Sueña incongruencia[libre]

Después de un rato manejando en la motocicleta, llegaron hasta la cárcel de la ciudad, el vigilante ni si quiera se sersorio de quien era quien llegaba, reconoció el aura toxica de Takeshi en la moto, vio al travestí y pensó que era una mujerzuela que había capturado, solo eso.

lo llevo hasta el interior pasando pos pasillos, otros ofiales y bla bla bla, cosas sin relevancia; llegaron hasta una sala donde habia varias celdas para "arrestos rápidos", el llego, entró valiéndole un comino cualquier persona, y las personas no le discutieron nada era un hecho que no veían caso en discutirle, simplemente eran ignorados por el.

Abrió una celda de sonido aislado con cristales anti ruido y demás, se metió cuanto con el chico al cual aun estaba esposado y cerró la puerta tras de si, nadie podía ver en el interior de la celda, esas celdas eran especiales para problemáticos habliches.

Takeshi una vez en ese cuarto austero beige que solo tenia una plancha metálica pegada a la pared como cama, se sentó en esta con el chiquillo a su lado, cerró los ojos y recargo la nuca en la pared, pareciendo que tomaba una siesta, era un hombre que no se sabia que hacia, pero que...

Nadie se asomaba a ver lo que sucedía dentro del cuarto...y tengan algo seguro...nadie se acercara.

En cuanto vio su destino se supo que eso era un caso perdido, nadie debatía nada y aunque se resistiera y jalara las esposas no conseguía nada, a final de cuentas no quería que terminaran por golpearlo por "oponerse al arresto" vio las celdas pasar y tan solo esperaba que el otro le permitiera cambiarse de ropa, antes de meterlo a una celda, le preocupaba la fianza y el que quisieran contactar a su tío, por su mente pasaron un sin fin de ideas, escapar no era una de ellas, simplemente, no parecía ir a peor a cada momento, tan solo esperaba que en caso de retenerlo fuera una noche y luego lo dejaran libre por "falta de pruebas" o alguna estupidez de esas.

Pero cuando llegaron a la celda y se vio obligado a sentarse a lado de Takeshi ya no supo que pensar, ¿qué rayos pasaba? nadie preguntaba nada, ese tipo no hablaba, ahora estaban dentro de una celda, sentados en un "intento" -que ni a eso llegaba- de cama, aquello parecía un terrible sueño.

-maldición....

Llevó su mano libre a la peluca y se la quito, pasando luego la mano por el cabello despeinado en un intento de acomodarlo un poco, no sabía que decir, o que hacer, seguía esposado a él, así que no le quedo más que hacer lo mismo que Takeshi hacía con él, ignorarlo, así que después de la peluca se quitó los zapatos, pasando ambas manos por debajo del vestido -aunque en consecuencia también la de Takeshi terminó debajo de la prenda- para poder retirar las medias que entre tanto maltrato del otro, habían terminado por ensuciarse y romperse un poco, ahora debería comprar unas nuevas.

Su mano queda presa del monton de ropa repulsiva (femenina), una vez allí adentro Takeshi movio su palma que descaradamente toco con su calidez los muslos del mocoso...pffff.... ese tipo parecia cada vez peor, era una jodida mujer.

Hmp..- bufo mientras sin importarle que el otro aun no se quitara sus medias, jaló su mano con violencia para poderlas cruzar, en el acto el chico casi se cae y sus medias terminaron de romperse, sabia que el chico le miraria con odio y despresio, pero Takeshi no le dio tiempo, se giro rapido y con su zurda tapó la boca del chico para que no gritara, y abrió ambos ojos viendole tajante, dominante y despectivo, con infinita antipatia y desprecio, sus ojos rojos eran dagas que apuñalaban los ojos del chico.

quitó rapidamente su mano izquierda de la boca del chico, ahora para cubrirla fue su boca, sus fauces se hicieron de las ajenas y con su lengua jugosa se abrio paso dentro de las fauces del chico, con ella acariciaba el paladar, la otra lengua que se movia aturdida, molesta y aterrada.

El beso era humedo y sensual, pero sobretodo dominante e humillante, algo de la saliba del chico resbalaba por la comisura del labio mientras lo besaba, el beso apasionado de aires fusionado duro 5 minutos, el chico no pudo escapar a los 5 minutos takeshi lo solto, regreso a su postura sentada , ojos cerrados y cabeza recargada en la pared...como si nada hubiera pasado.

