Un lugar para estar [Quinn Yasser]

Tomando una ruta diferente a la que habían utilizado para llegar a la playa, no tardaron demasiado en ver señales de la ciudad, gracias a lo fluido del trafico aquella tarde. El ambiente en el interior del auto daba una sensación cálida, nada parecido a la vez anterior. El silencio formaba parte de un lenguaje reservado tacito para ellos. Miradas y sonrisas a través del retrovisor por parte de ambos. No había mucho que decir y no hacia falta decir nada, cualquier comentario sobre cualquier tema como el clima o el paisaje, que no se quedaba corto de hermosura, habría roto aquello.

Al llegar al primer semáforo iluminado en carmín, el pelirrojo se inclinó hacia Miharu y tomando su mentón para girar su rostro, aprovechó para robarle un beso. Llegaron pronto después de eso, que bueno haber recordado un atajo por calles tranquilas. El lugar, un pequeño complejo departamental, en un barrio tranquilo. El estacionamiento estaba en la parte subterránea para ahorrar espacio de áreas verdes, detalle especial que le había gustado, entre mas verde mejor. Tomó su lugar designado y estacionó el auto, en un lugar cercano a ése, se hallaba una motocicleta reluciente con acabados en color rojo, ésta era de su propiedad.
Apagó el motor del auto.

– Hemos llegado – Se dirigió hacia su lindo acompañante, mejor dicho, hacia su pareja con una sonrisa apenas dibujada en su rostro. Le besó la frente como a un niño y salió del auto. Al abrir la puerta del copiloto le extendió el calzado, él se había puesto los suyos justo antes de entrar al auto estando aun en la playa. Probablemente habría sido más lógico dárselo cuando estaba él también en el auto, pero que diablos, ese pequeño descuido reflejaba que estaba jodidamente contento. Se recargo de la puerta y agregó:

– Aqui tienes.... a menos claro que quieras que te lleve cargando – le guiñó el ojo divertido, en realidad esa no era una idea que le desagradara, era tan ligerito que bien podría cargarlo.

El beso que le robó en el semaforo le hizo sentirse algo nervioso y contento, una sonrisa se formó en sus labios y no pudo evitar llevar una mano a sus labios, acariciandolos un poco, el resto del camino siguió tranquilo, aunque ya no tardaron mucho tiempo en llegar al lugar donde vivía Quinn, de ahí le siguió otro beso al llegar y el ponerle los zapatos y una propuesta a llevarlo cargado..... claro que la idea era tentadora, aunque no lo permitiría, bueno, más bien no lo pediría, le daba demasiada vergüenza imaginarse siendo cargado por el otro.

-¡n...no! y...yo puedo caminar solo....

Sus mejillas estaban completamente rojas y se quiso levantar rápido de su lugar para salir del auto, aunque no calculó bien y terminó golpeandose contra el techo del auto, no fue un gran golpe, pero en acto reflejo volvió a sentarse y llevó una mano a su cabeza, sobandose un poco.

-¡auch!.... tonto....

Se maldijo a si mismo por haber quedado como un idiota frente a Quinn mientras se sobaba un poco, no había esperado ese golpe, y es que simplemente no podía evitar sentirse nervioso y torpe frente al pelirrojo, en especial cuando decía cosas tan lindas como llevarlo cargando a su departamento.

Sonrió divertido ante la reacción del chico, justo como se la había imaginado. Asintió como quien da a entender que comprende lo elemental. Después no pudo evitar reir con el accidente de Miharu, precipitarse para salir rápido del auto, chocar y terminar de nuevo sentado. Estaba claro que el chico se sentia nervioso, sus movimientos se veían un poco torpes. El hecho de que estuviesen ya en el edificio a unos cuantos pisos de su departamento podría ser la causa de su nerviosismo, al fin y al cabo solo llevaban un dia de conocerse y las cosas habían avanzado bastante rápido, era natural que se sintiera de ese modo.

