No está en Ganar o Perder, está en Sobrevivir [priv. Kisuke Ren]

–¡Oh! tienes que contarme eso. –Inmediatamente me pregunté en qué habían competido para haber perdido 5 de las 6 veces que le retó. –Sirve que los conozco a ambos, un poco más. –giré mi rostro un par de segundos para dedicarle una sonrisa donde mostré hasta los dientes.

Mientras mis pies se hundían contra la arena caliente (pero no lo suficiente para lastimar los pies), me pregunté si ésta sería la primera vez que estaba interesado en conocer algo así sobre una persona, y es que debo admitirlo ante ustedes queridos lectores: puede que yo sea idiota, diga cosas estúpidas y sea obsesivo con mis hermanos, pero dentro, muy dentro de mí sé que jamás podré estar con una persona pues va a dominarme ese poder… ese poder es demoniaco… y algún día terminará con mi vida; es por eso que mientras pueda divertirme, mientras pueda ser un “chico normal”, bueno pues, intentaré disfrutarlo.

–Oye, Ren-san ¿te gustaría ir a jugar voleyball? Así, mientras me cuentas cómo fue que perdiste, también jugamos y hacemos un poco de ejercicio antes de ir al mar. –propuse. Creí que mi idea era algo genial y no tenía mucho contratiempo a excepción de la pelota con que jugaríamos. Así que recaído en este punto, le pregunté. –Oh… pero falta la pelota. Debe de haber alguna tienda que venda eso ¿no? –miré a mis alrededores. Había apenas un par de familias que estaban disfrutando de un sábado caluroso (pero no sofocante) en la playa, un poco más lejos, estaban un grupito de amigos probablemente de secundaria que acababan de llegar, todavía no tenían ni sus trajes de baño pero se veían emocionados de poder asistir a la playa, quizá veían en una mini-excursión. Los señalé con la mano y hablé algo emocionado. –¡Hey! Mira, Ren-san. Tal vez ellos puedan prestarnos la pelota. –y es que de entre todo su equipaje traían una tabla de surf, un asador, y mi objetivo: una pelota de volleyball. –Tal vez puedan prestárnoslas, y si no, yo creo que si les guiñas un ojito a las chiquillas, se puede facilitar la situación. –reí por lo bajo. Ahora era su turno de andar de coqueto ¿no?

Sonrió complacido, no era que dudara de su atractivo, pero sabia que no era necesario llegar al extremo de guiñarle el ojo a esas jovencitas, simplemente había que ser amable, no habría problema. De nuevo, con el gesto característico del levantamiento de ceja, observo a su compañero con mirada cómplice y sin dudar se acerco al grupo de estudiantes.

-¡Hola!- Saludó con una gran sonrisa acompañada de un movimiento de mano mientras se acercaba al grupo, que solo volteo a verlo - ¿Que tal?- volvió a sonreír, la clave de todo era hablar calmadamente y lucir amable.

-Hola- Saludaron algunas chicas, seguidas por los chicos, Ren volvió a sonreír y se integro oficialmente frente a ellos, mientras no quitaba sus sonrisa. Todos se acercaron un poco a él. Eran unas ocho personas, tres chicas y el resto chicos.

- Siento molestarlos, pero resulta que mi amigo - Señalo con el pulgar a Shin- Y yo no tenemos balón, estamos un poco aburridos, ustedes ¿ Podrían prestarnos el vuestro? Seria solo por un tiempo, ademas, tienes otras cosas divertidas por allí- señalo otros utensilios para la playa como el asador y otras cosas con que entretenerse- Por favor- volvio a sonreír y el grupo se miro entre si, hasta que una chica nos sonrió y asintió sin mas. Le dieron el balón y les agradeció con una reverencia, después se alejo con Shin hacia las canchas de voleibol.

- Hace mucho que no juego, sera divertido- Se hizo al frente de su ahora rival -¿Alguna apuesta que quieras hacer? Seria divertido pensar en una nueva penitencia para ti.

Bien, todo marchaba muy bien, según había manifestado en mis pensamientos. Sin embargo, parecía ser que Ren-san le gustaba negarse a mis ideas, pero era selectivo, pues sólo a unas cuantas sí aceptaba.

Lo miré un poco burlón, esperaba a que él hiciera “su movida”, pues después de todo, si les soy sinceros Ren-san es alguien atractivo además tiene carisma, por lo que, yo me preguntaba qué era lo que hacía para conseguir las cosas. Sinceramente caí en sorpresa cuando me di cuenta de que sólo tenía que ser amable para conseguirlas. –¿Es en serio? –murmuré para mí mismo esperando a que los demás no me escucharan. –No puedo creerlo.–Y era verdad. Jamás había visto a personas amables, y mucho menos hoy día. Quizá Ren-san definitivamente tenía “algo” que quizá yo todavía no veía, pero los demás sí.

