Nombre Completo: Rhys D'Ivore
Apodo: Vore, Iv, Rhyu
Edad: 22 años.
Ocupación: Universitario y da tutorías en el instituto en las materias de Ingles e Historia.
Gustos: El vino, la lectura, la música y claro está el sexo. Es un chico que disfruta de la soledad, de dar largas caminatas o de simplemente entrar a algún sitio tranquilo para relajarse. El orden, el ajedrez, el cine y el teatro. Las mujeres equilibradas tanto físicamente como de carácter. Fastidiar a la gente, siempre y cuando se sienta cómodo con ellos, si lo hace es porque en verdad ha desarrollado confianza y afecto hacia esa persona. También le gusta mucho estar al aire libre ya que le da una libertad que siente única y aunque no es un chico muy deportivo le gusta la natación, la esgrima y le encanta la equitación, practica estas actividades bastante e incluso ha ganado varias competencias. Sorprendentemente aunque él es un chico tranquilo y casi siempre serio le atraen mucho las personas divertidas, que tienen un carácter que no es igual al de los demás y a veces que es increíblemente diferente al suyo, aunque claro depende de muchos factores ya que no siempre es así. Ama una buena conversación con alguien acompañada de una taza de té o café, así como enseñar y aprender cosas nuevas todos los días.
Disgustos: El cigarro, le fastidia, tanto su sabor como su olor. El desorden, el calor excesivo, las personas que son malhabladas o que no tienen buenos modales ni saben comportarse en público. El chocolate. Que le digan qué hacer cuando él ya lo sabe. Los malos amantes, a su gusto una cosa es no saber tener sexo y otra muy diferente hacerlo mal. Los olores demasiado dulces. Las personas falsas que fingen tener clase o estatus solo para encajar o impresionar. Los deportes de mucho contacto y en los que se tenga que ensuciar demasiado. Odia los insectos.
Personalidad: Rhys es un chico de carácter sencillo y tranquilo, pocas veces pierde el control de sus emociones, es educado y amable, aunque a veces se comporta de manera arrogante. Es muy sarcástico y aunque no se comporte de manera agresiva puede ser bastante hiriente con las palabras que salen de su boca. Es sobreprotector, en especial con su hermana, si una persona se ha ganado su afecto le será leal siempre. Es muy celoso, bastante, aunque es del tipo “celoso pasivo” nunca demostrara sus celos abiertamente hasta que le hayan colmado la paciencia y cuando eso pasa es mejor estar lo suficientemente lejos de él. Suele ser muy amable y aunque a veces parezca un chico pesado o altanero, en realidad cuando lo conoces te das cuenta de lo contrario, es respetuoso y sumamente cariñoso y detallista con quien se lo ha ganado y si lo ves sonreír sinceramente, eres el ser más afortunado del mundo.
Descripción física: De complexión delgada y tez pálida, realmente tiene un aspecto más débil de lo que realmente es, aunque tampoco se considera el ganador al físico más fuerte y extraordinario. Mide aproximadamente 1.80 m. Tanto el color de sus ojos como el de su cabello es azul, sus rasgos faciales son bastante finos, labios suaves, nariz ligeramente afilada y cejas delgadas. Sus ojos azules son de su más grande atractivo, ya que son expresivos y al mismo tiempo muy serenos e intrigantes, es fácil perderse en ellos. No tiene los músculos demasiado marcados, solo algunos pequeños detalles en su torso y brazos debido al esgrima y a la natación. Además tiene un muy bonito, firme y sensual trasero.
- Spoiler:
Biografía: Nacido en una familia adinerada y prestigiosa de Londres, desde sus primeros respiros en el mundo Rhys fue tratado con sumo lujo y elegancia, siendo el único hijo varón de su familia, toda su vida estuvo planeada por sus padres prácticamente desde que llegó al mundo. La buena educación nunca le hizo le falta, aprendió a leer a muy pronta edad, fue instruido en historia, filosofía, ciencias, artes y en buenos modales. Siendo su familia una de las más altas en la sociedad, el pequeño vivió siempre rodeado de sirvientes a su entera disposición, así como de todos los caprichos y juguetes que cualquier otro pudiese desear, sin embargo Rhys era un niño muy solo, nunca tuvo amigos cercanos más que los pequeños de los amigos de sus padres con quienes a decir verdad, por más que intentaba no lograba llevarse bien a pesar de tener gustos y crianzas similares. Al final se acostumbró a disfrutar de su soledad y de crecer de acuerdo a las normas establecidas, aunque en el fondo sintiera que debía haber algo mas o mejor por hacer que tomar clases de etiqueta e ir a las fiestas organizadas por la realeza.
