Primer Encuentro [Priv -Patrick C.]

Se encontraba sentado en una de las mesas del bar, con un refresco en sus manos y charlando tranquilamente con un amigo. Casualmente, el mismo que le había dicho que el hombre en el que se había fijado estaba buscando compañero. Ciertamente eso había sido como un regalo, de ese modo se iba a ahorrar mucho tiempo desde el rancho hasta la universidad, vivir en la propia ciudad iba a ser más fácil para él.

-Dave, ¿estás seguro de que no le importará que viva con él? Es su casa, después de todo -aún no terminaba de asimilar que por una tonta conversación casi sin importancia, fuera a acabar viviendo en la misma casa que aquel al que su lobo había reconocido como su líder.

-¡Claro que estoy seguro! Patrick es un tío legal, ya verás como os lleváis bien cuando os conozcáis -su amigo llevaba tratando de tranquilizarlo desde el mismo día que le dio la noticia de que Patrick Collins buscaba a alguien de confianza con quien compartir casa.

Realmente esperaba ser ese alguien de confianza, pero para ello primero tenían que conocerse. Estaba seguro que su condición sería una ventaja, pues había detectado que el otro era como él y eso podía ayudar a la hora de que aceptara tenerle como compañero.

Por lo que le había dicho su amigo, la casa se encontraba en la playa, lo suficientemente cerca de la universidad como para ir en coche sin tener que madrugar en exceso. La había descrito vagamente, pero realmente no le importaba en demasía, tener el mar cerca para poder ir a nadar era motivo suficiente para que ya le gustara ese lugar sin haberlo visto por el momento.

Saliendo de sus divagaciones, vio una figura acercarse. Había llegado el momento de la verdad, los nervios empezaban a aflorar y no sabía como calmarlos. Quizás desaparecerían cuando empezara a hablar con el rubio que terminaba de llegar hasta la mesa que habían escogido para ese primer encuentro.

Spoiler:

Había sido avisado por el móvil de que se apurase al lugar de encuentro. No era tanto que conocer al chico fuera por mera formalidad si ya confiaba en su amigo para el inquilino que finalmente había escogido para hacerle compañía. Pero obviamente tenía que asegurarse de que congeniaban lo suficiente y tal vez llegar a un acuerdo verbal con el estudiante sobre como se repartirían sus tiempos en la casa. Sabía que al tratarse de un estudiante estaría bien concretar unas horas de silencio para permitirle estudiar, puesto que Patrick cuando componía podía ser un poco molesto.

Sinceramente aquella casa era demasiado grande para una sola persona y solo contaba con su hermano menor los findes que lo enviaba su madre. Bueno, también tenía a alguien más, la pequeña Agnes, con su año y medio ya era una perrita responsable y le cuidaba fielmente la casa. De hecho parecía quedarse más tranquila cuando no había nadie, excepción de las galletitas para perros pero de resto había aprendido pronto a respetar la decoración y un poco mas tarde dejar de mordisquear sus zapatillas de andar por casa.

Con andar despreocupado no pudo evitar sonreír al recordar aquello, vestía pantalón de mezclilla, zapatillas de deporte y un suéter negro ceñido al cuerpo. Frenó un instante ajustándose mejor los anteojos cuando algo le llamó la atención. Era sencillamente adorable y sin saber por que había pasado de la auto-evaluación madura y seria con el muchacho a sentir la extraña necesidad de protegerlo cuando sus miradas se encontraron, sonriéndole encantador.

-Dave...ya puedes guardar el móvil..-su amigo parecía distraído de verlo llegar cuando se giró un poco nervioso y le sonrió divertido, metiéndolo en el bolsillo. Sin casi hacer ruido movió la silla y se sentó frente al menor, dejando lo brazos descansar en la mesa y observándolo detenidamente mientras le volvía a sonreír amable.

-Buenas tardes...Carlo, debo admitir que en persona eres mucho más adorable de como te habían descrito.

-¿Yo dije eso?...-observó el techo algo sonrojado.

-Dave...no te hagas...-le tiró de una oreja a su amigo a modo de regaño.

-Ah¡ ah¡ Patrikc eso duele...-se rió aunque frunció el ceño al frotarse un poco su pobre oreja, pero el pelilargo miraba de forma extraña al menor, de una que le gustaba.-Sabía que te iba a gustar...

-Bien, llegué a tiempo de protegerlo de ti...-sí, le gustaba demasiado, había sentido esa llamada de la manada nada más sentirlo cerca y algo dentro de él le decía, que los días de soledad se habían terminado.