El pelirrojo dejó la puerta y se acercó a Miharu, agachándose para quedar a su altura, se acomodó y volvió a besar los labios del menor y luego su frente.

- Quizás sí deba llevarte cargando después de todo – le guiño el ojo, estaba bromeando.

Le extendió la mano para ayudarlo a salir del auto, aunque sabia perfectamnte que el jovencito bien podia hacerlo sin ella y ha de quedar claro que esta vez -al menos- no lo hacia para ponerlo nervioso. Cerro la portezuela y activo la alarma del auto. Tomando de la mano a Miahru fueron directo al ascensor. Presiono el boton y un segundo después de eso se abrió la puerta.

- ¿listo? - le sonrió calidamente, esperando que estuviera mas tranquilo, menos nervioso.

Seguía sintiendose avergonzado por lo sucedido, que le viera haciendo semejante torpeza, pero a final de cuentas aunque se riera de él, terminó tendiendole la mano para ayudarle a salir del auto y le ofreció una vez más llevarlo cargando, cosa que por supuesto no aceptó, aunque si tomó su mano y se levantó saliendo del auto finalmente, caminaron al ascensor y dejó que Quinn marcara el piso, aunque ese "¿listo?" le hizo sonrojar una vez más.

-y...yo... eh... si...

No estaba seguro de a que se refería con estar listo, por lo que no le quedó más que contestar de esa manera, estaba listo para lo que fuera que sucediera con Quinn aquella noche, bueno o malo, hicieran el amor o solo pasaran la noche recostados en la misma cama, o en la sala del otro charlando por horas, tan solo quería vivir el presente con Quinn, olvidarse de su pasado y tan solo dejarse guiar por el pelirrojo a lo que esperaba fuera un futuro mejor juntos.

-lo siento... no sé porqué me puse tan nervioso...

Le confesó con una media sonrisa, una vez que se abrieron las puertas del elevador, mostrando su destino.

No pudo evitar sonreir al escucharle decir algo tan sincero, aunque en ralidad no había necesidad de que lo dijera, su voz al hablar y su lenguaje corporal en general lo delataban. Pensó, que aunque ya tenía la confianza por decirlo de algún modo de acercarse a él y besarle de la misma manera, apasionado, aun era un poco tímido a veces. Sonrió.

- Tranquilo, no tienes nada de qué preocuparte... confía en mi - dijo mientras comenzaban a caminar por el pasillo con un tono indulgente sin soltar su mano– es justo aquí, llegamos – agrego al estar a solo unos pasos de una puerta de madera color blanca que tenia números metálicos incrustados en su superficie, sacó de su bolsillo las llaves y abrió la puerta, la habitación estaba un poco oscura, en el trayecto el sol había terminado por ocultarse tras los edificios y a esa hora la luz que proporcionaba era escasa. Dejó que el chico entrara primero.

– Es un poco pequeño pero por favor, siéntete como en tu casa –

El cuarto se iluminó en cuanto encendió la luz. Lo primero que podía verse era la sala con muebles de vinipiel blancos y una mesa de centro en color chocolate para hacer contraste, sobre ella había algunas revistas de literatura, un par de números viejos del periódico de la ciudad y unos cuantos libros con la punta de notas adheribles saliendo de sus entrañas, papeles subrayados con anotaciones y correciones en color rojo o azul y cuaderno con apuntes y garabatos ininteligibles. Al ver su propio desorden suspiró con resignación pero al mismo tiempo se alegro de no tener más que los restos del trabajo en solo la mesa de centro y no por todo el lugar. Para ese momento su trabajo aun no dominaba el ochenta por ciento de su apartamento como lo haría algún tiempo después. Quitó la llave de la puerta y la colocó en el portallaves en la pared y cerró.

Spoiler:

Finalmente llegaron al departamento de Quinn, aunque el chico decía que era pequeño, no le parecía así, aunque... bueno, había dormido en peores lugares, aun así le parecía realmente cómodo y agradable, pudo ver las cosas en la mesa de centro y no pudo evitar sonreír un poco, era obvio que no esperaba tener visitas, entró al lugar un poco más relajado que cuando bajó del auto.

