Reconoiciendo el lugar.. [Libre]

- Mmm.. ya veo.. – no insistió más en el tema, pues al chico parecía incomodarle ese tema, ya le contaría en otra ocasión, cuando tuviera confianza de ser más abierto con él, esa era su expectativa –… no te preocupes seguro tendrás más oportunidades en un futuro y entonces espero tener poder verlos contigo también, si te gustan ese tipo de cosas.

Hizo al mesero una seña en el aire para indicarle que trajera la cuenta

- Con que a la playa… me parece una excelente idea, a estas horas no debe haber ya mucha gente, es una lástima ya que creo que una de las mejores horas para estar ahí… no crees?

El muchacho se acerco tendiéndole la cuenta al mayor quien la recibió antes de que el más joven decidiera siquiera echar un vistazo. Esto porque Miharu ya había expresado su ‘deseo’ de compartir la cuenta momentos antes. Después de todo Quinn le había invitado, el chico no tenía por qué mirarla.

- Muy bien, entonces estamos listos para ir allá? – Pregunto al más joven después de entregarle al mesero el pago junto con la propina y éste se marchase a atender la siguiente mesa. Hizo un gesto de esta satisfecho, ahora que lo pensaba, no había comido nada más aparte de eso en todo el día… Quizá tendría que pasar por algunos víveres antes de regresar a casa…

- Ah, es cierto, aun no me he dado tiempo de conocer toda la ciudad, así que si no es mucha molestia tendré que pedirte que seas mi guía el día de hoy. ¿Te molestaría? – Se levantó de su asiento y guiñole el ojo. No temía perderse, despues de todo un perro callejero conoce bien os trucos de la calle, pero era cierto que era nuevo territorio y no estaba muy familiarizado.

El hecho de que su idea de ir a la playa en ese instante le gustara al otro le hizo sentir feliz, así que simplemente asintió como respuesta a su pregunta sobre ser el mejor momento para ir allá, finalmente cuando el mesero trató de ver la cuenta, le hacía sentir un poco incómodo que el chico pagara todo, a pesar de haberle dicho que él invitaba, aunque no pudo ver de cuanto había sido el monto, por lo que tendría que posponer el momento de "pagarle" la comida.

-si, vamos, y no te preocupes, cuando gustes seré tu guía.

Se puso de pie, ansioso por ir a la playa, aunque el guiño que le dedicó el otro le hizo sonrojarse un poco, caminó un par de pasos hacia la salida, asegurándose de que el otro fuese con él.

-hace tanto que no voy a la playa, aunque... ¿cómo iremos allá?

Comentó con una sonrisa algo apenada, la idea de ir era tentadora, sin embargo no tenía auto, un taxi no sería precisamente barato a pesar de que la playa no se encontraba tan lejos como uno se lo imaginaria, aunque....

-a no ser que tengas auto, podemos tomar un taxi y pagar cada uno la mitad ¿te parece?

Cogió sus cosas y siguió de cerca al chico, estando afuera la gran interrogante fue planteada... ¿Qué medio utilizarían para ir a la playa? Quinn había llegado hasta ahí caminando, a pesar de tener un auto, no solía utilizarlo salvo por casos especiales, como la entrega de algun manuscrito (pues eso es cosa seria y no todos los autores tienen confianza en la mensajería instantánea o la red (si, aun había de esos), o algun otro imprevisto.

-Ahora que lo preguntas... dejé mi auto estacionado cerca del lugar donde me estuve quedando cuando llegué... - aun le faltaban de recoger algun par de cosas que muy amablemente la casera aceptó guardarle. Nada más que un par de cajas con libros y demás objetos personales que de hecho ya estaban metidas en el auto.

- Igual el lugar no está muy lejos, pero en realidad no sé qué tan lejos está la playa... - se detuvo a meditar un poco, no podía ir él solo a por el ato y dejar al chico ahí sin más... no le parecía correcto, estaba pasándosela muy bien como para interrumpir de esa manera tan buena compañía.