Así fueron sus primeros años, ir de un lado a otro, ser amable y educado, escuchar los tantos planes para su futuro, estar solo. Todo era una simple rutina hasta que una grande sorpresa llegó, un hermano. La rutina se vio rota cuando supo que su amada madre esperaba a otro bebe, ¡por fin! otro niño con quien jugar, al fin dejaría de estar solo y ya no tendrían que obligarlo a pasar las tardes con esos niños fastidiosos que tenían la cabeza tan vacía como un coco sin pulpa. El pequeño Rhys se llenó de felicidad corriendo por toda la casa perdiendo sus modales cuando supo la noticia, siendo regañado por su padre, como de costumbre. Rhys se convirtió en fiel guardián de su madre, la ayudaba y mimaba en todo lo posible como un buen caballerito y cuando finalmente el momento llegó y le permitieron cargar a aquel mini humano envuelto en mantas que resulto ser una niña, sintió que su vida tomaba otro significado. A partir de entonces se prometió siempre cuidar de su hermana, y evitar que alguien le hiciera daño, era tan sobreprotector con ella que no permitía que otros niños se acercasen a verla así que no faltaron las discusiones y alguno que otro golpe infantil con otros que sin duda le ocasionaron demasiados problemas, sermones y castigos, hasta que aprendió a controlarse.
Tiempo después su vida dio un giro inesperado, dos para ser exactos.
El primero de ellos, fue que debido a un resfrío severo que terminó en una pulmonía, Rhys y su hermana perdieron a su madre, el pequeño quedó destrozado y teniendo nula oportunidad para despedirse de ella, debido a que su padre nunca se lo permitió, se cerró aun mas en su mundo, no hablaba con nadie más que lo que era necesario, se hizo callado y hostil, además que desarrolló desde entonces un profundo rencor contra su padre al cual si bien respetaba, había perdido todo vestigio de afecto. Lo único que recibía de su parte un afecto sincero era su hermana, aunque también su relación con ella cambió bastante, la cuidaba demasiado pero muy pocas le demostraba su afecto abiertamente, dejó de ser ese niño sonriente y amable. Lo segundo fue lo positivo del asunto, a su padre le ofrecieron una oferta de trabajo bastante buena, con excelentes beneficios para los negocios y finanzas familiares, así que se mudarían. Y no simplemente de casa o de vecindario, se irían a un país completamente nuevo. Un poco de felicidad volvió a la vida del pequeño, quien ansioso de aventura, no le costó nada ni le dolió dejar el hogar, sin tener amistades ni nadie a quien apreciar más que a su hermana, irse le parecía la aventura mas extraordinaria del mundo. Al llegar a los estados Unidos, y ver las calles tan diferentes, la gente escuchando música y bailando en público, a niños que no vestían de traje correr y juguetear en el parque supo que había llegado a un parque de diversiones, recuperó la emoción y el interés en las cosas.
Tras instalarse, muy pronto se hizo fama tanto en la escuela como en el vecindario al que iba, sus notas eran excelentes, era apto para casi todos los clubes, el de oratoria, el de debate, el de teatro, etc. Su talento y su alta capacidad de aprendizaje eran bien conocidas, sin embargo continuo siendo un niño solitario, a pesar de todas las cosas, no tenía demasiados amigos ya que pocos se le acercaban o eran justo como los que había dejado en Inglaterra, la rutina para su fastidio volvió a aparecer, lo único que lo consolaba era cuando a escondidas de la servidumbre, huía de aquella lujosa mansión para internarse en un barrio cercano y menos lujoso que el suyo, visitaba los parques y miraba sentado a los niños jugar y ensuciarse, le encantaba ver a los ancianos dándole de comer a las aves, u oír las anécdotas sobre casas embrujadas y fantasmas que salían de noche en los alrededores de los callejones. Le resultaba maravilloso descubrir tantas cosas nuevas por aprender. Hasta que un día conoció a un chico, un poco más joven que él, de aspecto vivaz y juguetón que lo observaba con regularidad hasta que finalmente le dirigió la palabra, su nombre era Axis. Y de pronto fue como si se hubiese embarcado en la mejor y más maravillosa aventura de todas.
