Wanna be free ~libre~

Cómo había llegado ahí no importaba, tan solo le gustaba sentir el viento en la cara, sus pies dirigidos al vacío, sintiendo que flotaba, como si realmente pudiera volver y si quiera hacerlo lo lograría.... al menos por unos... ¿cuánto sería 6 o 9 metros?, después de eso sería un duro aterrizaje, era un edificio de 3 pisos y estaba sentado en la orilla del edificio, era lo bueno de aquel lugar de mala muerte la poca seguridad, aunque aquel era más bien un edificio departamental, nada parecido a aquellos lindos y elegantes departamentos que la gente del otro lado de la ciudad tenía, no, estos eran pequeños y mugrosos departamentos, con drogadictos y prostitutas detrás de sus puertas, no era un lugar para niños, pero no es como si alguna vez a él le hubiera importado el que no fuera el lugar adecuado para estar, cerró los ojos y sintió la sensación de caída, aquel vértigo que se formaba en su estómago, haciéndolo estremecer, volvió a abrir los ojos y seguía teniendo la misma vista, el panorámico frente a él anunciando una tienda con una modelo rubia, no saltaría, aunque en el fondo... muy en el fondo deseaba hacerlo, saltar y olvidar todo, pero no lo haría, no era tan cobarde, a pesar de desear sentir la sensación de volar.

-dicen que después de saltar... en ese momento te das cuenta de que todo tenía solución...

Probablemente al saltar encontraría la respuesta a todas sus preguntas, sin embargo no servirían de nada sino podía llevarlas a cabo, tan solo sería un nombre más en la lista de obituarios, y esa idea no le gustaba, odiaba la manera en la que se sentía ahora, ya no se reconocía a si mismo, incluso había momentos en los que se preguntaba si seguía siendo él, últimamente sentía que no pertenecía a ningún lugar, había intentado ser más sociable, pero.... seguía sintiéndose raro, cuando te abrías a la gente, cuando dejabas a más gente ser parte de tu vida, cuando se alejaba solo te hacía sentir más solo, deseaba volver a ser como era, renacer, con sus propios pies se quitó los zapatos, dejándolos caer al vacío, sintiendo como ahora el viento acariciaba sus pies desnudos, movió un poco sus dedos, volar... deseaba volar y dejar todo atrás, no quería caer... pero... deseaba volar, sentía su cuerpo relajarse poco a poco, el viento acariciándolo... quizá si podría volar.... solo por un momento una canción pasó por su mente.

-soñé por un momento que era aire

Recordaba la canción y seguramente eso debió sentir la chica de la que se hablaba en la canción... deseaba volar y ser aire... pero temía caer.

(Pues ahm… permiso supongo xD)


Como se le venía haciendo costumbre el pelinegro caminaba atento por aquellos barrios de mala muerte haciendo un recorrido tranquilo, no es que le gustara meterse por esas zonas a pesar de que sabia protegerse, pero si andaba por ahí era por ayudar, generalmente en esa zona siempre había alguno que otro animal lastimado, perros heridos, con las patas rotas en su mayoría, aunque también gatos, aves e inclusive fauna silvestre que estaba escondida en ese sitio gracias a los traficantes, no le gustaba demasiado pero siempre que podía se pasaba por la zona para ver en que podía ayudar.

Con una mochila negra colgada a su hombro en la que traía cosas básicas como vendas, gasas, algodón antiséptico, antibiótico, hilo y aguja de sutura, y claro una pequeña bolsa con croquetas, andaba tan tranquilo como siempre, no era un experto, apenas estaba aprendiendo los conocimientos de medicina veterinaria, pero tenía algunas bases que le eran útiles, ya que si bien se estaba arriesgando a ser mordido o algo peor y lo que podía hacer por esos animales era poco, era mejor que nada, o al menos eso creía él.

Hasta el momento su recorrido había sido normal, un pequeño gato con una herida en la oreja y eso había sido todo lo que había encontrado hasta ahora, pensaba en regresar puesto que tenía muchas cosas pendientes por hacer cuando algo llamó su atención en lo alto de uno de los mugrientos edificios, al principio creyó que era un objeto o inclusive una estatua, pero ya que prestó más atención, notó de inmediato que era una persona, un chico, se fue acercando a la construcción sin apartar la vista de la persona que estaba ahí ¿Acaso iba a saltar? no, no parecía ¿O sí?.