- Podemos ir por mi auto si quieres.. aunque también podríamos continuar caminado hasta tomar un taxi - tenía que preguntar pues en su infancia el mismo había inculcado a su pequeño hermano el principio básico: no subir al auto de ningún extraño.

Por suerte el chico si tenía un auto, lo cual les daba una oportunidad para no gastar en taxi, aunque claro estaba que le daría algo para la gasolina, después de todo la playa estaba al otro lado de la ciudad.

-esta un poco retirado de aquí la playa, sería.... como una hora, considerando que a esta hora no hay mucho tráfico.

Se quedo algo pensativo, era demasiado costoso para ir en taxi, y sinceramente, nunca se había inhibido en cuanto a subir a autos o cualquier vehículo con algún extraño, después de todo, ese fue uno de los medios por los cuales llegó a la ciudad, más de una ocasión había pedido un aventón y a lo mejor se debía a su buena suerte, o quizá a su aura de seriedad que solía tener las que le habían permitido salir bien librado.

-creo que lo mejor será ir por tu auto, y no te preocupes, te daré algo de dinero para la gasolina.

Siguió caminando por la plaza como si realmente supiera la dirección por la cual debieran ir, aunque retrasara el ir por el auto... no importaba, estaba con el otro.

-¿sabes? mañana es mi día libre...

Fue todo lo que dijo.... su idea quedaba en el aire... mientras que los planes que pensaba quedaban para si mismo.

Antes de que pudiera contestar algo, vio a Miharu iniciar camino de nuevo a la plaza, no hizo objeción alguna y le siguió de buen modo, unos cuantos metros, escuchando lo que decía. A pesar de que esa no era la dirección, se le veía muy seguro. Quinn sonrió por eso, le agradaban las actitudes del chico que iba conociendo.

- De acuerdo, si vamos a ir por mi auto.. – se detuvo en seco detrás del chico– tendríamos que caminar en esta otra dirección – le sujeto la mano con sin aplicar mucha fuerza, su agarre era firme, aunque flexible, procurando no apretarle demasiado e impedir que siguiera avanzando. Aunque no le molestaba la idea de continuar caminando, con o sin rumbo fijo, si era con el chico aquel. Cuando éste se volteo reaccionando a lo que Quinn hacía, continuó hablando señalo moviendo la cabeza en la dirección correcta.

- La posada donde me estuve quedando debe estar a unos quince o veinte minutos – Sin soltarle de la mano, mas por descuido que por otra cosa - si nos apresuramos, llegaremos a tiempo a la playa - dio un pequeño paso para conducir al chico. Miró al camino, calculando que ese fuera el camino más corto. Ya que la playa quedaba todavía a una buena distancia y quería llegar pronto para ver el momento justo en que el cielo y el mar unidos, despedían al astro mayor en una danza multicolor.

Quizá hubiera seguido su caminata sin rumbo de no ser por la repentina calidez en su mano... inmediatamente sus mejillas se sonrojaron nuevamente, sabía muy bien lo que estaba pasando, aunque eso no pudo evitar que al voltear hacía el mayor su expresión fuera una de sorpresa y un poco tonta a su parecer, pasó saliva algo nervioso y antes de darse cuenta había terminado por entrelazar sus dedos con los del chico, sintiendo la ligera frialdad que causaban los anillos que usaba el otro, fue en entonces cuando notó lo que hacía... pero no se echaría atrás, lo hecho, hecho estaba.

-vamos...

Susurró finalmente para caminar en la dirección que el otro le indicaba, estaba algo apenado y aun así no se atrevía a romper aquel involuntario enlace, y entonces descubrió que... le gustaba sostener la mano de alguien más al caminar, sin poder evitarlo una nueva sonrisa apareció en sus labios, una que no podía describir con exactitud, pero se podría decir que era como una sonrisa que expresaba tranquilidad y una felicidad interna, aunque al mismo tiempo una tenue nostalgia al sentir que lo efímero del sentimiento y la facilidad con la que podía romperse el momento.

