Ciudad Esmeralda
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¿Alguna vez imaginaste un lugar lejano, escondido del resto, un nuevo Eden particular... donde puedes ser quien, como y cuando quieras, donde no existan etiquetas, creencias, ni banderas? Vive y deja vivir, porque en Ciudad Esmeralda todo tiene lugar.
 
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 El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]

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Mikado

Mikado


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MensajeTema: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyMiér Mayo 29, 2013 8:55 pm

Mis zapatos estaban cubiertos de barro como si este fuera una plantilla que me regalaba algunos milímetros más de estatura. Había llovido durante toda la noche y como consecuencia se encontraba un revoltijo de tierra y agua apelmazada por todos lados con marcas de todo tipo; huellas de llantas, animales y personas entre otras desconocidas. Así se encuentra el lugar donde estoy, pero esto no me detiene y solo sigo caminando a pesar de tener la parte baja del pantalón salpicado culpa de un convertible y su divertido conductor al que parece le alegre la noche. Me resguardo de una caída, usando los pocos hierbajos que crecen en esta tierra infértil, que piso para escalar la rustica colina en cuya punta reposa esa vieja casona gótica deshabitada de 3 pisos que parece caerse a pedazos, pero que por instinto he venido a visitar, pues la peste a muerte y azúcar me tiene intoxicado y ha logrado desequilibrar mis sentidos. Me incomoda y quiero saber por qué.

Mientras sigo subiendo, siento el rechazo, hay un leve escudo que me da escalofrío y esta reacción de mi cuerpo, solo me impulsa a seguir, pues no era la primera vez que lo siento.

Repasaba la otra semana, la cuadra que colinda con este lugar cuando me percaté de la hediondez, cuyo foco era justo allí. Automáticamente la cabeza me dio vueltas y sujete mi estómago con debilidad, sea lo que fuere, me estaba robando la energía. Me falto poco para caer de rodillas, pero pude soportarlo hasta llegar a una pequeña tienda donde descanse. Fue allí que escuche de boca de la dueña que estaba a punto de quedar en bancarrota que la casa estaba encantada. Según su historia, por las noches se escuchan llantos de bebes como si estuvieran siendo víctimas de un gran dolor, pero no me enteré de todo el relato, pues su encolerizado esposo vino a taparle la boca, seguido de un regaño de su parte hacia mí. Tenía los ojos rojos y brotados, como si quisieran escapar de sus cuencas. Me hecho del lugar con la excusa de que no había comprado nada.

Siendo sincero, antes no hubiese creído en este tipo de “cuentos” pero mi estómago se había conectado con mis sentidos y me decía que aquello era verdad. Tome el resto de días para hacerme de un equipo de personas que me ayudaran a descubrir lo que pasa, pero mi economía (el salario que gano) solo alcanzo para comprar una linterna, baterías, agua, pagar la cuenta de mi celular y hacerme de un guardaespaldas, que por cierto se mueve lento y sí, estoy ahorrando.
Me recomendaron a este hombre porque es un experto en defensa y estrategia, vamos, que yo también tengo un entrenamiento, pero por si algo sucede, necesito una carnada. He cambiado un poquitín desde que soy demonio, lo acepto.
Ahora, he llegado después de algunos impases con una piedrecilla mal intencionada que casi me hace tropezar y caer a la falda de la colina, pero afortunadamente mis reflejos han actuado acorde con la situación y actualmente espero a mi acompañante bajo el arco de la entrada, a lo que la escasa luz que escapa de las lámparas públicas me permite ver el mal estado en que se encuentra. No hay electricidad, no hay quien la pague.

Decido sentarme en uno de los pobres escalones que ha empezado a devorar la naturaleza, porque, hombre, como se demora el sujeto de un solo ojo en subir.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyMiér Mayo 29, 2013 10:04 pm

Había aceptado un trabajo de niñera, sí, nunca mejor dicho, de niñera de un crio que se apareció en la oficina (una de tantas) donde trabajo (mentira)

Caminé lento, tanto como me incomodaba esa sensación de que la suela de tus zapatos resbalase a cada paso que se da, sin contar con la comparación de dicha mezcla natural con la…m… ¿en que estaba? Ha sí, saque un cigarro, pues el frio era tremebundo, egoísta y mezquino, así que lo ataque de la mejor forma posible, con una calada áspera que me llenaba los pulmones de ese gas corrosivo que tanto me gusta y que me acorta la vida, pero que vida he vivido en su compañía.

Mis pasos eran lentos, mientras que el “bebé” caminaba con afán y cuidado, aunque cambio su modus operandi luego de que casi se va de cara contra el mundo. Me reí internamente por la extraña forma que hizo su cuerpo, pero luego detalle que el chico era algo raro, más de lo normal, aunque mi descubrimiento no motivo que agilizara mis pasos, no podía correr el riesgo de que mi cigarro se apagase y válgame, que tragedia. ¿Se nota mucho el sarcasmo? Porque esa es la idea.

El empinado me permitió ver las lucecillas de la ciudad, como se prendían y apagaban, era tarde en la noche y eso me hizo refunfuñar ¿Qué hace a un chico contratar un guardaespaldas para venir a este lugar? Todo esto me resulta sospechoso, acaso es uno de mis enemigos. Tanteé disimuladamente mi Raging bull de armazón reforzado y doble traba de tambor, por si acaso se trataba de una trampa.

El humo de mi cigarro no hacía sino escapar y en cuanto más me acercaba a donde se había detenido el chico; la maldita calma no hizo sino irritarme al punto de obligarme a desatar el broche del mango de mi arma que se mantenía oculta y sujetarla, escondida bajo el ala de mi gabardina negra. Pensé en ese instante en darle una muerte fácil, un tiro de gracia en medio de la frente, que no lo haría sufrir y luego unas vacaciones a Italia. Me encantan las italianas.

Caminé sigiloso, ocultándome bajo la sombra terrorífica de la estructura, hasta que escuche una voz familiar, que me hizo bajar mi mano y acercarme totalmente relajado.
—¡Tú!— miré al chico que se acercó para hablar con mi contratista, era el sujeto que me enseño su “arma” en un momento gracioso, bueno para mí: — ¿Qué haces aquí? — le hable con duda, ignorando al chico que seguía sentado y que respondía al nombre de Mikado.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyMiér Mayo 29, 2013 10:30 pm

Me giré rápido cuando escuché una voz detrás de mí, la piel se me puso de gallina, probablemente un espectro me siguió pidiendo ayuda.

“Me van a meter el miedo por la posición orto, y joder es un triple enlace, aunque a mi nada más me cabe un doble enlace”, resongué mentalmente, pero después de ese desprovisto y poco personal “Tú” seguido del cuestionamiento, reconocí la voz, una voz que pensé jamás
escucharía de nuevo en toda mi vida.

Era el tipejo tuerto frente al cual me desnude, en una penosa mala interpretación…soy un pervertido.

Sacudí la cabeza, no me sé su nombre, nunca me lo dijo, y de haberlo hecho se me hubiera olvidado, soy pésimo con los nombres, pero no con las caras.

-¡Tú!...- le dije igual señalándolo.- ¿Qué haces aquí, tuerto?...- le espeté cuestionando y después miré a Mikado.- ¿Qué hacen los dos aquí?, pero esperen…¿Se conocen? …- cuestioné paseando mi mirada entre ambos sujetos, el castaño y el tuerto.

Al realmente extraño está pasando en este lugar ¿Qué hacemos todos reunidos aquí? ¿Qué hace Mikado aquí? ¿Qué hace el tuerto aquí? ¿Es una broma acaso?
Los misterios de la vida son grandes a decir verdad, el destino juguetón y un verdadero mequetrefe, pero jamás me esperé este vuelvo, esta coincidencia que no es coincidencia.

Recordé que me habían hecho una pregunta, así que salí de mi pequeña perturbación y miré al tuerto, reparando en el único ojo visible.- Vine por curiosidad, escuché historias y pues, quise averiguar un poco, pero ¿Y ustedes? ¿A que vinieron?

Cuando hablé un extraño y dolorosa queja se escuchó, y después un crujir algo fortalecido desde el interior. Mi cuerpo se puso tenso al instante, todos mis músculos se tensaron y mi mano más presurosa que mi mente tomó el hombro de Mikado que seguía sentado, buscando contacto humano para resguardar algo del temor que invadió cada célula mía. En cuanto me di color de que tomé el hombro de Mikado, aparté mi mano rápido, guardando apariencias.- No te asustes (?)…- guardar las apariencias hasta el final-
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyMiér Mayo 29, 2013 11:13 pm

Me sorprendí al escuchar una voz conocida, ante todo porque no esperaba encontrarme con alguien en este lugar, y menos con: — ¡¿Sedras qué estás…?! — giré mi rostro, el hombre del parche se me adelanto con la pregunta y es que, no sabía que se conocían, es más ¿cuándo llegó a la cima si antes no lograba verlo? Hombre, de verdad hice bien en contratarlo, en serio que no me inspira confianza alguna, además esa posecita rara que se carga, como si estuviera escondiendo algo bajo su gabardina.

—¿Ustedes dos se conocen?— no pude evitar expresar mi curiosidad sobre el tema, aunque de nuevo me ganan y Sedras me lanza la misma pregunta, claro, con un par de variantes, a lo que iba a contestar de la mejor forma posible si no es porque la puerta de la casa, cruje y se abre de par en par, como invitándonos a entrar.

¿Han visto una película de terror con ese panorama? Pues no pude evitar ponérseme la piel de gallina de recordar ese desagradable sonido. Mi garganta se secó de inmediato, se sintió como una aguja atravesándome el gaznate que se esforzaba por sobrevivir. Todo estaba mal, lo sentía, entonces ¿por qué subí las escaleras que restaban e ingrese a la residencia? De nuevo mis instintos me llevaban a lugares que no quería ir. Cruzó el lumbral de la puerta y solo veo oscuridad, por eso me detengo y levanto la voz: —Vamos, Vlad, es hora de que hagas tu trabajo — le esperé, hasta que se dignara a seguirme, pero de Sedras, no sabía si era seguro que nos acompañara, después de todo, ya lo había hecho participe de un momento incómodo y complicado en el pasado que no quería que se repitiera, pero lo que era, Vlad (para eso le pague) y yo, teníamos que asistir a esa cita con mi destino, fue por ello que: —Lo siento Sedras, hablamos después — espere que con estas palabras se marchara.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyMiér Mayo 29, 2013 11:27 pm

No alcancé a contestar las preguntas cuando la puerta crujió nuevamente y se abrió de par en par.

Yo retrocedí en un salto alterado, usando unos de mis brazos para taparme el torso como un mecanismo defensivo automático.

Todos mis vellos se erizaron y en mi dermis se formó la típica piel de gallina que por las propiedades claras de mi piel, resaltaba más, miré algo nervioso a Mikado que le gritó al tuerto. “Así que se llama Vlad” pensé, mientras vi que Mikado se paraba y se acercaba sin duda alguna a la casona, aunque no del todo, pude percibir su miedo, ese lugar acentúa mi habilidad de percibir emociones ajenas, aunque lo que me resguarda es el propio miedo que siento anidarse dentro de mí y que libera adrenalina y noraadrenalina en mi torrente sanguíneo.

Me quedé petrificado por un segundo mientras Mikado iba rumbo a la casona, y me ¿Despedía?, esas palabras me hicieron reaccionar, sacudí la cabeza y me acercó con unas zancadas largas y le tomé del brazo.