No iba a permitir que aquel muchacho quedara en su conciencia si después se enteraba que había saltado y muerto y él no había intentando hacer algo mínimo para evitar que hiciera tal acto, así que, aunque no era su problema se apresuró a entrar y a subir corriendo por las escaleras hasta llegar a la azotea y acercarse despacio hacia el chico que se encontraba sentado, de manera sigilosa para no asustarlo, aunque detuvo sus pasos cuando el menor hablo ¿Lo había oído? no, hablaba para sí mismo, casi pareció que aguantaba la respiración mientras se quedaba quieto escuchando.

Sintió un poco de alivio, quizá después de todo el chico no iba suicidarse o algo así, aunque se preguntó que clase de problemas tan serios tenía como para considerar hacerlo, avanzó un poco más y suspiró ante las últimas palabras del menor, miró por un momento al cielo y creyó que debía hacerse notar.

-Todos soñamos eso alguna vez, es por eso que envidio a las aves, pueden volar, caer en picada, unirse con el aire en libertad- comentó y miró al chico –Ningún problema que tengas puede ser tan terrible- dijo con su voz pasiva tratando de transmitirle esa tranquilidad al chico.

[adelante xDD y perdón que conteste hasta ahorita, no lo había visto XDDD]


Siguió sentado así, viendo el vacio, hasta que escuchó una voz detrás de él, le sorprendió lo que decía y al mismo tiempo le molestaba el no haber notado antes que estaba ahí, que lo habían visto y se acercaban a él como si fuera alguna clase de suicida irremediable, no se lanzaría, no planeaba hacerlo realmente, aunque la situación podría ser malinterpretable, podía fingir que lo haría, molestar al chico y empujarse un poco hacía delante.... pero si algo salía mal con su broma él sería el que perdería, simplemente terminó por reír en voz alta dejando que lo escuchara.

-jajajajajaja no planeo saltar.... sería una tontería

Dirigió su vista de nuevo hacía abajo había una escalera para incendios justo debajo de él, después de todo aunque hubiera intentado saltar antes en verdad era probable que su caída se viera frustrada por aquella escalera...

-no quiero morir aún, a pesar de todo no quiero hacerlo, además, aunque lo intentara no podría hacerlo, no me dejaría morir....

Hacía tanto tiempo que se había olvidado de aquella "hada" en su interior que justo hasta ahora podía recordarla como si fuera una especie de mentira o cuento, sin embargo aunque la olvidara eso no implicaba que dejara de existir, ese maldito poder en su interior que le hizo alejarse de sus amigos y familia, aquel por el cual aunque lo intentara no lo dejaría morir, ahora que lo pensaba, después de todo no solo la escalera hubiera frustrado un suicidio, suspiró un poco y volteó a ver al otro.

-no moriré hoy, no frente a tus ojos, así que deja de verme con cara de "pobre niño, ¿qué problema puede tener un niño para que quiera saltar?" me da asco la gente que siente pena y compasión por mi.

Y entonces notó que lo estaba volviendo a hacer, ser grosero, arisco y malo con las personas que se preocupaban por él, alejándose de nuevo de todos, pero es que ya no sabía que hacer, si era duro cuando alguien se colaba en su corazón dolía y si era demasiado blando eran tantas las personas que entraban en su corazón que seguían causándole daño y uno aún mayor cuando se iban o lo lastimaban, suspiró y se puso de pie de nuevo en la orilla del edificio ahora estaba descalzo y sintió la frialdad del concreto.

-perdona...

Fue todo lo que dijo mientras lo veía con una sonrisa melancólica y sin saber porqué lo hizo, saltó una horrible sensación de vértigo se adueño de su cuerpo unos segundos, veía el concreto al fondo, sin embargo su caída se vio interrumpida por la escalera que ya sabía que estaba ahí, y cayó en la misma, de pie y sin ningún daño mientras una luz azul cubría su cuerpo protegiéndolo de cualquier cosa que pudiera lastimarlo, alzó la mirada imaginaba que en cualquier momento el chico se asomaría a ver lo que había pasado y entonces podría sonreirle y disculparse por haberlo asustado, mientras que internamente se sentía bien, había saltado y a la vez no lo había hecho, su mente no se aclaró con ese pequeño salto, más bien seguía con la sensación de mareo y vértigo recorriendo su cuerpo.