-¿cosas del trabajo?

Le preguntó mientras se acercaba a la mesa y veía las cosas, aunque tenía cuidado de no tocarlas, no quería revolver nada que fuera importante para el trabajo del otro.

-tu departamento es lindo

Ya que Quinn le dio luz verde comenzó a ver alrededor del lugar, sin llegar a parecer metiche, tan solo viendo las cosas que había a su alrededor, la decoración y demás detalles que había en el lugar, se asomó un poco a la cocina, vio la sala, el comedor y luego buscó la habitación, quería ver todo el lugar.

-en definitiva es muy lindo, ¿y tu cuarto está limpio o igual que la mesa de centro?



(tranquilo, no te preocupes, entiendo XDD)

Rió con los labios cerrados, su pequeño desorden no pasaba desapercibido y de no haberlo visto al llegar se habría olvidado por completo de su trabajo sin terminar, aunque tampoco era que importase mucho terminarlo pronto, la fecha de entrega aun quedaba algo lejos.

- Si, me atrapaste, estaba adelantando con un encargo especial anoche y esta mañana me olvidé de recoger el desorden – se llevó lamano inconcientemente hasta su nuca recordando la sensación de esa molestia constante por estar frente al ordenador o con la cabeza hundida en libros y demas papeles.

Vio al chico acercarse y curiosear lo que había sobre la mesita con la mirada y en general así lo hacia con las demas cosas y habitaciones del apartamento, Quinn sonrió, era evidente que estaba mas tranquilo ahora que estaban en el lugar. Quizás ahora se arrepentia un poco por no tener mas presentable el lugar, aunque dando un repaso rapido con la mirada, el resto del sitio estaba bien, considerando que la mudanza habia sido la semana pasada y pese a ser 'casa de soltero' no habia trastos por doquier.

- Gracias – dijo asintiendo al cumplido del departamento – la verdad es que me gustó en cuanto lo vi y decidi mudarme lo antes posible... puedes quedarte cuanto quieras....

Se acercó tranquilamente al sofá y dejo ahí sus cosas sentandose luego y aprovechando para hacer a un lado los papeles en la mesa de noche mientras continuaba observando cómo elmenor inspeccionaba el lugar. Al oir la ultima pregunta del menor sonrió para luego alcanzar al chico donde estaba parado.

- No, la habitación está perfectamente bien – porque de hecho nisiquiera habia pasado la noche en su cama sino just ahi, en la sala, pasando casi la noche en vela, de ahí la necesidad de salir a relajarse fuera aquel día. Rodeó los hombros del menor con su brazó y le indico el camino a la habitación. Siguiendo un corto pasillo, en la puerta del fondo, la cual estaba solo emparejada, con un leve empujoncillo se abrió. La cama era lo primero en llamar la atención, colocada en medio del cuarto, con un edredón blanco, un par de almohadas mullidas y un par de cojines de un tono oscuro. El resto del moviliario estaba compuesto por muebles color chocolate, una cajonera, un tocador y una mesa de noche con una lampara de sal sobre ella.

- Aqui está, la unica habitación donde no entra el trabajo.. - bromeó, porque incluso cuando en su camuza no hubiese otra cosa se limitaba dormir en la sala o en el estudio.

Le gustó escuchar cuando le dijo que podía quedarse cuanto quisiera, a pesar de que no quería ser una molestia para Quinn, era agradable saber que lo aceptaba con él, aunque... bueno, ya se habían hecho novios, así que era algo natural..

Estaba por mencionar que le gustaría ver la habitación, cuando fue el mismo Quinn quien le guió por el pasillo para llegar al cuarto, sentía como su corazón comenzaba a acelerarse poco a poco, nuevamente comenzaban los nervios, pero no dijo nada al respecto. Cuando entraron pudo ver la habitación, definitivamente más limpia y arreglada que la sala.