-¿Disculpa? Bola de anomalías con patas, no vine aquí por ti, sino por curiosidad propia, así que tú no me corres tarado, y yo me meto a ver si quiero, además por mí mejor, necesito guarura…- lo empujé y me metí rápido a la casona oscura.
Durante un instante me sentí congelado, la oscuridad abordó todo mi sistema y por poco entro en pánico…cuando…cuando… cuando

“AAAAAHHH NO MA***”
Grité ronco, maldiciendo, asustado, algo...algo...algo acaba de tocarme de una manera que ninguna rata, cucaracha o sanguijuela podría emular.

Son unos dedos los que sujetan mi brazo
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyJue Mayo 30, 2013 8:22 pm

Si en el principio me había molestado el "trabajito" ahora me caía como una patada en los...oh sí, el grito de "niña"

Claro, antes de eso:

Afortunadamente el chico alto, se me adelantó: entró a la casona y evito que diese una respuesta o generara dudas, por eso regresé mi arma al abrigo de su estuche, oculto bajo mi gabardina, a la que di un par de tirones para acomodarla y camuflarme con ello, pero sucedió algo extraño: La puerta se abrió de forma sospechosa a lo que doy una solución simple. En mi experiencia como parapsicólogo (mentira) siempre debe comprobarse absolutamente todo el lugar en donde, supuestamente y después de escuchar al enano, se habla de eventos relacionados con entes y apariciones, aunque no lo especifico como tal, luego de ver la fachada y el terreno donde se erguía la construcción, era más que obvio que a eso se refería.

El alto me llama sin ningún respeto y hasta ha sonado bastante mandón, por eso he pensado en cerrarles la puerta y dejarlos encerrados como si fueran cachorritos asustados dentro de la residencia, para que aprendan a respetar a los expertos mayores, pero entonces, la curiosidad sobre el evento de la puerta me puede y flexiono mis piernas para subir los 5 escalones que componen la entrada. Quiero revisar esas bisagras que debido a la humedad deben de haberse desprendido y es por ello que la puerta se abre sola, en el momento justo en el que nosotros estamos fuera. Sí como no.

El enano se me adelanta, respondiendo salvajemente, creo que la palabra exacta es tsundere, oh sí, ese es el nombre justo, el enano es tsundere y como tal, reacciona a las palabras del chico alto con ataques, pero realmente se le ve preocupado y asustado hasta decir basta, bien, más lo segundo que lo primero.

La idea de encerrarlos, me sigue rondando la cabeza, pero en vez de eso, solo, me inclino aprovechándome de la oscuridad del lugar y de que ambos chicos están teniendo una charla explicativa que los entretiene. Me inclino con cuidado de no hacer ruido, estiro mi mano y escurro mis dedos por en medio de las pantorrillas del enano tsundere para tocarlo de forma que logre asustarlo y vamos, que grito ha dado maldiciones y cambios de voz.

Me enderezo rápidamente y me pongo detrás suyo: —Así que también gritas como niña.— dije con total burla, seguido me adelanté al par de salidos, saque mi encendedor, di vuelta a la rosca metálica con mi pulgar y una llama fuerte se produce, iluminando pasivamente el lugar, amplio.

—Esto no me gusta nada, nada. — susurré, cuando di unos pasos tanteando terreno. El olor a moho era demasiado penetrante, tanto que no se opacaba ni por el cigarro adiestrado que llevaba en mi boca. Y que moví hacía la comisura derecha para permitirte una mejor expresión oral: — Oye chico alto ¿qué no llevabas una linterna? — di un par de golpes al suelo con la punta de mis zapatos y era preocupante el sonido que producía : — Puede que, la humedad se haya comido parte del suelo, por eso no es seguro caminar por cualquier lugar, date prisa y enciende la linterna— espere a que lo hiciera, pero por el rabillo de mi ojo, una incomodidad me perturbaba y es que, esa sombra con forma bizarra que había llamado mi atención desde que ingrese, no dejaba de moverse de un lado a otro.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyJue Mayo 30, 2013 9:16 pm

Perfecto misterio, alegre los que perturban en el entorno con el solo saberse existentes. Aquella lealtad indefinida hacia la propia vitalidad intrínseca hace que las cosas sean sencillas dentro de lo moderado.

Pertenecer o no pertenecer, o existe la tercera opción, el simplemente ser…
Había salido fácil de la cárcel, después de todo el melodrama el desenlace fue aburrido y superfluo, más bien planeado.

“No hay cargos, insuficiencia de pruebas, no es nada relevante”

Zas, cuás, tang, burocracia y hola libertad.

Pero la libertad es tan relativa que pierde solidez en un mundo enclaustrado en su avaricia.

Más dinero, más mujeres, más hombres, más placeres, más sexo, más conocimiento, más dudas, más sabiduría.
La añoranza de más siempre deja con menos.

Cedric se quedara con menos de algo, ganar algo siempre concibe perder algo más, y al ganar conocimiento, no siempre lo que se pierde es ignorancia, es más, al contrario, al conocer más se gana ignorancia, entonces…¿Qué es lo que se pierde?

Se movía entre las sombras, espiando, buscando sin temor ni duda alguna, la oscuridad no era buena compañera, ni tampoco esa sensación delirante y escabrosa que sentí que se desvivía entre las vertebras de su columna, pero esa era la idea ¿Qué no?, saber y perder, la cordura, el miedo, una pierna… o el pene tal vez.

Nadie sabe qué tipo de demonio al puro estilo Devil my cry saldría con alguna espada o alguna bomba sobre su lomo esperando a ser asesinado por el héroe del juego: Dante, que en el caso actual no tenía el cabello blanco ni corto, si no largo y morado, y no tenía un gemelo malvado, una hermana menor si, pero lejos en Polonia.

Piso atrás y algo de la madera entristecida crujió con malestar añejo, Cedric se giró y miró a su alrededor, malas espinas por doquier, como un rosal contaminado con néctar nostálgico.

Y una de las rosas, probablemente la más roja grito en un aullido casi femenino, en ese instante, Cedric salió a paso acelerado pero sutil del cuarto donde estaba en el segundo piso para asomarce hacia el barandal que daba a la entrada de la parte inferior, no pudo ver que profirió tal grito…pero si una voz burlona…esperen, la conocía… y no hacía mucho.

La luz se encendió, la luz de un encendedor y desde arriba vio a un tipejo de traje raro pero conocido.

Caminó a paso fuerte, que se escucharan sus pasos pero que nadie lo viera, hasta llegar a las escaleras y comenzar a bajarlas.

[color=indigo]-Intervenir en mi casa anterior, y en la actual comienzo a creer que es acoso, y si vienes por información, estas equivocado, lo que se da fácil, fácil se pierde…[/color]- se acercaba a paso lento, y pudo ver el rostro con el parche, a un mocoso que conocía como “matraz” y que se había aferrado a un tipo alto castaño que poseía dos ojos amarillentos.

-¿Y? ¿No traen una canasta con fruta?.- se paró enfrente de el tuerto, sorprendido en gran medida por habérselo encontrado, cuando las posibilidades eran una en un millón, más en un lugar así.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyJue Mayo 30, 2013 9:57 pm

Y el grito consigue ponerme más los pelos de punta y aunque resulto que era Vlad, haciéndole una broma a Sedras a lo que, yo, en otra situación, hubiese pensado en lo mismo, en ese justo momento me puso totalmente incómodo, no diré que asustado, sino que la mala vibra del lugar me estaba contaminando hasta inquietarme a un punto mayor de lo que ya estaba.

Vlad hizo que recordara, entre tanto sentimiento encontrado que en efecto, yo tenía una linterna pero Sedras se aferró a mí, así que, trate de no deshacerme de su agarre, pues sentía que le estaba sirviendo de apoyo.

Gracias a la pequeña llama del encendedor del hombre del parche, conseguí ver un poco más allá de lo que la oscuridad permitía, lo cual no era mucho, parecía que nos encontrábamos en un gran salón lleno de nada a lo que ni siquiera la escasa luz que lograba filtrarse por los vidrios de las ventanas, colaboraban para conocer más de la residencia. Mis ojos estaban adaptándose, poco a poco al cambio, por lo que a lo lejos, no sé si de forma humana o inhumana, pude dar con algunos decorados viejos y maltrechos en los que fije la mirada, mientras buscaba con mi mano libre, la pequeña linterna de mango giratorio que se encontraba en el bolsillo de atrás de mis vaqueros azul claro, solo que, Sedras me jalaba el brazo y por ello no daba con la entrada del bolsillo y por lo tanto con otra opción de luz que nos ayudara. Entonces, sentí más fuerte el estirón al escuchar unos sonidos extraños que provenían de la parte alta de la casa. Eran pasos que se movían hacia donde nos encontrábamos. Mi rostro giró en automático tratando de dar con el responsable y no era el único, Vlad también se encontraba alerta.

Escuche como el sonido se hacía más fuerte, pero entonces me percaté de que, los pasos parecían bajar escaleras, allí lo note y se lo hice saber a Sedras: —No es un fantasma— murmuré bajo, solo para sus oídos.

Los pasos se acompañaban ahora de palabras y el ente se dejaba ver bajo la luz de la llama del encendedor, soltando acusaciones dirigidas por lo que vi hacia mi guardaespaldas y terminando con el pedido de una canasta de frutas, era un bastardo burlón el que ahora teníamos frente a frente y yo aproveche el momento de quietud para acceder a mi bolsillo, tomar la linterna y encenderla, corriendo la palanquilla y usándola para señalar al sujeto desconocido, dándole un golpe de luz justo en el rostro.

Me pareció haberlo visto antes y lo note más que todo por su cabello de color particular, sin embargo nunca nos presentaron y mucho menos conocía su nombre ¿Quién era este tipo? Y ¿Qué estaba haciendo allí? ¿Qué rayos está pasando? Se supone que esta era una “excursión” de dos personas y ya hemos duplicado el número en cuestión de segundos.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyJue Mayo 30, 2013 10:38 pm

Le llaman karma y hoy me está golpeando de lo lindo.

Primero me contratan para cuidar a una niña que se multiplico por obra y gracia y ahora aparece campanita, tan talan, estoy jod...

—No traje canasta de frutas y que yo recuerde, la última vez que te vi, no era que te importara mucho lo que trajera o no—
conteste guardándome el encendedor de plata que consiguió calentarse por el uso y quema dependiendo de dónde lo toque, seguido desvié la mirada del atrevido "hombre" que seguía frente a mí, pues el chico alto le ilumino y era molesto verlo, ahora si parecía campanita una que, viéndolo bien, en lo poco que se puede, obstruye el paso, por eso, y sin mala intención (lo he empujado con bastante fuerza) lo aparte hacia la derecha, levantando mi voz: — Mikado, Ilumina por donde vino el chico raro — lo identifique de inmediato para que las niñas supieran a quien me refería, y es que con tanto "tocado" uno podía confundirse.

El chico alto hizo lo que le pedí e ilumino, usando el suelo como referencia para ubicarnos a todos en el espacio donde nos encontrábamos que seguía impresionándome por lo amplio, pero como no me gusta dejar a las personas a medias (mentira) conteste como se debe a campanita, sin dedicarle ni una sola mirada: — Quieres que te recuerde la pena por invadir propiedad ajena, por nada soy policía.— escuche un par de sonidos de sorpresa detrás de mi espalda, pero eso no me detuvo de caminar siguiendo el circulo que se deformaba por los diferentes zonas por los que pasaba.