El menor en la orilla del edificio se rio con amargura y él solo se quedó quieto escuchándolo hablar notando como cada una de sus palabras salían de sus labios cuales serpientes venenosas, y sin embargo a pesar de que sabia que el chico estaba siendo sarcástico y agresivo, él pelinegro se mantuvo impasible, con su respiración calmada e intentando no perder detalle de los movimientos y las palabras del menor.

Se sorprendió al oírlo decir que aunque quisiera no podría morir, ¿Pues que acaso no a todos les llega el tiempo para morir? Él se preguntaba porque parecía estar tan seguro de que no iba morir si intentaba arrojarse al vacío e incluso le pareció ver que el chico tenia la seguridad de que ni un mínimo rasguño iba a tener en su cuerpo, Mori suspiró era algo extraño que alguien tan joven tuviera esa clase de comportamiento,no sentia pena ni nada similar pero de seguro su vida no había sido la mas bonita o quizá algo recientemente le hubiese pasado que fuera lo fuertemente intenso como para descolocarlo de esa manera y hacerlo tan arisco, o bueno, quizá tan solo así era su personalidad. Fria.

-Bien, puede que no sea tu intención saltar pero aun asi supongo que cada uno tiene y sabe de sus demonios internos que lo orillan a hacer o no ciertas cosas- habló con una voz tan suave y tranquilizante. Avanzó un par de pasos más, aun con cautela, no quería provocar la huida del menor o en todo caso hacer algo que lo desequilibrara y causara que se precipitara al vacío, si pudiese o no morirse era cosa aparte, Mori simplemente no quería que algo así pasara frente a él, y sin embargo como si el menor leyese en su cabeza, le espetó una nueva sarta de palabras agresivas y por demás erróneas, el pelinegro lo miró a los ojos con seria tranquilidad y antes si quiera de que pudiese explicarle, vio con asombro como el chico se ponía de pie y murmuraba una simple disculpa antes de lanzarse por el borde del edificio.

Le tomó tan solo unos segundos reaccionar, no gritó, eso solo llamaría la atención, además que tampoco se ganaba nada entrando pánico, lo que hizo fue apresurarse a la orilla del edificio dispuesto a saltar para ayudar al chico, mirando con aun más asombro como una luz rodeaba al menor y caía de pie sobre la base de esa escalera de emergencia, tan solo unos diez segundo antes de que él mismo cayera perfectamente de pie a su lado, tantos años de entrenamiento en artes marciales siempre servían de algo.

Tomó al menor por hombros inclinándose para mirarlo a los ojos, realmente se había asustado al verlo saltar y eso se leía claramente es su mirada -No vuelvas a hacer algo como eso, no se que problemas tengas o que clase de poder poseas, pero no retes al destino de esa manera, si no quieres valorar tu vida o tu existencia bien, es tu problema y son tus asuntos y tu ser, pero piensa como mínimo en aquellas personas que realmente se preocupan por ti- dijo seriamente sin dejar de mirarlo para después soltar un suspiro y darle unas palmaditas en los hombros.

-Y no mal entiendas sentimientos, yo jamás te he mirado con pena , lástima o compasión, si asi de arisco eres deberías prestar atención en que al toparme contigo nada de eso paso por mi mente, soy humano y buena persona creo yo, es normal que me preocupe y que quiera ayudar y sin embargo no te he juzgado- explicó de manera directa como siempre -Ah y algo más por favor la próxima vez que quieras volar estaré encantado de llevarte a saltar en paracaídas, es una sensación más duradera y al menos tendrías algo mejor que ver en vez de una escalera y un barrio hundido en la miseria.- agregó y soltó un suspiro sintiéndose mas tranquilo.

-Takashi Morinozuka es un placer conocerte- se presentó haciendo una reverencia, que inicio habían tenido.
 

