejillas contra su voluntad, sentir la piel ajena contra la propia se volvió igualmente algo "peligroso" así que se sintió realmente agradecido cuando fue el mismo quien se alejó para seguir caminando.

-yo también...

Metió las manos en sus bolsillos y decidió no comentar nada al respecto sobre lo recién ocurrido, mejor no comenzar algo que no sabría manejar, era temprano por la mañana y aun no lograba despertar sus sentidos del todo, sin embargo el joven de pelo blanco parecía tener un enorme letrero de PELIGRO justo en su frente, sin embargo siguió caminando a lado de Byakuran, ignorando aquella señal.

-¿alguna vez haz estado antes en un bosque? es cierto que se pueden comer muchas cosas, aunque por supuesto no es posible encontrar "waffles salvajes" esperando a ser devorados.

Mensajes : 341 Fecha de inscripción : 08/04/2012

El joven había llegado a una conclusión, Miharu le encantaba y aunque hasta ahora no era de una manera amorosa, para algunos podría ser una decisión algo apresurada y torpe pero para él era de lo más normal, lo aceptaba con simpleza, lo dejaba fluir constante sin detenerse a pensar mucho, el joven peliblanco tenia “buen ojo” para las personas y sabia que el chico que caminaba a su lado aun con el bochorno marcado en sus mejillas era especial de alguna manera y de momento se sentía con el ánimo de averiguar que mas podría pasar, después todo, la vida podría durar poco y lo mejor sería aprovecharla y vivirla al máximo y si el pequeño de los ojos verdes tenia lo suficiente como para cautivarlo, no lo perdería la oportunidad de conocerlo.

Byakuran caminó con tranquilidad mirando la naturaleza y también a su acompañante, escuchándolo con una suave y despreocupada sonrisa -Eres algo modesto, esa es una cualidad agradable si no es exceso- comentó y enseguida soltó una sonora carcajada, para sorpresa una risa casi cien por ciento sincera y es que el comentario que Miharu había dicho le resultó por demás cómico, con su imaginación ávida, el joven no tardó en formar en su mente la imagen de un montoncillo de waffles corriendo por el bosque en estado de “libertad” mientras eran perseguidos por él y por el de ojos verdes ataviados con ropa caqui o de tipo indiana jones y con jarras de mermelada y miel como armas, rió, rió con gusto y con secreto placer como no lo había hecho durante un largo periodo de tiempo, también se sorprendió, vamos que era tonto como un comentario tan simple podría haberlo hecho reír casi estúpidamente feliz.

-Bueno pero sería maravilloso que hubiera waffles, me encantan y justo ahora casi podría matar por comer unos junto con una bebida caliente- dijo una vez más tranquilo y sonrió de medio lado colocando una expresión levemente sombría, nada aterrador, le sucedía cuando pensaba en matar. Suspiró y negó con la cabeza apartando esos pensamientos. -Respondiendo a tu pregunta, pues si, he estado muchas veces en el bosque, disfruto de los lugares que son apacibles y poco concurridos e incluso de perderme por rato, es mejor a veces que llegar a casa, simplemente aquí puedes olvidarte de todo y de todos por algunos momentos, tu sabes, como si pudieras desaparecer- la sonrisa normal de siempre volvió a ponerse en sus labios.

La caminata siguió con tranquilidad y pasados unos minutos Byakuran se juntó a Miharu y sin pedirle ninguna autorización pasó uno de sus brazos por sus hombros, abrazándolo de esa forma y apegándolo a él ¿La razón? pues simplemente le dio su regalada gana hacerlo, no había más explicación -Miru tienes un cuerpo algo delgado, pero se acopla bien al mío ¿No crees?- comentó como si nada -Bien tenemos dos opciones podemos intentar cazar algo y cocinarlo, claro si tú no tienes ningún conflicto al respecto-no estaba seguro de si al chico le incomodaría ver como se mata a un animal para enseguida comerlo - o podemos caminar hasta el borde del bosque, muchas veces hay pequeñas cabañitas o cafeterías para los viajeros o los campistas no sé si aquí también hay pero no perdemos nada con tratar- finalizó pensando en que quizás ambas opciones podrían ser viables pero dejándole a él la decisión.

Mensajes : 711 Fecha de inscripción : 04/12/2011

La risa del otro le había desconcertado un poco, aunque, bueno, suponía que en realidad lo que había dicho era gracioso, siguió caminando tranquilamente a su lado disfrutando del fresco de la mañana.

-siempre y cuando no sea a mi a quien desees matar por dichos waffles no veo problema.

Contestó con una tenue sonrisa, sin notar la que el peliblanco mostraba a su vez, concordaba con su idea del gusto por lugares como el bosque, ciertamente, era muy agradable, sin embargo no dio respuesta al comentario, aunque de pronto se encontró interrumpiendo la caminata para así descansar un momento, no es como si le molestara, pero definitivamente el sentir el repentino abrazo.

-eh... ¿porqué no intentamos cazar algo? digo, quizá hasta sea divertido.

Había hecho acopio una vez más de su habilidad para ignorar la pregunta ajena al igual que fingía que el abrazo no le interesaba, aunque claro estaba que una vez más el sonrojo de sus mejillas era lo que le delataba sobre lo que pensaba realmente, en verdad odiaba que fuera su cuerpo el que lo traicionaba, ya que en realidad su mente era lo suficientemente estable.