En fin, me contuve un poco hasta que nos alejamos de los chicos que amablemente nos prestaron su balón. Y ya a solas le dije, exclamando fuerte, sorprendido, y con los brazos estirados y moviéndolos en un montón de mohines como si eso me ayudara a entender la situación. –¡Oye, oye! ¡Nos dieron su balón así nada más! ¿Qué la gente de hoy no piensa que puede ser rrobada? –pero dentro de mí agradecía el hecho de que habían compartido “sus bienes” con nosotros, los necesitados.

Oh, aquí viene. Ya lo veía venir. –Ren-san, vamos, ¿acaso crees que propuse jugar volleyball porque quiero hacerte comer tus palabras –hice una pequeña pausa, añadiéndole drama. –Pues estás en lo cierto, porque ésta vez vas a perder. –fanfarroneé, pero, ciertamente era bueno en ese juego no sólo por ser alto sino porque era rápido y podía contraatacar sin ningún problema. –Entonces… veamos, ¿qué te gustaría apostar? ¿O quieres seguir con lo de “hacer lo que el otro quiera, si ganas"? –la idea me parecía perfecta. No había nada más entretenido que ganarle, callarlo en sus palabras, y por supuesto, en verlo hacer algo que probablemente es vergonzoso.

Así que mientras él se decidía, me coloqué rápidamente en medio de la cancha (de mi lado de ella), precisamente en la zona de ataque. –Cuando quieras, Ren-san. –incliné un poco mi cuerpo, apoyé las manos en mis rodillas y me eché ánimos a mí mismo. Esto sería fácil. Una sonrisa amplia adornó mi rostro, me encontraba emocionado y por demás a la expectiva.

Sin duda, Shin no creía que con solo ser "amable" se lograba ciertos objetivos, no todos, pero era algo que en ese momento no estaría dispuesto a admitir, simplemente escucho "el pequeño reclamo" de su amigo, ¿ Qué si no pensaban en ser robadas? Tonterías, él no los robaría y ellos lo sabían.- Lenguaje corporal- Explico de nuevo sonriendo, ante el pequeño puchero mantuvo su actitud calmada- Y mentalidad, tal vez, si desconfió de ellos, es imposible que ellos confíen en mi, por eso hay que siempre tener en mente una actitud asertiva.

¿Que si creía que había propuesto el pequeño juego con el propósito de venganza? Por favor, antes, se había demorado en contra-atacar- Joh, Shin-san, no sera que él que tenga que tragarse sus palabras sea otro, nunca se sabe- Fanfarronear un poco no estaba de mas, muy en el fondo de ese amable Ren todavía estaba el competitivo, orgulloso y burlón. Por eso, cualquier mínimo sinónimo de derrota no podía ser aceptado en su vocabulario y claro, ya lo había experimentado una vez con el Albino, no iba a volver a caer o eso pensaba.

Se hizo de su lado de la cancha, con su característica tranquilidad- Es como quieras, Shin-san, pero si debo elegir, diría que ojo por ojo, así que ¿Qué te parece seguir con lo mismo?- Propuso mientras alzaba el balón, estaba perfecto. Movió un poco los hombros y miro decidido a su oponente. Bien, estaba decidido a no perder y la persona de enfrente tampoco, eso haría la competencia más placentera sin lugar a dudas -Aquí vamos- Lanzo el balón al cielo y salto un poco para darle un golpe certero, lanzandolo a la otra cancha.

Y aquí vamos de nuevo.

Ren-san podría tener razón en eso de que podría tragarme mis palabras, pero sinceramente estaba decidido a que no fuera de esa forma. Ésta vez no perdería pues ganaría a como dé lugar. Tenía que limpiar mi historial y por supuesto regresarle esa “vergüenza” a mi pequeño compañero, ya que no soy tan benevolente como aparento serlo.

–Dale, me parece perfecto. Seguiremos con lo mismo con la única condición de que los castigos irán incrementando su nivel ¿está bien? Quiero hacer esto algo intenso. –reaccioné emocionado por sus palabras y por las mías. La situación lo ameritaba. Asentí ligeramente y acomodé mi cuerpo a modo de defensa en la parte que me tocaba de la cancha. Me dije a mi mismo que no perdería con un juego fácil en donde lo largo de mis extremidades me servía como apoyo e incluso como herramienta sin necesidad de utilizar alguna trampa sucia.

Entonces… ¡empezamos!

Ren-san dio un salto y después golpeó el balón; la fuerza producida por su golpe lo atrajo hasta la parte de mi cancha, precisamente en la zona de ataque. Así que me moví un poco hacia atrás, alcé un brazo y rematé de inmediato, utilizando algo de fuerza y velocidad, apuntando directo hacia una esquina de su lado de la cancha (en zona de ataque). –¡Allá va! –grité emocionado. Obtendría ese punto con seguridad a menos que…


[Gomen por la tardanza > pero ahora vengo con todo!]

TEMA CERRADO POR INACTIVIDAD.
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