No se esperaba ver saltar al otro detrás de él, hubiera sido lo último que un desconocido hubiera hecho por él, aunque bueno, eso ya no podía asegurarlo, últimamente había conocido toda clase de personas que eran tan distintas al tipo de gente que comúnmente uno podía conocer, aunque definitivamente el "regaño" no era del todo inesperado, ya que después de semejante susto que le había dado se lo merecía.

-Miharu Rokujo...

Terminó diciendo con una media sonrisa en el rostro, si bien aquello había sido casi un sermón, no le importó, el chico le había agradado era alguien sincero y hablaba abiertamente y en cierta manera le recordaba a él mismo en algún momento de su vida, aunque la verdad no creía que fuese como él en todo, se dio media vuelta y comenzó a bajar las escaleras.

-¿me acompañas? dejé caer mis zapatos hace un momento.

Siguió bajando, sin importarle que le calara la vieja escalera por estar descalzo, estaba fría, pero en verdad lo tenía sin cuidado, simplemente siguió caminando confiando en que el otro le seguiría, después de todo, no tenía otra salida ya que las puertas de emergencia abrían por dentro.

-Perdona si te asusté o hice que te molestaras, supongo que solo tuve un mal día, la verdad... últimamente no odio mi vida tanto como solía hacerlo, tengo problemas normales, nada por lo que quisiera quitarme la vida, solo fue un lapsus de depresión, pero nunca estoy lo suficientemente deprimido como para hacer una tontería, aunque el paracaídas suena bien.

Siguió hablando como si nada hubiera pasado, como si hablara con un amigo normalmente, como si no lo hubiera visto saltar para "suicidarse", simplemente bajaba las escaleras de emergencia como si nada hubiera pasado.

(No te preocupes y perdona si tardo en contestar o es muy cortito, ando a final de semestre y un poco ocupada :S)


Mori suspiró aliviado y observó mejor al chico frente a él, definitivamente menor, algo delgado para su complexión y con unos ojos sin duda llamativos, todo él parecía algo enigmático y le recordó un poco a su propia persona. Asintió con la cabeza mientras se encaminaba para seguir al chico bajando la escalera, no se habia fijado que él no traía zapatos hasta que se lo comentó. Miró hacia arriba desde donde había saltado y se alegro de que el chico solo hubiese perdido sus zapatos, el daño pudo haber sido increíblemente mayor considerando semejante altura.

-No te preocupes, supongo que me fue más fácil pensar lo peor, a las personas nos resulta mejor complicarnos la vida que buscarle una solución, además no te hiciste daño y eso es lo verdaderamente importante- comentó abiertamente y después casi una sonrisa se formó en sus labios -Claro cuando quieras podemos ir, será divertido y se de un lugar perfecto, solo recuérdame pedirte tu teléfono o algo para volver a contactarte- mencionó igual de tranquilo que Miharu, lo pasado en el pasado estaba y aunque l verdad deseaba saber que había sido esa luz que había rodeado al chico al momento de caer, no sabía si ya era el momento para preguntarle sobre el asunto, así que de momento lo dejó pasar.

-¿No prefieres que te cargue? la escalera debe estar helada y no es bueno que andes así- le preguntó, pero no esperó respuesta, con suma facilidad y sorprendiéndose de lo delgado y ligero del chico, lo cargó y terminó por bajar la escalera para poder hallar los zapatos -Si te enfermas podrías preocupar a alguien además me sentirá culpable. Por cierto que andas haciendo por aquí, además claro de sentarte a las orillas de los edificios?- preguntó, y al ver los zapatos sentó a miharu en el barandal de la escalera para poder levantarlos.

-Ahora si como la cenicienta ¿Me permites? - dijo el mayor mientras se inclinaba para tomar el pie de Miharu, mucho más frio de lo normal, y poder colocarle su zapato .

-mnhh... mi teléfono....

Eso sería algo difícil, no tenía un lugar exacto al cual ser contactado, aunque... quizá el teléfono de Quinn serviría para contactarlo y que este le pasara el recado, o el teléfono del trabajo, o quizá incluso Sedras... después de todo era su "papá" claro que podía hacer algo útil por una vez en su vida y tomar un recado.