-esperemos que eso sea verdad...

Hizo referencia a lo último del trabajo y le tomó de las mejillas, jalandolo un poco hacía abajo para poder besarlo suavemente, jugó un poco con sus labios, lamiendolo y mordiendolos con cariño, para luego separarse muy lentamente.

-sigue en pie lo que dijimos en la playa, ¿no?

Se alejó un par de pasos y le sonrió coqueto, era cierto que aun se sentía nervioso, pero quería hacer eso, estar con Quinn y no solo acostarse y dormir, sino ir más allá como habían dicho, se sentó en la orilla de la cama y alzó un poco la camisa dejandole ver su vientre.

-¿vienes?

Una sonrisa seductora se dibujo en su rostro

- Esperaba que no lo hubieras olvidado - fue su respuesta, aunque en realidad lo había dicho por decir.

Degustó con la mirada la pálida piel del chico que éste mismo había dejado a la vista en una especie de juego que le gustaba. No se dejo esperar mucho más tiempo, tomo luz verde y se acerco lentamente a la cama deseando sentir aquel cuerpo cálido plenamente bajo el suyo, pero no solo por el acto mismo y simplemente hacerlo con alguien que atrae fisicamente, no. Queria esta vez hacerlo suyo, sólo a él, ser pues uno solo y como había dicho antes hacer que se enamorara poco a poco aparir de ahora.

Cunado estuvo de frente a Miharu, mantenia aun la sonrisa y levantando con delizadeza el menton del chico su sus dedos, besó sus labios ligeramente rojos ahora bono de los anteriores besos. Reacorrió cada posible espacio de la humeda cavidad, jugueteando con con la lengua traviesa del menor, dejandolo por unos instantes tomar el control, arrebatandoselo luego.

Sentía desde esa distancia el calor de las mejillas rojas del chico. Le abrazó y acarició su espalda por debajo de la ropa lentamente, siguiendo la linea de su columna, levantando con ello un poco más su camisa. Desprendió el primer boton, el segundo. Separo sus labios de los del pelinegro.

- ¿quieres continuar tu? - indicó con un suzurro a poca distancia de sus labios sin prisa y sin dejar de sonar cariñoso.

Sonrió al escucharlo, claro que no lo olvidaba, sin embargo parecía que el pelirrojo tampoco estaba muy dispuesto a esperar, ya que se acercó pronto a su cuerpo, cosa que por supuesto le gustaba, cuando le tomó por el mentón se sintió flotar con ese simple y tenue contacto, que no fue nada comparado con sentir sus labios unidos una vez más, el beso aquel parecía un estira y afloja, ambos queriendo dominar el beso, pero dejando que en momento fuera el otro quien dominara, era delicioso.

Por supuesto las caricias a su cuerpo no se hicieron esperar comenzando por su espalda le hacía estremecer, sintiendo como las manos del mayor desabrochaban los botones de la prenda superior uno a uno, dejandolo cada vez más expuesto. Le escuchó preguntar aquel "¿quieres continuar?" y le hizo sonreír nuevamente, para él eso era una especie de señal de que estaba haciendo lo correcto, a pesar de estar en ese punto Quinn aun le daba la oportunidad de retractarse, pero estaba claro que no lo haría, había tomado una decisión, una de la que no se arrepentiría.

-nada me haría más feliz...

Volvió a besarlo por un momento, siendo él mismo quien terminó de desabrochar los botones de la prenda finalmente, no la retiró, sin embargo la dejó así, permitiendo ver su pecho desnudo.

-quiero llegar hasta el final contigo... quiero que me hagas sentir de nuevo lo que es amar a alguien... y ser amado por alguien...

Acarició suavemente la mejilla del otro y lo acercó a sus labios besandolo una vez más.