Llegue a donde se levantaba la primera grada, tanteando por donde caminaba para conocer la estabilidad del suelo, pues estas casas viejas, estilo gótico, suelen tener sótanos y una mala pisada puede ser mortal por lo desconocido de la altura y lo que se guarda en esa parte de este nido de arañas, cucarachas, murciélagos y campanitas.

Desde allí, hice un segundo pedido al dueño de la luz artificial: — No dejes de iluminarme — saque de nuevo mi encendedor, que se encontraba después de un descanso a temperatura ambiente y volvió a encenderlo para que la llama nos diera dos puntos de luz. De nuevo lo que vi no me gusto, las paredes reflejaban un pésimo estado de toda la estructura que, no me extrañaría, cediera ante un movimiento telúrico de lo más bajo, pero como fui contratado para cuidar este jardín de infantes, supongo que no tengo opción que acompañarlos y evitar que ellos mismos se suiciden: —Dense prisa, aunque como tenemos al "dueño" aquí, él puede decirnos donde está todo en este viejo lugar — no me moví de donde estaba, espere a que llegaran y que la campana mayor nos enseñara el lugar.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyVie Mayo 31, 2013 9:41 pm

No pienso repetir la mentada de madre que le proferí a Vlad, ni tampoco que casi me meo cuando escuché el ruido, me aferré a Mikado que por poco y le arranco el brazo pero es demonio, se le regenera como cola de lagartija,

Cuando me dijo que no era un fantasma por poco y me orino, a la mera es el coco, o otra cosa peor…pero cuando escuché la voz , el miedo pasó a intriga, reconocí la voz y después la silueta encandilada por la luz de la lámpara.

El cabello morado delató de quien se trataba, un imbécil llamado Cedric que conozco de hace poco.

Salió con su sátira absurda que me dieron ganas de patearle los genitales pero, Vlad pronto y sin saber por qué le contesta de manera burda y emprende caminata hacia el entorno, husmeando y percibiendo la realidad de lo que nos rodea, sin darme cuenta yo sigo aferrándome fuertemente a Mikado, como si su cuerpo, su musculatura tensa por la presión de mis dedos me otorgase una falsa sensación de calma.
Vlad parecía hablarle a Cedric, el peli morado se giró y miró al tuerto y emprendió paso hacia el.


-Espera Físico.- le grité, tomé la linterna de la mano de Mikado y se la lancé.- toma idiota.- La capturo y enarco una ceja, digo algo idiota y se alejó a con Vlad.

Yo me giré y miré a Mikado, alcé mi mano hasta la altura mi pecho, y emitiendo un recurso usual y natural ya en mi, desde mi plexo solar la energía recorrió los canales bien conocidos por la medicina china, y en mi palma apareció una luz, una esfera blanca que ilumino en gran medida el lugar, mi bendita electricidad.- Nosotros lo hacemos con esto….- dije con la voz quebrándoseme ligeramente nervioso.

Pero todo tan tranquilo y de repente un crujido de nuevo escabrozo que provino desde el segundo piso, me aferré a Mikado y la luz en mi palma se intensifico debido al miedo, se escuchaban algunos jadeos alejas, y uno que otro gemido de pena. Por poco y escondo la cara en el hombro de Mikado, mi orgullo macho fue lo que lo impidio, pero sinceramente, estoy aterrorizado por que los sonidos no bajan, sólo el ambiente tóxico aumenta, haciendoce denso y logrando que los pulmones de les dificulte respirar.

Algo no nos quiere
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyVie Mayo 31, 2013 10:29 pm

¿En serio era policía? el tirón de mi brazo y el que Sedras me arrebatara la linterna me regresa al momento en el que estamos, sin tiempo para pensar en el oficio del hombre que contrate para que me asistiera en la noche de hoy: — ¡Oye! — me queje por quedarme a oscuras y lo mismo hizo Vlad a lo lejos, pues se encontraba revisando el estado del suelo, aunque se calmó cuando el sujeto raro, al que llamaré "X" se va tras de él para seguir con el que era mi trabajo: —Por qué hiciste eso, ahora estamos...— no terminé de decirlo, pues Sedras hace algo que para mis ojos sale del guión de alguien con apellido Toriyama.

Vamos que le ha salido una esfera de luz que según antecedentes Krilianos, es directamente proporcional a su estatura. Una cosilla diminuta pero con suficiente energía como para recuperar la luz que perdí.

—Es energizer ¿no?— replique luego de que hablo de "hacerlo con eso" sin embargo el que contáramos con más fuentes de luz no le quitaba lo tétrico al lugar, por el contrario las sombras se levantaban con total soberanía y se acompañaban de sonidos, como quejidos, gemidos y pasos, pues mi privilegiado oído escucho algo que se movía justo al otro lado de la pared de donde estábamos, pero al notar la reacción de Sedras reflejada no solo en la intensidad de luz que logró potenciarse, sino también en su agarre que se pronunció con más fuerza. Está bien no es que me molestara, ni siquiera tenía tiempo para pensar en eso, mi mente de nuevo se dirigió a hacer conjeturas que le ponían rostro al responsable o responsables de los sonidos que nos estaban incomodando, por eso, trate de darle tranquilidad a Sedras y levanté mi pie derecho, moviendo todo mi cuerpo con el y dándole a entender a mi nuevo "llavero" que donde nacían esos sonidos, hasta ese lugar iríamos, solo que no estaba muy seguro de si dejar a los otros dos chicos y dividirnos en grupos, pero saben, en las películas de terror, siempre se olvidan de algo, un invento que revoluciono el mercado en los 80 tas. El teléfono celular.

Llame a Vlad, desde mi celular, sacándolo con dificultad, pues Sedras es enano, pero joder, tiene fuerza y más cuando está asustado. Así que saque mi móvil y marque el número de Vlad, que me fue dado en la oficina donde lo contrate, para mi seguridad.

Repico un par de veces, pero no obtuve respuesta, esto es un cliché ¿no? eso de que en este tipo de casas, las energías se cruzan y no funcionan los teléfonos. Mentira. Vlad contesto, a lo que solo hable un poco: — ¡¿Hola Vlad?! Estamos escuchando unos ruidos extraños y vamos con Sedras a asegurarnos de que no es nada sospechoso, por si acaso Sedras está a un paso de volverse Saiyajin, así que, no corremos peligro alguno, pero ustedes no se muevan de donde están. Espérennos en el segundo piso, justo al final de las escaleras. Es una orden. — colgué solo escuchando un sonido que me pareció un gruñido. Guarde el celular y seguí arrastrando a Sedras hasta lo que parecía un pasadizo, pero para hacer las cosas más relajantes, empecé a preguntarle por trivialidades, para que se calmara: — Tú y ese chico ¿de dónde se conocen? —
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptySáb Jun 01, 2013 5:08 pm

Cedric tomó la linterna no de muy buena gana por la poca amabilidad de quien la otorgó, pero le restó importancia al benefactor del armamento, de todas maneras, tal grillo con complejo de luciérnaga era despreciable.

Alumbró a Vlad que bufó con molestia por la ausencia momentánea de luz, los pasos de peli morado eran sutiles y proferían poco ruido al ambiente, caminaba con cuidado, acercándose hasta el tuerto para quedar a su lado, alumbrando al frente las escaleras algo desgastadas con una alfombra corrompida y sucia por contaminantes no identificados.

-No eres policía, no sé que eres, pero policía no…- sonrió Cedric de medio lado sin ver a Vlad, examinaba con su mirar aquellas elevaciones de madera, cuando recién llegó no las vio, sólo caminó al tanteo y a la burda iluminación que le otrogó su celular, sin que este fuera de mucha ayuda realmente.

-Son como 15 escalones, a la derecha por el pasillo hay 2 puertas a los laterales, están cerradas, mami no quiere que entremos, hay un tipo sala al otro lado del corredor.- dijo explicando sus conocimientos de lugar.

Caminó adelantándose un par de pasos para que fuera Vlad quien le siguiera, ni si quiera preguntó, sólo lo hizo, alumbrando, divisando en la pared la perdida de pintura.

La sustancia química se había entregado a la humedad, el moho y el poco cuidado y se habían caído grandes pedazos que yacían en el suelo, cerca de los pies de Cedric, pero eso no es algo raro en alguna estructura vieja, en su defecto es completamente normal.

Lo apeteciblemente atípico era lo que estaba directamente en el ladrillo.
Dibujos con una tinta rojiza o tinta que parecían hechos a dedos debido a los bordes y a la falta de puntos delgados que denotarían el uso de algún pincel.

El dibujo era un extraño pictograma con una interesante variedad de líneas, y simbolismos, peculiares que salían del encuadre de conocimientos del chico de cabello largo. Se giró para comentarle a Vlad pero le vio al teléfono, y hasta escuchó lo de sayaying, tuvo que ahogar en un sonido ronco, la carcajada que le dieron ganas de soltar, y el “Es una orden” que escuchó, lo hizo poner más atención al monocular.

Un ramillete de posibilidades nacen en cualquier respiro…¿Cuántas acabas de perder?.

-Estaría bien que le echaras un ojo a esto…- señaló la pared pintarrajeada. – yo no entiendo si es relevante o no, pero ese monóculo parece tener más experiencia que yo en cosas atípicas, Vlad…- escuchó el nombre del hombre.

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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyDom Jun 02, 2013 10:07 pm

Si se iba a separar del guardaespaldas no tenía por qué contratar uno, además ese sujeto que lo acompaña, y que es ahora parecido a una lámpara de mesa, puede servirle de algo, y con esto me refiero a que tiene las piernas pequeñas y los pulmones fuertes, por lo que de ser atacados, es muy probable que el pan francés le gane a la lamparilla y esta se termine quebrando o en el caso de la aparición de alimañas, la lamparilla tiene un fuerte grito de niña que seguramente consigue asustarlos y ser un alarma para verificar su localización por parte de la policía. Reí para mí mismo, en un gesto escaso de tiempo del que tan solo yo, fui testigo, pues imagine mínimamente como sería la carrera de ambos sujetos extraños entre gritos agudos y demás.

Sin embargo la visión escasa me permite detallar algo brillante en el suelo maltrecho, afectado evidentemente por factores climáticos ante todo. Gracia a campanita y su "brillo" pude notar algo que emitía un pequeño destello, ensartado entre uno de los canales que dividía los paneles del piso. Me arrodille, sin que ni por chiste mis rodillas tocaran la dudosa superficie y tome con cuidado lo que reflejaba la luz. Así pues mientras revisaba la pequeña pieza de forma bizarra, campanita comenta algo curioso, respecto a la incredulidad sobre mi oficio, a lo que conteste sin apartar la mirada del trocito metálico que resultó ser una tuerca a la mitad, que extraño: —Soy médico, así que no molestes y solo sigue alumbrando el suelo — me levanté y caminé notando que el peso de mi cuerpo hacía crujir el piso, de nuevo las ideas sobre el sótano y una caída me preocupaban mínimamente pues, si el sujeto que me acompaña, cae por casualidad, sería un accidente ¿no? la policía no diría nada, pues este chico estaba invadiendo propiedad privada y... vuelto a hablar sobre algo, sacándome de mis estupendos pensamientos.
Está bien, esta vez era algo importante, me dio cantidad y ubicación, luego se adelanta a mí, lo he dicho, soy niñera.