-¿Perdón?...

-Encantado de conocerte...yo soy Patrick...-le extendió la mano despacio.

Spoiler:

Un tenue rubor cubrió sus mejillas al ver la sonrisa que el rubio le estaba dirigiendo en ese momento. Se sentía algo perdido ante su presencia, era como si dejara de ser él mismo por unos instantes. Su voz sonaba como una suave melodía para sus oídos y eso le hacía sentir extraño. No pudo evitar dejar salir una ligera sonrisa al escuchar el intercambio de palabras entre su amigo y el recién llegado.

-¿Crees que soy adorable, Dave? -su amigo simplemente miró para otro lado, con las mejillas completamente rojas por la vergüenza que ambos le estaban haciendo pasar. Le dio un golpe juguetón en el brazo, dibujando una linda sonrisa en sus labios, se sentía muy a gusto a pesar de haber un "desconocido", que no lo era tanto en ese momento.

Su mano extendida le hizo mirarle, sonrió suavemente y tomó su mano a modo de saludo -Mucho gusto Patrick -sentir el tacto de su piel contra la propia hizo que una pequeña descarga recorriera su espina dorsal. Separó su mano con reticencia, le hubiera gustado seguir tocándolo pero debía mantener la compostura y no mostrarse como si estuviera desesperado por algo de contacto físico.

-Ya viste Carlo, te dije que era buena persona -sonrió divertido al ver como ambos no dejaban de verse a los ojos, realmente había acertado al proponerle a Carlo el vivir con Patrick cuando supo que éste buscaba compañero.

-Sí, ya me lo dijiste -meneó la cabeza de forma negativa, como si no supiera que hacer con el otro chico. De vez en cuando pensaba como era que se habían hecho amigos, pero después recordaba como se conocieron y como le había ayudado a librarse de unos tipos que no paraban de molestarle.

El camarero llegó en ese momento, aprovechando para pedir un refresco y mirar a sus dos acompañantes por si iban a pedir algo. Dave pidió lo mismo que él y ambos miraron al rubio -¿Qué quieres tomar? Yo invito.

Sí, podía sentirlo, era uno de los suyos, incluso podía ser parte de su manada y compartir vivencias junto a él en el bosque. A pesar de estarse conociendo ya se visualizaba junto a él y cada vez sentía más ansias por saber como sería su forma animal, el pelaje no era un problema adivinarlo pero el conjunto, de seguro Carlo debía verse adorable como en su forma humana. Normalmente al ser humanos solo eran conscientes del tipo de criatura que eran pero no demasiado del resto cuando se transformaban, aunque eso cambiaba con los años y una vez que se trataba de lobos adultos, forma animal y humana, se convertían en un solo ser.

-...-cuando le dio su mano pudo sentir la suavidad de su piel, el anhelado tacto que su simple lado animal había deseado sentir. Hubiera tomado esa mano por más tiempo tan solo por tenerla así para él, pero no era correcto y tampoco quería asustarlo. Sonriendo entretenido ante la actitud ajena del lobito, era tímido, eso le gustaba por que suponía un reto llegar hasta él.

-agradezco el elogio Dave...-le convenía mucho que hablarán bien del, sobretodo por que ahora tenía mucho interés en caerle bien a Carlo y no miraba demasiado a su amigo, puesto que algo lo imantaba de nuevo al menor.

-Yo pediré un refresco igual...-sacudió la mano sonriendo con resignación.-allí fuera hace un calor horrible...brr...elegí un mal día para vestir jersey.

-¿Ya quieres lucir tipo en frente de Carlo? oh¡ Patrick...esos modales...

-Mjmjmj...-bajó la mesa sucedió algo no acto para ojos ajenos pero que a Patrick le bastó para que Dave ahogara un gritito de dolor contenido.-estoy empezando a pensar que eres un poco masoquista.

-...mh...mh...perdón, no quería resultar grosero.-refunfuñó un poco para sí mismo, recordando el tirón de orejas por un lado y luego el dulce toque de Carlo, al menos se controlaba más que Patrick a la hora de regañar, ¿como no considerarlo adorable al lado de aquel pelilargo sonriente pero peligroso? Como un perrito con la orejas gachas observó al otro con rencor, sonrojándose violentamente cuando Patrick le guiñó un ojo.

-Y díganme, ¿como se conocieron?...seguro que es toda una aventura encontrarse contigo.

-Ya te vale...¿no?