-Siendo honesto jamás he cazado nada, no se como se hace, ¿tu lo haz hecho?

Su cuerpo ya se sentía más relajado, sin el sentimiento de frío o dolor en las articulaciones de la noche anterior o de esa misma mañana, se abrazó un poco a si mismo, logrando así safarse un poco del abrazo, ya que bueno, comenzaba a sentirse un poquito nervioso, aunque por supuesto haría todo lo posible por ocultarlo del peliblanco, mejor que pensara que tenía hambre ya.

-bueno, ya deberíamos buscar que comer.

Mensajes : 341 Fecha de inscripción : 08/04/2012

Notó a la perfección como su abrazo había descolocado al menor, pero no comentó nada, no le apetecía molestar al pequeño recalcándole lo que era obvio, así que permaneció callado, abrazando a Miharu y caminando tranquilamente, una vez más con los ojos cerrados, riendo levemente ante los comentarios de su acompañante, no, le agradaba así que no lo mataría por un motivo como ese, aunque el peliblanco debía admitir que por unos segundos esa idea no le pareció del todo invalida, pero en fin, no tenia ánimos y además comenzaba a tener ya demasiada hambre y de cierta manera detestaba matar con el estómago vacio.

Byakuran sintió como Miharu se movía y se alejaba unos pocos centímetros de él, pero no del todo lo cual le agradó bastante puesto que aun podía mantener su brazo sobre los hombros del chico y así estar relativamente cerca, una vez más sonrió de lado, no podía evitar hacerlo, podría decirse que casi, casi estaba entrenado para sonreír así, tanto, que a veces se le olvidaba que clase de sentimientos eran los que hacían sonreír sinceramente a la gente, de nuevo sus propios dilemas comenzaban a invadir su mente, pero como siempre los encerró en una cajita bajo llave y la lanzó a los más recóndito, oscuro y profundo de mente, restándole importancia, creyendo que de esa forma no habría nada que le preocupase.

–Me parece que es la mejor decisión, cazar es algo ciertamente divertido y por demás entretenido y claro que he cazado antes, venados, aves, conejos..- … personas… claro eso no lo dijo en voz alta, sólo lo pensó, cazar personas era su oficio, su arte y podría decirse que hasta su pasión pero no lo mencionó, le gustaba que le temerían claro pero que no quería que Miharu se asustara, al menos no por ahora.

-Para cazar se necesitan varias cosas pero de las más importantes son buenos sentidos y mucha paciencia- explicó mientras rompía el abrazo por completo con algo de desgana pues se hallaba sumamente cómodo -Debemos encontrar algún conejo por aquí, eso sería lo más sencillo de matar y de preparar, tampoco queremos cazar a un venado para después desperdiciar toda esa carne- hizo una pausa y miró al chico -Bueno yo no como demasiado, pero no sé quizás debajo de esa lindura sencilla y cautivante que tienes tu, seas un carnívoro enloquecido con un hambre feroz- el peliblanco rio un poco atento a las reacciones del menor para enseguida despeinarlo -No deberías tratar ser o de aparentar ser tan firme y estable, suéltate un poco, te hará bien- le comentó con un leve tono de seriedad y sinceridad en sus palabras, mirándolo fija e intensamente a los ojos.

-¡Juguemos!- exclamó cual pequeño perdiendo por completo todo el ápice de seriedad que tenía unos segundos atrás, si, parecía que el peliblanco era un loco bipolar, parecía. - primero intentaras cazar tu, hazlo como creas que debes o puedes hacerlo, hay justo un conejo a unos cuantos pasos de nosotros en ese arbusto-- dijo señalando el lugar -Yo te miro- informó y le dio una palmadita en la espalda al menor sonriendo infantilmente y mirándolo con emoción en sus ojos -Quien cace primero o lo haga de mejor manera gana un premio- dijo, se puso el libro en la cabeza el cual permaneció en perfecto equilibrio y miró al menor expectante mientras que efectivamente del lugar señalado no tardó en asomarse con debida y sabia cautela una pequeña y felpuda bola blanca, temerosa de salir al exterior, Byakuran no sabía si Miru iba a seguirle el juego pero en verdad quería pasara, sería más divertido de esa manera.

{Perdona la tardanza cariño pero ya qui esta ^^}

Mensajes : 711 Fecha de inscripción : 04/12/2011

Había escuchado cada una de las palabras ajenas sobre cazar, el que presa sería mejor y lo que se necesitaba para tener una buena caza y demás, pero no podía dejar de que pensar en el "juego" ese era un juego en el que definitivamente perdería, tenía habilidades nulas para la caza, nunca lo había hecho, a decir verdad ni se lo había planteado, si bien era cierto que había vivido mucho tiempo fuera de su casa, nunca se había visto en la necesidad de cazar su comida, más bien terminaba comprando algo sencillo, consiguiendo un trabajo para mantenerse, como ahora mismo tenía el trabajo de mesero.