Escuchó su pregunta sobre ser cargado, por supuesto que no dejaría que lo hiciera.... pero antes de poder reclamarle ya se encontraba en sus brazos siendo cargado como si fuera.... bueno, no un bulto... lo había cargado con cuidado, pero eso le apenaba y lo hacía sonrojar, lo hacía sentir algo torpe.

-¿¡¡qué te pasa!!?? ¡¡no me cargues!! y... y... yo solo subí y ya, no hacía nada en especial!!

No podía evitar que ese lado de su personalidad saliera a flote cuando le trataban de aquella manera y luego como cereza para decorar el "pastel" le había llamado cenicienta y había comenzado a ponerle el zapato, tan solo giró la vista y lo dejó hacer, no se pelearía por ello, porque no quería que luego le siguiera molestando llamandolo "cenicienta" o cosas vergonzosas por el estilo.

-tonto...ni siquiera me conoces y me tratas como una princesa.... por si no lo haz notado soy hombre, eso significa que tengo un pene, y por lo tanto no soy una princesa...

Si, mal hablado, tsundere y sin importarle en lo más mínimo insultar a aquel que de cierta forma le había ayudado era su forma de ser, aunque no lo admitiría inmediatamente, en el fondo y de alguna manera, el chico ese le agradaba.



(no pasa nada, yo entiendo, además yo soy maestra en una primaria y hago mi maestria, también me tardo en contestar a veces XD)

Mori miró con sorpresa al chico y con curiosidad pues lo vio dudar sobre el asunto del telefono, pero en fin eso se lo preguntaria mas tarde, no debia comer ansias.

¿Tanto jaleo armaba tan solo porque lo había levantado? vaya que el chico que tenía enfrente era bastante especial, pero en fin tampoco era como si fuese a molestarse por su actitud tan pesada, después de todo si algo caracterizaba al pelinegro era su paciencia que si bien no era inagotable si era grande así que se limitó a suspirar y a terminar de ponerle el calzado para mirarlo tranquilamente y con una diminuta sonrisa en el rostro, después de todo las palabras de Miharu le habían hecho gracia.

-No te molestes pequeño, tan solo fue una simple pregunta y pues como mínimo subiste por algo, inclusive si solo fue por subir, hubo una razón- se explicó estando aun de rodillas de en el suelo y enseguida soltó una suave risa, masculina pero bastante suave y podría decirse que apenas notable, recordar el comentario tan directo del chico habia logrado ese gesto en él, quizá llegara a ser un buen amigo, a pesar de que tenían personalidades algo diferentes.

- Me queda claro ya que eres un hombre y que tienes pene- mencionó con calma señalando la entrepierna del menor donde se situaba la ya nombrada parte -No te trato como a una princesa obviamente, solo hice la comparación con la escena de un cuento- dijo poniéndose de pie y mirándolo a los ojos aun con esa pequeña sonrisa marcada - La escena se podría recrear de muchas maneras, incluso como seria en este caso con dos príncipes- bueno dos príncipes entre comillas puesto que el mismo no se consideraba como tal.

-Yo dije que fue como en la cenicienta, más no que tú eras la cenicienta o una princesa, eso lo pusiste por tu cuenta- finalizó dando un pequeño golpe con su dedo índice en la nariz del menor -Así que señor tengo un pene, o mejor dicho príncipe, ¿porque no damos una vuelta y me permites invitarte algo para tratar de enmendar la supuesta ofensa?- finalizó amablemente haciendo una reverencia de respeto como si en verdad estuviese frente a un príncipe, jugando un poco, ademas sin sonar, agresivo, sarcástico o como si le estuviese reclamando algo, no, más bien fue de una forma amigable esperando que el menor aceptara.



(¡¿Maestra?! que paciencia has de tener Jajajaja ¿Y si te gusta?)

No sabía que era peor, que lo llamara princesa, o que ahora la afirmación que había hecho sobre tener un pene se volvía en su contra y el otro la repitiera, tan solo esperaba que no fuera ahora ese el apodo que se le quedaría por estar de bocón, pero bueno, ahora que lo pensaba un poco más ese chico comenzaba a agradarle precisamente por eso, así que siguió escuchandolo, mientras una pequeña sonrisa se formaba en sus labios.

-está bien, acepto la oferta, pero primero dime que hacías TU aquí, tampoco es como si me fuera a ir con un posible traficante de niños, o asesino serial que paseaba por aquí.