Mientras avanzaba, sintió unos escurridizos dedos hacerse con los suyos, no hizo falta mirar para saber a quién pertenecían. Correspondiendo el gesto involuntariamente, enlazó también sus dedos, asegurándose de que los otros no desearan escapar. Aun caminando, sin mencionar palabra alguna, una terrible nostalgia comenzó a apoderarse de él. Aquellos dulces ojos marrones inundaron su mente lo que inconscientemente le llevo a apretar fugazmente la mano ajena.

Reaccionando poco a poco, miró por el rabillo del ojo a su joven acompañante, para descubrir un rostro… ¿feliz? ¿avergonzado?. ¿Cómo podía pensar si quiera en abatirse viendo semejante expresión? Debía ser un tonto, miró al cielo matizado, seguro su expresión fue algo estúpida en ese momento y lo supuso bien. Suerte que nadie se interesaba en mirarle a él en ese momento.

Sin darse cuenta habían ya avanzado lo suficiente, no estaba muy seguro sobre el tiempo que había pasado, eso era lo de menos para él en cualquiera caso.

- Es por aqui.. - indico soltando la mano del chico - La posada queda a un par de cuadras desde aqui -señaló a la izquierda, su auto estaba una cuadra antes del otro lado. Metió la mano a su bolsillo para sacar las llaves. Continuó avanzando un poco más y oprimió el boton para desactivar la alarma del vahiculo. El familiar sonido se escucho unos cuantos metros adelante y las luces de un cavalier del año 2003 color negro metálico se encendieron y apagaron.

El camino hacía el auto fue silencio, sin embargo no le pareció incómodo, era agradable ir caminando tomados de la mano, no le importaba si alguien los viera y pensara mal de ellos, nunca le había interesado la opinión pública, y no iba a empezar a interesarle en ese momento.

Soltó la mano ajena cuando este comenzó a buscar las llaves del auto y cuando descubrió cual era el auto que el chico traía no pudo evitar sorprenderse un poco, era un muy buen auto, le gustaba, se veía elegante.

-vaya, es un auto muy bonito.

Comentó finalmente acercándose al mismo, observando el auto en el exterior y el interior un poco, sin llegar a verse indiscreto, una leve sonrisa le asomó.

-quisiera saber conducir, y por supuesto también tener un auto el cual conducir, sino no tiene gracia jajaja

Se recargó en el cofre del auto viendo al otro, extendiéndole la mano para que se acercara a él y por supuesto con ese gesto para que tomara su mano, comenzaba a sentirse un poco más confiado con el otro, después de todo, no había rechazado su contacto la primera vez que se tomaron de la mano.

- No está nada mal… aunque no es gran cosa, no suelo usar el auto, me hice de él porque a la larga resultaba más útil para algunas emergencias del trabajo o personales… – se dirigió a la puerta del conductor e introdujo la llave en el orificio correspondiente
– luce bastante bien para ser de segunda mano... – observó, no tenía necesidad de comprar uno nuevo ya que apenas lo utilizaría, por suerte un viejo amigo con el que aun mantenía contacto se lo había dejado a un muy buen precio y no pudo rechazarlo.

Al volver su mirada al chico sonrió ampliamente, verle dispuesto de ese modo le satisfizo, se le veía más confiado a comparación de aquel niño a la defensiva de hacía un rato… Por supuesto Quinn no le hizo ningún desprecio al gesto y sin mencionar una palabra se acerco en un paso hacia el más joven casi felinamente. Tomó la mano que le extendía y entrelazando de nuevo sus dedos con los del menor dirigiendo el lazo hacia atrás, recortando la distancia entre ambos y ‘acorralando’ al chico contra el cofre.

- si se da la oportunidad te enseñaré a conducir… así cuando llegue el auto, por lo menos ya sabrás manejarlo… ¿qué te parece? – dijo sonriendo lacónicamente, sin desviar la mirada de Miharu, se mantuvo inmutable esperando ver su reacción. No iba a llevarlo más lejos de ahí, era solo... simple curiosidad...