Pero allí no termina el asunto, pues mi teléfono celular suena, lo saco extrañado, solo recibo llamadas de Enma en este país, por lo que cuando identifico el numero este es desconocido. Levanto la tapa, y acerco el aparatejo a mi oído, esperando que sea quien me llame quien hable primero; un "¿hola Vlad?" de una molesta voz familiar desde el día de hoy se escucha en el otro extremo. En serio ¿me está dando órdenes a mí? gruí de solo pensarlo, pero el pan francés no me permite darle una réplica, solo habla y cuelga. Miserable baguette, ya me las cobraré luego filtrando información privada. Me guarde el celular e inmediatamente recibí otra llamada, esta vez campanita al ataque, quiere que vea algo, por lo que me acerco y detallo lo que quiere que vea, aplicando a esos extraños dibujos todos mis conocimientos de años de experiencia en codis: —Campana ¿sabes lo que has encontrado? esto es... —

Imagen descifrada por Vlad:
Spoiler:

Subí el primer escalón.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyLun Jun 03, 2013 8:06 am

No Soy el tipo de persona calmada que esboza una sonrisa media ante cada situación, como lo es Mikado, tampoco soy un sujeto altivo que a todo hace un sarcasmo y se comporta como un dictador mandamás, tampoco soy un eslabón burlón y maltrecho, valiente e insensible, siguiendo esta línea de ideas, soy el eslabón nervioso, gritón y agresivo, que se altera fácil, a reducidas cuentas según las películas de fantasmas… el que se muere primero.

Miré a Mikado cuando me movió un poco indicándome a donde iríamos ¡A EL LUGAR QUE ASUSTA! Lo miré sorprendido, después de todo la puerca casa ya está que te hace orinarte del espanto, y este peje lagarto quiere ir a la parte que da más miedo ¿Esta idiota o qué? Bueno más retrasado debo de estar yo que sigo aferrándomele al brazo como si eso fuera a salvarme.

¿Qué hice otro Dios para merecer esto? Soy pecador pero no te pases.

La llamada a Vlad, suena seca y poco educada, no parece que allá un vínculo social firme entre ellos, el “es una orden” me hace recordar a la serie de kuroshitsuji, donde Ciel el del ojo deformado por la maldición y que es un humano satírico y con rasgos psicóticos, y Sebastian un demonio sonriente que se mueve bajo segundas intenciones. Curiosos verdad, pues son la representación perfecta de esos personajes, aunque lo único que cambia es quien es gato de quien.
Si tuviste infancia me tendrías envidia…estoy más cerca de parecerme a Vegeta.- traté de sonreír, pero por desgracia mis colmillos solo lucieron una aspereza amenazante.

Suspiré tratando de encontrar un control de mi sistema límbico y de la corteza supra renal que no paraba de proferirme epinefrina que sólo aumentaba la asfixiante sensación de peligro, l plática que quería iniciar Mikado podría ayudarme a lidiar.
Nuestros pasos se escuchan en el piso avejentado y entristecido por el abandono.
La luz de la esfera que reside en mi mano, choca contra las paredes de madera y se proyecta a varios sitios a corta distancia ya que la madera no da pie a una refracción muy buena.

Me siento como en un juego de Silent Hill, caminando a media luz con solo el sonido de mis pasos y jadeos como música de fondo, a la espera de que una enfermera con problemas de cutis y columna venga a atacarme.
Esperando lo inesperado…todo lo esperado se vuelve inesperado.

-Va a la universidad por asesorías, lo conocí un día que fui a la cárcel…por accidente.- omitamos detalles reveladores por ahora.

Mi mejor amigo y yo andamos a paso lento pero escabroso por un pasillo con las paredes desnudas, sólo con algunos rayones de vándalos por uno que otro lado, me giró y veo un dibujo.
Que florido léxico se cargaba tal caballero que rayoneó eso en la pared.
Debo de empezar a deprimirme porque es una palabra incluso más elegante de las que yo suelo usar.

Todo iba bien, lo tétrico era lo único que adornaba nuestro entorno, incluso aflojé un poco el agarré a Mikado cuando, una vez más.

El alarido doloso cargado de impotencia, donde una garganta muerta en los confines del tiempo, se desgarra mientras expulsa tan angustiosa pena. Emite un sonido osco, que perfora el aire y se anida en mis células aterrándolas, mi mano se aferra al brazo de Mikado, la luz se intensifica y mando un ligero choque eléctrico al brazo de Mikado, no con malas intenciones, ni si quiera fue intencional, el miedo me persigue pero no puedo dejarme flaquear.

Sacudo la cabeza molesto y doy un par de pasos hacia de dónde proviene el ruido según mis oídos, hacia una habitación a nuestra derecha. Suelto a Mikado y con miedo pero curiosidad al tope me voy acercando.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyVie Jun 07, 2013 11:56 pm

Noté algo particular en cuanto di el primer paso dentro de la residencia. Mis sentidos resonaron en mi interior, afilándose, volviéndose más sensibles, uno en particular. Mi telepatía.

Podía leer la mente de todos en la casa, y esta es mi excusa del por qué justo en este momento, me contengo para no darle un golpe con la palma a Sedras en la cabeza: "Quien es gato, idiota" me molesté por la imaginación pervertida y respectivas comparaciones que no quiero nombrar por cólera, además yo tengo a mi bi...ah…sale con lo de Vegeta. Trate de no reírme demasiado, si, pase de la molestia a la diversión, porque esa es una de sus características principales y no por ser un payaso como algunas veces ha dicho, sino que él tiene esa cualidad maravillosa de cambiar tus emociones, pero shhh…es un secreto: —Que yo sepa, Vegeta solo le tiene miedo a una cosa, y eso es a lo que sea baboso y se arrastre, según él le da asco, pero contra los fan…— La última palabra se cortó pues hubo algo raro que me obligó a girar mi cabeza hacia atrás viendo por el rabillo del ojo, encima de mi hombro. No importó que nos moviéramos y que el piso rechinara bajo nuestras suelas, no, eso no liberó mi atención del pasillo carcomido por la oscuridad que teníamos de fondo y por el que no se lograba distinguir tan siquiera un pequeño destello de luz proveniente de la linterna que me fue arrebatada y que ahora era los ojos de mi guardaespaldas y “el dueño de la casa” que era el guía.

No escuchaba el leve sonido de su peso recayendo sobre el suelo, que con la madera desgastada, acartonada y carcomida era fácil de oír, por el contrario de aquella vocecilla que parecía ocupar gran parte de mi audición y cada vez se entonaba con más fuerza.
Decidí ignorarla, pero está, impaciente, se metía en mi mente sin previo aviso, tanto que ni siquiera la respuesta de Sedras con respecto al chico raro que pidió una canasta de fruta, y al que parece conoció en la cárcel, consiguió devolverme la paz que la vocecilla indigna consiguió arrebatarme.

Mis pupilas se percatan del movimiento, y aunque la voz perturbada que parece provenir de una de las puertas del pasillo, se emite con más fuerza, este hecho no me llena de sorpresa como si lo hace que Sedras tome la iniciativa y se dirija a ese lugar en exclusiva, para conocer de primera mano que es lo que está pasando, de dónde y por qué se producen esos sonidos que nos incomodaron en mayor y menor grado. Mis sentidos me alertan.

El rechinar de las bisagras me da mala espina, al punto de que he sentido un escalofrió en la nuca. Es por ello que casi salto de mi lugar y tomo el pomo de la puerta, empujando por protección a la mala copia de Vegeta y manteniendo el control sobre este escudo viejo y alargado de madera corroído, la vocecilla de mi mente se sincronizó con lo que fuera que habitara en ese lugar y en cuestión de segundos, me paraliza, el pomo resbala de mi mano y la puerta se abre lentamente, enseñando el interior del cuarto oscuro, acompañado de una voz infantil que invitaba al temor y dice un par de palabras:
“Entrad y contemplad lo que es y no pudo ser, lo que fue y será”


El cuarto se iluminó y mis ojos no daban crédito a lo que veía; justo en el centro hay una gran ruleta de piedra con una base firme que sobresale de entre la madera carcomida, con símbolos tallados con formas de animales y otras figuras irreconocibles, el tamaño ocupa gran parte de la habitación al punto el toque con el techo parece milimétrico. La voz se pronuncia de nuevo, retumbando entre las paredes huecas:
“Decidid que seréis, pensad y eso recibiréis”
No entiendo nada, estoy preocupado, tengo que salir, tenemos que salir de aquí, solo por eso: —¡SED…!—la luz nos baña y todo comienza cambiar.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyMiér Jun 12, 2013 5:07 pm

Atrapado por el enigmático aliento de la duda además del interés, fue como me fui abriendo camino dentro de los espacios de mi miedo, no niego que lo siento, un horrible escalofrío que sube desde las piernas por entre las venas, durmiéndolas y acalambrándolas de manera frívola, logrando que las piernas intentes flaquear y no deseen avanzar más, pero no cedo ante ese movimiento nervioso de mis extremidades inferiores, mi caminar no cesa aproximándose hacia aquella puerta de madera que parece respirar con inhalaciones y exhalaciones profundas, como si intentara calmarse.
La calma antes de la tormenta.

La sensación de miedo sube de categoría, va hasta mi estómago y hace que se contraiga con un gruñido alarmante que al igual que el temblor de mis piernas declino a prestar atención. ¿Cuántas veces mi cuerpo intentara advertirme? ¿Cuántas veces lo ignorare?, realmente cada una de sus advertencias son perfectamente escuchadas, traducidas e interpretadas, internamente me repito “Esta bien, todo estará bien”, un mantra simple que trata de hacer sentir a cada una de mis células una calma que no puedo asegurar, pero debo de engañarme, el engaño se vuelve verdad si uno lo desea demasiado, algunos denominan esto locura, para mí, es más como un costumbre humana completamente cotidiana.
 
Mi saliva se espesa, deglutir se convierte en un acto desafiante, un nudo en mi garganta que me da ganas de regresar la saliva densa que pasa por mi cuello, y no sólo ella, todo lo que se anide en mi estómago, el asco es impresionante, el miedo se traduce en un contante deseo de trasboque, quiero vomitar corporalmente lo que no puedo vomitar mentalmente.
Aquella puerta susurrante, cuya perilla yace en mis dedos largos.
Un pequeño giro y puedo develarlo.
Un pequeño giro, y todo puede estar condenado.
 
Clak…Gire ligero… click…El cerrojo se va…clack…Jalo a mi cuerpo…clik…Se empieza a apartar…
! Tromp!...Se vuelve a cerrar.
 
Mikado alertado ha tomado el pomo y lo ha cerrado contra de mi voluntad, mis ojos lo miran fijo, sus rasgos perfilados, y su cabello castaño que aún con un leve despojo de la inercia, se menea en la parte de su fleco. Se abre una fina puerta entre las hebras de su cabello, sus ojos amarillentos que relucen como soles, parecen ostentar miedo…miedo… ¡Esperen! ¡¿MIEDO?!
¡MIKADO TIENE MIEDO!
Un demonio tiene miedo, entonces ¿Qué debe sentir un humano?
 
Rápidamente solté el pomo de la puerta, pero esta a pesar de la resistencia que profería la mano refinada por evolución darwaniana que poseé Mikado; La puerta se abrió.
 