Deslizó su mano sobre uno de los hombros del chico, haciendo que la camisa de éste callera con la gravedad, dejando desnudo su torso. Acarició sus brazos y besó suavemente su delgado cuello, aspirando su aroma. Se separó de Miharu por un instante y disfrutó contemplarlo así: en ese momento sus mejillas ardian en un color carmin, su respiración era algo agitada y en su pecho dos botones rosados resaltaban en su blanca piel. Sencillamente delicioso.

- está bien.. - rió algo conmovido - haré mi mejor esfuerzo..

Aunque no tenía prisa, no tardó mucho e hizo lo propio deshaciendose de su camiseta y tirandola al suelo, dejando ver su abdomen marcado, un par de viejas cicatrices y a un costado podía verse a un costado una parte del tatuaje que tenía en la espalda, de una calavera mordiendo un cuchillo con llamas rojas, algo no muy amigable... un viejo recuerdo de sus días de gañán. Días que en ese momento no le importaban. Quería probar la suave piel de Miharu y escuchar su voz.

Se acercó lentamente al chico de nuevo y tomandolo del mentón le besó con tierna pasión en los labios mientras con sus manos prodigaba lentas caricias en su espalda desnuda disfrutrando del contacto y de las reacciones inconcientes del menor. Recorrió con sus labios el camino hasta su cuello y sus hombros, llenandolo de caricias humedas en tanto sus manos llegaban a los botoncillos rosados en su pecho para entretenerse jugando con ellos, presionandolos y pelliscandolos, hasta que comenzaron a ponerse duros. Dejandose llevar por las sensaciones se acomodo sobre él y lo acostó en la cama sin dejar por un momento el juego erotico que había comenzado.


U: Lamento la tardanza D:

Estaba avergonzado al sentirse ahora desnudo del torso ante el pelirrojo, sin embargo, trataba de mantenerse tranquilo, sin embargo tan solo el hecho de sentir la mirada de Quinn sobre su cuerpo le hacía arder y no solo sus mejillas, sino su cuero también aunque sus palabras le tranquilizaron, era algo dulce, aunque seguía sintiendose hecho un manojo de nervios, en especial cuando la camiseta del chico terminó en el suelo y pudo apreciar su cuerpo, vio las cicatrices y pudo notar algo que a simple vista se podía saber era un tatuaje, quizo preguntar pero no tuvo mucho tiempo antes de sentir un nuevo beso, el cual correspondió gustoso a la par que sus manos tocaban tímidamente el pecho ajeno, subiendo lentamente por su piel hasta abrazarlo del cuello.

-ahh...

El primer gemido nació de sus labios en cuanto sintió los labios ajenos contra su cuello, mantuvo los ojos cerrados mientras acariciaba un poco la piel a su alcance, su cuerpo se estremecía ante las caricias y se dejó recostar en la cama, quería ser un poco más activo en aquel juego, sin embargo al mismo tiempo quería disfrutar de los mimos que Quinn otorgaba a su cuerpo.

-Quinn...

Le llamó suavemente a la par que arañaba suavemente la espalda ajena, era tan suave y cálida que deseaba tocar todo el cuerpo del chico en ese momento, pero debía controlarse, sus caricias se mantenían lentas y le mantenía tan cerca como le era posible.



U: no te preocupes, tranquilo xD

- Me gusta cuando dices mi nombre con esa voz tan dulce... - dijo el pelirrojo fijando su mirada, seductora y ardiente a la vez que calida y afectuosa, en los ojos del menor, notando en lindo color rojo que adronaba las mejillas sus mejillas. Le sonrió mostrando sus treinta y dos perlas blancas perfectamente alineadas en su boca.

El corazón del pelirojo latía aceleradamente a pesar de su semblante tranquilo, y bueno, no era lo unico que se aceleraba en él, también su libido aumentaba alimentado por la candida voz del menor que le regalaba a sus oidos los primeros gemidos de pasion y por la tentadora imagen de su rostro joven e igualmente deseoso de llegar al climax.