Veía el pequeño conejo asomándose entre los arbustos, era demasiado lindo, aunque podía constituir un desayuno perfecto para ellos en ese momento, el pequeño peludo le veía con curiosidad, como si fuera la primera vez que veía un humano, al parecer debía ser así porque no tenía miedo, inclusive podía decirse que era una criatura inocente que no podía siquiera imaginar el cruel destino que le esperaba.

Se agachó en silencio y con lentitud tendiendo su mano hacía el pequeño, no sabía porque lo hacía era un pequeño animalillo desprotegido, no tenía ninguna herramienta que pudiera utilizarse como arma,a no ser que tomase esa piedra que estaba a su lado y se la lanzara, lo cual sería ciertamente muy estúpido ya que no solo no le daría, sino que solo haría el ridículo frente al albino, se quedó quieto, tranquilo, viendo como poco a poco el conejillo se acercaba curioso hacia su mano hasta que estuvo lo suficientemente cerca para comenzar a olfatear sus dedos, quizá le ayudaba un poco a oler a bosque por haber pasado la noche anterior en el lugar.

No podía creer lo que veía cuando en su tacto el conejillo comenzó a trepar a su mano curioso por seguir olisqueando, quizá era el olor del bosque mezclado con su perfume, o lo que había comido ayer... pero, ¿que había sido? bayas... quizá alguna fruta.... no fue sino hasta que estuvo casi completamente en su mano que con la otra mano se encargó de aprisionarlo, deteniendo su posible huida, le sostenía firmemente pero sin lastimarlo, más bien había comenzado a darle suaves caricias para tranquilizarlo, hasta que logró que se quedara relajado y quieto entre sus manos, no pudo evitar voltear en dirección del albino con una leve sonrisa.

-lo atrapé.... no puedo creerlo.

La sonrisa se transformó en una suave risa mientras jugaba con el animalillo, era esponjoso y sus ojos rojos eran dulces e inocentes.

-eres muy lindo amiguito...

Mensajes : 341 Fecha de inscripción : 08/04/2012

Miró atento al menor quedándose estático en su lugar para no desconcentrarlo ni asustar al conejo que trataba de atrapar, para su gusto, de una manera poco hábil, sonrió al ver como el joven se movía, despacito pero decidido, haciendo un poco de ruido al caminar y al respirar, por un segundo Byakuran pensó que el conejo iba a salir huyendo a causa del ruido pero cuál fue su sorpresa, porque si, fue una enorme y sincera sorpresa para él, cuando aquella bola peluda y blanca se acercó por su propia mano… bueno por su propia pata y rabo hacia el ojiverde el cual al parecer también estaba algo desconcertado por la acción del animalillo.

El joven no pudo evitar sonreír de medio la lado, con sinceridad y si, a decir verdad con algo de envidia también, generalmente los animales no se le acercaban de esa manera tan sencilla, suponía que era por su sentido intuitivo que percibían en él una enorme desconfianza a pesar de su apariencia amable y su sonrisa, no era que le molestara demasiado pero debía admitir que, a pesar de las múltiples y más coherentes razones por las cuales el conejo pudo haber confiado, el ver a Miharu con el conejo ahora olisqueándolo por completo le resultó extremadamente lindo, al punto de querer soltar un “aaaw” ante la escena que se presentaba frente a él, sin embargo no dijo nada, siguió en silencio esperando la siguiente acción del menor, lo había capturado, si, pero ¿Sería capaz de matarlo?.

Al parecer no, el mayor casi se va de lado al ver las acciones que su acompañante tenia hacia el conejo y se sorprendió aun mas cuando Miharu se volvió para mirarlo tan sinceramente, con una dulzura y un brillo que le parecieron tan fascinantes y extraños a la vez que por unos segundos se descolocó, tomó aire negó con la cabeza, obligándose a algo, no sabía a qué pero lo hizo y se acercó a Miharu -No vas a matarlo con caricias y amor ¿Sabias?- le dijo y de su chaqueta sacó un pequeño cuchillo, bastante fino con un mango en color negro y grabado con una flor de lis plateada -Esto nos será útil- dijo mientras el animal echaba las orejas hacia atras e intentaba hacerse un ovillo entre las manos del menor, como si con esto pudiera protegerse.

Byakuran se colocó tras de Miharu y aprovechando ser el de mayor altura, se posicionó como si estuviera abrazándolo levemente, tomó una de sus manos y le colocó el cuchillo ayudándolo a sujetarlo adecuadamente mientras que hacía que la otra mano del menor sujetara al conejo por las orejas con fuerza, asegurándose de que no lo soltara -El corte se hace justo aquí- explicó mientras movía la mano de Miharu posicionando la hoja filosa del arma en el cuello del conejo que estaba temblando a causa del miedo y mirando al ojiverde con ojos de suplica -Y mueves la mano lentamente formando una suave línea- dijo mientras hacia el movimiento, el animal soltó un chillido de dolor y movió las patas ansioso, pataleando con fuerza buscando desesperadamente soltarse mientras un hilo sangre comenzaba a brotar de su garganta, el peliblanco rio con ganas y se apartó -Me aburrí- dijo de pronto.