Un escalofrío recorrió mi columna cuando aquella puerta que ahora realmente creo que está viva, se abrió de par en par, dentro una ruleta que por escasos milímetros no se rozaba con el techo logró que retrocediera un paso, con las cuencas casi escapándose de mis ojos.
¿Estoy alucinando? Por favor, díganme que lo hago. Díganme que esa voz es una alucinación mía, díganmelo por favor DIGANMELO
 
Pero nadie lo hace, nadie escucha mis gritos internos, ni si quiera puedo pasarlos a la realidad del mundo físico, mi garganta solo deja paso a un desahogo minúsculo y gutural debido al impacto por la voz… No lo entiendo, y tengo tanto miedo que ni si quiera sé si lo quiere entender.
 
¡Mikado! ¡MIKADO! TENGO MIEDO, POR EL AMOR DEL OTRO DIOS, SALVAME, NO…NO… ¡NOOOOO!
 
Y una vez más mis gritos no salieron de mi boca, quedaron anidados en el terror, una luz nos impacto, y todo se borró de mi mente, en cuestión de segundos me sentí en un limbo celular.
 

No soy nadie, no soy nada…La historia comienza
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptySáb Jun 15, 2013 4:27 pm

Las palabras salen sobrando sobre todo cuando la expresión lo revela todo, como en el casi de Vlad cuya cara de fastidio garantizo a Cedric que lo que había vislumbrado en la pared al parecer era algo sin renombre, aburrida realidad pues sopeso que podría ser algo relevante, ese instinto de aventura de deseo explotaba y se abalanzaba contra las paredes internas del caballero peli morado , quería encontrar algo bueno, algo interesante, algo que le pusiera los nervios de punta, algo que en la posteridad usaría como material para su oficio al cual es tan entregado.

Piso otro escalón, la madera hizo el eco de su vejez, de las historias vistas, de los años pasados y los antepasados que le cruzaron por encima sobajándole, del silencio postergado dentro de sus moléculas.
Un tercer escalón, con madera más vieja pero que crujió menos, haciendo referencia que la vejez no tiene que ver con el nivel de queja y debilidad.
Un cuarto escalón, Cedric ya había recorrido tales lugares sin exploración previa tan minuciosa como la llevaba a cabo el tuerto a quien le iluminaba el camino, siendo sinceros Cedric tampoco había merecido el don de la luz.

La personalidad de Cedric sólo se hace presente en la ignorancia, dónde todo es adverso y nada sale a la luz, donde todo es inesperado y tiene que moverse a la expectativa, donde el instinto manda más que cualquier otra cosa, su entorno es caótico, es así como le gusta, porque solo en un caos la calma se abre espacio, y solo en la calma, el caos tiene lugar.

La madera cruje pero es resistente.- se entono Cedric mientras veía de soslayo a Vlad.

Una vez más lo invisible pero existente se hizo cupo entre los avernos de la ignorancia, un disimulado aire congelaba las espinas de ambos hombres, una sensación gélida que no provenía de ningún lugar pero aún así se apoderaba de los espinazos, acoplándose a cada pequeña célula de los huesos y convirtiéndola en un copo de nieve.
Lo literal no se aplica aquí, simplemente lo abstracto.

Cedric se abrazó a sí mismo por efecto del escalofrío, y por ello movió un tanto la lámpara, era una reacción automática, cobijarse en un intento de ahuyentar la frialdad. Sus vellos se erizaron en respuesta, era casi palpable como la temperatura de un segundo a otro parecía haber descendido varios grados bajo 0, tal colapso en grados kelvin atacó a ambos caballeros en las escaleras.
Cedric volteo a ver a Vlad, notando que no era el único que sufría de ello, sus instintos trataban de hacer frente, pero simplemente tembló con un espasmo delicado pero que intentaba pobremente de regresarle algo del calor que la locura, la brujería y la neurosis le roba.

La voz de un infante se entona, una voz tétrica que emana de los menesteres de nosferatu y  azhrael.


“Entrad y contemplad lo que es y no pudo ser, lo que fue y será”

Cedric aún en esa infame y abstracta situación que le hizo sentir que estaba en algún videojuego de silent hill, no pudo evitar sonreír un poco, puesto que la aventura había venido hasta el con rostro inexistente y soneto sepulcral.

“Decidid que seréis, pensad y eso recibiréis”

Y la temperatura descendió más abruptamente, de manera tan violenta y sádica, que parecía que las membranas de las células epiteliales explotaban debido al congelamiento del agua, el dolor fue fuerte, pero la frialdad nubla la conciencia y neutraliza realidades.

El mundo cambia a velocidades infrahumanas.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptySáb Jun 15, 2013 6:16 pm

Subimos un par de escalones, claro, después del fraude del grafiti y luego del comentario audaz sobre la madera ¿en serio? me toco el idiota.

Bien, supongo que el otro grupito de niñatos debe estar de lo más divertido, no hay prueba de que algo vaya mal y yo por mi parte sigo explorando el lugar que se muestra bajo la luz, golpeado por el maltrato climático y de quien sabe cuántos bichos y demás plagas que vivirían bajo su protección.
Levantó mi pie y subo un escalón más y entonces lo siento; una sensación desagradable que hace que mi cuerpo se encrespe, alertándome de que estamos en una situación de extremo peligro.

Una vocecilla infantil con un extraño eco al final hizo acto de presencia, lo que hace que desenfunde mi arma, la que descansa dentro de la funda de cuero bajo mi gabardina. Mi dedo descansa sobre el gatillo listo para recibir mis órdenes. Como la campana parece más un niño asustadizo y miedica que un adulto, le arrebato la linterna y la pongo bajo el arma, así pues, donde apunte con la luz también lo hago con mi Raging bull. Me muevo siguiendo el tono de voz de ultratumba y las ridículas palabras que suenan a un pésimo acertijo sacado de la cabeza de la más tonta persona.

Nada, nada, no veo nada con el único ojo que me queda, pero la voz sigue levantándose en nuestra dirección, pareciendo controlar el ambiente, pues el temperatura cae sin ninguna justificación natural, ni artificial.

Entonces, no sé por qué, mientras mi pulso cedía ante el frio y temblaba sosteniendo mi arma, pensé en Cedric.

Pensé en arrojarlo contra lo que fuera que estaba asediándonos en ese momento, por supuesto, esa era la mejor opción, así de simple. Lo lanzaba, dejaba un estor...obstáculo y yo corría lejos de ese extraño lugar para encontrar la salida y regresar a la "oficina" para continuar con el trabajo.


“Entrad y contemplad lo que es y no pudo ser, lo que fue y será”

“Decidid que seréis, pensad y eso recibiréis”
 
Luego entendería que ese pensamiento, esos escasos segundos dedicados a ese idiota, había sido el peor error de mi actual vida.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyLun Jun 17, 2013 8:54 pm

Después de tan destellante luz que logró neutralizar mi sentido de la vista, un mareo acongojó mi sistema, era como la sensación de lo tuyo y no lo tuyo, como una revoltura de viseras que una arcada debería tranquilizar, pero no hay arcada ni otra sensación, sólo esa abismal sensación de perturbación.
 
Tres respiros por mis fosas nasales, el aire tenía vestigios de amoniaco y miedo, probablemente mi miedo. Entreabrí un ojo cuando a través del párpado tuve la sensación de que había menos luz…primero el ojo derecho, las figuras se veían borrosas, el segundo ojo se abrió para apaciguar el desequilibrio de profundidad y de sensibilidad de mi sentido de la vista.
Un cuerpo estaba igual de atolondrado que yo, de pie aunque con la columna ligeramente doblada, tiene una cabellera castaña  que cae por cuestión de la gravedad, algo enmarañada, con el fleco largo, usa una bata blanca ajustada a sus formas, muestra la espalda y los hombros torcidos hacia abajo, la mano diestra se acomoda en la frente y ejerce presión.
Que piel tan pálida.
Parece que en cualquier momento el muñeco de nieve colapsara, sus brazos son delgados y si afino mi vista tienen variadas cicatrices.
Que cuerpo tan frágil y familiar…luce como yo, luce igual que yo…
Soy yo
 
“Debe de ser un clon, es un clon” pero a pesar de mis plegarias la lógica atacó imposibilitando el contraataque, sé que no es un clon, llevo meses sin crear uno, sé que no traje uno aquí, no es un clon, soy yo mismo, entonces, ¿Estoy muerto? Mis manos comenzaron a auscultarme tratando de dar con una herida de bala, mis anchas manos resbalaban por una camisa suave definiendo los abdominales y pectorales.
No es mío, no es mío, nada es mío pero yo soy yo, mis dedos diestros bajaron y tocaron mi pantalón, mis piernas se sentían más fornidas que mis verdaderas piernas, me manoseaba, me tocaba deliberadamente. Mis músculos faciales se movieron en un arqueo de mis cejas y mi boca semi abierta, la duda inclemente se cuela entre las respiraciones que llegan a mis pulmones.
 
Hilo a hilo las hebras que componen el tejido de mi dermis parecen abrirse en la zona lumbar de mi espalda, es un dolor increíble pero que ya he sentido, la sensación de que te desoyen vivo y a todo color, con todas las sensaciones a más no poder, ahora es igual que aquella vez en mi juventud cuando lo experimenté, esa sensación de algo tuyo es arrancado, me llevé la mano a la espalda pero mi camisa cubría mi espalda y mi piel no se desprende, se siente como la locura, está pero no está, al menos sólo en mi mundo está. –Kjjj- el quejido no sonó a mi voz si bien ligeramente grave con matices algo rasposo que varía desde muy graves hasta agudos exasperantes, sonó distinta, más amigable con los oídos ajenos, las cuencas de mis ojos se abrieron sorprendidos, debo de estar loco, esto, esto debe ser lo que llaman los psiquiatras “Esquizofrenia”, mi voz detecta la voz que sale de mi boca como otra, no tardaré en pensar que esta voz nueva me da órdenes, me dirá que maté a mis amigos y enemigos, pero, mis amigos.- Mikado.- susurré con esa voz y me di cuenta, esa voz que no reconozco pero a la vez reconozco, Mikado.
-Mikado…- volví a pronunciar tratando de asimilar las verdad de todo, maldigo mi mente, pero no gira como siempre lo hace con mis pensamientos, no tengo esa atroz hackeca que me asecha día y noche y que nunca me abandona y con la cual he aprendido a vivir, no, no está, en su lugar mi mente da vueltas con miles de pensamientos que no son míos. Me están contaminando.
 
Mis ojos se cierran con un intento de refugiarme pero no pueden, pienso lo que yo pienso pero no pienso, sin decir que el desollarme en cada momento se paso de a mi espalda a también a mis brazos, esa molesta exasperación es desagradable más sin embargo puedo lidiar con ella, si no estuviera tan confundido.

-Kjjjj habla…me…- susurré a mi mismo proyectado frente de mi, ese que soy yo pero a la vez no soy yo.- ¿Quién eres?- me incorporó un poco, aunque la pregunta adecuada es… ¿Quién soy yo?
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyMiér Jun 19, 2013 8:17 pm

Hay un zumbido atroz golpeando en mi tímpano, el cual trato de calmar cubriendo con mi mano la parte externa de mi oído. Tengo los ojos cerrados. Bajo mis parpados, mis pupilas arden y cuando trato de abriles veo borroso. El sonido sigue taladrándome el cerebro y a pesar de la presión de la palma de mi mano, su potencia no decae, por el contrario se pronuncia más agresivamente.
Estoy convencido que aquel sonido está fuertemente ligado con lo que fuera que sucedió hace escasos segundos, pero la molestia me impide realizar un análisis más complejo ya que me roba la concentración.