Ver que el otro aceptaba su toque le hizo sentir mejor, al menos no había quedado en ridículo, sin embargo cuando se vio "acorralado" entre el cuerpo de Quinn y el auto se sintió.... raro, no sabía como debía reaccionar ante la situación, pasó saliva algo nervioso, escuchó a las palabras ajenas atentamente, hasta ahí todo iba bien, sin embargo su mirada que había estado centrada en los ojos del mayor se desvió momentáneamente a sus labios... esos labios que tenía tentadoramente cerca.

-me parece bien....

La verdad no sabía a que estaba contestando ya había olvidado la pregunta inicial, relamió sus propios labios al sentirlos repentinamente muy secos, no debía... recién se conocían y... ya había cometido ese error una vez... una vez más su mirada se dirigió a los ojos ajenos, los cuales no lograba comprender porque se veían cada vez más cerca, lentamente entrecerró los ojos y no fue sino hasta que podía sentir el aliento ajeno que se detuvo de golpe y abrió los ojos una vez más, se alejó de nuevo manteniendo la distancia que tenían en un inicio.

-bueno, em, creo que mejor nos vamos....

Desvió su mirada tan solo un momento, el cual le ayudó para recuperarse, tan solo esperaba que el otro no se lo tomara a mal, o se hiciera ideas erróneas sobre él.

Aquellos labios se le antojaron irresistibles, contuvo sus instintos básicos para no eliminar por completo el estrecho espacio físico que los separaba cuando el joven cerró los ojos, el chico no parecía estar menos dispuesto… el sutil juego de miradas que se manifestaba en sus ojos le dificultó a Quinn alejarse… un buen observador habría notado que el espacio se reducía sutilmente con cada segundo que pasaba.

Pese a tan buena oportunidad que se le presentaba de tomar un delicioso bocadillo –a sabiendas de que por eso le daría más hambre– se contuvo para no hacer algo imprudente con el chico a media calle, el qué dirán no le importaba en absoluto, si es que en algún momento eso le había importado, pero un escándalo por breve que sea, siempre es molesto…

La vocecita de Miharu interrumpió sus pensamientos antes de que… culpó a las “circunstancias” y a sí mismo por atraparlo en aquella situación…

Sonrió al notar que el chico desviaba su mirada, y lograba dificultosamente recuperar el espacio perdido que les separaba. Aunque de cierto modo Quinn se sintió algo decepcionado, aquella situación le divertía tremendamente. Sin soltar su mano, le dio algo de espacio para que se repusiera, pues le notaba nervioso, si es que solo con eso podía describirle.

– Vayamos antes de que oscurezca… – sin esperar mucho una respuesta condujo al chico hasta la portezuela del lado del copiloto, abriéndola para que pudiera entrar
- adelante..-

-si, vamonos...

Repitió, tratando de tranquilizarse a sí mismo sobre lo que pudo haber sido su primer beso con el chico, pero bueno, si algo entre ellos iba a suceder, había tiempo de sobra ¿o no? En fin...

-gracias, que caballeroso

Entró al auto, sonriendo algo coqueto ante la actitud de Quinn, a lo mejor no había notado lo que había estado a punto de hacer, o... bueno, quien sabe, pero le había gustado esa manera de tratarlo, soltó su mano aunque interiormente no quería hacerlo, así que le dedicó una tenue caricia antes de soltarle, una vez ya dentro del auto se puso cómodo y se colocó el cinturón de seguridad esperando a que Quinn subiera, mientras tanto observaba las cosas en el auto.

-¿sabes? me la estoy pasando de maravilla a tu lado.

Comentó finalmente una vez que veía a Quinn entrar al auto, y... bueno... un beso chiquito no hacía daño a nadie, se estiró para quedar cerca del otro y terminó por darle un tierno beso en la mejilla, aunque había alcanzado a rozar "accidentalmente" la comisura de los labios ajenos, finalmente al separarse continuó regalandole una sonrisa, que nunca imaginó que podría dar, dulce, amable, feliz de estar con alguien.