Lanzó un suspiro y le arrebató el conejo a Miharu para ponerlo a la altura de su rostro, aun sujetándolo por las orejas, y mirarlo -Eres bonito pareces un malvavisco súper esponjadito- le dijo sonriendo mientras el animal estaba a dos de sufrir un infarto nervioso, el joven resopló y miró al ojiverde para enseguida entregarle el conejo -Sujétalo con firmeza, te lo advierto Miharu si lo dejas escapar te la veras seriamente conmigo- mencionó con seriedad y firmeza, mirando al menor directo a los ojos, con fiereza y amenaza, rebuscó en los bolsillos interiores de su chaqueta, sin perder contacto visual con el menor y tras un momento sacó de uno de ellos un hermoso pañuelo de color violeta lo dobló un poco, de manera cuidadosa y sin decir palabra se acercó y comenzó a acomodarlo alrededor del cuello del conejo para detener la pequeña hemorragia, el animalito se apegó a Miharu dispuesto a no separarse de la seguridad de sus manos -Sujétalo bien- repitió pero ahora sin mirarlo mientras formaba un pequeño moño con el pañuelo, ¿Por qué lo hacía? ¿Por qué ese cambio de actitud? no lo sabía y no le importaba su única justificación válida era que, según él, la situación lo había aburrido, había perdido por completo el interés.

Mensajes : 711 Fecha de inscripción : 04/12/2011

"No vas a matarlo con caricias y amor ¿sabías?" Las palabras resonaron en su mente suavemente mientras seguía acariciando al animalillo, era cierto, no era estúpido como para creer lo contrario, sin embargo... no se sentía capaz de poder matar al conejillo, le vio sacar un cuchillo de sus ropas y no pudo evitar tensarse completamente, sabía que la amenaza no iba hacía él, pero aun así pensándolo bien no quería ver morir al pequeño, sentía un nudo en el estómago, parecía como si las cosas estuvieran pasando en cámara lenta, Byakuran acercándose por detrás de él y sosteniendo al conejo con fuerza, sus manos temblaron un poco viendo como el pequeño se retorcía entre sus manos y el otro paseaba el cuchillo por su cuello, estaba paralizado, aunque el escuchar el chillido del pequeño le hizo reaccionar, justo cuando estaba por alejarlo del otro, fue Byakuran mismo quien se declaró aburrido y los soltó tanto al conejo como a él.

Aferró al conejo contra su pequeño con un poco de fuerza, como si con eso pudiera tenerlo a salvo de lo que fuera a suceder, sabía que lo más sensato sería dejarlo ir, pero, Byakuran le había dicho que no lo hiciera, en realidad no tenía porque hacerle caso, pero su mirada era demasiado penetrante como para atreverse a retarla.

-no lo matarás, ¿cierto?

Preguntó tímidamente en cuanto vio como comenzaba a colocar sorpresivamente un pañuelo en el cuello del animalillo, una vez que hubo terminado lo aferró de nuevo contra su cuerpo tratando de hacerlo que se relajara y dejara de temblar, sus caricias eran algo torpes, la verdad en ese momento no estaba seguro de si en realidad el pequeño estaba a salvo o no, aunque, aparentemente era así, es decir... si realmente le iban a matar ¿porqué no hacerlo de una vez? porque asustar al animalillo y hacerlo sufrir más.

-ya, no pasa nada, no dejaré que te lastimen

Susurró en una de las orejitas del pequeño y como si este pudiera entenderle comenzó a tranquilizarse un poco.

Mensajes : 341 Fecha de inscripción : 08/04/2012

Byakuran suspiró profundamente y miró al chico ahora con cierto aire de resignación, miró también como se aferraba al conejito y como el animal a su vez le correspondía, los observó en silencio, sin decir nada o moverse, ahora que lo pensaba Miharu era un poco como el conejo que tenía en las manos, inocente, lindo y algo indefenso, pero algo le decía que tambien era serio, desconfiado y obstinado, sin duda alguna una combinación sumamente curiosa, ahora entendía que no solo era el físico lo que causaba que Miharu seguramente llamara la atención de muchos y de muchas, si no también su personalidad, porque ahora que lo conocía, al menos un poquito, estaba seguro que nunca se aburriría de mirar esa sonrisa tan linda y sincera que el menor había mostrado al encontrar al conejo.

-Hum supongo que esto significa tu derrota- dijo Byakuran acercándose para darle unas palmaditas en la cabeza al animalito y después despeinar a Miharu con un deje de ternura, sacó de su chaqueta su celular y sin pedir permiso o esperar una pose tomó una fotografía del chico abrazando al conejo-aaaw pero mira qué lindo te ves- dijo mirando la fotografía en la pantalla y después mostrándosela y claro también al conejo -Creo que ya no hay necesidad de que te demuestre mis habilidades de cazador así que me parece que tengo el derecho de reclamar mi premio.- se expresó y miró al menor de manera juguetona como si estuviera a punto de saltarle encima y comérselo, pero se limito a reír, despeinarlo y besarlo en la frente.