Pierdo mi equilibrio y solo mis rodillas, impiden que termine estrellándome contra el suelo estropeado, el codo me sostiene el rostro, hasta que la vibración empieza a ceder tan lento que parece una tortura directa. ¿Qué demonios está pasando? ¿Acaso dimos con algún tipo de mecanismo desconocido y estamos pagando las consecuencias? Nunca hice estas preguntas y tampoco encontré alguien que las respondiera.

El sonido desaparece y solo queda silencio junto con un fuerte dolor de cabeza. Me levantó de a poco por mi equilibrio afectado y mi ceguera provisional. Me concentro en esto último sin prestar atención a nada más. Presiono fuertemente mis parpados y trato de sofocar el ardor de forma natural; siento mis pestañas empapadas, al punto de que necesito cambiar de lugar de apoyo. Dejo a mi hombro derecho descansar sobre el muro, mientras me siento cómodamente, sin preocuparme por el mal estado de toda la estructura, además de que ni siquiera sé, dónde está Sedras. No reparé en ello.

Sedras siempre ha sido un sujeto duro de roer, por eso no me preocupo demasiado, sé que tiene cientos de trucos bajo la manga en caso de un situación peligrosa, ahora, imagino que ante la luz resplandeciente de “eso” habrá saltado y corrido o está a mi lado, bueno, no a mi lado, porque ciertamente he tanteado con mis manos para moverme por la pérdida construcción y he encontrado cosas que se movían, pero no del tamaño de Sedras. Ahora ¿Por qué me sentía tan inconforme? Fue solo una lucecita y una voz, no era para tanto ¿no?

Acomodé mi cabeza contra la pared, llamando a la calma, revisando con mi mano mi oído para verificar que regresó a la normalidad, poco a poco note las hondas atribuladas, trate de escuchar mejor y acomode mi palma, para que ningún sonido exterior afectara lo que decían aquellas hondas…Mi…¿qué?

No sé por qué mis dedos se deslizaron hasta mi cabello, notando algo extraño ¿desde cuándo tengo tan largo el cabello? Traté de abrir mis ojos, parpadeando varias veces para que el exceso de humedad se pegara a mis pestañas y despejara mis globos oculares, lo que vi, me preocupo.

Mi cabello era más claro de lo normal, lo que hizo que mis ojos que antes parecían paralizados por el ardor ahora se abrieran de par en par: — ¡¿Qué demonios es esto?! casi grite, la luz me cambio el color del cabello ¿qué demonios era esa luz? Me detuve y me tape la boca con fuerza, para evitar que mi sorpresa se hiciera más evidente, pero duro poco: — Mi voz, que ra…— la tape de nuevo, mientras temblaba, Mi miraba bajo y me encontré brillando como si fuera árbol de navidad. Mi cuerpo, el cuerpo ¿de quién es este cuerpo?: — ¡¿QUÉ RAYOS ESTÁ PASANDO?! —

Escuche a mi verdadera voz llamándome y cuando enfoque bien la visión, note que…frente a mí se encontraba Mikado Dubois. Ya, entonces ¿quién soy yo?
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyJue Jun 20, 2013 4:44 pm

Había cerrado los ojos debido al frío y a la voz, temblaba ligeramente por la reacción automática de la anatomía ante la pérdida de calor, los músculos liderados por el sistema nervioso autónomo, se contraen violentamente, intentando que con el movimiento otorgar la calidez perdida, aunque no lo lograban. Así como todo había descendido tan violentamente, la temperatura volvió  a la normalidad, volvió a ser decente y llevadera, la anatomía dejo de templar, los apéndices de las manos dejaron de sentirse acalambrados y se movieron pero…el índice diestro se sintió chocando un poco contra un dispositivo metálico, y no nada más es, toda la mano sujeta algo parecido a un mango, y la zurda  sostenía algo de… ¿plástico? La extrañeza la ataco, sus ojos parecían pegados, los parpados no se abrían aunque los forzaba, sentía como si unos copos de hielo se hubieran formado alrededor del área limítrofe de sus ojos que era resguardada por sus pestañas. Un tercer intento, un cuarto, un sexto y hasta un séptimo, pero, simplemente los ojos no se abrían, fue el décimo intento con algo ya de extrañeza el que logro abrirles, ambos ojos.
 Todo  se veía borroso, pero era aún peor, era la sensación de que todo se veía a la mitad, mientras los segundos pasaban el enfoque del cristalino y de los demás accesorios que comprenden la intrincada y complicada estructura del ojo humano se fueron acoplando hasta logras una visión adecuada…pero incompleta. Una nebulosa negra en su ojo derecho le impedía ver la mitad de ese lado era extraño, era una sensación de estar atontado pero no lo estaba. “¿Mi ojo colapso por el frío?” pensó algo nervioso, se vio a si mismo usando lentes de aumento, pero jamás sin un ojo. Trató de ubicarse pero, no estaba parado donde recordaba hacía unos segundos, bajó la mirada y no vio su cabello largo y morado rodearle, si no unas manos que sostenían una Raging Bull y una linterna, eso le hizo quedar estupefacto, hacía unos segundos era otro hombre quien cargada con esos utensilios. “¿Por qué los traigo yo?” .Quitó inmediatamente el dedo del gatillo y miro hacia al frente, aún sereno pero no tranquilo, estaba en medio de algo demasiado raro donde él era la víctima, una broma de mal gusto donde él era el bromeado en lugar del bromista y eso le caía en el hígado. Se sentía capturado dentro de la jugarreta de alguien más y eso era algo que le molestaba, pero en su interior no se sabía quién dominaba más, si el enojo o la perturbación debido a no saber nada, de que iba nada, de no entender que había pasado. Con la linterna alumbró a un cuerpo frente a él, y pudo ver unas mechas moradas largas que caían con pesar, sus ojos se abrieron impactados, reconocería en cualquier lado ese cabello…era su cabellos.
Le frustró en demasía que su ojo derecho parecía inútil, estúpido, inservible “¿Por qué no deseas trabajar?” pensó molesto y llevó la mano que sostenía la pistola a delinear su ojo, a atacarle a ordenarle a dejar de ser un maldito holgazán y trabajar como se debe, pero, las sorpresas vienen en tanda completa. Era cuero, lo que no dejaba ver a su ojos era un circulo de cuero justo encima de su ojo, lo palpó con el índice y el dedo medio, sujetando el mando de la pistola con el resto de los dedos, era cuero, era un maldito parche de cuero.
Los engranes mentales giraron anunciando algo incomprensible, lo entendía pero a la vez no lo hacía, giró el arma metálica resplandeciente para tratar de verse reflejado en ella, se alumbro con la lámpara dejando de alumbrar a el espejismo suyo al frente.
El reflejo de la pistola hizo que su cuerpo se estremeciera “Soy él” pensó y sacudiendo la cabeza, apunto con la linterna una vez más su espejismo.- ¡Vlad!- espetó pero la voz que salió de si era distinta, se perturbo pero trato de controlarlo, caer presa de cualquier emoción quita la objetividad, dedujo por conclusión que si él era él, entonces el otro sería su yo.- Vlad, con un carajo, contesta…- dejó salir un poco de su perturbación interna, sólo un ápice de discontinua tranquilidad y extraña sensación
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptySáb Jun 22, 2013 7:57 pm

Que molesto, cuanto escándalo, ya cállate de una buena vez, estúpido gritón, haces que me duela la cabeza más de lo que ya me duele. Claro, mis modales me impiden cerrarle la boca de un golpe, además de que siento que casi no tengo fuerza en mi cuerpo, me siento extraño, como si todo mi interior hubiese sido volteado hacía afuera y regresado de nuevo a donde correspondía de forma brusca. Me llevo la mano a la boca instintivamente percatándome tarde de que se han enredado entre mis dedos dos delgadísimas cuerdas de nailon. Maldición ¿esto es una trampa acaso y esas fibrillas que están apretándome tan firmemente son algún tipo de artimaña? Tire de ellas con fuerza percatándome de inmediato que mi cuero cabelludo era quien resentía el estirón.

Jale por segunda vez las hebras para percatarme de que lo que estaba sucediendo, estaba sucediendo, lo hice desde la calma pues no deseaba imitar a la señorita que me acompañaba.
Saque mi encendedor de plata de nuevo, di una vuelta a la rosca metálica que produjo fuego que me sirvió para hacerme una idea del por qué la señora gritaba con tanta fuerza. Analice la situación en cuestión de segundos, al verlo, al verme, luego pase mi mano libre extendida por el frente de mi rostro. Mi visión estaba perfecta y ambos ojos funcionaban: — Mmm…que interesante. — parpadeé varias veces, no me acostumbraba a tener sanos ambos ojos, pero lo que sin duda más me molestaba era, algo que estaba a punto de terminar.

Acerque la débil llama naranja de centro azulado a las hebras que seguían atrapando mis dedos y las queme, ellas se encresparon y se recogieron secándose y emanando humo con olor pestilente. Las hebras se prendieron hasta un poco más de lo planeado, que importa, siempre me ha gustado más el negro, del color que ahora se estaban tiñendo (quemando) que ese color “nena”

Saqué un cigarro y para no desperdiciar el fuego, aunque me estaba divirtiendo “redecorando” lo encendí y lo llevé a mi boca, atrapándolo entre ambos labios, no le dije nada a campanita, esperaba que mi silencio le dejara sin argumentos su escena de pánico, por el contario me dedique a recorrer el lugar, usando mi encendedor como guía para tratar de dar una respuesta a lo que estaba sucediendo. Di un par de pasos para avanza, pero la falta de costumbre de mi alma a tener ambos ojos buenos, me estaba agotando mentalmente.

Me senté a la orilla de uno de los escalones y respire con algo de dificultad, tanto que me vi en la necesidad de apagar mi cigarro contra la suela de mi zapato (no me confiaba de hacerlo contra el suelo que pisábamos y terminar creando un incendio, aunque podría escapar y decir que fue un accidente cuando encontraran los 3 cuerpos) pero ni lo que mi mente pensaba consiguió darme la comodidad que necesitaba, solo respire profundamente, apague el encendedor y retome la situación de nuevo en mi cabeza.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyLun Jun 24, 2013 1:25 pm