- ¿Caballero?... Mm.. lo dudo mucho… solo es algo que estoy acostumbrado hacer, llámalo un tic nervioso – bromeó, para él era ‘natural’ hacer eso, no tenía nada de especial abrirle la puerta a quien le acompañaba y que debía cuidar.

Cerro la portezuela del copiloto y luego de un instante entró también al auto.

- Me da gusto que te la estés pasando bien – y para ser sinceros, él también se estaba pasando igual… hoy era un día especialmente agradable y tenía interés en conocer la playa, y bueno, no podía quejarse de la compañía. Mientras se inclinaba para poner el auto en marcha, distinguió por el rabillo del ojo una aproximación por parte del menor, pero le resto importancia.

Cuando se dio cuenta tenía al chico tan cerca de él como para que éste le alcanzara a dejar un beso en la comisura de sus labios que más que accidental parecía bastante calculado respecto al lugar… la eterna sonrisa de esa tarde seguía en el rostro del joven valiente… ¿y por qué utilizar esta palabra? Bueno, besar a un perfecto extraño y darle tales confianzas era digno de valentía… o de estupidez…

Una extraña sonrisa se dibujó en la faz de Quinn, difícil de describir con unas cuantas palabras

- Y dime… Miharu - dijo con susurrante voz acercándose invasivamente al chaval en reacción a lo que éste había hecho – ¿qué es lo que sabes de mí? – pregunta capciosa. Sujetó el mentón del chico y lo atrajo aún más hacia su rostro, disminuyendo el espacio entre ambos pero sin desaparecerlo por completo – hasta donde sabes… yo podría ser algún tipo de delincuente… - Rozó con sus labios los del más joven – un ladrón… un estafador… - el espacio era casi nulo, lamió sutilmente el labio superior del chico, saboreando la esencia del jengibre – un asesino… - sin inmutarse ante las reacciones del jovenzuelo se alejo abruptamente relamiéndose los labios. Pasando unos breves segundos tomó de nuevo la palabra.

- No deberías tener ese tipo de confianzas con alguien que apenas conoces… el juego podría voltearse contra tu beneficio personal… – Se revolvió el cabello. Lucía tan fresco como una lechuga, antes de poner el auto en marcha dirigió una breve mirada a Miharu, el auto se puso en lento movimiento.

Y nuevamente se sentía terrible, había cometido el mismo error que hace poco hubiera cometido con Shin, las situaciones habían sido distintas, sin embargo el fin había sido casi el mismo, aunque en esta ocasión el otro le había hecho sentir avergonzado de si mismo, la sonrisa que había estado en su rostro toda la tarde se había borrado completamente,aquello le había dolido.

Su mirada se desvió a la ventana, recordaba como momentos antes su corazón había palpitado con fuerza, un sentimiento que había conocido con anterioridad, el sentimiento del corazón latiendo con rapidez para luego detenerse con una palabra, aun podía recordar la casi nula distancia entre ambos y las palabras que habían taladrado su mente.

-entonces sería tu víctima perfecta, no hay nadie quien llore por mi, ni siquiera se molestarían en buscarme, no tengo amigos ni familia.... y a tu pregunta... no sé nada de ti, pero, quizá me gustaría saberlo todo... después de todo, en un inicio todos somos desconocidos, ¿no?

Tomó aire y no supo de donde tuvo las fuerzas para continuar su dialogo, sentía que sino hablaba volvería a ser el miharu de antes, aquel que no le gustaba del todo.

-Una vez me enamoré, me arriesgué y perdí, pero es mejor arriesgarse una segunda vez, en lugar de retirarse de la jugada, ¿no crees?

Si, debía dejar salir todo, su mirada regresó a ver a Quinn, quizá este iba conduciendo y no le miraría, pero...

-el como me comporto ahora, no es como solía hacerlo, me enamoré y lo arruiné, me dejé llevar por el primer chico que me sonrió y me trató bien, quizá justo ahora lo esté haciendo de nuevo, y SI lo estoy diciendo claramente, CREO que puedo enamorarme de ti, soy la clase de chico que dice las cosas sin rodeos, también soy malhablado -a veces- y tiendo a ser un desastre, no me considero atractivo, pero quiero mejorar un poco mi relación con las personas, por eso trato de sonreír más de lo que hacía antes y.. y.... sé que disfrutas de la comida tanto como de las bebidas, y que... me gustaría cocinar algo delicioso para ti....