Besó los labios ajenos por encima primero y luego introdujo juguetonamente su lengua dentro de aquella boca, jugueteando ambas – su legua y la del chico – durante unos segundos hasta que el aire comenzó a hacerles falta. El pelirojo hundió de nueva cuenta el rostro en el cuello del chico aspirando profundamente ese tierno aroma que se lñe antojaba dulce y saboreando su tersa peil salada en ese momento por cortesía de la brisa marina. Mordió el lóbulo de la oreja del chico y susurró en su oído – Dilo de nuevo, dí mi nombre otra vez...

Deslizó mientras tanto una de sus manos por el torso desnudo de su joven amante hasta encontrar sus caderas afiladas, deleitandose con el calor de su cuerpo, ese delicado cuertpo que le pertenecia a Miharu... su Miharu, así podía sentirlo y asílo haría, con caricias, con deseo, con cuidados... suyo. Deslizó su mano aún más abajo, separando ligeramente ambas piernas del chico, palpando su mienbro por sobre la tela, acariciandolo.

Aquella sonrisa le hizo derretir, junto con sus palabras, estaba ansioso por descubrir todo del pelirrojo, quería dejarse desnudar por sus manos y ser acariciado completamente, estaba ansioso de más y tras cada segundo a su lado le parecía más difícil mantener el control y no lanzarse sobre el otro y ser él mismo quien se arrancara la ropa y atacara el cuerpo del chico, correspondió el beso dejando que se adueñara de su boca una vez más, entrelazando sus lenguas en un excitante juego donde se acariciaban una a la otra.

Sentía los labios ajenos recorriendo lentamente su cuello y su oreja, mientras sus manos recorrían su cuerpo en dirección a sus caderas y más allá, robandole más de un suspiro en el proceso y en realidad no necesitaba que el pelirrojo se lo pidiera, pronunciaría su nombre toda la noche, ahogado en el extasis que desbordaba.

-ahh.. Quinn... Quinn...

Sus manos no pudieron quedarse quietas, aunque luchaba por controlarse y disfrutar de las atenciones de Quinn, acariciaba los hombros y espalda del pelirrojo, recorriendo con sus dedos aquel tatuaje, deseando imaginar como era el mismo ya que aun no había podido verlo, pero bueno, seguramente esa noche conocería cada rincón del cuerpo ajeno, sus gemidos eran suaves, aunque conforme las caricias aumentaban se iban volviendo un poco más sonoros,tan solo esperaba que las paredes fueran lo suficientemente gruesas como para que los sonidos no traspasaran al departamento de a lado.

La voz entremezclada con gemidos de placer del chico le hacía desearlo con mas fuerza.  Siguió llenándolo de besos y caricias húmedas, recorriendo su cuerpo, memorizando cada parte que tocaba de él, imaginando con pocas ganas el resto puesto que no tardaría mucho en probarlo por sí mismo. Harto de la estorbosa mezclilla del pantalón del chico, lo desabrochó rápidamente con un par de movimientos y deslizó su mano adentro para estimularlo adecuadamente, atrapando el miembro del chico en su mano y acariciándolo hábilmente para sacar de su boca mas dulces gemidos, mientras se entretenía jugueteando con su boca con una de las rosadas tetillas del menor.  

La idea de que su espalda se llenera de marcas de las uñas de joven amante era algo que excitaba pensar y a su vez pensaba en dejar unas cuantas marcas también y de paso no iba a dejar de hacer al chico pronunciar su nombre y solo el suyo con esa voz entrecortada y temblorosa de placer durante toda la noche.

Se deshizo del resto de las prendas que estorababan deslizandolas hasta hasta dejar que cayeran al suelo por su propio peso.

Dentro de sus propios pantalones las cosas no estaban del todo ajenas a todo aquel jugueteo y el miembro del pelirrojo se sentía cada vez mas apretado dentro de sus vaqueros. Interrumpió el juego  un segundo para liberar la presión ahí dentro y de paso contemplar lo que tenia enfrente suyo, a Miharu, sentía la necesidad de decir algo pero increíblemente a pesar de que las palabras eran su negocio, no podía encontrar las que necesitaba en ese momento, por lo que solo se limito a sonreír y depositar un beso en los labios ajenos.