-¡Hey! ¿Qué haces?

La mano ajena sobre uno de sus muslos le hizo sonrojar completamente, ¿cómo se atrevía a tocarlo de esa manera? Aunque al instante se vio jaloneado de nueva cuenta, Takeshi era un tipo muy brusco, y su mano estaba cada vez más adolorida, sin embargo aunque al inicio era lo que más le molestaba, a continuación fue lo que menos le preocupaba, la mano del otro estaba en su boca impidiendole gritar, insultarlo, en general obstruyendo cualquier sonido que intentara salir de sus labios, le miro con el mismo desprecio que él lo hacía, estaba decidido a no dejarse doblegar por esa mirada, que aunque lo hacía estremecer, no quería mostrarse débil ante él.

Y al menos así fue hasta que lo besó nuevamente, no como la primera vez, ahora era más violento y aunque intentó morderlo y empujarlo lejos no lo lograba, simplemente el otro seguía el beso, su saliva escurría por su boca y sus ojos comenzaban a llenarse con lágrimas, no de temor, sino más bien de rabia, por sentirse impotente ante el otro, sentía que le faltaba el aire y aunque intentaba relajarse su cuerpo continuaba tenso y luchaba por soltarse, hasta que fue el mismo Takeshi quien decidió soltarlo, se limpió la boca con el dorso de la mano e instantáneamente le soltó un puñetazo a la mejilla con toda la fuerza que tenía, le dolió la mano, pero al menos de alguna manera se sentía mejor, más aliviado.

-¡Escuchame! ¡No soy ninguna maldita mujerzuela a la que puedas besar tan solo porqué te da la gana! A pesar de que me veas vestido así, tengo un maldito empleo digno ¡NO LO HAGO POR GUSTO!¡Así que deja de tratarme como una puta, si lo que quieres es sexo, contrata una prostituta!

Se sentía humillado, era cierto, pero era más la rabia que sentía hacía el otro por hacer las cosas tan deliberadamente y hacia si mismo por no poder detenerlo.

Sintió la caricia de un bebe en la mejilla, con los ojos cerrados, el chiquillo se habia condenado a si mismo.

Takeshi movio si cuerpo de manera tan bestial que solo se escucho el eco de el vestido del chico rasgarse, se lo arranco con su zurda con suma violencia, el cuerpo del chico quedo expuesto, takeshi solo tenia abierta un ojo, se acerco curveando la espina y mordio el cuello del chico hasta que sus dientes perforaron la piel y le sacaron sangre, mientras el chico se retorcia, eso solo lo empeoraba, él uso su diestra esposada a la del chico y la puso sobre de la cabeza del niño y sujeto la mano del mocoso con fuerza aplicando prefion en la muñeca, inmovilizandolo.

se elevo un poco por sobre el chico para mirarlo con un solo ojo con despresió, se relamio los labios manchados de la sangre del chico debido a su mordida y luego se fue hasta los labios del chico besandolo intensa y asfixiantemente robandole el aliento, su cuerpo estaba sobre del mocoso con ropas rasgadas y parcialmente desnudo.

la zurda de takeshi se fue a sostener el muslo derecho clavando sus dedos con tal fuerza que le quedaria marca...... aqui quedaras, niño.

Sintió el golpe seco al caer y los movimientos bruscos de Takeshi, el sonido del vestido rompiéndose le erizó la piel, no quería que nada de eso pasara, tan solo hubiera querido un día aburrido en el trabajo, con los ocasionales clientes que tocaban su trasero rara vez o que intentaban coquetear con él, cualquier cosa hubiera sido mejor que eso que pasaba ahora, sintió el dolor en su cuello por la mordida y gritó, su cuerpo temblaba involuntariamente del dolor, su cuello y manos dolían por la presión, intentaba soltarse, pero simplemente no podía, aunque jalara, aunque se removiera e intentara golpearlo, era imposible por la posición que había tomado el otro para someterlo, quería que se detuviera, pero no veía forma de lograrlo.