Rhys encontró en Axis un pequeño con el cual finalmente podía ser un niño, le fascinaba ese niño que sonreía fácilmente y lo hacia reír con sus tontas ocurrencias, Rhys le enseñaba sus libros, su música y sus modales, a cambio, recibía horas y horas de aventura, de juegos infantiles y peleas que terminaban en risas. Su vida dejó atrás la monotonía, se sintió vivaz, único y no le preocupaba nada más que esconder las camisas sucias, los pantalones rotos y las mejillas arañadas tras una tarde diversión. Rápidamente esos juegos de niños se convirtieron en una amistad sincera y profunda, Rhys veía a Axis como un compañero fiel, se sentía admirado y apreciado por él y el sentimiento era reciproco. A pesar de las diferencias, que eran demasiadas, se encontró fascinado al descubrir que no necesitaba de todos sus lujos para ser feliz. Al fin aunque era un niño, podía sentir que estaba viviendo su vida y que nunca iba a cambiar, que las cosas simplemente serian mejores y mejores.
Triste realidad. Inevitablemente. No podía ser un niño por siempre, sus responsabilidades crecieron al igual que él, de pronto se encontró con la pesada carga de tener que suplir a su padre en sus negocios y ante la sociedad cuando este muriera, las risas disminuyeron, los problemas crecieron y nuevo la sombra de la monotonía lo acechaba cual feroz cazadora desde la oscuridad, esperando el momento justo para atacarlo, el momento en que más daño pudiera causar, y así fue. De pronto una mañana se encontró con que se iba, volvían a Londres, pero él se iría a Alemania a estudiar, a incrementar su intelecto y sus capacidades para poder suplir a su padre. Gritó, se enfureció destruyó la oficina de su padre, miró con furia a su hermana y salió corriendo, para ir a buscar al único que lo entendía, al único en que podía confiar, sin embargo a medio camino se detuvo ¿De qué serviría ir a verlo? la decisión estaba tomada, quizá lo mejor era olvidarse, de él, del mundo, de todo. Con puños apretados dio media vuelta y volvió, empacó sus cosas y se fue, sin decir adiós, sin decir nada, dejando atrás una casa vacía y con una parte dentro de sí completamente dolida, rota, muerta.
Los años pasaron, se volvió frio, hostil y arrogante, creándose incluso un poco de mala fama a pesar de sus excelentes modales, esa parte de si mismo que se quedó en Estados Unidos jamás se pudo recuperar, creció convirtiéndose en un joven educado con clase, pero vacio por dentro. Buscó placer en chicas y en chicos por igual y aunque gentil y respetuoso nada lo satisfacía completamente, nada llenaba ese espacio dentro de su alma e incluso su relación con su querida hermana se había roto aun más. Se cerró al mundo, dejó de vivir con esa pasión de antes y se limitaba a vivir una vida sin vida. Al volver a su casa y mirar lo que le estaba deparado, se sintió tan miserable que supo que debía irse, huir, tomó sus maletas, se despidió de su hermana brevemente con una nota y a pesar de los gritos y fastidios de su padre, de media servidumbre siguiéndolo en el aeropuerto y de las amenazas de desheredarlo, tomó el primer avión que lo llevase lejos, que lo llevase a un sitio en el que simplemente pudiera ser por si mismo lo que le viniera en gana.
Extras: En el fondo se siente algo culpable por haberse ido sin más y también es un poco inseguro, además por lo general cuando está con algún chico casi siempre termina imaginándoselo a “él”.
Pertenece a la serie: El personaje es una mezcla de Rhys D'Ivore de “Tea House Comic” con la biografía creada por mi.