Escuché el grito en mi voz y realmente me perturbo, ¿En serio mi voz es tan exasperante? Si de verdad es así, con razón me suelen callar tan seguido, pero bueno, en este preciso instante no es el punto adecuado, lo adecuado es saber qué demonios está pasando.
Una cosa es clara, yo soy Mikado y al parecer Mikado soy yo, me siento como un caso de scoby doo donde se intercambian cuerpos, en ese momento la luz fue la que lo delibero, supongo que en este instante fue la luz. Moví mi brazo y sentí que mi piel se desprendía, lo miré pero nada pasaba, me he pasado muchas horas analizando el cuerpo de Mikado, y jamás creí que sintiera esto, ser desollado todo el tiempo, que atroz, pero Mikado sabe tolerar eso y mucho más, no por nada es mi mejor amigo, o ¿Ahora yo soy mi mejor amigo porque estoy en el cuerpo de Mikado?, no entiendo nada, aunque puedo entender gran parte, creo que entiendo el que pero no entiendo por qué, pero a la vez siento que mi mente no funciona tan bien como debería, ¿Qué ocurre? No pienso lo rápido que suelo pensar, usualmente tengo  más de 20 o 30 maneras de vislumbrar lo mismo, un tronco no es un tronco para mí, lo veo como un tronco que al mismo tiempo no lo es, todas las perspectivas y posibilidades son la manera en que veo algo, lo entiendo de tantas maneras pero sé que lo mismo me quedan mil maneras sin entender, mi locura viene de que veo todo de tantas maneras diferentes que a veces puedo perder de vista que estoy viendo, pero también lo puedo ver de tantas maneras que de cualquier cosa saco útil, y no lo hago con sólo una cosa a la vez, lo hago con varias situaciones a la vez, varias cosas a la vez y con proyección al futuro ideando planes, soy un genio aunque a veces me siento un loco, por eso siempre tengo dolores de cabeza, pero…ahora no es así, mi mente no va tan rápido, para mi gusto una silla simplemente es una silla, pero no veo la silla desde mis ojos, siento que veo la misma silla desde otros ojos entremezclado con otros pensamientos, definitivamente estoy loco, o Mikado está loco.
 -No grites, Mikado, estas en mi cuerpo y yo en el tuyo, ya tranquilo.- me sobé la parte baja de la columna porque me duele, sigo sintiendo que me desollan constantemente y aunque es tolerables es bastante molesto, me recuerda a cuando comencé con los dolores de cabeza infernales cuando apenas era… espera, ese recuerdo no está guardado, en su lugar recuerdo a Ikageda el padre de Mikado, esperen ¿Qué? ¿Qué rayos está esperando? ¿Mis recuerdos? ¿Por qué no están en mi cerebro? Trato de incorporarme con este cuerpo raro, es difícil guardar el equilibrio, pero supongo que estoy acostumbrado a adaptarme a cuerpos nuevos, pero jamás creí que así, me siento completamente diferente  a mí, pero a la vez sé que soy yo, una mezcla dar de sentimientos.
 Mikado, no te asustes, escúchame yo soy Sedras no sé por qué pero estoy en ti, y quiero creer que eres tú quien está en mi cuerpo, ahora…aghhh…- me quejé por la nueva sensación de desgarre de mi piel, será muy difícil acostumbrarse a esa sensación, una cosa es escarificarme por horas, horas agonizantes y otra es sentir que me arrancan pejellos sin que sea así, realmente Mikado debe ser hábil para acostumbrase a esto. Me apoyé en la pared, deslizando mis dedos más grandes por la textura putrefacta y anciana de la estructura donde estamos Mikado y yo, no dejo de verlo, bueno, de verme, uno pensaría que por los clones debería de estar acostumbrado pero es perturbador al mismo tiempo.- ¿Qué rayos está ocurriendo?
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyMar Jun 25, 2013 2:25 pm

Me calme, pero no por lo que yo estaba diciendo, porque era mi boca la que estaba hablando y mi voz la que escuchaba, pero no era yo, es como verse en un espejo retorcido donde tu reflejo tiene vida propia y tú eres...eres...Sedras.

Quede con la mente en blanco, literalmente hablando. No lograba entender, atribuir, analizar a que se debía tal fenómeno, cuánto duraría o tan siquiera si era permanente. Eso consiguió sacarme de mi estado aletargado, el miedo de dejar de ser quien era físicamente y solo estaba a ese nivel (físico) por que desconocía si existían consecuencias emocionales involucradas en tan nefasto "experimento" me asuste de nuevo, imaginando, pensando en el inimaginable mar picado que era mi mente, con olas de recuerdos levantándose para devorar todo a su paso. Me duele la cabeza, es como si taladraran mi cerebro sin piedad alguna.

Lleve mi mano en dirección  a mi frente y apoyé las puntas de los dedos que se flexionaron levemente, contra la parte frontal que palpitaba con molesta intensidad, tanto que no pude evitar que escaparan algunos quejidos de la boca extraña que ahora se adaptaba a mis necesidades de comunicación. La boca de Sedras es mía ahora, así como lo es su cuerpo.
Me quede sin fuerzas.

No conseguí levantar mi cuerpo, la cabeza parecía a punto de estallarme y eso me debilitaba, porque este no es mi cuerpo y a diferencia de los dolores comunes por mi condición "especial" no creo que pueda controlar y dosificar el dolor hasta reducirlo. Entonces lo recordé.

—La luz... — me queje de nuevo por las picadas, el dolor cambiaba su forma y zona de ataque. Traté de levantarme y observar a Se...no, sencillamente esto es lo más extraño que me ha pasado, tanto que reacciono, dándole la espalda en lo poco que he conseguido enderezar las rodillas y desde allí con el rostro cerca a la pared carcomida por el moho, hablo por segunda vez, con dificultad, tratando de amancillar el dolor penetrante que rodea en interior de mi cráneo: —La luz que vimos, y esa cosa, esto...¡¡arghhh...!!— el último ataque ha sido demasiado fuerte, tanto que mis piernas se doblan como si fueran de plastilina y caigo aferrándome del muro con las yemas de los dedos húmedas por la transpiración excesiva que en este momento "mi" cuerpo emana: —¿Qué rayos pasa con tu...agrrhhhh...cuer...— presiono mis dientes unos contra los otros ¿esto es lo que vive Sedras? él, nunca me dijo nada. Una imagen llega a mi mente, es un hombre muy atractivo, lo recuerdo bien es…otra punzada más  y un bombardeo de imágenes le acompaña.
Mi mente es como un reproductor estropeado, reproduciendo acetatos que se parten a la mitad.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyJue Jun 27, 2013 11:26 am

Si le había quedado duda acerca de si era Vlad quien ocupaba su cuerpo, pues lo reafirmo cuando sus mechones de cabello fueron quemados, el aroma pestilente de la cabellera ardiendo hasta carbonizarse le dañaron las fosas nasales. Se tapo la nariz con el índice, enarcó una ceja con algo de molestia, no es que tuviera algún afecto especial por su cabello, pero tampoco le gustaba la idea de que se lo quemaran a diestra y siniestra, además la peste era algo que no soportaba, le molesta el aroma a pelo quemado, siempre le ha molestado ese aroma.

Buscó entre sus ropas algún lugar para guardar la pistola en su diestra, obviamente era una molestia el no poder ver con un ojo, sabía que lo tenía pero tenía la sensación de que su ojo, bueno el ojo de Vlad era un inútil, el parche tampoco ayuda a certificarlo. Dentro de la gabardina dio con la funda del arma y la guardo sin mediar problema en el hecho, había usado la linterna para iluminarse mientras lo hacía. Suspiró con desagrado por la vista disminuida, era un ataque a las gónadas del cuerpo que ocupaba y a su alma, no podía ver, y eso le desagradaba, aunque era una posibilidad de cómo dicen “Adaptarse a un nuevo mundo” y hablando de un nuevo mundo…
Bajo la mano hasta sus pantalones, el inicio de los pantalones en especifico, con su vista monovisual y a tanteos dio con el cinturón, un revestimiento metálico que era el mecanismo principal de este fue fácilmente deshabilitado por las manos ajenas pero que servían como movimientos casi propios, desato el cinto, con habilidad el botón de los pantalones fue aflojado y el cierre también apartado con tranquilidad melódica, usaba solo una mano por que con la otra estaba alumbrando lo que quería ver, no por un interés real, le pareció divertida la idea, Vlad le quemo el cabello él pues, haría lo suyo.
Alumbro la entrepierna y jalando un poco el pantalón y la ropa interior, pudo vislumbrar lo que internamente suponía que Vlad se jactaba de tener tamaño quimera de dos metros, esbozó una suave sonrisa, no estaba mal realmente.- interesante…- susurró con la voz ronca que no le pertenecía y rápido volvió a acomodarse el pantalón y el cinto, tomó la linterna y alumbro a su cuerpo, sentado y con un hombre que no era él, algo serio, con matiz preocupado. Después de caer en cuenta de la situación, Cedric debía mostrar un poco de más interés o una alza en la mortificación de al menos un 50%, pero no lo hizo, y ni lo haría. Algo le agradeció internamente a Vlad, su silencio lo había calmado un poco. Se movió lentamente subiendo por los escalones hasta donde estaba su cuerpo más no su mente, tuvo que sujetarse del barandal, tener un solo ojo le causaba una molestia y desequilibrio en los movimientos antes más hábiles. – Fue el frió.- susurró apenas.- ¿Dónde está tu mami y el matraz con patas?.- preguntó Cedric, suponiendo que tal vez estaban en la misma situación.

Se recargó en la pared un momento, la ropa de Vlad era pesada, la pistola tampoco era una ligera pluma, y la ceguera parcial no era una deliciosa cereza en un pastel dulce, sino otro kilo de chile en un agridulce postre. Suspiró y subió otro par de escalones, pasando sus dedos suavemente por la pared para que fuera su soporte, de no hacerlo sentía que caería, y aunque sabía que ese cuerpo no era el suyo, no sabía si sentiría el dolor como tal, y de hecho, eso le dio un buen pie para confirmar. Se recargó en la pared y llevo su mano zurda hasta su boca y le mordió con fuerza, clavando los incisivos en la piel moldeable, de inmediato los receptores del dolor dieron aviso, y sintió aquel ataque al propio cuerpo que no era suyo. Entrecerró un ojo, mordió fuerte creyendo que no le dolería a él, pero no fue así.- Tsk, que poco práctico.- susurró.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyMar Jul 09, 2013 8:34 pm

Really kid? en una situación tan controversial como la que nos encontramos y a la campana  solo se le ocurre revisar la entrepierna de mi cuerpo. Estamos jod...la cabeza me sigue doliendo y eso perturba mi análisis. Cerré mis dos ojos, ahora tengo dos ojos, aunque en la oscuridad que se tiñe de sombras y luces arremolinadas por el movimiento abrupto de mi encendedor, escucho colándose el sonido de pasos fácilmente reconocible. Mi cuerpo se mueve y no soy yo quien lo manejo, eso es extraño en todo el sentido de la palabra, y esto es una nueva distracción que perjudica el resultado de cómo y cuándo sufrimos este horroroso cambio, es decir ¿porque yo? y con él, justo con él.
El humo del cigarro apagado tardo en elevarse y el aroma al tostado tabaco me dio algo de confort, tanto que inclusive conteste amable a las confusas preguntas de sor Juana Inés de la Cruz, ignorando por gusto, el susurro aquel que escapo con mi voz.

—Laura no está, Laura se fue, Laura se escapa de mi vida... — canturree, sin preocuparme por ser tildado de loco y mientras lo hacía giré mi rostro en dirección opuesta, levantándome al son de la corta estrofa que interpretaba con mi ahora pobre voz.

Mis piernas se enderezaron por completo, terminando por subir al segundo piso del maltrecho lugar, y valiéndome ahora de silbidos que imitaban la melodía de dicha canción.

Camine hasta la primera puerta que se encontraba en el segundo piso y la abrí, donde esta emitió un sonido de rechinido incómodo y fuerte que se multiplico por todo el lugar. Algunos murciélagos batieron sus alas, alertados por presencia externa y sus sombras que parecían cobijar todo a su paso sin respetar formas o contenidos.

Seguí tarareando, silbando, y hasta cantando, dejando pasar la impresionante escena y me enfoque en la habitación, entrecerrando mis ojos para precisar con mis iris sanos, lo que pudiera enseñarme la llama que calentaba el armazón metálico.