Una vez más sus labios se vieron cubiertos por los del otro, sintió el sabor metálico de su propia sangre y la presión en sus muslos, no quería dejarse someter, tampoco quería gritar para darle gusto al otro, sin embargo todo eso dolía, cada acción realizada por el otro dolía, y no solo físicamente.

-detente, tan solo detente...

No suplicaría, aunque su tono de voz había sonado muy distinto a como hubiera deseado, mantenía los ojos cerrados tratando de evitar su mirada, aunque a pesar de no verlo podía sentirlo, no lo admitiría del todo, pero estaba aterrado de lo que podría pasar a continuación, aparentemente el tipejo planeaba violarlo, pero no quería que algo así pasara, no debería de estar pasando todo eso.

-eres un policía... ¿no se supone que cuides de la gente?

No hizo caso a ningun comentario del ajeno, paso su lengua por el cuello ensangrentado del chico , el huesillo de la clavicula y despues fue hasta los pezones rosados y erectos del mocoso que tristemente estaba exitado, mordio uno con fuerza para despues envolverlo con su lengua y lamerlo posesivo, cada acto mostraba que era dominante, que nada le afectaba ni le afectaria.

su zurda escalo por la pierna ajena hasta llegar hasta la entrepierna la cuel apreto con fuerza, presionandola y sintiendo la textura escasa debajo de ella, claro estaba el es un policia...nadie dijo que un policia 100% recto....no se si quiera que sea recto si me lo pregunta.

colo la mano a la ropa interior del mocoso y sintio de primera mano como el falo se estaba endureciendo tenuemente, el mocoso era ¿algun tipo de depravado enfermo acaso?

se desvivio en sus pezones, mordiendolos hasta que la piel se puso roja sabiendo que lo lastimaba, los movimientos y quejas propias del dolor ajeno, contrario a lo que piensen no le generaban nada..

acaricio los testiculos del niño, estaban inmaduros y esteriles, Takeshi se separo de su pezon dejando un hilo de saliba, y como ya le habian molestado sus quejas, fue mejor a besarle a los labios, metiendo su lengua en la cavidad y dejando que su aliento humedo se robara el del otro, diluis los jugos orales ajenos en los suyos, mantenia un ojo abierto todo el tiempo, viendo al enclenque, su expersion de dolor, miedo , panico, pavor... y el...seguia sin sentir absolutamente nada.

Cada momento a su lado era terrible, parecía que el tipo fuera sordo, porque no le ponía atención, no lo escuchaba y sin embargo continuaba haciendo lo que le viniera en gana, siendo las primeras víctimas sus pezones, era un sentimiento extraño, ya que aunque concientemente no le gustaba como se estaban dando las cosas, ni quién y cómo lo hacía, eso no evitaba que su cuerpo reaccionara ante las caricias, sentía asco de si mismo por reaccionar ante sus toques.

Cuando sintió la mano del otro en su entrepierna removió las piernas y trató de mantenerlas cerradas para que dejara de tocarlo, no quería sentirlo más y aunque le decía que lo dejara no hacía más que continuar, hasta que lo besó, dispuesto a callarlo, no podía dejar de repetirse una y otra vez en su mente "no quiero, detente!" pero aunque lo pensara o lo pronunciara, o se resistiera Takeshi parecía no prestarle atención, tan solo continuaba con lo que hacía, por un momento abrió los ojos y pudo notar la mirada ajena, fría y sin sentimientos.

Su mirada le dolió aun más, ni siquiera lo hacía por alguna clase de deseo carnal, no lo hacía por alguna de esas razones que aparecían en los programas de televisión hablando de psicópatas sexuales, o egolatras con sentimiento de superioridad, simplemente, lo estaba haciendo, y aunque no conocía su razón, sabía que ante sus ojos, no era una lo suficientemente coherente o precisa como para justificar lo que le estaba haciendo, sabía el daño que le ocasionaba y no le importaba.

Tan brusco como empezo el ataque, terminó.

Takeshi se separo del cuerpo del menor y volvio a la postura con los brazos cruzados y los ojos cerrados, pero por la inercia de las esposas el chico termino con su diestra cercana al pecho de el hombre, y si habia un corazón que latia tranquilo debajo de esa fría imagen que tenia el caballero de cabello negro ladeado a la derecha.