Siguió la extraña conversación entre ambos, tratando de no echarse a reír en cualquier momento por las quejas que Dave estaba haciendo. Sin embargo, la sonrisa que había empezado a formarse en sus labios se eliminó de golpe al escuchar su última pregunta. Aunque ese momento había tenido un lado positivo que había sido conocer a su amigo, era más doloroso el lado negativo.

-Preferiría no tener que contarlo -su nerviosismo se notaba por todos los costados, Dave conocía el motivo de ese nerviosismo, así que estaba seguro de que al menos trataría de dar alguna excusa creíble para que el otro no siguiera preguntando.

-Bueno... digamos que no tuvimos un comienzo muy... amable -ríe divertido, disimulando de ese modo su propio nerviosismo. Recordaba bien ese día, si no hubiera llegado a tiempo el menor... Prefería borrar ese recuerdo de su cabeza.

Agradeció mentalmente a su amigo, había sabido sacarlos decentemente de la situación tan incómoda en la que habían estado hace unos instantes, al menos eso quería pensar. Rogaba porque Patrick tomara como buena esa escueta respuesta de parte de ambos. Cuanto menos recordara de ese día, mejor para su salud mental.

-¿Puedo preguntar porque ha decidido buscar a alguien con quien compartir su casa? -ciertamente eso le causaba curiosidad, no entendía porque quería tener a un desconocido invadiendo su espacio personal, no que se quejara de haber sido el elegido pero le resultaba muy extraño.

No necesitó de muchas explicaciones al ver como se miraban ambos ante su pregunta, aunque su curiosidad con respecto a ese tema había aumentado. Ya se lo sonsacaría a Dave a solas, más ahora que su interés por el chico había aumentado. Hasta que Dave rompió el silencio...

-Pff...jajaja...se aburría...simplemente, no hacía más que quejarse de que era demasiado grande para una sola persona...hasta que un día me cansé de oírlo y me acordé de ti.

-hum...no exactamente de ese modo...-sonrió resignado con Dave negándole un poco aquella respuesta, Dave siempre conseguía hacerle sentir un poco avergonzado cuando cogía demasiada confianza y hablaba primero y luego pensaba.-En ese sentido siempre podría encontrar a alguien, pero...Dave es de mi entera confianza.

Sonrío a Carlo amable cuando el camarero les sirvió los refrescos que habían pedido.

-He vivido en esa casa por años y si es cierto que es algo solitaria, casi no hay casas alrededor por que están muy separadas unas de otras.-el lujo no siempre era divertido, pero eso no lo diría en voz alta.-aparte ayudar a alguien que lo necesita es un incentivo y bueno, Dave no sé como acabó por convencerme.

Tomó su lata de refresco y sorbió un poco flechando al menor con una sonrisita pícara. Cuando lo dejó el bote en la mesa lo continuó estudiando como si estuviera meditando algo importante.

-¿Por que no me hablas un poco de ti?

Le gustó saber que su amigo había sido capaz de convencerlo para que aceptara que viviera con él en la misma casa. Había podido sonsacar algunas cosas a Dave, por lo que estaba más o menos preparado para lo que se iba a encontrar, lo que no sabía era como responder a su pregunta.

No podía decirle que era hijo de una familia adinerada y que tenía un enorme rancho que algún día sería suyo. Tampoco podía decirle del dinero que tenía en el banco. Debía ser cauteloso, porque él pensaba que realmente necesitaba ayuda y lo único que necesitaba era una casa más cerca de la universidad de lo que estaba la suya propia.

-Bueno, me gustan los caballos y los animales en general -eso era lo más cercano a decirle que tenía unos propios, pues si se podía mantener a unos caballos, también se podía tener una buena casa.

-De ahí que esté estudiando veterinaria, aunque no sé porque no buscó otra cosa que pegara más con él -le sacó la lengua al moreno, demostrando que no estaba diciéndolo en serio, sabía bien que a su amigo le gustaba cuidar de los animales y le vendría bien para cuando heredara.

Se sonrojó fuertemente, eso había querido decirlo al final, pues era una ironía que siendo un lobo estuviera estudiando una carrera para cuidar y curar a otros animales.

-Sí, bueno... -miró de mala manera a su amigo, no le había dejado terminar de presentarse él mismo. Pero no podía molestarse con él por demasiado tiempo, sólo tenía que mirarle directamente a los ojos y le perdonaba -Otro de mis gustos es el chocolate... es mi perdición -se sonrojó al decir tal cosa, no era algo que confesara muy a menudo.