No encontré nada. Mi garganta hizo un sonido áspero, como si tratara de pasar algo rocoso por el pequeño conducto acolchado de cartílago y carne. Tanteé entonces mi cuerpo y busque un teléfono celular, pero no encontré nada, por eso luego del tiempo perdido, estiré mi mano en dirección al paracito alojado en mi cuerpo y le pedí muy amablemente: — Entrégame mi celular, date prisa— estaba irritado, aunque lo ocultaba bastante bien.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyJue Jul 11, 2013 9:06 pm

Ya le escuché el gritote y los gemidos, y si leí mi propia mente en una mente ajena ¿Esto podría ser mas maldita sea raro? Si lo es… maldeciré al otro Dios.
Me enderecé dentro de lo posible, me sigue costando la concentración el mareo de pensamientos entremezclados y las fibras imaginarias separándose de mi cuerpo. ¿Esto siente todo el tiempo?, rayos, Mikado tolera más de lo que de por sí ya pensaba.

Suspiré profundamente, irguiéndome un poco más, siento que entre más enderece la espina más estoy superando la atosigante sensación de inconformidad, mi ego me supera en muchos aspectos, literalmente mi ego me mantiene de pie, incluso en estas circunstancias. Escuché el amargo quejido de Sedras yo y no yo, jamás le había dicho a nadie de esos endemoniados dolores de cabeza, esos que consumen cada neurona, cada conexión sináptica hecha es sumamente dolorosa, es como si ligeras navajas viajaran a larga distancia por entre las arrugas de la corteza cerebral, del frontal, al occipital y de ahí al parietal. Aunada una sana (sarcasmo) sensación de que el cráneo te explota.

-Hey tranquilo es un dolor normal, siempre lo tendrás, solo inhala y exhala y no hables muy fuerte.- le dije con el tono ad hoc para que sus conductos auditivos captasen los matices de mi voz más ronca a la que refiero a mi propio ser. Saben es irónico yo soy uno de los seres más gritones que conozco, aunque bueno yo he tolerado ese dolor años. Mordí mi labio ante el nuevo ataque metafísico pero ahora en mi zona torácica de la columna.
Suspiré molesto por el molesto mareo que me hizo volver a apoyarme en la pared dañada por el tiempo, emití un bufido por mis fosas nasales prestadas.- La luz y la voz… suena a una caja musical, activamos algo que no debimos, como caja de pandora.- ahora la sensación que ahora llamaré “Tyfani” me acaba de atacar el brazo.- aahhh que demandante es Tyfani…- traté de aclarar mi mente aunque no surte efecto, pero en esa entremezcla sub realista de ilustraciones, recordé a Vlad.
Saqué el celular del bolsillo de mi pantalón y cheque las llamadas realizadas, y di con el primer número. Debo corroborar si a los otros les paso lo mismo, o si solo Mikado y yo hemos sido los cagados en esta realidad.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyVie Jul 12, 2013 11:47 pm

Estaba en el país de las maravillas, claro eso debía ser, el sombrerero y su té Tyfani, la cabeza me siguió dando vueltas hasta hacerme perder el poco equilibrio que había ganado. El sombrerero loco habla con un tono de voz ronco y a mí se me revuelve el estómago y peor aún de solo pensar en que voy a "expulsar" todo el contenido estomacal, me mareo. Aferrándome escasamente con las húmedas yemas de mis dedos a la pared carcomida que se deshace por la presión que ejerzo y que me pide control, control. Esto no es nada, aunque parezca la punta filosa de una aguja atravesándome el cerebro una y otra y otra vez, esto no es nada. Contrólate, me pido a mí mismo, reprímelo, dite a ti mismo que no duele, como has hecho tantas veces con los dolores en la espalda ante los cuales cualquiera pediría morir.

He vivido torturado por meses, desde que "eso" despertó en mí, así que; mis labios se mueven y emiten un sonido que cobra fuerza con cada palabra que pronuncian, al principio tambaleante y luego cargada de vitalidad:— ¡Esto no es nada! — respire hondo oxigenando mi cerebro atacado por el dolor y retome la conversación con el esbirro que lleva mi cuerpo.

Enderecé mi cuerpo, fije mis pies sobre el suelo carcomido y acomodé mi columna donde cada vertebra tráquea por el movimiento forzado: — ¿Dices qué es como una caja de pandora? — estaba retomando el control de mi cuerpo, de este cuerpo prestado, lentamente, procesando la información que estaba recibiendo con calma y analizándola con cuidado, a pesar de sentirme ajeno a todos los conocimientos que albergan en este nuevo estuche que alberga mi alma.

Respire hondo por segunda vez y mire a Mikado. Traté de no reírme desesperadamente por los sucesos acontecidos, por esta confusión, por tan siquiera imaginar lo que sería vivir de esta forma: — ¡Hay que volver, tenemos que encontrar una solución! — mis pies eran pequeños, al igual que mi cuerpo, perdí el espacio tiempo y mi percepción de lugar estaba debilitado, no podía medir ni verificar, perdí estatura, peso y siento que solo hay fórmulas químicas en mi cabeza, esto es de locos o peor, esto es una pesadilla.
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyVie Jul 26, 2013 5:53 pm

¿Le había tocado el hombre más tocado? El chico que no era el mismo expiro profundamente ante la calamidad humana que ahora cual cisticerco se le había matido e invadido cualquier parte de su sistema. Aún con la lámpara alumbró el tejado mohoso y desgastado, el papel tapiz dañado con los retazos colgando.
El constante tintineo de la realidad atiborre la ausencia de congruencia, el clik, clak atrapado entre el mover del cuerpo de Cedric le hace tener cuenta suficiente para creer que si suena a campanita pero le importa poco, así como todo lo demás, vivir para sus deseos siempre había sido su noción de vida y el careta mal hecha no le reformaba ese propio termino bíblico propio.
Enderezó la espina dándose cuenta de que es más bajo y más ineficiente, le daba vuelta la cabeza y percibía todo mal, estiró la mano para rozarla con la pared con la precaución de no caer. Caminó uno a uno los escalones ignorando por completo al ente que seguía tarareando la canción de mal gusto. El nombre de Laura jamás se le había antojado a un buen nombre aunque provenía del latín y significaba algo que en sí la mayoría de la gente consideraba bueno “Triunfo”.
El hombre jamás había postulado en su vocabulario el Triunfo ni la derrota, simplemente le eran ajenas en todo el sentido, tal vez de niño las hubiera usado pero con el paso de los años se le a figuraron a nada, jamás había Laura ni Dissi, solo Eiusmodis, y esa mujer no era conocida por ser un gran belleza benévola.

Deambulo pasando por alto a los murciélagos mientras se sostenía del barandal, fue hasta el segundo cuarto que antes no había investigado por que estaba cerrado con llave, la puerta era de manera crujiente pero bien hecha a la antigua, era muy fuerte.
I'm not religious or fanatical, but I'm a motherfuckin' miracle
You knock me down and I get up again.
So hit the lights out and let the show begin.

Comenzó a cantar en voz baja con un tono ronco, el ritmo soberbio y la letra egocentric le eran especialmente adecuadas para su modus operandi de vida. Rodeo la perilla y en un intento que en su mente dio por fracasado la perilla…abrió.

Sorprendido por las encrucijadas que le dan la bienvenida, no escuchó a Sir retraso llamarle, alumbró con la lámpara dentro del cuarto, no había murciélagos ni nada por el estilo, ignoró una vez más cualquier cosa y alumbró la pared donde se erguía un mensaje confuso.
El celular vibró y lo tomó del bolsillo con molestia, no le importó un carajo quien llamaba, sólo contesto.- Laura, mami o matraz…tengo un mensaje de Eiusmodis.- colgó y se adentró más en la habitación.
Spoiler:
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MensajeTema: Re: El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad]   El alterego de la sinceridad opuesta [priv Sedras, Cedric y Vlad] EmptyDom Ago 11, 2013 4:54 pm

Realmente ser niñera es un trabajo que no vuelvo a tomar, sin importarme que el monto sea un total destello que nuble mi pensamiento por la cantidad de ceros que adornan el cheque. No solo estoy batallando con el dilema que implica el saber si estamos viviendo una realidad o es una alucinación producida por algún tipo de gas tóxico filtrado a través de los diferentes ductos que se caen a pedazos ¿está este lugar conectado de forma subterránea con alguna instalación de dudosa procedencia? por lo cual ¿es este un "botadero" tóxico, de cuyos gases nos hemos llenado los pulmones y nos ha atrofiado el cerebro? despreciable.

Una cosa es atiborrarme el cuerpo de veneno por gusto, con conocimiento de causa, sintiendo un placer enfermizo de solo llevarme un cigarro a la boca, presionándolo contra mis labios mientras tomo todo de él y luego le doy todo de mí y otro es que me contaminen porque así lo quieren. ¿Qué se han creído? o más interesante aún, me están retando.

Giré mi cuerpo, siguiendo con el segundo mejor entrenado sentido que poseo (el oído) la cancioncilla aquella a lo que agrego sin ningún miramiento que, mi voz ha mejorado, escuchándola como un testigo y no como su dueño. Esta alucinación me incomoda, no estoy en mi cuerpo y la diferencia de estatura como el tener mis dos ojos al 100% me están afectando. Mi cerebro está acostumbrado a sobrecargar mi ojo bueno para cubrir el ojo "perdido" pero ahora, con mi vista sana, siento que no puedo confiar en lo que veo. Justo cuando he virado he visto algo extraño en el cuarto que abandone por considerarlo vacío, pero cuando he vuelto la mirada a ese punto, valiéndome esta vez de luz para verificar, no he dado con nada, solo una esquina carcomida por la humedad con la pintura cayéndose a pedazos.

Entrecerré mis ojos y avance en dirección de la campana parlante. Qué fácil es encontrarle sobrenombres divertidos a este espécimen. Resoplé. Me hacía falta un cigarro, mi arma y mi celular, 3 cosas indispensables si llevas una "vida" como la que yo llevo.

Me guarde el encendedor como era costumbre en mí, pues el metal que tenía contacto directo con la llama, ardía bajo las yemas de mis dedos. Lo puse dentro de uno de los bolsillos, el primero que encontré entre tanta mezclilla. ¡Ah! debe de estar empezando a afectarme este cuerpo, porque ahora sé lo que es mezclilla.

Camine deprimido por mi nuevo conocimiento, hasta la segunda puerta, pues la luz era algo que parecía estar siéndonos negado a pesar de los grandes ventanales que se erguían majestuosos, ensartados a lo largo de toda la construcción, era una noche en extremo oscura, como si la luna, no quisiera salir para ser nuestra cómplice. Me detuve, mi celular comenzó a vibrar y no era yo quien estaba contestando, aunque si lo fuera. Sin duda esto es culpa de un gas de alguna compañía que experimenta con cobayas humanas, a quienes gratis, nos están usando.

Extendí mi brazo, para arrebatarle mi Lumia, cuando la estúpida campano no solo, dices palabras sin sentido, acompañado con nombres ridículos, sino que también cuelga sin más. Mis dedos solo supieron saltar en el aire, conteniéndose, semi-flexionados por no cerrarse y darle justo en el rostro, acomodándole las "ideas" y las dos neuronas que hacen contacto cuando ladea la cabeza, pero entonces mi mirada periférica capta algo que otrora hubiese imaginado en esa posición, es un mensaje extraño, un grafiti, un dibujo:
—Garabatos— acerté a decir incrédulo, arrebatándole mi teléfono móvil de las manos, al mamarracho con realidad de pepe grillo.

Gire sobre mis talones y camine el escaso espacio hacia el marco de la puerta: —Date prisa, hay que buscar al resto del parvulario— esto no me gustó nada.
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