No notó en que momento sus mejillas se habían puesto tan rojas, se había expuesto por completo, su mirada seguía fija en el otro, mientras pasaba saliva nerviosamente, su mente le decía "haz hecho algo realmente genial o... haz metido la pata..."

El auto seguía avanzando despacio, Quinn se mantuvo en silencio escuchando al chico, sin interrumpirle, manteniendo la mirada en el camino -circulaban sobre calles concurridas- confomándose solo con el reflejo tembloroso de Miharu en el espejo retrovisor. Que le contara aquella historia le hacía notar cuan serio estaba siendo el chico, eso le mostraba algo nuevo a Quinn sobre su personalidad y no dejaba de agradarle.

En el momento en que el más joven terminaba de hablar, el mayor orillaba el auto, estaban por llegar a la autopista. Quitó sus manos del volante y por fin dirigió al chico su mirada, aquella linda sonrisa de hacía un rato se había esfumado y no quedaba huella de que hubiese estado allí alguna vez.

- Fui muy duro contigo ¿cierto? ... - por el dramatico contrste en la expresion de Miharu con la de hacía un momento, podía darse cuenta de ello - No quise hacerte sentir mal contigomismo Miharu... – había reaccionado un poco tarde...

- Tienes mucha razon en no darte por vencido y que lo descubras por tí mismo es aun mas asombroso para alguien de tu edad... eres un chico muy valiente, arriesgarte es lo mejor que puedes hacer.. pero debes ser conciente de ello... – acaricio con su mano la mejilla sonrosada del menor..

- Así que.. - se alejó sin dejar de concentrar su mirada sobre él - ¿estas seguro que esto no lo haces porque quieres desesperadamente olvidar aquel amor fallido? - Por la historia que acabada de escuchar no sería de extrañar.

-... No tienes que responder ahora.. - seria muy maldito si esperara eso.. – solo quiero que lo pienses... – La idea principal ya estaba expuesta, solo esperaba no haber dado la estocada final, si se equivocaba -¿probabilidades?- estaría cometiendo un error que terminaria por hacer sentir aun más mal a su joven acompañante. Posó una mano sobre la cabeza del chico.

- El resto déjaselo al tiempo.... aun nos falta mucho por conocernos, no hay por qué precipitarse... - a pesar de muchas cosas... no era una de esas personas que se 'enamoran' a primera vista y no había llegado quien le hiciera sentir eso. Si estaba siendo asi de directo era porque le tenia aprecio al chico y no quería andarse con medias tintas, eso no iba con él.... de ahí que dejara las cosas claras desde el comienzo.

- Supongo que tendremos que dejar lo de la playa para otra ocasion.. - totalmente comprensible, después de todo, quizá Miharu ya no tuviera la misma impresion sobre él.... - Dime si puedo compensarte de alguna forma... haré lo que esté en mis manos.. y si aun estás de acuerdo, estré feliz de que cocines algo para mi

A su parecer, todo había resultado mucho mejor de lo que esperaba, aunque cuando Quinn detuvo el auto debía admitir que esperaba que este le sacara del mismo al instante, aunque la manera en la que había hablado con él y le había explicado las cosas era mucho más civilizada que como solía tener charlas con Shin.

-si crees que lo mejor es olvidar lo de la playa por el momento, está bien, aunque definitivamente cocinaré para ti luego

Se terminó por recargar en el asiento del auto a la par que cerraba un poco los ojos, sería algo tonto pedir que los planes siguieran como tal, no por su parte, más bien porque no quería poner incómodo al otro, siempre había dicho las cosas tal cual las pensaba, lo cual quizá era un gran defecto, pero... bueno, no había podido evitarlo, las cosas se darían como tuvieran que darse y ya.