Suspiró tranquilamente como si nada hubiera pasado, eso era por que para el sencillamente nada habia pasado, con el calibre de genio que tiene sabia que el otro desarrollaria un trauma, pero reitero a el no le importaba, no le importaba el estado mental del casi completamente desnudo chico.

-" entendiste basura, cual es tu lugar?"- su voz ronca, tajande, decidida y seductora hizo eco en la habitación. respiro profundamente, abrió un ojo y vio sin ninguna compasión al chico...pero no era por un factor especial, Takeshi solo es un demonio con traje de humano.

No sabía porqué lo había soltado, pero en verdad lo agradecía, no quería que la primera vez que estuviera con alguien sucediera de esa manera y justo ahora después de eso, la verdad, no le quedaban ganas de estar con nadie nunca, aun sentía las manos del otro recorriendo su cuerpo y eso lo hacía sentir terrible, estaba sentado, sin mirarlo, lo escuchó, pero no prestó atención a sus palabras, jaló suavemente su mano aun esposada.

-suéltame....

No se rebajaría a pedirlo por favor, sabía que no debía provocarlo, pero era lo único que le quedaba, un poco de su orgullo y a eso se aferraría, quería irse de ahí, ponerse su otra ropa y largarse, llegar a su casa y lavar cada parte de su cuerpo que el otro había tocado, tenía hambre, estaba adolorido de todo el cuerpo por la brusquedad y el forcejeo contra el otro, estaba cansado.

-solo quiero irme a casa....

Susurró, lo dejaría en paz, si algún día lo veía en la calle caminaría en la otra dirección, no le daría una segunda mirada, no volvería a dirigirle la palabra, tan solo quería ir a casa y olvidarse de todo eso, una denuncia no serviría de nada, el tipo era policía, sentía sus ojos arder por las lágrimas que deseaban salir, cerró los ojos con fuerza un momento, no saldrían, no las dejaría salir, no quería sentirse más rebajado ante el otro llorando frente a él.

Suspiro pesadamente ante las suplicas del otro, las cuales no acato.

Siguio en un profundo silencio que haria que cualquiera enloqueciera pero para el era un manjar exquisito, es el tipo de persona que ama el silencio y la soledad, ciertamente la pulga que tenia a lado era patetica y miserable y esta por demas decir que una escoria irrespetuosa, pero.. si algo odia takeshi es oler lagrimas y ver insectos llorar, solo los seres mas bajos y repugnantes lloran, despues de todo el nunca tuvo ese derecho.. no toleraba que nadie mas lo tuviera.

descruzo sus brazos y con la surda extrajo un pañuelo del bolsillo de su saco y se lo extendio al chico que tenia la cabeza baja, no lo vio, escucho el sollozo ahogado, y asi le tendio la tela para que se secase las lagrimas y los mocos que deseguro tenia.

No es humanitario ni un acto de buena fé, solo que Takeshi es Takeshi.. el hace lo que hace por razones que solo el sabe y entiende.

¿Y ahora le tendía un pañuelo? claro que no lo aceptaría, no importaba que razones tuviera el otro para darle el pañuelo, no lo aceptaría.

-no lo necesito.

Le dijo lo más firme que pudo para luego utilizar lo que quedaba del vestido para limpiarse, y no se limpiaba el rostro por darle gusto, sino porque en verdad no quería que lo viera así. Una vez limpio su rostro estiro la otra mano hacía su mochila y la jaló, era difícil hacer las cosas con una mano, pero era lo único que le quedaba, abrió la mochila y sacó un pantalón el cual comenzó a ponerse con algo de dificultad, ya no soportaba estar semidesnudo ante el otro, aunque no lo estuviera viendo, no quería seguir así, por lo que acomodó su ropa interior y subió el pantalón por sus piernas , hasta cerrar el cierre, el botón sería más difícil, así que por el momento lo dejaría así hasta que el otro decidiera soltar su mano, lo cual esperaba que fuera pronto, vio de reojo su muñeca, le dolía y ahora entendía porqué, algunas heridas se habían formado por la fricción contra el metal, probablemente esa marca quedaría por un par de días, al igual que la marca en su muslo... aunque eso no estaba seguro de cuanto tiempo duraría, ni siquiera había querido ver sus heridas, ya las revisaría luego, pero de una cosa estaba seguro, Takeshi había dejado al menos una marca que dejaría cicatriz.