-Primero lo primero, aun debemos buscar el desayuno y como dudo que te comas algo que cace lo mejor será olvidarnos de la carne- dijo con un poco de resignación la cual para su fortuna no tardó en desaparecer y bueno, él casi no era melindroso con la comida, después de todo y debido a su empleo había días en los que tenía que comer cosas detestables o en los que incluso no comía nada así que no se iba detener mucho en eso y en su persona -Estamos en un bosque así que si encontramos fresas, moras u otras bayas y frutas y encendemos un fuego estoy seguro que podré preparar una ensalada o compota de fruta deliciosa- se llevó los dedos a los labios en gesto que acompañaba sus palabras y después rio -Así que trae a esa cosa peluda y vamos a comenzar a buscar, te sugeriría que nos separamos pero mejor no, no quiero que a otra persona se le ocurra reclamar mi premio- dijo mitad en broma mitad realidad, esa era su bonita manera de demostrar que Miharu, le interesaba y le preocupaba un poco.

-De mientras cuéntame cómo es que estas solo en el bosque, no te dejare tranquilo hasta que me lo digas y si mientes te besaré- dijo riendo como si nada, con una actitud agradable y juguetona mientras tomaba una de las manos de Miru para caminar.

Mensajes : 711 Fecha de inscripción : 04/12/2011

Ahora que el conejito estaba "a salvo" no podía dejar de acariciarle la cabeza y orejitas con cariño, estaba comenzando a pensar seriamente en quedarse con el pequeño, aunque no sabía exactamente donde dejarlo y como podría alimentarlo, pero ya se le ocurriría algo, mientras tanto seguía mimandolo y viendo al otro, aunque cuando le llamó "lindo" no pudo evitar fruncir el entrecejo.

-no soy...

Ni siquiera logró terminar su queja cuando vio la mirada del otro, que le incomodó un poco, aunque cerró los ojos encogiendose un poco sobre si mismo cuando le besó la frente, no le molestaba del todo, pero, le era extraño, se quedó callado escuchandole, le parecía bien la idea de comer cualquier fruta que encontraran, aunque lo último sobre ser besado... no le gustó.

-primero que nada... pensé que YA habías reclamado tu premio -comentó refiriendose al beso que le había dado en la frente- y... dormí en el bosque simplemente porque me apetecía hacerlo, salí a pasear y al estar aquí, ya no quise regresar.

Se encogió de hombros, restandole importancia a sus propias palabras, comenzando a caminar para buscar frutas, pero sin soltar al conejito en ningún momento.

-y acerca de ser besado, eso no se pregunta, ni se avisa, tan solo se hace y... lamento decirte que acabas de perder tu oportunidad, a partir de ahora si lo haces, estaré muy molesto al respecto.

Mensajes : 341 Fecha de inscripción : 08/04/2012

La caminata continuó mientras el mayor escuchaba cada una de las palabras de Miharu, mirando como parecía que no iba a deshacerse de aquella criatura peluda -Lo eres- dijo respondiendo a la frase no terminada del joven, sin mirarlo, solo caminando tranquilamente sujeto a su mano, notaba que el chico comenzaba a molestarse y eso le gustaba, no sabía porque pero creía que el chico realzaba su lindura cuando se molestaba y hacia esos pequeños berrinches -Pero en fin si así lo deseas no te lo diré más – expresó resignado y encogiendo los hombros como si nada.

-Vaya que eres arisco, no dejas que nadie o más bien que casi nadie se acerque a ti ¿Verdad? Insisto, sabia decisión desconfiar de las personas, una pena que sea en tal extremo como para cerrarte de esa manera- dijo suspirando para después sorprenderse, Byakuran, rió con fuerza y negó con la cabeza -Primero que nada Miharu…- inició imitándolo un poco -No deberías sacar conclusiones tan aceleradas, crees mal, ¿Cómo puedes saber si ya he reclamado o no mi premio cuando ni siquiera sabes cuál es? no te equivocas al pensar que deseo algo de ti, eso es cierto y sería una tontería negar lo obvio pero ¿Qué te hace creer que con un simple beso en la frente me conformare?- dijo mirándolo directo a los ojos con tranquilidad, sin ser amenazador o pervertido, mirándolo de manera normal.

- No, yo espero más que eso, hay demasiadas cosas que puedo querer de ti como premio o recompensa, quizá sean tus zapatos, o un cálido abrazo de tu parte, puede que desee unir nuestros labios en un beso o sentir tu cuerpo entre mis brazos mientras me entrego y te hago mío muy despacio, deleitándome y saciándome de ti, o ¿No has pensado en que puede que solo quiera esto?, tu compañía en esta mañana, una plática tranquila a tu lado simplemente, si no te he dicho cual quiero que sea mi premio no deberías dar las cosas por hecho.- Finalizó con sutileza mientras se adentraban más al bosque en busqueda de las preciadas frutas, el peliblanco estaba por decirle finalmente cual iba a ser su premio hasta que el menor pronunció unas palabras que lo descolocaron por un momento apenas perceptible.

Byakuran se detuvo aun sujetando la mano del menor, sonrio levemente y miró al conejo -Malvavisco ¿has oído lo que yo oí?- dijo hablándole al conejo, al cual sin autorización ya había nombrado malvavisco, el animalito lo miró moviendo sus orejas, escuchándolo curioso y atento -Mira cuan fuerte es mi tormento, el pequeño me enloquece y no se da cuenta, ¿será acaso que sus palabras me amenazan ahora? ¿O es que con ellas me reta a besarle? traté de llevar las cosas con calma pero parece ser que eso me ha conducido a la nada- dijo como si estuviera citando alguna frase de su libro, con voz suave, sutil, entonada adecuadamente, sin exagerar y sin dramatizar, simplemente para expresarse de una manera más elegante y seductora.