Por supuesto no hablaba en serio lo de pensar que el otro fuera esa clase de persona, de serlo, probablemente ya hubiera hecho algo en su contra, pero no era así, al contrario se preocupaba por él, e incluso había tratado de ayudarlo en aquel momento en que pensó que saltaría, muchos otros hubieran pasado de largo o, si fuera un asesino, probablemente él mismo lo hubiera empujado.

-¿y bien? qué hacía por estos barrios bajos y desolados, señor altruista, tengo que ayudar al niño suicida... que según recuerdo ya aclaramos ese punto, para que lo recuerdes, NO, no soy suicida, a decir verdad tengo varias razones para seguir viviendo.

Y vaya que las tenía, tenía amigos, quizá no muchos y no los veía tan seguido como quisiera pero los tenía, un "padre adoptivo" que más bien había sido un buen amigo que lo había apoyado en un momento difícil y por supuesto Quinn, la sola idea de recordarlo lo hizo sonreír tontamente, uno de los daños colaterales de estar enamorado, esas sonrisas idiotas e involuntarias.

El mayor sonrió un poco acomodando su mochila en su hombro, mirando como al fin el chico frente a él mostraba un gesto algo más cálido. Supuso, que de seguro el mismo también tenía unas pintas extrañas al andar caminando como si nada en esas calles tan feas por lo cual le pareció razonable la pregunta de Miharu, aunque pudo notar que en parte tan solo estaba bromeando.

-Pues suelo venir a caminar por aquí por cuestiones medicas y voluntarias- dijo mientras de uno de los bolsillos de su pantalón sacaba la credencial de universidad en donde indicaba que estudiaba la carrera de medicina veterinaria, se la alargó al chico para que la mirara antes de seguir con su explicación –Por estos lugares siempre hay animales heridos o hambrientos y de vez en vez me paso por aquí para ayudar, es poco lo que puedo hacer, pero es mejor que nada-

Una sonrisa un poco más amplia se le formó en su rostro, siempre sucedía cuando hablaba sobre lo que estudiaba, era algo que simplemente le fascinaba hacer y se notaba a la perfección en su rostro, casi tan obvio como esa sonrisa que el menor le había mostrado momentos antes, y que le hizo pensar que una de esas razones para vivir, debía ser sentimentalmente especial, le alegró eso, no era muy romántico o cursi, pero le agradaba ver cómo un sentimiento podía causar tal dicha.

-¿Podemos irnos ahora si?- preguntó mientras caminaba, de seguro podrían encontrar algún sitio medianamente decente para tomarse algo.

Vio la credencial del otro y sonrió, era veterinario, no es que fuera alguien muy apegado a los animales, pero bueno, tampoco le desagradaban, la verdad no necesitaba una prueba como aquella, con que dijera que no era alguien peligroso le habría creído, ese chico no encajaba con la pinta de hombre cruel, ya había conocido a malas personas antes y él no era una de ellas definitivamente.

-si, vamos... aunque no tengo ningún plan ¿quieres pasear por aquí, o ir a un lugar más calmado y con menos probabilidades de ser asaltado?

Sonrió de lado y es que la verdad aunque nunca le había pasado algo malo andando por aquellos rumbos el lugar no era conocido precisamente por su seguridad y tranquilidad, sin esperar su respuesta siguió caminando por las calles, pero en dirección fuera de las peligrosas calles.

-sabes, ahora que mencionas eso de ser veterinario, tengo un conejito, es muy lindo y la verdad no sé que cuidados debería de tener con él ¿sugerencias?

El alto chico avanzó sintiéndose ligeramente más en confianza con el chico con quien se había topado, soltó un largo suspiro y se estiró destensando un poco mientras ambos andaban, para después reír ligeramente por acertado comentario de Miharu -Creo que sería bueno alejarnos un poco, al menos de las zonas más peligrosas no quisiera que tengamos problemas y terminemos en una riña callejera de maleantes- coincidió mientras seguía al menor alejándose del corazón de aquella zona tan peligrosa.