-"escoria"- ..- farfullo mientras el otro se vestia y moviendo la zurda le tomo del menton , le alzo el rostro y limpio las lagrimas escasas que se asomaron, lagrimas que no habia limpiado el vestido, lo veia con un solo ojo abierto una vez que le limpio las lagrimas, con solo usar su brazo izquierdo le abrocho el boton del pantalon y luego le dejo , volvio a su postura con ambos ojos cerrados y mando al chico al carajo, claro sin otorgarle su libertad.

solo inhalaba y exhalaba profundamente el aire contaminado por al aroma del chico, su toraz de hinchaba y bajaba su volumen en cada respiro, takeshi tenia una asombrosa habilidad la cual era aislarse de todo y de todos, cosa que hizo en ese momento, y su lugar feliz al cual se traslado fue...a la nada, un habitaculo blanco sin absolutamente nada que no fuera solo ese color basico, el no tiene predilección por nada, solo le gusta lo austero, lo silencioso lo que esta tan alejado de todo.

su semblante aunque aun tenia el ceño fruncido era de alguien imponente, pero frio, si alguien se fijaba mas podria empezar a preguntarse el por que el era asi, y lo que obtendria no seria una respuesta, por que takeshi no diria nada jamas, su vida es su secreto y aquello que resguarda.

Seria bueno que el chico se resignara a que hoy, no seria libre.

Por un momento su cuerpo se tensó al sentir que le tocaba el mentón, sin embargo le limpió las lágrimas que quedaban y terminó por abrocharle el pantalón, no entendía en lo más mínimo a ese hombre, aunque era cierto también que no tenía intención de conocerlo, una vez más se quedó callado y se negó a liberarlo, sacó su celular de su mochila junto con los audífonos, los cuales conectó y puso un poco de música, el silencio lo estresaba y tan solo deseaba fingir que no estaba ahí, tratar de olvidarse de su "compañero" de celda, así que simplemente puso música y se recargó en el intento de cama, usándolo como una especie de "almohada" a pesar de que su mano quedaba hacía arriba cortando un poco la circulación a su brazo, pero en ese momento no le importaba tan solo deseaba descansar.

Así que cerró los ojos y repasó mentalmente la letra de la canción en su mente, era una canción agradable "Hohoemi wo agetai" o Regalarte una sonrisa... era una canción para levantar el ánimo, sin embargo, aunque escuchaba la letra y sabía lo que decía, simplemente por más que lo intentaba no podía sonreír siquiera para si mismo.

Casi pudo haberse quedado dormido en esa postura incomoda, para el no era problema, pero, el volumen tan alto de la musica del chico (aunque tuviera audifonos) le llegaba, pues como antes se habia mencionada su sentido de la audicion era muy fino...

la canción era entre animosa y esperanzadora, sin decir que la letra era una completa falsedad y mentiras, la sonrisas no dan nada, cuando el estuvo solo y alhogado en la agonia no huboo nadie, el habia perdido la capacidad de sonreir en cualquier momento, se le robo desde que tenia 4 años de edad aproximadamente; recordaba el dia que todo pereció para él.

Sus respiros eran hondos, inhalaba aire, solo obtenia eso del medio ambiente, y solo por que lo necesitaba para sobrevivir, si por el fuera no tomaria nada de ningun lado, ni nada de nadie, si poe el fuera.... nadie ademas de él existiria en este mundo, por que, la sociedad er detestable, la humanidad podrida, y cada ser vivo una escoria, por que las relaciones solo eran mera obviedad retrogada obsesiva de estupidos, por la comunicación no era capaz de existir, por que nadie valia su comunicación, y a veces ni él mismo.

Extendió la mano al chico y le quito uno de los audifonos, ya habia soportando mucho de esa canción hereje..

-"Baja el volumen, escoria...el sonido me destroza los timpanos"- le miro con solo el ojo derecho abierto, fijo en las orbes azules ajenas.