Empujó a Miharu con firmeza en contra del tronco de un árbol, sin herirlo por supuesto, y con sus manos, el peliblanco sujetó las del menor alzándoselas por sobre su cabeza, entrelazando sus dedos y arrinconándolo contra el árbol, prohibiéndole escapar, lo miró directo a los ojos, casi sin parpadear, se apegó a él, cuidando también no herir al conejo e inclinándose un poco para alcanzar a susurrarle - Sea entonces que tu molestia tenga razón y motivo, que yo en dado caso aceptare si mi culpa es deliciosamente reprochada- dijo contra sus labios, separados por tan solo milímetros, lo miró una última vez y entonces lo besó.

Byakuran juntó sus labios con los del menor en un beso superficial al principio como si buscara tentarlo un poco, pero después con firmeza, con un toque de posesión pero a la vez con una extraña dulzura, mordiéndolo muy suavemente, grabando tanto en su mente como en su boca los labios ajenos, intentando así mismo marcar los propios en los de Miharu, no sabía si era su primer, su segundo o su vigésimo beso, por ahora le interesaba simplemente que fuera intenso y que lo recordara, y aunque probablemente el chico lo apartaría, se molestara, lo golpeara y se marchara, Byakuran, mientras alargaba el contacto lo más posible deseaba que este no fuera para el menor tan solo un beso más.

Mensajes : 711 Fecha de inscripción : 04/12/2011

Era cierto que era arisco, pero no podía evitarlo, la mayor parte del tiempo era así, y aunque el joven junto a él le agradaba, había una cierta aura en él que le obligaba a desconfiar, en especial desde lo del conejo, si era tan sencillo para él infringir temor y daño en un conejo de aquella manera, aunque luego había sido amable y lo había vendado ¿que le impediría hacerle lo mismo a él? Frunció un poco el entrecejo al escucharle decir que no había cobrado aun su premio, y en efecto, deseaba algo más, sintió como si un hueco se formara en su estomago de los nervios, pero prefirió callar.

Aunque cuando nombró al conejo "malvavisco" sus facciones se ablandaron un poco, era cierto, era un buen nombre para el conejo, le acarició distraídamente las orejas mientras le escuchaba y se trataba de alejar inconscientemente de él, o al menos así fue hasta que sintió el tronco de un árbol contra su espalda.

-ah... q..que ha...?

El conejo ahora había escapado de sus manos y estas se encontraban alzadas sobre su cabeza y el aliento ajeno a escasos milímetros de sus labios, se tensó y su cuerpo se estremeció al instante, aquello había tomado un rumbo desagradable, le estaba besando, al inicio intentó resistirse, estaba molesto por aquello, jaló sus manos desesperadamente y cuando comenzó a morderle los labios ya no pudo evitar que el otro se diera gusto con sus labios, estaba molesto, así que sin pensarlo demasiado mordió con demasiada fuerza el labio ajeno y utilizó su propio peso (aunque no fuera demasiado) para aventar al mayor.

-¡idiota!

Sintió el sabor metálico en sus labios y supo que le había abierto el labio, no le importaba, se limpió con el antebrazo y sin más salió corriendo del lugar, no le importaba si terminaba perdiéndose en el bosque o si realmente salía de ahí, se sentía de cierta manera traicionado, justo cuando pensaba que quizá estuviera haciendo un amigo, malvavisco se había ido también, no volteó en ningún instante para verificar si el peliblanco le seguía, simplemente corría y no dejaría de correr sino hasta que las piernas no le respondieran.

Mensajes : 341 Fecha de inscripción : 08/04/2012

Byakuran sintió de inmediato el desagrado del chico ante sus labios, se sintió de primera un poco decepcionado, quizá había sido demasiado brusco, pensaba pues en apartarse cuando sintió esa severa mordida en los labios, no se quejó, había soportado cosas peores, pero si se sorprendió ya que no esperaba algo tan fuerte y no tuvo más remedio que apartarse, miró directo a los ojos del menor, preguntándose si lloraría, no estaba del todo seguro y si eso pasaba iba a tener serios problemas puesto que no sabía cómo manejar el llanto, por supuesto dependía de la persona y del motivo, lo escuchó gritarle y después lo observó huir a toda velocidad.

Suspiró profundamente y se relamió los labios probando su sangre, esbozando una media sonrisa, ya anticipaba el rechazo pero eso no cambiaba el hecho de que se sentía extraño, le restó importancia y buscó con su mirada al conejo, probablemente se hubiese escondido o seguido al chico, Byakuran pensó en buscar al animalito, no le molestaría terminar lleno de ramas en el cabello con tal de encontrarlo pero había otras prioridades, otra prioridad, el chico. Así que sin más echó carrera para darle alcance, se podría perder o algo similar y muy a pesar de todo, el pequeño realmente le agradaba por lo que no iba dejarlo ir tan fácilmente.