Quería conocer un poco mas del chico puesto que compartirían casa juntos, por eso le había preguntado un poco sobre si mismo, aunque siempre pensaba que había mucho que hablar sobre uno. Después de todo tenía una vida entera por delante y metas que cumplir, preguntar algo tan simple como eso era lo de menos pero su mirada se le quedó viendo bastante analítico.

-¿Vetenario? admito que eso me sorprende y me alaga, de hecho puede que me ahorres algo de dinero después de todo...-sonrió divertido, aunque el dinero no era una de sus preocupaciones.-en mi casa reside una inquilina de tamaño pequeño-medio, que de seguro estará encantada de conocer a alguien que dedicará su vida a los animales.

Dave lo veía venir y sonrió de pronto como si el cielo hubiera iluminado aquella escena en concreto de la cafetería y ninguna más. Lo del chocolate era una confesión de los más adorable, sí , podía notar que el pequeño lobo estaba un poco nervioso así que no abusaría tampoco.

-Es por eso, que creo que te voy a invitar a quedarte en mi casa...si te parece bien, claro...-entrecerró su mirada hacia el chico, por que había pasado su pequeña prueba. Disfrutó de sus rasgos, de esa dulzura que emanaba por si mismo y de seguro sin darse cuenta.

-¿Has oído eso?...creo que le...-cerró el pico un momento y se sonrojó de nuevo violentamente, no mirando directamente a Patrick por que de seguro miradas así eran mejor no enfrentarlas.-le agradaste...ya te dije que era bastante legal.

Sonrió un poco apenado por aquel alago pero igual agradeciéndolo a Dave, eso le había hecho sentirse bastante bien.

-Igual estarás de acuerdo conmigo en poner algunas pautas para una buena convivencia..así no habrá sorpresas...

-¿Tiene una perrita? -saber que tenía un animal en casa le hizo sentir bien, eso le decía que también le gustaban igual que a él, un punto en común para ambos. No esperó a su respuesta, pues lo siguiente que le dijo lo dejó sorprendido. ¿Iba a dejar finalmente que se quedara en su casa? Ignoró un poco las palabras de su amigo, estaba más interesado en grabar en su memoria el hecho de que iban a vivir juntos.

Le sonrió a Dave cuando escuchó sus últimas palabras, aunque no le había pasado desapercibido el hecho de que había habido un breve intercambio de miradas entre ellos dos que daba a entender que lo que iba a decir era completamente distinto a lo que había acabado diciendo.

-Sí, la pequeña Agnes es todo un encanto de perra, un poco mimada pero la adorarás en cuanto la veas -sonrió recordando al animalito, esa pequeñina tan encantadora que se robaba el corazón de quien la viera.

Asintió a las palabras de su amigo, convencido de que era cierto lo que le estaba diciendo. Pero su atención nuevamente se vio atrapada por el mayor cuando volvió a hablar. Poner pautas le parecían algo normal y muy lógico cuando se trataba de dos personas que no se conocían en absoluto.

-Por supuesto, es lo mejor para tener una buena convivencia -le sonrió todavía con la amabilidad pintada en su rostro, era algo que hacía casi por inercia sin siquiera darse cuenta de que realmente lo hacía -. Estaría bien poner unas normas y unos horarios para no molestarnos mutuamente y que podamos tener una buena relación de compañeros.

Sonrió al ver la expresión del más joven por el asunto de la perrita, estaba seguro de que realmente se llevarían bien.Se notaba que era un chico centrado y bastante responsable con tan solo verlo, casi no necesitaba de palabras del mismo ni que nadie se lo describiera. Cuanto más estudiaba al pelinegro y su forma de ser más dulce le parecía. Definitivamente Patrick no quería seguir buscando otro compañero, por que a su manera de entender las cosas ya lo había encontrado.

-Así es...-comentó tranquilo tomando un poco de su cocacola, ya tenía cierta experiencia en compartir pisos con otras personas y sabía perfectamente de que estaba hablando.

-Sobre todo quiero asegurarme de que estarás cómodo en la habitación que elijas...un estudiante necesita ante todo silencio.-se quedó pensativo un momento.

-Ah¡ que cabeza la mía...

-¿que pasa?

-Tu casa está en la playa...-se explicó.-y en el mar hay olas...

-Dave...todos sabemos que en el mar hay olas...-comentó divertido al verle la expresión que el otro traía, lo notaba un poco despistado.-no te preocupes, cuento con una habitación insonorizada...aunque tengo la corazonada de que sea la que el chico elija, suele ser la preferida por las visitas aunque no la que les permito...-sonrió divertido y le guiñó a lobito.-haré una excepción contigo.

[TEMA CERRADO]