Mori sonrió ampliamente en cuanto le dijo lo del conejito, y de nueva cuenta ese brillo apareció en sus ojos -Pues debe tener un lugar cálido para dormir, además de todas sus vacunas claro y debes cuidar su alimentación no querrás que se ponga demasiado gordo, dale zanahorias y vegetales duros o pequeños tronquitos o corteza eso ayudara a limar sus dientes de manera natural- se explicó con una sonrisa marcada en el rostro, algo poco común él, generalmente taciturno -Si gustas un día puedes llevarlo al consultorio de la facultad y puedo hacerle un chequeo rápido- ofreció amablemente, animado con la idea de ver al chico de nueva cuenta y también de conocer a su mascota.

El mayor se fijo por donde iban y recordó entonces que no muy lejos de ahí se encontraba una pequeña y extremadamente modesta cafetería que quizá seria un buen sitio para sentarse y conversar un poco mas, asi que se lo hizo saber de inmediato -Se de un lugarcito por aquí cerca, nunca he entrado sinceramente pero no tiene tan mala pinta como los demás sitios de estos rumbos, ¿Te parece si vamos?- sugirió deteniéndose por un momento para observar al chico esperando por una respuesta.

Siguió caminando lejos del área conflictiva del lugar, poniendo atención a las palabras del chico cuando comenzó a hablar sobre como debía cuidar al conejito.

-ya veo... zanahorias y vegetales duros....

Dijo para si mismo pensativo sobre lo que debía darle de comer al pequeño, también debía pensar mejor en donde ponerlo, ya llevaba demasiadas cajas roídas y la caja plástica en la que le tenía ahora, no aguantaría mucho tiempo, dentro de poco podría saltarla fácilmente.

-entonces luego lo llevaré contigo para que le pongas todas las vacunas, solo dime donde puedo buscarte para que puedas atenderlo, y si, siempre y cuando podamos salir enteros y sanos y salvos del lugar, supongo que estará bien.

Sonrió un poco por su propia broma, la verdad era muy difícil encontrar un lugar decente en aquella área, pero, después de todo si seguían caminando dentro de poco saldrían de esas calles oscuras y podrían encontrar algo un poco más "decente".

ÉL casi rió abiertamente por las palabras del menor, lo observó con curiosidad, tenía un gesto pensativo que le pareció algo simpático y tierno, seguramente el chico pensaba en el conejo que tenia, a Mori le gustaban mucho esos animales, por el simple hecho que a su parecer eran muy adorables y abrazables, y él tenía cierta “trauma” con esa clase de cosas pequeñas o tiernas, le gustaban mucho y no sabía porque -Claro cuando gustes, me encantaría conocer a… ¿Cómo se llama tu conejito?- pregunto puesto que era costumbre siempre saber el nombre de sus pacientes - Puedes encontrarme en la universidad, ahí tenemos una pequeña clínica y podría darte una consulta, no soy un experto pero en algo creo que podre ayudarte- dijo de buen ánimo.

Finalmente se fueron alejando de las zonas peligrosas, el mayor negó con la cabeza divertido -Sería una lástima que nos mataran aquí, nadie nos encontraría y además me parece que ambos tenemos muchas cosas por hacer aun- siguió con la broma, él sabía defenderse a la perfección, lo habían intentado asaltar en varias ocasiones y todas resultaron un fracaso así que supo que podría enfrentar un contratiempo similar y del Miharu bueno… lo acababa de ver saltar hacia la nada sin hacerse ni un solo rasguño además que le había dicho que no podía morirse tan fácilmente así que… bueno, dudaba mucho que alguno de los dos terminara herido y en dado caso se aseguraría de que el menor no sufriera ningún daño.

Poco a poco llegaron a un sitio ligeramente más habitable, aun estaban el la zona más peligrosa de la ciudad pero al menos ya se veía un poco mas de gente o como mínimo vagabundos, a unos pasos lejos de ellos tras un par de locales y casa abandonas había un letrero de madera roto que nombraba a una pequeña cafetería/bar, apenas se veían unas cuantas letras pero la imagen de una taza de café daban a entender un poco lo que era el establecimiento, Mori se detuvo en la entrada y miró a Miharu -¿Qué tal aquí? no tiene muy buena pinta pero es mejor que otros sitios que hemos pasado- preguntó, después de todo también le interesaba la comodidad de su acompañante.