-y sobre tu pregunta, puedo responderla claramente ahora, siento que aun lo amo, estuve tan perdidamente enamorado que sería inútil negar lo que siento, sin embargo...

Tomó aire y volteó a verlo una vez más con un intento de sonrisa, más bien una mueca que de alguna manera pareciera una sonrisa.

-no hago esto por querer olvidarlo, él continua con su vida, al igual yo, no digo que este enamorado de ti, sino que, me agradaría estarlo, quizá porque eres lo opuesto a él, y... justo ahora aunque no tienes nada que compensar, puedes ir a dejarme a la playa, en verdad quiero ir, aunque quizá justo ahora desearía estar solo ahí.

Volvió a recargarse en el asiento, cerrando los ojos mientras trataba de relajarse, si... esa noche dormiría en la playa, bajo la luna y las estrellas y con la arena bajo su cuerpo....

Lo que en un principio prometía terminar como una maravillosa tarde con arena en el cuerpo y los pies bañados en agua salina.. parecía terminar con un sabor agridulce. La reaccion del más joven no dejaba de sorprender a Quinn, era mucho másmaduro de lo que uno podría imaginar, en definoitiva aquella tarde no dejaba de ser interesante.

- No lo pienses demasiado, ya pasará cuando tenga que pasar, no puede hablarse de amor oilvidando el sufrimiento, cierto? En cualquier caso si no te sintieras como te sientes ahora, aquel habría sido un amor ficticio, un 'amor' que no habría valido la pena... - posó su mano sobre la del menor para que quitara aquella extraña mueca - En cuanto a lo de la playa... por mi no hay ningun problema.. entiendo que quieras estar solo... y puedo llevarte ahí o a cualquier parte si lo deseas....- le miró fijamente – pero no me gusta la idea de dejarte ahí solo tampoco.... - era normal que se sintiera preocupado por el chico y esque... uno nunca sabe el tipo de gente con la que se puede encontrar... algun loco quizá... pero más que eso..

- Y no pienso hacerlo, asi que.. iré contigo – le guiñó el ojo. Un poco distorcionados ahora, pero esos habian sido los planes iniciales, que no? Sin dar mucha -ninguna- oportunidad de objeción, revolvió el cabello del más joven y regresó las manos al volante. Pusó el auto en marcha.

Aunque no conocía el camino con exactitud, los primeros estelares en la carreteras hicieron gala de presencia para indicar el buen camino. Quinn acomodó el retrovisor, miró por el rabillo del ojo al chico.
- ...¿ En qué estas pensando? - permanecer en silencio no le gustaba y le parecía que el chico aun tenia algo que decir

Se comenzaba a relajar, imaginando sus momentos en solitario en la playa, inclusive aunque sintió la mano del otro posándose sobre la suya trató de fingir que su pulso no se había acelerado un poco, le seguía escuchando claramente, y por eso mismo no pudo evitar abrir los ojos de golpe y mostrarse sorprendido una vez que afirmó que le terminaría acompañando, apenas si iba a mediar palabra al respecto cuando el otro se encontró revolviendole el cabello cual niño pequeño.

No entendía del todo la situación, cualquier persona le hubiese dejado donde estaban o quizá se hubiese ofrecido a llevarle a la playa y punto, sin embargo a final de cuentas terminarían haciendo lo que habían planeado en un inicio y ahora caía en cuenta de que... Quinn no era como cualquier persona.

-pienso en que... quizá a final de cuentas, si termines gustándome un poquito.

Su mirada se había perdido en la ventanilla, por la cual veía el paisaje cambiante desaparecer, dando paso a nuevas vistas del panorama, una tenue sonrisa se asomaba a sus labios.

Por supuesto el chico parecía sorprendido al escuchar sus palabras. Era claro que Quinn no pensaba dejarle a su suerte vagando solo en la playa... no se perdonaría si algo le llegara a pasar.. aunque mejor era no pensar en que algo asi pudiera pasar... simplemente dejarlo no era algo que pudiera hacer y menos después de la sinceridad del chico.. a pesar del corto tiempo le habia tomado cariño y no podia decir que no le importaba.