[U: No tengo perdón de Dios, Sorry! xD]

La ropa desapareció finalmente y aunque no era la primera vez que estaba desnudo frente a alguien, no podía evitar avergonzarse por ser la primera vez que estaba así frente a Quinn, continuó las caricias y besos, tratando de mantener al pelirrojo pegado a su cuerpo y que aunque pudiera sentirlo, no tuviera oportunidad de verlo completamente aun, pero eso no duró mucho antes de tener a Quinn en una seductora visión de pie frente a él y con el pantalón abierto, dejandole ver "el animo" que tenía por estar junto a él.

Lamió sus labios, humedeciendolos un poco ahora que los notaba secos, por los nervios, la mirada ajena le hacía estremecer y, no sé le ocurrió nada inteligente que decir, aunque recibió gustoso ese nuevo beso.

-¿y bien?.... ¿te gusta?

PReguntó haciendo referencia a su cuerpo y, si, quizá era una pregunta tonta a esas alturas, pero no pudo evitar formularla, sentía como un nudo comenzaba a formarse en su garganta y los nervios lo invadían, quería gustarle a Quinn, no podía creer que ahora fuera tan inseguro, pero... dos relaciones fallidas lo habían vuelto así.



[yo tampoco tengo perdón de Dios XDDDD bueno... tener un bebé y la cuarentena cuentan como tener perdón de Dios?? XDD]

Y ahí estaba, por fin, completamente desnudo delante suyo, le acarició con la mirada y con su manos, con delicadeza y con pasión. Sonrió internamente sin poder evitar que su alegría se reflejara en su rostro, aquel gesto del chico hizo que le dieran ganas de besar esos labios y así lo hizo. Rió con voz baja cuando escuchó la pregunta que el chico le formulaba, no porque se burlara, el tono en su voz no indicaba eso en absoluto y le respondio entonces:

- Sí.. me gusta, tanto que no me dan ganas de dejarte ir ni esta noche ni ninguna otra... - se inclinó para volver a besarlo, sentía que se estaba volviendo adicto a sus labios, aún si había pasado apenas un día, había algo en su sabor, en su textura, en su temperatura, algo que lo imantaba y ciertamente eso le gustaba, se sentía algo más que atraído fisicamente, como con antiguas parejas, si podía llamrlas así, le tenía cariño, le despertaba ternura...
Tomó su mano suave y tibia, le indicó el camino deslizandola por su torso hasta dejarla sobre su miembro endurecido.

- Toca – y él hizo lo mismo.


U: Tus razones son mejores que las mías, definitivamente. Perdón por la demora , había estado muy ocupado con la escuela, el trabajo y demás, pero ya por fin estoy de vuelta.
Por cierto, Feliz navidad atrasada y feliz año nuevo!

La risa del otro le hizo sonrojar a mas no poder, en serio, si había sido una pregunta MUY tonta, aunque sus palabras lo dejaron más que satisfecho e incluso con una tonta sonrisa se impregnó en sus labios, lo besó una vez más ahogando suaves suspiros contra sus labios, su mano viajó lentamente por el torso ajeno hasta llegar a su entrepierna, la cual no dudó en acariciar suavemente cuando Quinn le dijo que lo hiciera.

-ahhh... se siente muy caliente...

Susurró sobre los labios del pelirrojo y verlo a los ojos le hacía sentir que el chico ardía, su mirada, su cabello, su cuerpo, todo en el joven le causaba un calor indescriptible y una sed por más besos y caricias del otro que comenzaba a sentir que perdería el control en cualquier momento, su mano comenzó a subir y bajar en un lento vaivén mientras lo masturbaba suavemente y sus labios se adueñaban de los ajenos una vez más.



u: jejejejejejeje que bueno!! y feliz año nuevo y navidad a ti tambien