Y ni siquiera así lo dejaba descansar, era el colmo, había puesto la música justo a ese volumen para tratar de olvidarse de la presencia del otro, sin embargo parecía decidido a recordarle que estaba ahí, tan solo tomó de nueva cuenta el audífono y lo colocó de nuevo en su oído, bajando apenas un poco el volumen, tan solo lo suficiente para que dejara de molestarlo con eso, ni siquiera había volteado a verlo o le había dicho nada, tan solo trataba de fingir que no estaba ahí, de la misma manera en la que el otro lo ignoraba inicialmente, estaba cansado, ya no quería pelear más, en especial porque sabía lo que el otro podría hacer si lo molestaba y no quería que volviera a pasar algo como lo de antes, tan solo debía dejar pasar el tiempo y esperar a que lo liberara, suspiró levemente, estaba cansado y además hambriento, no sabía que hora era pero no había comido bien, sin embargo no pasó mucho tiempo así antes de que su estomago le reclamara, pero debía aguantar, ignorar ese dolor en su vientre, después de todo el otro no parecía dispuesto a alimentarlo.

Cambió la canción y entonces recordó las distintas películas en la que los protagonistas se dislocaban un dedo o raspaban parte de su muñeca con tal de deshacerse de las esposas, por un momento deseo hacerlo, sin embargo no había manera de llevar a cabo su plan sin que el otro lo descubriera, era horrible sentirse a merced de los deseos del otro.

No paso mas de otros 20 minutos, cuando mientras el monigote llorón se quejaba mentalmente de su miserable vida, Takeshi saco una llavesita de su gabardina, la inserto en el cerrojo de la esposas y liberó su mano, la muñeca de Takeshi no tenia enrojecimiento ni hinchazón alguno, su cuerpo era relativamente tan fuerte como su personalidad, aunque también podría ser que era insensible incluso a eso.

Se levanto con brusquedad, acomodando su largas extremidades en el suelo, y con sus pasos en dirección a la puerta los tacones de los zapatos de vestir, hicieron un eco estridente; Llevo su mano, tomó la perilla y como una suave caricia de amantes, deslizo la mano por sobre esta, y ella encantada por el cariño se abrió, el hombre usando su musculatura empujo la puerta y salió del recinto.

La puerta hizo un ruido sordo cuando volvió a cerrase, dejando al molesto pelestre azulado en su interior sin oportunidad se salir puesto que Takeshi cerró con llave el cuarto, una vez que estaba fuera de él.

Tenia un hambre de los mil demonios, así que fue a la cafetería del lugar; en el camino lo intercepto un oficial que le cuestionó el por que ese joven estaba allí metido como paria, y si creía necesario procesarlo, o al menos, sería bueno que le comentara a alguien los delitos del menor.

Takeshi abrió un solo ojo como siempre, su mirada inquisidora se fijo en el caballero de cabellos rubios y ojos verdes que con un leve temor en su anatomía le había cuestionado.

-"Desafió a una autoridad, y por que se me da la gana"- para el fue fin de la conversación, su papado volvió a cobijar el rojizo ojo, y sin mas partió rumbo a la cafetería por alguna comida insípida, por la cual seguiría teniendo nada de interés...

El por que el chico seguía allí, era por que el queria..pero ¿por que quería? por que detestaba a los escarabajos como el azulito, y si para algo es bueno Takeshi, es para hacerlos colapsar, no era su disfrute, pero era increíblemente hábil, ya había mas de 20 personas que terminaron enloqueciendo gracias a él, para él, hacer que alguien sufriera un horrible tormento, era tan natural...como respirar.

Estaba casi dormido cuando sintió su mano caer como peso muerto en la placa metálica lo cual lo hizo despertar, sentía un hormigueo en el brazo además de sentirlo adolorido por la falta de circulación, apenas si reaccionó para poder ver como la puerta se cerraba y quedaba encerrado de nueva cuenta, inmediatamente buscó su celular en la mochila e intentó llamar a alguien, a quien sea, pero desde ese lugar no había señal, no importaba en que lugar de la celda se posara no había señal.

-maldito imbécil....

No quería seguir ahí y definitivamente no quería que volviera a esposarlo, así que hizo lo que había pensado momentos antes , colocó la mano entre sus piernas y apoyó ambos pies en las esposas mientras con la otra mano trataba de acomodar el pulgar de manera que no estorbara tanto para sacar la mano, comenzó a empujar con las piernas tratando de que saliera, aunque dolía demasiado.