No estaba demasiado lejos así que no tardó en hallarlo, a unos pasos frente a él corriendo sin mirar atrás, incluso se cuestionaba si Miru miraba por donde iba, seguro que no, se acercó y se colocó velozmente tras de él sujetándolo por la muñeca con firmeza -¡Calmate!- le dijo en un tono bastante severo, fuerte pero sin gritar solo lo hacía para que el otro se detuviera y no comenzara a gritar o a forcejear. -Tranquilo no te besare de nuevo ni te hare daño, pero deja de correr por el bosque como un lunático, solo te lastimaras Miharu- lo regañó y después suspiró -Te soltare pero te pido de la manera más linda que no corras, estoy cansado y es lo mínimo que me debes tras haberme mordido tan bruscamente- expresó y tras mirarlo a los ojos como asegurándose que no huiría lo soltó muy lentamente

-Eso fue doloroso Miru un simple golpe y un grito hubiesen bastado- se quejó haciendo un puchero nada propio de su edad, retomando esa actitud infantil y tranquila -Triste mi desencanto, pero creo que me quedó claro, no es no- sonrió bastante y lo tomó de la mano para jalarlo -Estábamos en el desayuno, así que sigamos con eso, si te desmayas tendré que cargarte y no creo que eso te guste mucho, además debemos encontrar a malvavisco antes que un lobo se lo coma- comentó mientras emprendía el camino de vuelta llevando al chico consigo, la cosa era simple, Byakuran estaba total y completamente encaprichado con el pequeño de ojos verdes y aunque sabía que no iba a pasar a mayores, el encaprichamiento nadie se lo quitaría, su cariño hacia el menor era sincero y en verdad disfrutaba de su compañía y claro, de molestarlo, por cual y aunque nunca iba a decirlo directamente trataría de ganarse algo así como su amistad y como mínimo un poquito de aprecio -Cantemos una canción- sugirió de pronto y llevó sus dedos a su labio, haciendo una infantil mueca de dolor a pesar de que no lo sentía

-Caaaaaminando por el bosque una vaca me encontré, como no tenia nombre Miru le pondré- comenzó a cantar alegremente brin coteando un poquito -Oooh Miru la vaca eres tuuu, si te jalo de la cola …. – detuvo su cantar llevando su mano a su barbilla en un gesto pensador - …hum creo que me golpearías o quizá me harías algo peor- dijo y después levantó los hombros en señal de desinterés -No importa, siii te jalo de la cola ¿Qué nombre dices tú?- continuó y cerró su puño colocándolo frente a los labios del chico como si fuese un micrófono, parecía un completo tonto actuando así, por no decir desquiciado, aunque eso no le interesaba ni en los más mínimo, lo único que intentaba hacer era destensar un poco el ambiente.

Mensajes : 711 Fecha de inscripción : 04/12/2011

No podía dejar de repetir el beso aquel en su mente, en otras circunstancias y de otra forma quizá lo hubiera aceptado gustoso, pero... aun había algo en Byakuran que no le permitía confiar plenamente en él, además no le gustaba que lo trataran como si no tuviese voz ni voto, estaba molesto con Byakuran por no haber ido lentamente y estaba molesto consigo mismo por no haberlo podido impedir, aunque a final de cuentas, para él los besos no eran tan importantes como lo eran quizá para otras personas, sin embargo eso no evitaba el sentimiento de impotencia que había sentido mientras el peliblanco le sostenía las manos contra el tronco, si en lugar de un beso hubiese intentado matarlo o violarlo lo hubiera hecho fácilmente, finalmente se dio cuenta, no le había molestado del todo el beso, sino el hecho de haberse sentido desprotegido ante alguien que consideraba potencialmente peligroso.

No se detuvo sino hasta que la mano del otro le sostuvo y le dijo que se calmara, finalmente así lo hizo, respiraba algo agitado y le escuchaba, aunque trataba de no verlo a los ojos, se había cansado un poco corriendo todo aquello, aunque no era tanto por la distancia, sino porque en verdad había salido corriendo sin sentido alguno y sin respirar correctamente, en realidad no comprendía como es que Byakuran podía cambiar de animo tan rápidamente, o simplemente fingir que nada había pasado, tan solo esperaba que hubiese entendido bien que en realidad, no, era no, finalmente terminó dejandose hacer por él, la canción le parecía tonta y no hacía más que verlo con cara de "¿Qué rayos le sucede?", muy probablemente no iría con él, de no ser porque había dicho que buscarían a malvavisco, cerró los ojos un momento cuando le preguntó por un nombre, no había ninguno en especial, aunque recordó el de alguien que había conocido hace poco.

-Quinn...

Si, él era el chico que lo había acompañado a la playa, alguien completamente opuesto a Byakuran en su parecer, alguien serio y agradable que se preocupaba por él y le hacía pasar momentos agradables en la orilla del mar, a decir verdad, un muy buen amigo.

Mensajes : 341 Fecha de inscripción : 08/04/2012

Byakuran siguió andando, podía percibir que Miharu estaba tenso y claro también que lo miraba como si se tratase de un lunático, pero en fin, ya estaba acostumbrando a que lo vieran como un desquiciado y meramente poco o nada era lo que venia importando, así que siguió con su canción esperando a que Miru contestara -¡Oooh Quinn la vaca eres tuuu si te jalan de la cola que nombre dices tu- obviamente el ambiente se quedo en completo silencio, exceptuando quizá el ruido del aire al golpear las copas de los arboles y de sus pasos al andar, Byakuran arrugó el ceño -Di el nombre de alguien con quien se pueda cantar- regañó a Miru y enseguida se detuvo en seco y lo miró con deje de picardía y de exagerada sobreprotección y celos, obviamente todo falso, o casi.

