Alli donde el lobo duerme [Priv. Quimey]

Hay un empedrado y las sombras bailan por culpa del viento y de la escaza luz, que parece cobrar vida por el movimiento, suave y fuerte, la sacudida de las ramas y los insectos que cantan dentro de los troncos petrificados que parecen rostros torturados, toda una delicia si me lo preguntan.

Reconozco a uno metros el aroma a descomposición sutil, cubierto por el perfume de las flores y los hierbajos abundantes alrededor de mi "casa" retorciéndose con sus ramas secas que escalan por toda la estructura y cuyos tentáculos estériles se riegan por la tierra.

Todo va bien, unos pasos más para estar ante ella. Sigo caminando y lo sigo llevando, hasta que me detengo frente a una cripta magistral, copia diminuta del mausoleo de Halicarnaso, otrora una de las siete maravillas del mundo antiguo. La estructura se encuentra totalmente cubierta de pilares que sostienen un techo triangular, ayudado por paredes altas y una base considerable, las puertas se encuentran ubicadas en cada cara de las 4 disponibles y solo cuenta con un agregado, una escalinata que permite al mortal, tocar el "cielo" : — Bienvenido, espero que no te molesten los vecinos. — extiendo mi mano y enseño la colonia en la que vivo, lapidas y tumbas, algunas en buen y otras en pésimo estado, esto es y será el mejor lugar para viví, el cementerio, aunque se encuentre en tierra santa, pues es imposible no notar la edificación al fondo del “cuadro” de ultratumba. Una iglesia, destruyendo mi hogar perfecto, símbolo corrupto que…me encanta, pues es allí donde toda la “prole” habita.

Le sorprendió ver que llegaban a la iglesia, aunque fue aun más sorprendente y le tensó un poco al ver que se acercaban al cementerio, la verdad había imaginado un lugar oscuro y tétrico, pero nunca se imaginó que irían realmente a un cementerio, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando el otro señaló a su alrededor e hizo referencia a los "vecinos".... no le molestaban, más bien le asustaban. Respiró profundamente tratando de mantenerse relajado y le sonrió aunque débilmente al mayor.

-debo admitir... que me da algo de miedo... jejejeje pero si estás tu me sentiré seguro

Se acercó al otro un poco más abrazándolo, era cierto que el hombre era más frío que la noche que los abrigaba, y sin embargo aun así se sentía más seguro y confiado por el simple hecho de estar a su lado, lo cual le robó una sonrisa un poco más grande.

-¿entramos?

Preguntó mientras volteaba a verle hacía arriba, ahora que lo pensaba quizá debió de venir más abrigado, el lugar no parecía ser precisamente cálido.

Es cierto que el ambiente no es el mejor, para un mortal cuyo atractivo radica en la felpa y colores pastel, cosa extraña en un chico de 16 años. Sí lo he estudiado en el poco tiempo que llevo conociéndole, fue algo simple y el depositar sombras y dejara mi espía Ray, me ha facilitado muchísima información de parientes, amigos e inclusive gustos y disgustos. Esta es la mejor forma de conseguir el objetivo, aunque la razón hubiera cambiado de forma tan brusca, por una curiosidad que sigo sin saber a ciencia cierta de donde salió.

— Entonces te presto mi brazo para que ahuyentes el temor, si como tú dices mi presencia te hace sentir seguro. — conteste a su confesión de sentimientos por el lugar. Aunque era cierto que el lugar era peligroso, pero no por los diferentes aditamentos, estructuras santas o sepulcros, no, era YO pues soy una leyenda viva, un monstruo y que no se piense mal, me encanta serlo. Soy un MONSTRUO y eso es magnífico desde todas las perspectivas posibles.

Se acerca y me abraza y por supuesto que o he resentido el traspaso de mi fría presencia hacia la calidez de la suya, eso debió estremecerlo y hacerlo temblar.

Acto seguido me pide que entremos, como si el conociera o estuviera curioso por conocer mi humilde morada. No tengo problema con ello, por algo lo he traído, por lo que comienzo a caminar lentamente hasta subir la primera grada, fue un paso corto que espero que el pequeño siga, para sincronizarnos y subir al mismo tiempo. El recorrido es lento hasta que nos detenemos en la última escalinata, el final donde se haya una puerta alta y cuadrada, con decorados: — Estás en tu casa. — doy un empujón a la puerta y esta se abre de par en par. La luz llega por poco, pero se produce un efecto de combustión espontánea, causada de forma artificial, donde todas las velas del lugar se encienden y permiten ver mejor a una vista poco entrenada. Los muebles pocos, con algunas telarañas, son de 1400 toda una joya que despista para no ver los detalles en las paredes como cuadros y raíces escalando con insectos y arañas que pululan por el lugar. Hay una puertezuela en el centro de la edificación, es la que lleva a lugares menos amables, y más grotescos, pues es habitado por los restos de quienes fueron y ya no serán, cosas mías, me entono y le pido cortésmente: — Siéntate donde gustes. — cierro las puertas tras de mí, y me preparo para su reacción y para resolver las preguntas que se desarrollen a lo largo de su estadía.

Caminó junto a él por las escaleras, poco a poco el miedo se iba yendo por el simple hecho de estar a lado del otro, cuando estuvieron frente a la puerta el destello de luces encendiéndose lo dejaron deslumbrado por un momento, no sabía como había pasado si el otro no había tocado ningún interruptor o algo por el estilo y cuando entró se dio cuenta de que no eran focos, sino velas que se habían encendido mágicamente, el lugar era tétrico desde cierto punto, sin embargo había algo en el lugar que lo dejaba maravillado, los muebles viejos las velas, todo era perfecto desde su punto de vista.

-waaaa, ¡es como en entrevista con el vampiro!

Caminó emocionado por la habitación, no podía creer que realmente estuviera ahí, todo se veía antiguo y un poco sucio, lo cual se comprobó cuando se sentó en uno de los sofás aterciopelados y un poco de polvo flotó a su alrededor, haciendo estornudar.

-jejejeje está genial ¡es como en las películas! los muebles viejos, las velas, aunque... no veo que tengas una enooooooorme biblioteca ni el... el... ¿cómo se llama dónde duermen los vampiros en las películas? el... ataúd, si, no veo ningún ataúd ¿tú cómo duermes?

No podía borrar la sonrisa en su rostro de lo emocionado que estaba, sin más palmeó un poco el sofá a su lado para que se acercara con él, quería tenerlo cerca.