-ahhh!!!

Dolía y aun así no le importaba, quería deshacerse de esa maldita cosa, sentía su piel rasparse y sus ojos derramar lágrimas sin embargo tan solo podía pensar "un poco más" así que cuando finalmente salieron las esposas escuchó el sonido metálico de estas al caer, mordió sus labios y vio su muñeca, la piel estaba tan raspada que ahora tan solo se veía un moretón en torno a su mueca y la piel desgarrada desde la muñeca hasta mediación de la mano en algunos puntos, mientras que en otros se veían raspones superficiales, tomó las esposas con la otra mano y las escondió entre sus cosas de la mochila, para luego tomar las medias rotas de antes y usarlas para vendar su mano, tan solo quería salir de ahí rápido, así que volvió a la posición de antes, con los audífonos puestos, aunque ahora trató de ocultar ambas manos de la vista del otro y se acurrucó contra su mochila, usándola como almohada en la placa, trataba de controlar los espasmos de su cuerpo, pero era inevitable, sentía el dolor en su muñeca y al ver de reojo podía ver como la media en su muñeca se teñía más y más de rojo.

La puerta se abrió haciendo el eco característico de la libertad anhelada, pero, no fue Takeshi quien ingreso en el habitáculo, en su defecto fue una persona del género que Takeshi repudia: una mujer. Con el tacón de sus botas anchas hizo quejarse al suelo, anunciando al joven que se acercaba. se arrodillo a su lado y le tomo la mano con suma delicadeza y cautela; los cabellos de la dama eran largos,negro azulado y estaban recogidos en una coleta a la altura del occipital.

-"Lo lamento, Takeshi sama puede ser muy agresivo, el se fue hace media hora, supongo que estarás bien"-

sonreía con autentica preocupación y pena debido a lo acontecido, vio la banda alrededor de la muñeca del chico teñida con rojo propio de su anatomía.

-"Dios mío, te traeré unas vendas y desinfectante... en cuanto te cure podrás irte a tu casa"-

La mujer salió a paso veloz del recinto, y con la misma velocidad volvió a entrar con lo mencionado con anterioridad; desató el pseudo-vendaje hecho por el chico y pudo ver la piel expuesta y manchada por el liquido plasmático de un popular color primario. Dispuso una elocuente cantidad de alcohol al 99% en un algodón y comenzó a limpiar la herida, prosiguió con un poco de liquido morado y termino colocando vendas encima, sujetadas delicada pero firmemente con una venda para asegurar protección y una pronta recuperación.

-"listo"- se levanto y alejo un tanto, la también oficial miró clemente a el pobre niño que había osado retar a alguien del calibre de "el demonio genio" y que al final de cuentas no tenia el temple ni la personalidad para resistir ni si quiera un 20% de su crueldad, solo había un autentico idiota que podía ponerse a la par de ese demonio y seguirle el juego (hasta ahora)

-"puedes retirarte, procura no pasartele por enfrente otra vez a ese hombre...es un demonio"- una reverencia educada y dejó la habitación con la puerta abierta, otorgándole la libertad al chico.

Para cuando la puerta volvió a abrirse estaba completamente dormido, al inicio había estado esperando escucharle llegar, pero no había logrado estar mucho tiempo alerta, la verdad su cuerpo estaba más que cansado, así que cuando escuchó la voz de alguien más no pudo evitar asustarse y que su cuerpo diera un leve salto en su lugar, aunque le sorprendió ver a una mujer, quien le atendió las heridas en su muñeca, aunque él sabía que no era la única herida que tenía, dolió pero trató de no quejarse, después de todo le estaba ayudando, así que cuando la chica se fue tan solo pudo sonreír débilmente, viendo como dejaba la puerta abierta... quería salir, pero tenía miedo de hacerlo ¿y qué si Takeshi estaba ahí fuera? tan solo esperando a verlo salir para luego volver a golpearlo y meterlo dentro, sin embargo poco a poco se armó de valor hasta que tomó su mochila y salió del lugar tambaleándose, nadie le detuvo ni hizo preguntas sobre donde venía o porqué se iba.... parecía que aquello era algo común en ese lugar.

Y a final de cuentas... tan solo quería salir de ahí...


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