-¿Quinn? ¿Y quien ese? ¿De donde lo conoces? ¿Qué hace? ¿Es tu galán? Aaaah así que por eso rechazaste mi beso que triste, ahora me siento botado y humillado- dijo riendo y alargó su mano para despeinar al menor, en muestra de que estaba jugando -Mas te vale que te cuide o tendremos problemas- comento y se estiró de nuevo mientras de entre su ropa sacaba un dulce más. Y aunque no lo pareciera estaba completamente atento a los ruidos del bosque buscando captar el ruido que hacia malvavisco, miró a Miharu con una pequeña sonrisa -Se que me veo desquiciada y lindamente peligroso pero te digo que no te hare nada malo así que trata de destensar ese amargosamente adorable carácter que tienes-.

El peliblanco siguió caminando esperando las respuestas del chico, pues en verdad le interesaba, después de todo no podía negar que Miharu le llamaba mucho la atención por lo que quería saberlo todo sobre él -Mira por aquí escapó malvavisco no debe estar muy lejos de esta área, solo hay que pensar como conejos ¿En donde nos esconderíamos?- se explicó sonriendo mientras mostraba el sitio en donde el chico había dejado caer al conejito.

Mensajes : 711 Fecha de inscripción : 04/12/2011

Cuando le "regañó" no pudo evitar sonreír un poco más relajado, es cierto debió pensar en eso, al seguir el juego como Quinn no estaba ahí no podía continuar la canción, aunque bueno, no era su culpa haber pensado en él, había sido inevitable, aunque el "arranque de celos" del otro le descolocó un poco luego supo que estaba jugando lo cual le hizo relajarse nuevamente, no quería que lo besara de nuevo, pero quizá podía ser un amigo... uno muy raro y probablemente peligroso, ya que seguía sintiendo esa aura de peligro a su alrededor.... pero.. bueno, un amigo a final de cuentas, además no era como si él mismo fuese una blanca palomita.

-Quinn es un chico que conocí hace poco y... ¿qué si fuera mi galán?

Sonrió un poco más relajado aunque su sonrisa enmarcaba claramente un toque de burla, si Quinn era su "galán" o no, eso era algo suyo, si bien se habían besado y habían dicho cosas un poco cursis.... bueno, muy cursis y había dejado que Quinn entrara en su coraza, si, podía decirse que era su galán, pero no lo admitiría aún en voz alta, no dejaría que un desconocido supiera del todo sobre esa parte de su vida privada.

-si yo fuera malvavisco y supiera que tu me buscas me escondería mil metros bajo tierra en un bunquer blindado con la esperanza de que jamás me encontraras.

No, no era que lo dijera porque no le terminaba de agradar Byakuran, sino por como había tratado al conejito momentos antes, era obvio que el pequeño ahora debía de estar aterrado del peliblanco, aún así lo siguió buscando, esperando que siguiera cerca.

-digo, le diste un buen susto.

Mensajes : 341 Fecha de inscripción : 08/04/2012

-Ah que triste mi pequeño Miru está creciendo- bromeó con gusto y después lo miró con seriedad, no podía evitar sentir cierta clase de ¿Celos? jajaja bueno no eran del todo celos, más bien era una curiosa molestia, quizá no relacionado con lo sentimental o lo amoroso pero si era de carácter personal, después de todo el chico le atraía tontamente y lo había besado, a la fuerza claro, pero beso y era casi irremediable que sintiera esa molestia, pero en fin si aquel Quinn era el elegido por el menor para hacerle compañía, lo cual podía notar claramente en los ojos del chico, pues no le quedaba otra que aceptarlo -Pues preséntamelo porque recuerda que debe tener mi aprobación- aunque claro esto no significaba que iba dejar de molestarle.

Lo despeinó un poco mientras soltaba una risa algo amarga -En ese caso serías un conejo extremadamente listo, pero me temo que nuestro amigo no lo es tanto, sólo hay que saber dónde y cómo buscar- se explicó mientras señalaba unas marcas en el suelo, huellas de sus patas, además un pequeño rastro de sangre, de seguro debido al esfuerzo la herida del animalito había comenzado a sangrar un poco de nuevo. Tomó de la mano a Miharu y lo jaló para seguir las huellitas -Por cierto en que pésimo concepto me tienes- le reclamó.

Caminaron un poquito más hasta quedar a unos cuantos pasos de un árbol Byakuran se puso de cuclillas y ladeó la cabeza curioso para después levantarse y sacudirse la ropa como si en verdad se hubiese ensuciado mucho, vamos él era algo vanidoso, se giró para mirar a Miharu -Si yo lo asusto creo que lo mejor será entonces que lo saques tu- dijo y señaló la base del tronco del árbol en la cual casi, casi pegado al suelo se podía ver un pequeño agujero en donde se perdía el rastro, lo más seguro era que el conejo estuviese así metido.

Empujó a Miru por la espalda -Anda, anda que aun tenemos que desayunar- lo animó.

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