Despues de oir las palabras de Miharu no supo decir si eran dirigidas hacia él o si se trataba de una reflexion interna expresada en voz alta... le miro por el rabillo del ojo. El menor miraba abstraido el paisaje por la ventana, Quinn no pudo evitar sonreir.

- Bueno.. pues ya veremos que pasa entonces... no nos apresuremos- dijo calmadamente despues de un silencio no muy largo, no muy notorio: – que tal si me ilusiono y despues termino como una pueblerina abandonada jaja – bromeo con Miharu, sin dobles intenciones, aunque sin prestar mucha atención a las palabras que habia utilizado, regresando al humor jovial y bromista del inicio

- Por cierto, vas a decirme por que tenias ganas de ir a la playa?... En realidad yo tambien tenia ganas de visitarla desde que llegue.., creo que eso ya lo habia mencionado.. - medito en eso ultimo, despues de tantas cosas en tan poco tiempo no recordaba con exactitud si lo habia dicho o solo lo pensó - .. Aunque probablemente no podamos meternos al mar – llevo una de sus manos al estomago, no hacia mucho que acababan de comer y no era buena idea arriesgarse – eso te molestaria?

El paisaje seguia cambiando conforme se alejaban de la ciudad.. cada vez habia menos casas y más arboles. En el horizonte podía verse ya un vbago reflejo del mar coloreado ahora de más tonos calidos que fríos. Crepúsculo.

Lamento la tardanza pero apenas medio me desocupé.. ya ni me acordaba donde estaba el post xD ))

-jajajajajaja como pueblerina abandonada!

No había podido evitar el reír de aquella manera, aunque la verdad había intentado no reirse en primera instancia, aunque la verdad, la expresión le había sido muy graciosa, en especial al imaginar al chico vestido de mujer, inmediatamente se llevó una mano a la boca, tratando de controlarse, esperaba no haberlo hecho enojar por burlarse, aunque a final de cuentas mejor terminó por regresar al tema de la playa.

-ejem... pues, simplemente me dieron ganas de ir, me parece un buen lugar para estar, pasar la noche bajo la luz de la luna y con el olor del mar, en general me gusta mucho la playa, aunque... solo he estado 2 o 3 veces ahí, y aunque no podamos nadar, quizá podamos mojarnos los pies o sentarnos en la orilla.

Nuevamente vio por la ventana, observando el paisaje cambiar, era divertido pensar que dentro de poco estarían en la playa.

-será divertido....

(jajajaja no te preocupes XD)

la distancia que los separaba de la playa era muy poca, no tardaron mas de unos cuantos inutos en llegar. Como erade esperarse no se podía ver por ahí a mucha gente... las ultimas personas recogían sus objetos del suelo arenoso y se encaminaban a sus autos. No fue problema encontrar un lugar para estacionarse y asi lo hiso. Desde ese lugar podía tenerse una vista panoramica de la playa y el mar. Apagó el motor ydesabrochandpose el cinturon de seguridad se giró hacia donde estaba el chico.

- Jovencito, hemos llegado a su destino – dijo de manera casi solemne para ambientar. Sonrió. - listo para la playa, Miharu? Sería divertido, estaba de acuerdo con ello, durante el transcurso del viaje habia desarrollado un fuerte deseo de ir allí con el chico, aunque sus razones, no estaban del todo claras.

Antes de que alguno de los dos saliera se estiró para buscar de la parte trasera una chaqueta. Rebuscó un poco pues sobre los asientos descansaban dos cajas de tamaño considerable repeltas de libros y cuadernos, unos cuantos CD's de jazz y otros generos sobresaían de una de ellas. No tardo mucho en encontrarla y la cogió con cuidado de no tirar al piso del auto ninguno delos objetos ya mencionados.

- Vamos, te abriré la puerta – salió del auto no sin antes acariciar el negro cabello ligeramente largo de miharu. Se echó la chaqueta al hombro.

<<TEMA CERRADO>>